Capítulo 46
Cada vez que digo "ya no me voy a tardar tanto en subir capítulos" pasan mil años jeje
Bueno, espero que lo disfruten!!
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Había muchas maravillas en el mundo, infinidad de paisajes y vistas hermosas, pero ninguna como tener a Noah Glenn inclinado en la ventana en ropa interior, dejando una buena escena de su trasero al descubierto.
—Cariño, lo que sea que hagas, por favor, no dejes de hacerlo—suspiró Demian sintiendo una presión en su pecho y en su bóxer.
Noah se despertó del trance y volteó a ver a su pareja, quien estaba recostado con un notable bulto en las sábanas. Río coqueto e hizo un movimiento con la cabeza para que se acercara. Al hacerlo no pudo evitar darle una suave nalgada a su querido prometido.
—Auch, Demian—gimió sonrojado—Míralos—sonrió asomándose por el ventanal—¿No te parecen perfectos?
Demian se acercó y pudo sonreír al igual que Noah. La imagen de Bastian y Liam platicando en el inmenso patio lleno de flores abundantes.
—Si me nos hubieran separado por casi 20 años, ¿qué es lo que me dirías al reencontrarnos? —preguntó Noah sintiendo remordimiento.
—No tendría palabras—besó la mejilla del rubio—Pero supongo que, si el tiempo los separó, el mismo tiempo se encargará de volverlos a unir.
Noah se dio la vuelta y abrazó a Demian. No sabía cómo, pero su alfa siempre encontraba las palabras exactas.
—¿Crees que puedo ser un buen hijo para ellos? —dijo bajito sin dejar de abrazar a Demian.
—Claro que sí, mi amor—besó la frente de Noah—Lo que vi ayer, fue el mismo amor que te profeso, has estado rodeado por ese amor tanto tiempo, se te fue negado, pero peleaste por él, por el amor de tus padres, el mío...—hizo una pausa y tocó el vientre del omega—El de nuestro hijo.
Noah sintió una oleada de emociones inundarlo de manera tan intensa que lo dejaron sin aliento. Cada palabra de su amado fue como un bálsamo para su alma.
—Naciste para ser amado—lo sujetó ahora de la cintura para atraerlo a él—No tienes nada, por lo cual preocuparte, solo sé tú mismo—besó los labios del omega.
Había algo en Demian Anderson que Noah había notado desde el día uno, no importaba que tan desastrosa fuera la vida del omega, ese hermoso joven de ojos azules, se encargaba de calmar toda tempestad. Tal vez no podía ser el hijo que Bastian Glenn había deseado, pero iba a encargarse de ser el mejor que le hubiera podido tocar.
Y mientras Noah y Demian compartían un momento de romance íntimo, en aquel extenso vivero, Liam y Bastian compartían un poco del tiempo perdido.
—La casa es hermosa—comentó Liam mientras caminaban a la par siendo bañados por los primeros rayos de sol del día.
—Bueno...—suspiró con una sonrisa—Cumplí mi promesa—extendió su mano tomando una margarita de los tallos de las flores y colocándola en el cabello del omega—Lamento haber tardado tanto, debí haber hecho más, por ti, por nuestro hijo...
—No seas tonto—lo tomó de la mano—Nada de esto fue nuestra culpa, inclusive, podría decir que también pude haber hecho más por Noah, apenas y pude acercarme cuando nació. Son breves los momentos que compartimos, se me negaba tocarlo—dijo con un tono de voz melancólico, recordando esos tormentosos días—Pensé que jamás podría recuperar a mi hijo, a mi alfa—suspiró mirando tiernamente a Bastian.
El alfa se sonrojó y detuvo su caminar al quedar conmocionado por el sentir de su pareja,
—Pensé que habías muerto—se quebró Liam derramando una lágrima silenciosa—Me castigué por mucho tiempo, pero ahora ya ni siquiera hay tiempo para eso, ahora podemos estar juntos—sonrió sin dejar de derramar lágrimas.
Para Bastian, era la vista más preciosa del mundo, ni un millón de flores podían igualar la belleza de Liam, su delicadeza, su fragancia. Podían separarse por infinitudes y volverse a enamorar como el primer día que sus miradas se cruzaron.
—Liam Thatcher—lo nombró Bastian, acercándose a él llevando sus manos entrelazadas a su pecho—El futuro que antes nos parecía incierto, ahora irradia junto a tu belleza, sé ahora más que nunca, que enamorarme de ti no fue un error, y que sin importar lo que nos depare esta y otras vidas, seguiré dedicando cada latino de mi corazón a tu existir, pues en él, he encontrado razones para vivir.
¿Cómo se debía de responder a tan preciosa declaración? Había quien decía que las acciones cuentas más que las palabras, pues bien, Liam no era bien conocido por ser el más propio al hablar, pero finalmente, después de tanto año, había encontrado las palabras correctas para las poesías de Bastian.
—Te amo—sonrió terminando de acortar la distancia para besar los labios del alfa.
Habían esperado demasiado tiempo para ese beso, para poder pronunciar esas palabras, y ahora, tenían todo el tiempo del mundo para poder hacerlo.
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Después de la caminata, Bastian y Liam volvieron a su hogareña casa, siendo recibidos por un desayuno delicioso que Noah y Demian habían preparado. Aprovecharon el tiempo en el desayuno para contar un poco de sus historias, y sobre todo terminar de conocerse.
Por la tarde, Bastian propuso ir a tomar un paseo por las calles de Escocia, a lo que Noah respondió emocionado.
—¡Demian, mi amor, mira! —comentó emocionado Noah paseando por las enormes edificaciones de la ciudad de Royal Millie—Parece sacado de Harry Potter—señaló a las características arquitecturas.
—Así es, mi amor—asintió feliz de ver a Noah sonreír.
—Gran parte de la arquitectura en Escocia es neoclásica—explicó Bastian—Al ser un lugar tan habituado por duques y condes, casi todo parece sacado del palacio de Buckingham.
—Es precioso—dijo Noah, emocionado, sin dejar de tomar fotos.
—¿Quieren comer? —preguntó Bastian.
Al instante la mirada de ambos omegas se iluminó. Pasaron a comer a un restaurante local muy conocido en donde Noah pudo saciar su apetito como nunca lo había hecho.
Pasearon por todos los lugares, inclusive, lograron hacer compras, en donde Demian aprovechó a comprarle un nuevo teléfono a omega, el cual, rápidamente, Noah aprovechó a usar para documentar todo sobre su aventura en Escocia.
Por otro lado, Bastian seguía preocupado por la forma en la que debía de tratar a su hijo, temía que alguna acción o su forma tan peculiar de hablar lo alejara, pero Noah no se fijaba en eso, al contrario, trataba de integrar en todo lo posible a su padre, aunque siguiera siendo extraño llamarlo padre.
Al final del día, Noah y Liam se habían quedado dormidos en el asiento trasero de la camioneta de Bastian.
—Mira eso—suspiró Bastian echando la mirada hacia la atrás para ver a su pareja e hijo profundamente dormidos.
—Son idénticos—sonrió Demian sacando su teléfono.
—Son perfectos—comentó también el alfa mayor.
Al instante ambos estaban tomando fotos a sus respectivas parejas. Cuando terminaron de llenar su galería, cada quien tomó a su omega y lo cargó con cuidado hasta la casa principal.
—Demian, quiero preguntarte algo—comentó Bastian al poco tiempo después de haber dejado a Liam en su dormitorio.
—Claro—comentó Demian, quien recién salía de la habitación que compartía con Noah—¿Le molesta una taza de té?
—Para nada, yo cosecho mis propias hiervas para el té—sonrió tomando a Demian el hombro guiándolo hasta la cocina.
Tras servir las dos tazas calientes con las hierbas de manzanilla que Bastian había traído de su huerto, ambos alfas se sentaron en el solitario comedor, siendo iluminados por apenas una linterna.
—¿Cómo está? —preguntó Bastian una vez Demian bebió de su respectiva taza.
—Delicioso—respondió con voz amable—Muchas gracias, no solo por el té, sino por darle un agradable día a Noah.
—Me alegra que así lo haya sido—bebió un poco de la bebida—Demian, yo, no sé cómo ser un suegro, apenas estoy averiguando cómo ser un padre para Noah, pero hoy he visto que amas a mi hijo desmesuradamente, y eso, pone feliz a cualquier padre.
—Lo he amado desde el primer instante en que lo conocí—dijo Demian suspirando al recordar brevemente ese momento—Los voy a hacer felices, no importa el costo.
—¿Te refieres al bebé en su vientre?
Demian en ese momento se mordió la lengua. Sin querer, había revelado el embarazo de Noah, se había olvidado que quería revelarlo a su tiempo con algo especial, su omega hasta había ideado una sorpresa, pero aparentemente, su suegro ya parecía saber de la noticia.
—Descuida—rio bajo tratando de que el alfa joven recuperara su color—Un omega embarazado huele más dulce de lo usual, además, tus feromonas están sobre él todo el tiempo, haces un buen trabajo cuidándolo.
—Mm, gracias, señor—tartamudeó sonrojándose terriblemente.
—Yo así era al principio—musitó Bastian, mirando con gravedad el té en su taza—Cuando Liam y yo nos enteramos del embarazo nos pusimos muy felices, en ese entonces no vivíamos juntos, pero nos veíamos aquí todo el tiempo, le prometí que en esta casa construiríamos nuestro futuro—dijo con nostalgia en sus palabras—Hubieras visto en ese entonces esta casa, estaba en ruinas, pero trabajé duro para poder darle un hogar a nuestra familia—hizo una pausa y pareció que su mirada se perdió en los recuerdos que narraba—Jamás pensé que me los arrebatarían.
—Miller...
—Esa horrenda mujer—se quejó—Cuando intenté escapar con Liam, nos descubrió y me dejó malherido, intentó matarme e incendió lo que había construido en ese entonces en esta casa—masculló sintiendo como su piel ardía al recordar esa noche—Quedé encerrado entre las llamas y perdí la conciencia, desperté unos meses después de un coma por infección respiratoria, casi muero, y al despertar, estaba solo.
—Señor...
Demian quería consolar al pobre hombre, pero no sabía cómo.
—Pero jamás perdí las esperanzas—volvió a sonreír lentamente—Cuando la primera carta de Liam llegó me llenó de dicha, pero aún no era tiempo de volvernos a ver, por eso, cuando Cameron me hizo saber que el amante de mi hijo había puesto en marcha el plan para reencontrarnos, solo pude pensar: "Gracias a Dios, mi hijo encontró a un compañero que lo protege de todo mal"
Demian se sintió honrado. Le conmovía escuchar la historia de amor que tenían sus suegros y que, de cierta manera, su amor se manifestaba en Noah, su omega era la prueba viviente de que el amor podía resistir todo, y ahora, su suegro reconocía abiertamente su aceptación a la familia.
—No sé cómo ser un suegro, Demian—continuó Bastian—Apenas estoy aprendiendo a ser padre, pero puedo reconocer que frente a mí está el destinado de mi hijo, el padre de mi nieto y no puedo estar más agradecido de que seas tú.
—Señor—sonrió tímido—Yo soy el afortunado de pertenecer a su familia y le juro con mi alma que cuidaré de Noah y nuestro bebé con mi alma, incluso si cometo errores en el camino, dedicaré mi vida entera a hacerlos feliz.
—Suenas a mí cuando era joven—rió bajito y sorbió un poco de su té—Serás un padre y un esposo perfecto, brindo a tu salud—se puso de pie y sacó una botella de whisky de la alacena—Pero mejor brindemos con esto—señaló la botella y ambos rieron al unísono.
Demian brindó esa noche por Bastian y Bastian por Demian. Se mantuvieron despiertos y bebiendo casi toda la noche, hasta que cayeron rendidos entre risas y bromas.
A la mañana siguiente, Noah encontró a Demian tirado en la alfombra de la sala con su cabello hecho un desastre y babeando como un bebé.
—Demian—lo llamó con delicadeza—Mi amor...—trató de despertarlo, pero en respuesta lo que recibió un montón de ronquidos—Eres muy tierno—sonrió Noah y lo besó en la frente.
—¿Aún no despierta? —preguntó Liam, quien entraba a la casa con un ramo de flores recién cortadas.
—Está noqueado—se burló poniendo uno de los cojines del sofá en la cabeza del alfa—¿Y papá?
—A fuera en el vivero—contestó haciendo un movimiento de cabeza para mostrar el exterior.
Noah volvió a dejar un sin número de besitos en el rostro del alfa y lo dejó dormir un poco más. Cuando salió al patio a buscar a su padre, lo encontró en un vivero, extrañamente animado mientras apuntaba en una tabla observaciones de cada flor que tenía en su colección.
—¡Noah! —exclamó con entusiasmo al ver entrar a su hijo—Buenos días.
—Buenos días—se acercó tímidamente—Oye, ¿por qué mi novio está tumbado en la sala? —preguntó tomando unos guantes y una regadera para las plantas.
—Oh, Demian, ¿sigue dormido? —preguntó moviendo la tierra de uno de sus plantíos—Creí que era un buen bebedor.
—Bueno—suspiró acercándose a su padre—Demian no es propiamente el perfil completo de un alfa dominante, él es más bien...—hizo una pausa pensando cómo podría describir a Demian—Un nerd, un osito de peluche suavecito en el cuerpo de un mastodonte—expresó con un tono de voz tierno y cálido—No es un buen bebedor, no fuma, no tiene tatuajes, odia salir a fiestas, ama la repostería y la fotografía, pero pese a todo eso es fuerte en cuerpo y alma.
—¿Ah sí? —preguntó sonriente dando paso a que Noah pudiera regar las plantas que recién había acomodado para segur con otras—Suena como un partido excelente
—Si, Demian es perfecto para mí—respondió entusiasta—Una vez un tipo se quiso propasar conmigo y él se encargó de ponerlo en su lugar, no le importó perder su empleo, lo hubieras visto, fue tan romántico—suspiró recordando las primeras veces que se habían encontrado—Después de eso nos preparó bebidas y postres.
—¿Nos?
—A-Ah—tartamudeó levemente—A mi amigo Ellio y a mí—contestó con voz baja—Ellio me ayudó a sobrevivir mientras vivía con esa mujer, antes de conocer a mamá, él fue una figura materna.
—Oh, entiendo—suspiró con pesadez. Se sentía como un idiota.
No se lo podía perdonar, no podía con el sentimiento de que su hijo tuvo que buscar figuras paternas en lugar de tenerlos a Liam y a él.
—P-Papá—lo llamó Noah haciendo que Bastian despejara toda inseguridad—Sé que toda esta realidad es extraña, pero, pienso en este bebé en mi vientre y soy feliz al pensar que tendrá una familia que yo no pude tener, que estará libre de los estigmas de un alfa o un omega y que estará rodeado de personas que lo amen, así que, no tienes que sentirte frustrado por lo que pasó en el pasado, puesto que, la idea del futuro me emociona con entusiasmo.
—Siento que te debo una disculpa—suspiró Bastian quitándose los guantes y tomando de los hombros a Noah—Debí de haber hecho más por ustedes, debí...
—Papá—lo tomó Noah de las manos—Si hubiera nacido aquí, jamás hubiera conocido a Demian, mucho menos tener al bebé que está en mi vientre—sonrió ante su padre—El destino así lo quiso y fue el mismo destino el que se encargó de regresarnos a ti. No debes de sentir ese pesar, estamos contigo, hemos vuelto a ser una familia, y el destino no comete errores.
Bastian sintió unas lágrimas vacilantes en los bordes de sus ojos. Sin más, abrazó a Noah y se dejó abrazar de vuelta. Por fin podía encontrar un poco de paz en las palabras de su hijo, pero eso no impediría que se esforzaría a dar lo mejor de sí.
—Estoy tan orgulloso de ti, Noah—expresó Bastian apretando fuertemente el abrazo—Y prometo acompañarte de ahora en adelante, estaré para ti en todo momento.
Noah rió animado ante el entusiasmo de su padre.
—Lo sé, papá—rió alejándose un poco para limpiar sus lágrimas.
—Y no te preocupes—volvió a retomar sus guantes y una pala pequeña—Las flores de tu boda estarán listas, me encargaré de que todo sea hermoso y perfecto.
Noah sonrió con gratitud, sintiendo el peso de la emoción en su pecho. No importaba cuántos años hubieran pasado, sabía que ahora tendría a su padre a su lado, sobre todo, en un momento tan importante lo llenaba de paz.
—Bueno, creo que necesitaré a un experto en botánica y a un artista florista—dijo Noah, mirando con ternura a su padre mientras regresaba a su acción de regar las flores—Sé que mi boda será increíble con tu toque personal.
Bastian le dedicó una sonrisa cálida, sus ojos reflejando el amor y la dedicación que siempre había puesto en su familia.
—Lo haré con todo mi corazón—respondió, colocando con cuidado una pequeña planta en la tierra—. Quiero que este día sea tan inolvidable para ti como lo es para mí verte crecer y ahora dar este gran paso.
Ambos quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la compañía y la conexión que compartían. El vivero se comenzaría a llenar lentamente de vida, al igual que los corazones de padre e hijo, que, en ese instante, más que nunca, estaban en sintonía.
Finalmente, Noah se inclinó hacia Bastian y le dio un abrazo suave, casi reverente.
—Gracias, papá—susurró—. Por todo.
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Al cabo de unas semanas todo era cotidiano. Tanto Noah como Demian aprovechaban al máximo el tiempo juntos, usualmente tomaban siestas largas por las tardes acompañados de las brisas que se extendían en la propiedad Glenn. Sin embargo, no todo era color de rosa.
Habían pasado un poco más de doce semanas de embarazo y el cuerpo de Noah lo hacía notar.
—¡Mierda! —dijo Noah frustrado al ver que su pantalón no terminaba de cerrar—¡Debe de ser una puta broma! —suspiró mientras miraba con estrés su reflejo.
—¿Qué pasa? —preguntó Demian saliendo apenas de la ducha.
—El pantalón se encogió—contestó decaído mientras trataba nuevamente de cerrarlo—Era nuevo y ahora no sirve—dijo decaído quitándoselo y buscando otro par en el ropero.
Pero en cuando se puso un nuevo pantalón, notó que tampoco le terminaba de cerrar.
—¡¿Es una puta broma?!—terminó quitándoselo nuevamente de golpe.
Demian, por su lado, seguía en bata, observando como el omega probaba cada uno de los pantalones, inclusive, los de tallas más grandes, pero ninguno, terminaba de quedarle. Le parecía tierno ver como la notable pancita de Noah impedía el paso entre el cierre y el botón, pero en cuanto el omega notó su suave risa, este estalló en ira.
—¿De qué rayos te ríes? —preguntó Noah hostil al ver como Demian se burlaba despectivamente de él.
—¿Yo? —rió nervioso tratando de desviar la mirada—Nada—ni siquiera se esforzó en mentir—Me acordé de un chiste.
—¿Te parezco gracioso? —comenzó a quebrarse su voz.
—¡No! —rió nervioso—Solo pienso que te ves adorable—se acercó a Noah y busco abrazarlo, pero Noah solo arrebató contra él con los pantalones.
Demian seguía riendo mientras trataba de evitar los golpes del omega, pues hasta en sus berrinches era adorable para el alfa. Cuando menos se dio cuenta, Demian ya lo tenía entre sus brazos dándole un montón de besitos.
—¡No te rías, tonto! —clamó tratando de apartarse del alfa—Toda mi ropa se encogió, ahora no tengo nada que ponerme—hizo un puchero.
—Bueno...—musitó besando el cuello de Noah—Quédate desnudo—susurró con un tono de voz sexy en el oído del omega—Para mí es mejor.
—No digas tonterías—dijo Noah, ya más calmado, sintiendo como se sonrojaba al escuchar la voz tan ardiente de su novio—Se encogió toda mi ropa, incluso la que me quedaba grande.
—Oh, mi vida—lo besó esta vez en los labios y lo encaminó nuevamente al espejo—La ropa no se encoge de una noche a otra, simplemente estás más gordito—dijo con ternura mientras acariciaba la barriguita del omega.
—¿Qué? —giró la mirada hacia Demian desconcertado—¿Crees que me veo gordo? —preguntó dolido quitándose las manos del alfa de su cuerpo—¿En serio estoy tan obeso? —se acercó al espejo y miró con atención su cuerpo mientras se quebraba en llanto.
—C-Cariño...—rió nervioso notando que la había cagado monumentalmente.
Al darse cuenta de que Noah tornaba su rostro con dolor y notándose afligido, supo que, lejos de causar gracia, había dañado terriblemente los sentimientos de su omega.
—Noah, no quise decirlo así—trató de calmarlo—Mi vida, te ves adorable con tu pancita, es solo una pequeña broma.
Noah, sin embargo, retrocedió un paso sintiendo como sus lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas. Lo último que quería era iniciar su mañana hecho un mar de lágrimas, pero finalmente, se estaba enfrentando a la realidad que tanto había tratado de ocultar.
—No me gustan tus bromas—lloró con voz baja y pequeña, como si hubiera vuelto a ser un niño—¡Eres malo!
El omega comenzó a sollozar gravemente, inclusive, se cubría el rostro y limpiaba sus lágrimas evitando que Demian lo tocara.
—¡Soy feo! —exclamó el omega cuando se vio en un desliz en el reflejo—¡Estoy gordo, feo y apesto!
—Eso no es cierto, cariño—vaciló con una sonrisa ladina. Por mucho que le doliera ver a Noah llorar, no dejaba de parecerle tierna la escena.
Demian trató de acercarse nuevamente a Noah, pero este comenzó a manotearlo débilmente.
—¡No me toques! —gritó, su voz temblaba en una mezcla de tristeza y rabia que lo consumía—¡Lárgate, no te quiero ver!
—¡Mi amor!
—¡" Mi amor", nada, ¡te quiero fuera! —bramó Noah empujando débilmente a Demian hacia la puerta de la habitación.
Demian no quería realmente salir del cuarto, sobre todo, no dejando a su omega envuelto en llanto, pero supuso que era mejor hacerle caso, así que, mientras Noah lo empujaba con debilidad, este avanzaba al ritmo que el omega lo echaba de la habitación.
Antes de que Demian pudiera calmar la situación, sintió la puerta azotándose en su espalda y el berrido de Noah estallar en la habitación.
—¡Noah! —tocó la puerta—Cariño, ¿por lo menos puedo ponerme ropa? —cuestionó al notar que aún seguía en bata, pero este solo recibió el llanto de Noah como respuesta—Mierda—musitó dejando caer su frente en la puerta de la habitación, sintiéndose como un idiota.
Noah se quedó solo en la habitación, frente al espejo, viendo cómo las lágrimas seguían corriendo por su rostro. Sentía un vacío inmenso en su interior, una mezcla de tristeza, inseguridad y arrepentimiento por la forma en que había reaccionado. Se abrazó a sí mismo, sollozando, mientras el eco de la puerta cerrándose resonaba en su mente.
El omega dejó que las lágrimas cayeran libremente, sintiéndose más solo que nunca.
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Había pasado poco menos de una hora, cuando finalmente Noah se había logrado calmar un poco.
Una hora en la que la soledad lo abrumó y su desnudez la tuvo que cubrir con ropa de Demian, sin embargo, eso no calmaba su desamparo, por lo que, cuando menos se dio cuenta, ya estaba armando un nido con las prendas del alfa.
Se había quedado acostado ahí, llorando, haciéndose pequeño, deseando desaparecer un momento.
Cuando al fin estuvo más calmado, se quedó recostado mirando con gravedad del techo.
—¿Se puede? —se escuchó la dulce voz de Liam abriendo a la puerta dócilmente.
Al entrar a la habitación notó un enorme bulto en la cama y como las feromonas de su hijo y un leve sollozo ahogado, como si un cachorrito chillara en búsqueda de amor.
—Hola, mi amor—pronunció Liam sentándose en la orilla de la cama mientras acariciaba con cariño el bulto que era su hijo—¿Puedes decirle a tu mamá qué fue lo que pasó?
—¡Demian es un tonto! —contestó haciendo un puchero mientras lloraba dócilmente—Dijo que me veía gordo y feo.
—¿Demian dijo eso?
—Se escuchaba entre líneas—se asomó finalmente de entre las sábanas.
—Mi niño—lo besó en la frente—Cuando los omegas nos embarazamos es normal que tengamos cambios de humor, además, recuerda que acabas de cumplir los tres meses, es normal que se te note tu pancita, recuerda que mientras más grande sea el bebé más espacio tendrás que hacer en tu cuerpo.
—Pero seré gordo y feo—volvió a llorar mientras se acurrucaba en el regazo de su madre—¿Y si Demian me cambia por un rubio esquelético?
—Eso nunca pasará—sobó la cabellera de su hijo—¿Has visto el brillo en sus ojos al verte? Te mira como si fueras la octava maravilla del mundo, ese tipo de miradas solo aparecen en los cuentos de hadas.
Las palabras de Liam parecieron cambiar a Noah, por muy simple que parecieran, en realidad habían logrado despejar un poco la mente del omega.
Al cabo de unos momentos, tanto Bastian como Demian decidieron asomarse en la puerta de la habitación.
—¿Todo bien? —preguntó Bastian mirando la escena de su hijo aferrándose a su madre—¿Quieres algo de merendar?
—No, papá—dijo Noah en un puchero—Estoy bien.
—Me alegra—sonrió Bastian, acariciando también la cabellera de su hijo, dándole tantos mimos como fuera posible para hacerlo sentir mejor.
A pesar de la tierna escena que se desarrollaba ante él, Demian no pudo evitar sentir un nudo de incomodidad en el estómago al ver a Bastian acariciar a su omega. La molestia creció dentro de él, y sin detenerse a pedir permiso, entró decidido en la habitación.
Con pasos rápidos y resueltos, se subió a la cama y, sin titubear, rodeó a Noah con sus brazos, como si intentara protegerlo o reclamarlo. El movimiento fue tan repentino y posesivo que dejó a Liam y a Bastian completamente atónitos. Ambos se quedaron inmóviles, observando cómo Demian, con una clara determinación, parecía querer apartarlos de Noah, envolviéndolo en un abrazo que hablaba de un deseo profundo de mantenerlo solo para él.
—Mi amor...—exclamó Demian alargando la última palabra mientras se restregaba contra el omega—Perdóname, mi precioso ángel, no fue mi intención ser grosero.
—Demian...
—¿Podrías perdonarme? —cuestionó suplicante tomando la mano de Noah para posarla en su rostro—Estoy arrepentido, cariño.
—Aww—suspiró Noah al ver el rostro implorante del alfa. Esa imposible resistirse a tan preciosa humillación por parte de Demian.
Liam raspó levemente su garganta y tomó de la mano a Bastian para salir lentamente de la escena antes de que Noah y Demian comenzaran a comerse la boca frente a ellos.
—Estaremos abajo—musitó Liam antes de cerrar la puerta de la habitación.
La pareja mayor suspiró pesadamente al mismo tiempo y al terminar de bajar las escaleras, Bastian soltó una risa sutil.
—¿Notaste esto? —preguntó el alfa.
—¿Cómo tuvo un arrebato de celos de sus suegros o el hecho de que nuestro hijo hizo un berrinche por nada? —dijo Liam tomando la mano de su pareja.
—Ambos—rió suavemente—Sé que son jóvenes, pero, ¿no te pareció demasiado?
—Pues yo recuerdo a un joven alfa que hacía un par de berrinches cuando no podía ver a su omega—contestó haciendo sonrojar a Bastian al recordar tan bochornosos momentos en su juventud—¿Recuerdas cuando hiciste una huelga afuera de la casa de mis padres?
—Recuerdo que alguien se escapó por la ventana—dijo Bastian tomando a Liam de la cintura para besarlo suavemente en el cuello mientras lo abrazaba—Pero ese par necesita espacio.
—Me hubiera gustado que se quedaran más tiempo—dijo Liam poniéndose de puntillas para besar en los labios, esta vez a Bastian—Pero, nosotros también necesitamos espacio, por lo menos, antes de ser abuelos.
—Cierto—suspiró —Deja que terminen de hacer lo que están haciendo arriba y hablaremos con ellos.
—Mejor vayamos al cine—dijo juguetón Liam a su pareja—Supongo que van a tardar mucho tiempo en contentarse.
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—Aah... Aah...—gemía Noah entre los besos desesperados del alfa.
No sabía cómo había terminado sobre el alfa moviendo sus caderas a un ritmo frenético, pero tampoco iba a detenerse a preguntar. Demian sujetaba sus caderas fuertemente para asegurarse de que Noah no se separara ni un segundo de su ingle.
Demian se acercaba a Noah y conforme este se meneaba, los pezones del omega se restregaban en la cara del alfa, a lo cual, le fue imposible resistirse a acariciarlos con su boca, morderlos lentamente y succionar con sus labios hasta dejarlos enrojecidos.
—¡Aah! —gemía desesperado, acariciando el largo cabello de Demian. Lo tomó de la nuca y comenzó a besarlo con desespero de vuelta.
—Te amo...—musitó entre los labios del omega.
Noah no pudo terminar de responder debido a que Demian lo había tumbado y dejado sobre la cama pecho arriba, permitiendo así entrar y salir a su ritmo. La forma en la que Noah lo apretaba y escurría su excitación lo volvía loco.
—Oh... oh... m-mi amor—exclamó Noah sintiendo como si Demian alcanzara a rozar su garganta—Estoy lleno...—gimió.
—¿Tan pronto? —gimió tomando las piernas de Noah para colocarlas sobre sus hombros. Se acercó hasta el oído del omega y murmuró—Todavía no me corro dentro de ti, cariño.
—Demian...
—Noah...
Lejos de alejarse o darle un respiro a su pareja, Demian tomó las manos de Noah y plantó contra el colchón para evitar su escape, aunque, Noah no planeaba huir. Después de un par de penetraciones, bajó sus manos hasta la cintura del omega y la sujetó para aumentar la profundidad de sus estocadas
El rostro lleno de placer de Noah era un deleite a la vista, sus mejillas sonrojadas, el cabello alborotado y sus canosos labios entreabiertos mientras emitía sonoros gemidos.
—¡Ah! ¡Hmph! ¡Esto me gusta! —cantó Noah moviendo sutilmente sus caderas al mismo ritmo de Demian.
—¡Oh, mi amor! —gimió Demian mientras terminaba de alzar las caderas de Noah para penetrarlo con mayor intensidad—Me voy a correr...—musitó
—¡Dentro! —gritó tomando las manos de Demian para depositar un beso en el interior de estas—Por favor... por favor... lo quiero dentro.
Pero por mucho que el alfa también lo quisiera, sabía que tan pronto eyaculara su nudo lastimaría a Noah. Gruñía mientras sentía como la calidez del interior de Noah lo apretaba y de su esfínter escurría su semilla.
—¡Nght! —se quejó Demian saliendo rápidamente del omega.
—¡Aah!...
Demian tuvo que apretar la base de su pene para evitar que su nudo se terminara de hinchar. Se quedó agitado, mirando a Noah con las piernas empapadas, abiertas, tratando de tapar su entrada para que el semen de Demian no se saliera.
Al cabo de un rato, Demian comenzó a limpiar a Noah y a ponerle su ropa para evitar que su pareja tuviera un resfriado. Se recostó a un lado de él y comenzó a besarlo intensamente.
—Creo que nos excedimos—dijo Noah entre besos.
—Mi amor, no puedes hacer un nido sin pensar que no vamos a hacer esto—dijo con voz ronca mientras apretaba a Noah contra su cuerpo.
—No hice el nido para esto—dijo frustrado—Me sentía desesperado, pero no me gustó que corrieras a mis padres.
—Yo no los corrí...
—Me arrebataste de los brazos de mi madre—corrigió el omega mirando con seriedad a Demian.
—Es que...—hizo una mueca en su rostro—Dirás que soy ridículo, pero me dio ansiedad que un alfa estuviera tan cerca de ti.
—¡Demian, por favor, es mi papá!
—Eso no importa, es un alfa al final del día—dijo sonrojado—No sé qué voy a hacer cuando empiece la etapa en la que las hormonas se disparan.
—¿De qué hablas?
—Pensé que sabías—lo miró ingenuo—Cuando un omega está embarazado, es normal que el alfa se ponga muy demandante.
—¿Demandante? —sonrió de lado acariciando la barbilla del alfa—¿Es decir, que haremos esto más seguido?
—Quiere decir que voy a rodearte con mis feromonas a cada minuto, voy a ser codicioso porque mi instinto me va a pedir cuidar a mi omega y mi cachorro y voy a querer cumplir todos tus caprichos.
—¿Todos mis caprichos?
—No es tan genial como suena—se quejó—Dice mi mamá que cuando estaba embarazada se le antojó cenar croissant y mi madre viajó a París para buscarlos.
—Woou—musitó sorprendido—Ahora que lo pienso, me da tristeza pensar que mi mamá no pudo cumplir esa etapa—sé quedó pensativo mirando al techo—Creo que necesitan un final feliz.
—Sí— Demian acarició el cabello de Noah—Lo que tengas en mente yo te apoyo.
—¿No sería lindo ir a una boda? —preguntó Noah sonriente recostándose encima de Demian—Creo que ese sería un final feliz.
—Claro que sí, precioso—se reincorporó Demian su cuerpo buscando darle un beso—Y disculpa lo de hace un rato, sabes que para mí eres el ser más precioso de este universo.
—Basta—rio nervioso mientras se sonrojaba.
—Eres tan bello que nuestro cachorro será igual de precioso que tú.
—Sobre eso—dijo Noah mientras se rascaba la nuca—Tal vez el bebé se parezca más a ti.
—Imposible—entonó el alfa enamorado mientras frotaba su nariz con la de su omega.
—Es que...—debió la mirada avergonzada—¿Recuerdas que prometimos que no habría más secretos?
—¿Acaso me dirás que el niño no es mío?
—No—embozó Noah avergonzado—Es que, tal vez, el niño no se parezca a mí, porque...—tomó aire y fuerza para finalmente decir la verdad—N-No soy rubio natural.
Demian se le quedó mirando un largo y detenido tiempo. Contemplaba con atención la mirada avergonzada y casi sollozante de su omega, le parecía tierno, quería llenarlo de besos, pero sabía que para el omega era una cuestión de vida o muerte.
—Cariño, eso ya lo sabía—contestó Demian acariciando el rostro de Noah.
—¿¡Qué!?—exclamó con sorpresa—¿¡Desde cuándo lo sabías, por qué no me dijiste nada!?
—Bueno, es que...—desvió la mirada a la camisa que llevaba puesta y la levantó sutilmente para mostrar la pelvis desnuda del omega—Aquí abajo no eres rubio.
Cuando Liam y Bastian volvieron de su salida al cine, se percataron de que Demian seguía afuera de la habitación. Aparentemente, el alfa iba a tener que acostumbrarse a los cambios de humor del omega.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Habían pasado un par de semanas, Noah ya estaba de mejor humor, procuraba pasar el mayor tiempo posible con su familia. Liam le ayudaba a elegir ropa de embarazado linda y a la moda, mientras que Bastian le preparaba tés para relajar a su hijo. Demian, por su parte, hacía todo por su omega, le preparaba su comida, lo bañaba, vestía y cuidaba con una entrega casi religiosa.
Sin embargo, era hora de poner en marcha el plan que llevaban maquinando en secreto desde días.
—Mamá—dijo Noah acercándose a Liam, quien se encontraba limpiando un poco de las verduras que estaban destinadas para la cena.
—¿Qué pasa cariño?
—Necesito ir a la ciudad a comprar unas cosas, ¿podrías acompañarme? —preguntó con tono dulce y casi suplicante.
—¿Demian no se pondrá celoso si vamos los dos solos? —preguntó ahogándose la risa y dejando las verduras de lado para secarse las manos y colocarlas en las mejillas de su cachorro.
—No lo hará—dijo con un puchero mientras su mamá le apretaba sus mejillas regordetas.
Había subido algo de peso y se le veía más cachetón que de costumbre, ni hablar de su pancita ya notable y redondita.
—Está bien—dejó en beso en el rostro de Noah—Deja y voy por las llaves.
—¡Gracias! —exclamó alegre, abrazando a su mamá.
Todo estaba listo, envió rápido un mensaje a Demian y en cuanto el alfa lo vio decidió poner en marcha su parte del plan.
—Oye, Bastian, tenía algo que preguntarte—comentó mientras terminaba de cargar un par de sacos con abono hasta la bodega de la florería en donde estaban haciendo inventario.
—Dime, hijo, ¿qué pasa? —preguntó sin dejar de hacer anotaciones en su libreta de las cosas que hacían falta.
—Verás, estoy pensando en comprarle un anillo a Noah por nuestro compromiso—dijo una pequeña mentira—Nos hemos comprometido tantas veces que pensé que no era necesario, pero, quería tu opinión antes de tomar una elección.
—Claro—dejó de lado sus anotaciones y sonrió—¿Cuándo tienes pensado comprarlo?
Demian solo sonrió inocente mientras jugueteaba con sus dedos.
—¿Hoy? —preguntó sorprendido.
—Bueno...—dijo sutilmente alargando la última vocal.
—¡¿Ahora?!
Demian sabía que el plan de Noah era algo extremista, pero no importaba si debía de llevar a rastras a su suegro, iba a conseguir todo lo que estaba en su lista para que esa noche fuera perfecta.
El plan salió con un par de tropiezos, el hecho de que el cuerpo de Noah ahora estuviera cargando no solo con su existir, sino también con el de un bebé, hizo del día algo completamente agotador, sin embargo, logró comprar las cosas necesarias.
Ya de noche, Noah le dijo a su mamá que debía de probarse el traje blanco que según había comprado para sí mismo, gracias al cielo que madre e hijo compartían las mismas medidas, además, habían hecho una parada al salón de belleza en donde Liam había quedado exquisitamente bello.
Demian por su parte, había derramado un poco de café "accidentalmente" en la ropa de su suegro, por lo que para compensarlo fue comprándole un traje elegante.
Tanto Noah como Demian iban en camino de regreso a la casa de la pareja adulta, esperando que todo estuviera listo tal y como les encargaron a los trabajadores de Bastian.
Demian llegó primero y se encargó de vendar a su suegro y llevarlo hasta el altar. Bastian amaba a yerno, pero estaba a punto de golpearlo. Todo el trabajo y planes que tenía para ese día se habían visto errados por la presencia de Demian, lo único que deseaba era que el día acabara para poder ver a Liam a su lado.
Noah, por su lado, había sido un poco más sutil y había prometido una enorme sorpresa a su mamá siempre y cuando mantuviera los ojos cerrados detrás de una venda.
—Noah...—no dejaba de decir nervioso el omega mayor—Me voy a caer.
—Solo un poco más—dijo con voz baja mientras guiaba a su mamá con cuidado—Alto aquí—rio nervioso, mientras volteaba la vista hasta el altar en medio del extenso jardín de su padre y como Demian trataba de mantener que Bastian no se quitara las vendas antes de tiempo.
Para haber planeado todo en tan pocos días, todo había quedado precioso. Habían puesto un pequeño arco en medio del jardín decorado de rosas blancas, el pasillo estaba tapizado de una alfombra blanca y velas iluminaban la noche junto con las luciérnagas del bosque.
—¿Por qué tanto misterio? —preguntó Liam al notar el extraño silencio.
Muerto por la curiosidad, se terminó quitando la venda, se quedó boquiabierto. Bastian no pudo evitar quedarse sin aliento al ver a Liam del otro lado del altar vestido de blanco.
Ambos se quedaron sorprendidos y cuando terminaron de encontrarse uno al otro, dirigieron su vista a cada uno de los elaboradores de tan precioso momento.
—Mamá—se acercó Noah con un hermoso ramo de rosas blancas—¿Vamos?
Liam no pudo aguantar mar el llanto y se lanzó a abrazar a su hijo. El corazón se le llenaba de gozo, ni en sus mejores sueños podía imaginar que lo que estaba viviendo era una realidad.
Finalmente, después de más de veinte años, al fin, estaba en camino a desposarse con el amor de su vida.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
—Alfas y omegas, estamos reunidos hoy, para atestiguar la unión de estas dos almas destinadas...—dijo el juez en medio de Bastian y Liam.
La pareja se sostenía fervientemente, las manos, mentiras, lágrimas y sonrisas hacían muestra de la felicidad que estaban viviendo. Particularmente, una lágrima bajó de la mejilla de Liam y Bastian no esperó a limpiarla con su pulgar, pero ese pequeño roce, el sentir que era real, la imagen tan preciosa frente a él, lo obligó a plantarle un beso al omega.
—Ejem—dijo el juez—El beso va al final—comentó haciendo que la pareja se sonrojara.
Noah soltó una sonrisa leve. Sus padres parecían un par de adolescentes nerviosos.
—Como decía—continuó el juez—El amor es algo que une a dos seres para toda la vida, es capaz de mover montañas, separar océanos y superar lo insuperable—hizo una pausa para extender sobre el atril una carpeta con el documento que oficializaba el matrimonio—Primero los botos del alfa.
—Ah...—salió un hilo de aire—Liam, desde que tengo memoria, te amo, creo que ha sido algo tan presente que me es difícil recordar el momento en que comencé a hacerlo, estoy seguro de que nací amándote, por lo cual, estoy igual de seguro que moriré amándote. Eres la flor más bella de este universo, prometo cuidarte, velar por ti, por nuestro hijo y nieto, haré de nuestra vida todo lo que te he prometido, porque no te mereces menos.
Liam sonrió embelesado, Bastian siempre había sido bueno para las palabras y ninguna era en vano, toda acción que hacía tenía que ver con lo que predicaba.
—Querido—sonrió Liam—Has sido mi compañero desde que tengo memoria, me has acompañado y respetado sin importar cómo nací, aún envuelto en cicatrices, me sigues viendo con los mismos ojos. Cometí muchos errores, sé que pude hacer las cosas diferentes...
—Oh, Liam, no digas eso...
—Es la verdad—se le hizo un nudo en la garganta—Teníamos una vida planeada, todo un porvenir, pero la vida se encargó de arrebatárnoslo, pero, aun así, estamos aquí hoy, en un altar, en medio de lo que alguna vez fue un sueño, al lado de nuestra familia—sonrió débilmente con los ojos inundados de lágrimas—¿Qué más podría pedir más que te quedes a mi lado?
—Aww, mi vida—dijo gentilmente Bastian queriendo besar nuevamente al omega.
—Te amo, me has dado todo, más de lo que alguien podría necesitar, me has sido fiel, pese al tiempo separados, pese a que sabías la realidad a la que me fue obligado estar, sin tener alguna evidencia de que seguía con vida, y me esperaste, me seguiste amando. Bastian, alguna vez dije que nacer omega era una desgracia por tener que casarme con un alfa, pero te veo frente a mí y digo ¡no puede haber mejor bendición!
—Ahora, pido a los testigos que firmen en donde corresponde en el acta—ordenó el juez.
Noah y Demian se hicieron presentes, ambos entregaron sus felicitaciones y bendiciones a la feliz pareja. Noah firmó como testigo de su mamá y Demian como testigo de su suegro.
—Ahora es el turno de la pareja.
Liam y Bastian tomaron la pluma y firmaron tomados de la mano, sintiendo una felicidad monumental.
—Por el poder que el estado Edimburgo me transfiere, yo los declaro, esposos, puede besar al omega.
Y sin lograr contenerse, Liam y Bastian sellaron la unión con un encarecido beso. Noah y Demian aplaudieron energéticos mientras daban una señal para los fuegos artificiales.
El cielo se llenó de luces y colores para el nuevo matrimonio. Liam no dejaba de llorar y Bastian solo podía besarlo para calmarlo. Después de un brindis, los acompañaron a otra parte del jardín para una pequeña cena que terminó en la tradición de lanzar el ramo, y, pese a ser el único candidato, Noah atrapó el ramo pese a que enorme estómago.
Una vez la noche avanzó, Noah y Demian llevaron a la feliz pareja a una limusina que los esperaba en la entrada de la casa.
—¿Y esto? —preguntó Bastian, sorprendido por tanta elegancia.
—Bueno, no pasarán su noche de bodas donde hay un omega embarazado—comentó Noah envuelto en los brazos de Demian—Necesitan su propia privacidad, así que les rentamos una habitación con el inglés gaélico que Demian nos permitió hospedar.
—Fe wnes i beth allwn i (hice lo que pude)—comentó el alfa. De tantos idiomas que hablaba justo había tenido que usar, al que menos había prestado atención en la escuela.
—Muchas gracias, hijo—dijo Liam abrazando a Noah y por automático, también a Demian—Muchas gracias.
—No es nada mami—dijo Noah sintiendo calidez en el abrazo de su madre—Disfruten su noche.
Bastian también se acercó un poco a Noah y le dejó un abrazo rápido y un beso, gesto que hizo que Demian lo contrajera más entre sus brazos, pero, aun así, Noah pudo sentir el amor de sus progenitores.
Una vez se retiraron, Noah y Demian regresaron a casa para dormir. El omega estaba cansado y sus pies estaban terriblemente hinchados, después de un masaje relájate, ambos se quedaron profundamente dormidos.
Había pasado mucho tiempo, y Noah durmió esa noche con la tranquilidad de que sus padres habían tenido el final que tanto merecían. Espera y que, con el tiempo, tanto él como Demian pudieran obtener el suyo.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Una semana después de la boda, Demian y Noah habían tomado la decisión de retirarse.
Noah había comenzado con náuseas matutinas muy fuertes, hasta las mismas feromonas del alfa lograban marearlo si estas llegaban a ser muchas. Casi no soportaba caminar grande distancias, su espalda dolía demasiado por el peso que ahora cargaba en su vientre y los pies lo mataban al tratar de sostenerse.
Habían planeado el viaje de regreso de forma que Noah no se cansara tanto, aun así, este se encontraba terriblemente agobiado por la despedida de sus padres.
—¿Prometes que estarás el día de parto? —preguntó Noah abrazando a Liam mientras lloraba de tristeza al sentir que se separaba nuevamente de su mamá.
—Lo prometo, mi niño, ahí voy a estar para cuidarte—prometió Liam dejándole un millón de besos en la carita regordeta de Noah.
—Por favor, llamen cuando lleguen y si llegan necesitar algo, cuenten con nosotros—comentó Bastian a Demian, al cual, despidió también con un abrazo—Cuida a mis chicos, ¿ok?
—Claro, así será—contestó Demian tomando a Noah de la mano para comenzar a caminar hasta el pase de abordaje—Es hora, cariño.
—S-Si—se limpió las lágrimas y le dio un último beso a su mamá y papá—Nos veremos pronto.
Y casi siendo imposible separarse, una vez fueron llamados los pasajeros a abordar, Demian y Noah subieron al avión. Habían pedido asientos en primera clase para la mayor comodidad de Noah, además, al estar embarazado, las azafatas tuvieron precaución atención con el omega.
Gracias al cielo el vuelo no duró demasiado y al arribar solo bastó una vomitada para que Noah se sintiera aliviado.
Al llegar a la terminal, se encontraron con la grata sorpresa de las madres de Demian dándoles la bienvenida a los tres.
—¡Mamás! —exclamó Demian ante la cordial bienvenida de sus dos progenitoras—Pensé que nos veríamos en la cena—comentó sin dejar de abrazar a sus madres. Las había extrañado mucho.
—No pudimos esperar—comentó Maya dándole un beso en la mejilla a su hijo.
—¡Noah! —exclamó Amber saltando sobre el omega—Dios, qué emoción volver a verte—abrazó apasionadamente—Mírate, qué pancita tan hermosa—comentó viendo el vientre abultado del omega.
—Gracias—dijo Noah con una sonrisa—Los extrañamos mucho—suspiró sujetando su estómago—Todos nosotros—sonrió.
—¿Cómo están tus padres?
—Se quedan felices—contestó recargándose un poco en el pecho de Demian, quien cargaba con todas las maletas—Estarán con nosotros una vez el parto se acerque.
—Se ven cansados, vamos, les tenemos una sorpresa—comentó Maya ayudando un poco con las maletas a Demian.
Una vez llegaron a la camioneta, Demian abrió la puerta para Noah, quien al subir notó una transportadora donde estaba su gatito.
—¡Larry! —exclamó de alegría sacándolo de la transportadora para abrazarlo—Te extrañé mucho, mi niño hermoso, solecito de mi vida, pechocho...
El mínimo notó la presencia de Noah y comenzó a maullar mientras se contoneaba sobre el omega. No pudo evitar besarlo y entregarle un par de caricias que lo hicieron ronronear.
Parecía imposible, pero Demian por primera vez en su vida, deseó ser ese maldito gato.
El trayecto fue tranquilo y placentero, gran parte del viaje Noah platicó lo hermoso que había sido pasar tiempo con sus padres, además, de mostrar las preciosas fotos de la boda.
De no haber estado tan periodo en la sonrisa de Noah, Demian se pudo haber percatado que su madre había tomado un trayecto diferente al usual. Se terminó dando cuenta hasta que se estacionó en una zona residencial bastante elegante.
—Llegamos—dijo Maya apagando la camioneta.
—Madre, esta no es la casa—notó Demian.
—¿Crees que voy a llevar a un omega embarazado a la casa de otra alfa? —cuestionó haciendo notar que su hijo ya estaba pasando por la etapa territorial.
—¡Bajen! —dijo Amber emocionada.
La joven pareja se quedó extrañada, pero siguieron la orden de la pareja mayor.
Frente a ellos, una hermosa casa de dos pisos y un ático, un patio delantero precioso, pequeño, pero muy adorable. Al entrar, se encontraron con la casa completamente amueblada en un estilo minimalista y moderno.
—Woou—dijo Demian sorprendido por la extensa propiedad.
—Sí, woou—comentó Noah mientras avanzaban.
La casa contaba con una enorme sala principal, comedor y cocina de última generación, cuarto de lavado, un segundo piso con tres habitaciones y un ático con un precioso ventanal que daba una vista al patio trasero.
—Es una hermosa casa—dijo Noah una vez el recorrido terminó. Su cuerpo ya no le permitió seguir en pie y se recostó en el sofá más grande de la sala, gracias al cielo, era tan suave como una almohada.
—Nos alegra que les guste—comentó Maya con una sonrisa mientras los demás también tomaban asiento.
—Es preciosa, pero, no entiendo—habló Demian con un tono angustiado—¿Por qué nos trajeron aquí en primer lugar?
—Bueno...—empezó nerviosa Amber—No se iban a poder quedar en nuestra casa para siempre, querido, ustedes van a formar una familia y necesitan su propio espacio.
—¿Eh? —esta vez fue Noah el que se tonó confundido.
—Consideren esta casa un regalo de bodas—sonrió Maya, algo que casi no hacía—Pero no lo den por sentado, aún necesito que tú termines tu educación—señaló a Noah—Y que tú sientes cabeza en las responsabilidades de la familia Anderson—terminó señalando a Demian, quien solo suspiró mientras asentía.
—No lo daremos por sentado, madre—se acercó a Noah y lo tomó de la mano—Nos encargaremos deshacer de esta casa un hogar.
Maya sonrió confiada y miró con seguridad a la familia que se formaba frente a ellos. Había esperado el día en que su hijo se convirtiera en un alfa responsable y respetuoso con su pareja, tal vez no había sido la mejor madre del mundo, pero sí tenía al mejor hijo del universo.
—¡Yo preparo la cena! —exclamó Amber poniéndose de pie para poder hacer uso de la nueva cocina.
—¡Gracias al cielo! —exclamó Noah mientras sentía como babeaba por la comisura de sus labios—Bebé y yo nos estamos muriendo de hambre.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Después de cenar todo lo que quiso, Noah terminó completamente rendido. Amaba a sus suegras con locura, pero el momento más feliz de su día había sido cuando finalmente se habían retirado para dejarlo a solas con Demian.
—¿Quieres un baño? —preguntó Demian mientras lo cargaba con cuidado al segundo piso. Noah se encontraba dormitando en sus brazos, logrando solo asentir con la cabeza.
—¿Con extra espuma? —bostezo acurrucándose en el pecho de Demian.
—Sí, mi amor—alcanzó a besarle su cabellera.
El baño fue un alivio para Noah. Le sorprendía como toda la casa estaba condicionada para ellos, había todo lo necesario para sus comodidades, inclusive, un mini colchón para la bañera en donde Noah podía recostarse sin la necesidad de sentir el duro mármol de la bañera.
—Eres precioso—besó Demian las mejillas de Noah mientras enjabonar todo su cuerpo.
Noah ladeó sutilmente la cabeza para poder besar a Demian en los labios.
—Te amo—musitó sintiendo sus ojos pesados.
—Yo más...
Noah volvió a besarlo mientras sentía como Demian con delicadeza de la barbilla. Se dejó llevar por la calidez del beso hasta que sintió malestar en el vientre.
—Auch—musitó separándose de Demian.
—¿Te duele algo? —preguntó preocupado.
—Mmgh—se quejó moviéndose sutilmente en la bañera para volver a acomodarse—No es nada—sonrió—Mira...—tomó la mano de Demian y la colocó en su pancita.
Demian se extrañó un poco, estaba a punto de cargar al omega y llevarlo al hospital más cercano, de no ser porque de repente sintió un ligero empujón en su mano. Noah aguantó lo más que pudo, si bien, era doloroso, la emoción de sentir las primeras patadas de su bebé era insuperable.
—Oh por Dios—expresó Demian usando esta vez sus dos manos para abarcar todo el espacio—Esto es lo mejor que he sentido en mi vida.
Pareció que el bebé lo sintió porque nuevamente comenzó a haber movimiento.
—Eso que sientes, es nuestro hijo—comentó Noah también colocando sus manos en su vientre—Es nuestra familia.
—Oh, mi amor—lo besó incontables veces sin dejar de sentir su precioso vientre—Me has dado más de lo que podría imaginar.
—Tú me has dado...—suspiró perdiéndose en la mirada de Demian—Todo—sonrió abrazándolo y volviéndolo a besar.
—Seremos una hermosa familia.
—Sí—sonrió Noah—Una hermosa familia.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Con la noticia de que nos quedan cerca de dos capítulos y un epilogo de esta preciosa historia que inicié en pandemia. La verdad muchas gracias por acompañarme en esta extraña historia, pero que, he trabajado mucho en su creación.
Con anuncios de que pienso extender el universo de "Fire on fire". Tengo en mente un spin off de la historia de Milo y Dominique y qué pasó después de que Milo dejara a Nicholas.
También un one shot de la historia de Liam y Bastian (esta estoy disfrutando demasiada escribirla)
Y tal vez una micro historia que hable un poco sobre el futuro, pero la verdad, ya van varias veces que la escribo y la borro, sus personajes serán más complejos que los que se escribieron en esta historia y se tocarían temas morales muy a fondo. ¡OJO! Esta historia tendría 2 protagonistas con sus propias versiones de la historia, así que aún me falta organizar la cronología, pero espero pronto tenerla disponible.
Me voy no sin antes dejarles referentes de cómo fue la boda de Bastian y Liam. (esta imagen fue creada con inteligencia artificial con fines recreativos y solo ser referente de una de las escenas planteadas en la historia, las demás ilustraciones de la historia son creadas por artistas talentosos y remunerados de forma monetaria por la autora)
Y ya que estaba jugando con la IA, les traigo una imagen referente de cómo se ve Demian según la sellora IA (esta no es una imagen oficial, para eso se tiene a una ilustradora y usteds son libres de darle el aspecto que desean al personaje)
¡NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO!
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