CSM MI PROMESA DE ACTUALIZAR CADA VIERNES!!

Veo mucho apoyo a esta historia y aunque no he respondido a sus comentarios realmente me han motivado mucho a seguir escribiendo (    ；∀；) 

¡Disfruten de este capitulo, nos vemos abajito!

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

      Sería una mentira decir que los padres de Noah no sabían de su estado, que en ocasiones se iba a follar al primer alfa que se le pasara por al frente, realmente había llegado tanto a descuidar su relación con sus padres que ambas partes no se interesaban por la otra, pero había pasado tanto tiempo lejos sin una familia que Noah se hizo de su propia realidad y sus propios valores.

      Estaba perdido en el placer y el gozo superficial que el alcohol y el sexo le otorgaban, el sentirse deseado por todos en la habitación y ser él la fuente de toda la lujuria le encantaba.

      Esa noche decidió ir a uno de los clubes nuevos de la ciudad, llegó y se estacionó algo retirado para no levantar sospechas. Aunque las posibilidades de que Nicholas estuviera en un lugar como ese eran escasas, no iba a permitir dárselo a la ligera, había aprendido a cuidarse sólo y a permanecer alerta de todo.

      Vestía de una forma hermosa, la parte que más le encantaba del día era quitarse esos vestidos que le picaban en la piel y le sofocaban; para poder llegar a ponerse esos pantalones que moldeaban bien sus piernas y esas camisetas rasgadas en forma de top que dejaba ver su hermosa cintura, claro, una chaqueta para el frío nunca faltaba, pero solamente él servía para dejar algo de misterio para los demás hombres que le pagarían los tragos, así como tampoco podía faltar su collar para evitar ser marcado.

      No le tomó mucho trabajo adentrarse en el club, prácticamente su mala fama le abría las puertas, no fue necesario usar el chantaje con los guardias, ellos mismos se encargaron de abrirle las puertas, así como Noah a veces abría las piernas para ellos.

      Y como todas las noches se acercó a la barra para ponerse lo más bonito posible en lo que veía a las personas bailar y chocar sus cuerpos con los ajenos en un acto apasionante de seducción y deseo. Las luces ambientaban perfectamente el penetrante aroma de feromonas que el lugar liberaba, la música era tan ardiente que por un momento Noah pensó que estaba respirando fuego

—Es una noche interesante— se escuchó una voz grave a un lado suyo, se trataba de un alfa que apenas se había acercado. Noah exaltó una risa para sí mismo, en realidad se reía de la forma más estúpida en la que aquel alfa se había acercado a él.

—¿Qué viste interesante en la noche como para decir eso? —se limitó a hablar mientras inclinaba su cuerpo de una forma elegante y seductora, dejando ver la hermosa curva que se formaba desde su espalda hasta llegar a su carnoso trasero. El alfa no tuvo pudor en mirar, Noah supo que lo interesante de esa noche estaba a punto de ocurrir.

—No suelen venir omegas tan hermosos a este lugar.

—Eso no me parece del todo interesante—contestó jugando con su cabello—Háblame de ti, alguien con brazos tan fuertes como los tuyos no puede ser un simple mortal— y como una araña tejiendo su red se acercó a el alfa para poder acariciarlo, realmente estaba sediento y si no había una margarita en la barra se iba a volver loco. A Noah el sexo sin un toque de alcohol le sabia a jugo diluido con agua.

—Soy jugador de fútbol americano—se jactó el alfa con orgullo mostrando sus musculosos brazos. La playera de mangas cortas le sentaba bien, pero Noah seguía sin ver su jodida margarita en la barra.

—Eres todo un campeón—río fingiendo admiración. Si algo había aprendido de los deportistas era que la mierda que se metían les jugaba muy mal en el equipo inferior, pero estaba dispuesto a averiguarlo por su cuenta.

—Bueno, soy una persona que ama decorar su habitación de trofeos y poner medallas en la pared.

'Claro, posiblemente en la pared de su madre'

—Sabes si me invitas una jodida margarita en los próximos 20 segundos podrías llegar a segunda base o como sea que se llamen esas líneas en el campo y...—se acercó al alfa para poner su brazo alrededor de su cuello, colgándose descaradamente de sus labios—Podrías colgarme a mí en la pared—susurró acariciando el mentón del alfa, quien ya se mostraba excitado ante la belleza y sensualidad de Noah.

      Una margarita después, se encontraban en un rincón escondido en la oscuridad del segundo piso, no eran los únicos que habían tenido la misma ferviente idea, y el tener público le excitaba endemoniadamente a Noah. Los besos candentes del chico le fascinaban a Noah, había tenido mejores, pero sabía disfrutar de las mordidas en los labios y la saliva que escurría lentamente por su mentón. Se sentía más dulce que un tarro de miel, el alfa comenzaba a tirar gemidos por lo glorioso que se sentía, pero Noah comenzaba a sentirse desesperado y más seco que un desierto.

      Al ritmo de la música comenzó a bajar sensualmente hasta quedar de rodillas, desabrochando el pantalón del alfa para hacer uso de su boca. Quería tener la boca ocupada y llevarse un rico dulce en el proceso.

      Sin duda había visto una gran variedad de penes en los últimos nueve años, grandes, medianos, anchos, curvos, punta gruesa, delgados, pero ninguno tan decepcionante como el que tenía en su boca.

      Se encontraba fuertemente desilusionado, el tipo estaba tan jodidamente bueno con su abdomen marcado y rostro de moja bragas, y lo único que no hacía que Noah se pusiera de pie era dejar a aquel tipo con su 'pequeño problema'. Y como el buen omega que fingía ser, comenzó a lamer la punta, saboreando el fluido transparentado que salía de ahí, tratando de que tocara su garganta y haciendo presión para que la tortura terminara más rápido, forrando la extremidad ajena con su aterciopelada lengua.

      Un gemido se escuchó y Noah pudo finalmente escupir el semen que había quedado en su boca, se mostraba agitado al sentir de nuevo el aire en sus pulmones, su pecho subía y bajaba frenéticamente mientras trataba de limpiar el pequeño desastre que escurría por sus labios.

—Cinco minutos, nada mal campeón—río poniéndose de pie con una erótica elegancia, quedando frente a frente del alfa— Perdona cariño, pero necesito irme antes de que te desmayes por el récord que tu pequeña polla acaba de romper.

      El alfa se quedó con todas sus maldiciones en la boca, pues el rubio ya había bajado por las escaleras hasta volver a la barra. Sonrió al chico que servía los tragos como si este supiera lo que acababa de suceder y en cuestión de segundos un beta y otro alfa se le habían acercado disimuladamente. Estaba a punto de pedir otro trago cuando sintió como era tomado del hombro con brusquedad.

—¿¡Quién murió y te declaró la gran verga de este jodido lugar!? —gritó el campeón con el que había estado.

—Ay mi cielo—sonrió cruzándose de piernas, ese acto hizo voltear a más de uno para ver las hermosas curvas que se cargaba—Por si no te lo dijeron yo soy la gran verga.

—¿Quién te crees como para no acostarte conmigo, perra? —volvió a gritar azotando la barra de una manera tan innecesaria.

—Si en cinco minutos te corriste por la mamada que te dio una perra, no espero nada de una cogida, y sí cariño, podré ser la perra más jodida por no dejarme follar por ti, pero al menos soy una perra con pedigrí.

      Un par de risas se escucharon al corto alrededor por lo que el rubio había dicho, el alfa no hizo más que ruborizarse y acercarse con brutalidad al omega. Noah se asustó al sentir como era jalado de su camisa y quedaba frente a frente

—Solo eres un hijo de puta que se atraganta con vergas para vivir, no muy diferente a un jodido prostituto de mierda—escupió sobre el rostro haciendo que Noah expresara una mueca con asco.

—Como si pudieras pagar a un prostituto—río Noah con astucia acompañado por los demás presentes. El alfa no se dejó humillar por alguien tan bajo e insignificante como un omega.

      Estaba a punto de darle un golpe, pero fue la misma multitud la que se encargó de detenerlo. Después de un par gritos y amenazas un guardia se acercó y sacó a patadas al insolente alfa, Noah celebró con un trago que habían puesto a su cuenta, lo bebió como si se lo hubieran servido en el mismísimo cáliz, se lo merecía después de todas las cosas que habían dicho de él.

      Se aburrió de estar en la barra y de las ridículas conversaciones de los alfas que se le acercaron, así que decidió bailar un poco.

      Noah era hermoso, su cuerpo desbordaba gracia, elegancia y erotismo, podías ver a kilómetros como disfrutaba sentirse intocable al mover su cuerpo al compás de la música. Al poco tiempo se rodeó de personas que aprovechaban para tocar su piel, como en ocasiones las bocas chocaban por la sensual música y el rozamiento de los cuerpos como si de una orgía de serpientes se tratase. Era ardiente, casi sofocante, el rubio apenas podía respirar a medida que recibía besos en el cuello por desconocidos y tocaban su trasero.

      Se dio cuenta de cuando estaba en un rincón besando a una chica alfa, ella era tan dominante que casi gime como si lo disfrutara. Un sentimiento extraño nació, quería que lo tocara más, que sus manos se fundieran en su culo ya húmedo. Estaba tan mojado que temió que se manchara su pantalón, pero algo estaba mal.

       Noah podía comportarse de vez en cuando como un Eros encarnado, pero se sentía diferente, no estaba tan borracho como para querer coger ahí mismo, su cuerpo en cambio, se sentía como si hubiera entrado en celo.

       No perdió la oportunidad y como pudo se quitó a la alfa de encima y corrió al baño a vomitar, tardó mucho y su cuerpo se resistió, pero en cuanto pudo hacerlo y regresar en el asqueroso inodoro del bar, pudo notar lo que eran unas pastillas ya desgastadas por los jugos de su estómago, al instante volvió a vomitar por prevención. Nunca pensó que un descuido le daría tantos problemas.

      Decidió guardar la calma unos segundos, trataba de calmar los dolores en el vientre que la droga provocaba, respirar por la nariz para controlar los temblores y no caer en la excitación. Tenía miedo, si no salía de ahí las cosas se pondrían feas.

—Aaght, tranquilo N-Noah... ah—gimió mientras se abrazaba con fuerza para tratar de no temblar demasiado. Como pudo encendió su celular para ver a quién podía llamar—Vamos contesta hijo de perra—suplicó al escuchar el sonido de la llamada conectándose. 'El número que usted marcó está ocupado...' Escuchó por parte del teléfono y soltó una maldición—¡Lo que me faltaba! —pateó la puerta del cubículo para desahogar su molestia. Noah no tenía amigos, Nicholas no sabía que se encontraba en ese jodido lugar y a sus padres poco les importaba si terminaba violado o asesinado, sería una molestia menos en sus vidas.

     No tardó mucho para que el efecto de la droga hiciera efecto, se asustó tanto que olvidó completamente que aún tenía las llaves de su auto, pero ya era tarde, Noah no podía hacer más que sentarse en el inodoro donde había vomitado y limitarse a gemir y llorar. Se sentía bien, se sentía como si un fuego naciera dentro de él, la excitación que lo mojaba por ambas partes, fue casi inevitable querer tocarse a sí mismo en ese asqueroso cubículo, que entrara alguien lo cogiera sin control, que le mordiera el cuello y lo hiciera su perra, mover la cola por un premio y saltar en la polla gruesa de un alfa.

—A-Ayuda—gimió cubriendo inútilmente su boca para evitar que salieran sus gemidos—Ayuda por favor.

—¿Hola? —se escuchó la voz de un hombre tocar el cubículo. Noah se puso alerta, pero por más que quisiera ponerse de pie las piernas le fallaban, la visión se le tornó borrosa y apenas y podía respirar con normalidad. No se dio cuenta de cuando todo el lugar estaba repleto de sus feromonas—¿Estás bien ahí dentro?

       '¡Un alfa!' pensó Noah al escuchar la gruesa voz que provenía el misterioso alfa, las feromonas que olfateaba del otro lado de la puerta.

—¡Voy a entrar! —exclamó el alfa abriendo la puerta con brusquedad. Al instante creyó desmayarse por un segundo, sus sentidos se cegaron y se sintió como un golpe que le arrebató el aliento, sólo pudo contemplar a un hermoso omega de cabellera rubia que gemía por el dolor.

      Algo era diferente en ese chico, en lugar de que Noah se abalanzara sobre él para follárselo y calmar su calentura, logró relajarse un poco, pudo respirar con normalidad al olfatear la exquisita fragancia de sus feromonas. Era un olor delicioso, lo hacía babear y sentir feliz por alguna extraña razón.

      'Menta con críticos, que delicioso' Pensó Noah al acercarse inútilmente al alfa, el chico por su parte lo atrapó antes de que pudiera tocar el suelo. 'Es mío'

—Dios mío—murmuró al tener al omega en sus brazos gimiendo sin control, liberando aquel intoxicante aroma. Lo abrazó sin dudar sintiendo como su corazón se aceleraba y los quejidos del omega se hacían más fuertes a medida que lo abrazaba, se acurrucaba en su pecho y olfateaba con desespero mientras emitía una dulce voz. Demian pensó que moriría, pero usó su último sentido de razón para inyectar desprevenidamente al omega con uno de sus inhibidores.

     Noah se quejó por el dolor más delicioso que había sentido, el inhibidor era de un alfa, así que la dosis sería tan fuerte que no tardaría en desmayarse.

—Respira, con calma, sólo respira—habló con una voz reconfortante el joven que lo abrazaba, Noah se acomodó en su pecho y siguió olfateando esa fragancia a menta que tanto le había encantado, se concentró solamente en inhalar y exhalar ese aroma tan adictivo—Eso es, lo hacer muy bien pequeño—río acariciando la cabellera rubia antes de que este se desplomara.

        Demian no podía creer lo que estaba pasando, nunca pensó encontrarse a su destinado en una noche como esa.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

En serio ya quería que conocieran a nuestro príncipe, espero que les haya gustado este capitulo, a partir de este punto comienzan 'Las flipantes aventuras de calzón flojo y niño maravilla' jsjs

 Espero que hayan disfrutado de la lectura, esta vez tendré más fuerza de voluntad y trataré de subir capítulos cada viernes (ya saben, sí veo bonitos comentario y muchos votos entonces lo subo antes)

✧･ﾟ: *✧･ﾟ:* 　¡Las, los, les, lxs quiero mucho!　 *:･ﾟ✧*:･ﾟ✧

Nos vemos en el siguiente capítulo...