Capítulo 39
Oigan y que me morí jaja
Naah, mentiris, pero si estuve tres meses luchando con una cosa llamada universidad en donde casi me muero, pero para conpensar les traigo estas 6345 palabras que tanto me había tardado en escribir.
Espero que lo disfruten y si no tienen contexto pues repasen un poco porque se viene el dramón de la vida (y eso que me faltaron cosas que dejé para el siguiente capítulo) En fin, ¡disfuten la lectura!
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
—Odio esto—se quejó Noah mientras prevalecía sentado en el laboratorio clínico donde una enfermera se estaba encargando de drenar su sangre para encapsularla en pequeños cilindros que después serían observados.
—Yo también—habló Demian con un tono de voz frustrado, pero su serenidad calmaba a Noah e hizo que el dolor de la aguja perforando su piel fuera llevadero.
—Cuando era niño siempre tenía heridas, pero pocas veces venía a un hospital—narró mientras sentía como Demian tomaba su mano y se recostaba sobre la camilla para prestar más atención a la historia de Noah—De alguna manera terminé sin cicatrices, pero se lo debo a Ellio.
—Él cuidó por mucho tiempo de ti—musitó tomando la mano de Noah. No entendía por qué, pero desde hacía días no podía dejar de sentirse hipnotizado por el omega, como si su alfa interior quisiera estar con él y protegerlo en todo momento, aun si a lo que se enfrentará fuera a una aguja perforando su piel.
—Siempre lo he considerado mi mamá—vaciló enfocados en el fondo de la habitación.
El ambiente se vio interrumpido cuando la enfermera volvió a entrar en esta. La joven pareja esperó a que la enfermera terminará con su labor, en un hermoso silencio que fue cómodo para los enamorados.
—Bien, los análisis estarán en unas horas, pueden esperar o los enviaremos por correo—comentó la enfermera dando instrucciones específicas—Pueden ser normales mareos y dolores de cabeza, así que les daré unos minutos, después pueden retirarse con toda confianza.
—Muchas gracias—habló Demian ayudando a Noah a que se sentara en la cama.
Una vez que la enfermera salió de la habitación se quedaron juntos. Debían de esperar a los resultados por órdenes de Alek. Se quedaron en silencio un par de minutos mientras Noah comía una galleta para recuperar un poco de sus fuerzas, pero fue la misma soledad y conformidad la que hizo que Noah de repente comenzara a sentir un apetito hacia su pareja.
—Oye—llamó la atención de su pareja—¿No quieres hacerlo aquí? —preguntó con un tono de voz risueño. Como si se tratara de un niño a punto de hacer una travesura.
Demian se sonrojó ante la repentina petición, no podía esperar menos de su amado. Dicha solicitud hizo que soltara una pequeña risa que dejó encantado al omega. No era una mala idea, últimamente las feromonas de Noah olían deliciosas, era inevitable para Demian resistirse al impulso de follar con su amado.
—¿Traes contigo un disfraz de enfermera? —cuestionó con el mismo tono burlón sentándose a un lado de su media naranja.
—No hace falta—respondió coqueto mientras cruzaba sus piernas para marcar sus caderas tentadoramente para la vista del alfa—De todas formas, me lo quitarás.
Demian rio bajito, no podía ganarle a la astucia de Noah, siempre quedaba mudo ante las fluidas y certeras palabras que embocaba. Conmovido, decidió mejor depositar un beso en la frente del rubio.
—Te amo—musitó con ternura recargando su cabeza en el hombro de su pareja.
—Te amo—repitió.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Alek Luttrel podía parecer un alfa perfecto. Tenía un trabajo perfecto, al esposo perfecto, la familia perfecta, hasta sus malditas muelas del juicio lo eran, sin embargo, había una cosa que siempre lo doblegaba, eso, sin contar que su esposo siempre lo emboscaba con trajes ardientes que resaltaban su sensualidad, no, Alek Luttrel seguido se tenía que enfrentar con su mayor martirio.
El síndrome de Couvade.
—¿Estás bien, mi amor? —preguntó Ellio entrando al baño con un vaso de agua. Estaba preocupado por su esposo, llevaba mucho tiempo dentro.
—Solamente es estrés—musitó sin despegar su cabeza del retrete, ni siquiera podía abrir los ojos, todo le daba vueltas, cuando menos se dio cuenta volvió a dar arcadas sin lograr que algo saliera de su estómago, simplemente escupió saliva para quitar la sensación de asco—Estoy bien—musitó bajando la cadena para ponerse de pie lentamente.
—Olvídalo, alistaré a los niños—extendió el vaso de agua para que Alek pudiera calmarse un poco.
—No—señaló tomando un poco del agua, llegó a hacer gárgaras para después recargarse en el lavadero—Yo lo haré, tú descansa—tomó su cepillo de dientes y comenzó a limpiar su boca.
—Diablos, Luttrel—gruñó el omega cruzando sus brazos y mirándolo molesto—Estoy embarazado, no parapléjico, además, tienes el caso de Noah en pocos días, debes de preparar las preguntas para los testigos y las pruebas si no quieres que ese otro abogado de las corbatas ridículas te gane—señaló con ese tono tan sarcástico y orgulloso que lo representaba—Yo mando a los niños a la escuela, tu trata de no dar a luz—bromeó saliendo del baño directo a la cocina para preparar los lonches y el almuerzo de sus cachorros.
Alek terminó de limpiar sus dientes y salió preocupado tras su esposo. Ellio seguía tan activo como siempre, sin su trabajo trataba de seguir proactivo, sin embargo, a fecha del nacimiento de los gemelos se estaba acercando, debían de tener mucho cuidado y estar al pendiente de cualquier cosa que pudiera perjudicar la salud de los bebés y de Ellio. Eran días decisivos.
—Cuidado—musitó desde una esquina de la cocina, no soportaba el olor del aceite de coco.
—Cálmate—río sin dejar de prestar la atención a sus acciones—Estás raro desde la llamada de ayer—señaló metiendo un poco de carne al sartén, tenía pensado hacer mini hamburguesas para el lonche de sus cachorros, sonaba fácil, pero era en realidad el almuerzo de cuatro pequeñas personas más las papillas del hijo mejor no eran una tarea fácil, pero estar ocupado era algo que le gustaba a Ellio.
—¿Raro? —cuestionó sin entender a lo que se refería—Estoy bien...
—Diste vueltas en la cama toda la noche, despiertas con náuseas y cuando te alteras tus feromonas cambian a un olor a tierra mojada—describió detalladamente sorprendiendo a Alek, aunque era de esperar, llevaban tanto tiempo juntos que le era imposible guardar un miserable secreto—¿Acaso me estás engañando y por eso estás tan nervioso? —preguntó burlista, sabía que Alek nunca lo haría, pero era divertido ver como este reaccionaba.
—Peor—permaneció lejos del sartén—Llamó...—estuvo a punto de decirlo, pero no era el momento, no quería que la sorpresa de que había hablado con el posible padre omega de Noah le causara exaltación a su pareja. Únicamente por ese momento mentiría—Llamó el hermano de Noah, quiere hablar...
—¡Ese desgraciado! —enfureció dando vueltas a las carnes y casi terminadas—¿Qué busca el infeliz? ¿Chantajearte? —expresó con voz molesta. Su odio por el hermano de Noah era similar al que le tenía a la progenitora de ambos, solamente era otra rata de la familia Miller.
—Tiene una pista—musitó sin llegar a ser audible para Ellio.
—¿Qué dijiste, amor?
Antes de que Alek pudiera volver a repetir la frase los pasos saltarines y emocionados de la más pequeña de sus princesas se escuchó llegar hasta ellos.
—¡Mami! —exclamó Brook corriendo hasta la cocina hasta llegar a las piernas de su madre. Lo abrazó con felicidad al ver que seguía en la casa, ya que usualmente Ellio estaba ausente por el trabajo, aunque ahora las cosas eran diferentes y más alegres para los cachorros de la casa Luttrel.
—Buenos días, princesa—sonrió tratando de agacharse para pagar a su pequeño retoño, aunque esa acción se vio interrumpida ante una oportuna y falsa tos que Alek hizo resonar desde el fondo de su garganta.
No pasaron tantos minutos cuando sus otros cuatro cachorros ya estaban de pie haciendo un remolino alrededor de Ellio. El omega estaba feliz de estar rodeado de su familia, se tomó el tiempo de acariciar sus cabecitas y admirar lo mucho que habían crecido.
—¡Niños! —proclamó Alek desde su lugar—Vamos a comer—ordenó haciendo que los pequeños salieran de la cocina y ayudarán a poner la mesa.
Así eran las mañanas en la casa Luttrel, escandalosas, desordenadas y llenas de energía. Ellio estaba concentrado en alimentar a Zaid y Brook, eran los bebés de la familia, por lo que ocupaban más ayuda que sus hermanos mayores; todo estaba perfectamente pacífico cuando de pronto y sin previo aviso, Ellio sintió un dolor emanar de su vientre.
—Ay—se quejó sobando su barriga, dolía mucho, era como si alguien le estuviera pateando sus entrañas—¡Amor! —llamó a Alek con lo que parecía ser una sonrisa en sus labios. El alfa inmediatamente dejó de ayudar a Connor a cortar su omelette cuando escuchó el llamado de su esposo—Ven, cariño...
El alfa se acercó rápidamente hasta su esposo, su preocupación incrementó al ver que este no apartaba su mano de su vientre. El pánico se veía cerca, podía ser cualquier cosa, el parto se pudo haber adelantado, los bebés estaban en peligro, eran mil y un pronósticos terroríficos pasando por la mente del alfa, sin embargo, todas esas nubes de inseguridad se esfumaron cuando Ellio tomó una de sus manos y la posó en su vientre.
No importaba cuantas veces lo sintiera, siempre su corazón se llenaba de dicha y alegría al sentir las primeras pataditas de los bebés en el vientre de su marido.
—Ohh, mi vida—musitó estupefacto, casi mudo ante la sorpresa. No pudo más, estaba en la gloria, al sentir esos diminutos piecitos moviéndose. Terminó besando el vientre de Ellio y posando su frente en este con ternura—Muchas gracias, amor.
El rubio se ruborizó ante la tan tierna muestra de afecto y devoción, no cabía duda que el destino había puesto en su vida al mejor alfa de la historia.
—¿Qué es? —preguntó Magnolia, la mayor de sus hijas, tan curiosa y emocionada como de costumbre.
—Yo también quiero tocar—expresó Connor de la mesa para llegar hasta su mamá.
—¡Yo quiedo! —habló emocionada Brook.
—¡Y yo! —fue el turno de Dylan.
Cuando menos se dio cuenta ya tenía a toda su familia con sus manos en su barriga, sintiendo como los gemelos en su interior se movían al sentir la calidez de sus padres y hermanos mayores. Alek se quedó encantado con la imagen de su familia, supo que eso quería para Noah y Demian, que ambos pudieran hacer su propia vida. Sabía que necesitaba hablar con Liam Thatcher por el bien de todos, por la oportunidad de tener un futuro.
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—Quiero dejar en claro desde este momento que no me gusta esta idea—declaró Cameron con un tono de voz severo y arisca como de costumbre. Caminaba cuál león enjaulado, paseando por su lujosa sala de un lado a otro ante la ansiedad de tener a otro alfa en su territorio.
Odiaba la idea de Alek Luttrel en sus aposentos, si su madre se enteraba de que estaba conspirando en su contra se encargaría de matarlos antes de lograr su cometido. Sin embargo, sus pensamientos dejaron de importar cuando el timbre de su puerta resonó. Tuvo que respirar profundamente al llegar a la entrada, abrió lentamente para tomarse con el rostro serio y frívolo del alfa castaño.
—Más vale que no sea una mala broma—gruñó alzando la vista para ver que no se tratara de una trampa, no era la primera vez que lo citaban a un lugar que resultaba ser una emboscada.
—Él está adentro, en su alcoba—contestó caminando de regreso al interior de su casa dejando la puerta abierta, dando así la libertad de Alek de entrar o salir a su placer.
Alek caminó con cuidado detrás de Cameron. Todo dentro del departamento se veía ordenado, no parecía haber tantas personas, pero únicamente logró bajar completamente la guardia cuando se abrió la puerta de la antes mencionada habitación. Quedó instantáneamente en shock, no cabía duda, Demian había tenido razón.
El omega frente a él era igual a Noah, cada pequeño rasgo de su pálida piel era el reflejo perfecto del omega, con la diferencia en que el omega frente a él posaba una sutil barba, ojeras, moretones y el cabello largo. Se veía arruinado.
—Gusto en conocerlo, señor Luttrel—habló con voz ronca desde la cama donde estaba posado.
Alek al instante se quedó paralizado por escuchar la voz del omega frente a él. Era cruda, pero amable. No podía dejar de verlo, a medida que lo observaba más familiar se le hacía a Noah.
—Señor Miller...—lo saludó haciendo una sutil reverencia.
—Thatcher—corrigió.
—¿Disculpe?
—Es mi apellido de soltero—argumento—Por si no lo ha notado, no tengo nada que ver con los Miller.
—Tiene razón—suspiró acercándose a la cama.
Alek se sorprendió al ver lo equipada que estaba la habitación, Tenía una enorme ventana, aire acondicionado, olía a limpio y las sábanas se veían nuevas.
—Señor Thatcher, ¿desde cuándo vive aquí?
—¿En esta casa o en este país?
Alek contuvo la respiración, no sabía ni por dónde comenzar, ni siquiera tenía las palabras correctas. Le costaba trabajo creer que estaba enfrente del papá omega de Noah, seguía pensando que era una trampa, estar perdiendo su tiempo con un impostor, aunque, su instinto le decía que debía de descubrir la verdad.
—Divaga, ¿verdad?—volvió a la realidad al escuchar la risueña voz de Liam—Los alfas son por naturaleza analítica, está en su instinto—habló risueño—Los omegas somos más sensitivos, por lo que cada vez que escuchaba los gritos y lamentos de Noah, mi corazón se rompía al no poder ayudarlo—cambió su voz a una más apagada, como si el recuerdo y el dolor permaneciera vivos—Es por eso que entiendo que su crítico y prejuicioso reflexionar, comprendo que tenga dudas, pero no permitiré que suponga que mi dolor es falso—argumentó con una postura más recta.
—Tiene razón—suspiró siendo más empático con el omega, después de todo, esas heridas no parecían falsas—Pero necesitaré respuestas a mis preguntas, sobre todo a la de: ¿por qué no pudo ayudar a Noah siendo consciente de lo que su madre le hacía?
—Su madre nunca me dejó cuidarlo—respondió recargándose de nuevo en sus enormes y suaves almohadas—Yo vivía en Escocia, mi familia no tenía dinero ni propiedades, sin embargo, vivíamos bien y en mi juventud conocí a mi destinado, Bastian—sonrió al pronunciar ese nombre que siempre le robaba el aliento—Un alfa humilde, sueño de una florería de su pueblo—sonrió con añoranza y ternura—Lo amaba mucho, pasamos nuestra juventud juntos hasta que la familia Miller junto con mi familia decidieron vender me a esa horrenda mujer.
—¿Qué hizo su pareja en ese entonces?
—Tratamos de escapar—explicó haciendo que Alek sonriera. Pareciera que estaba en la sangre de Noah el escapar por amor—Lamentablemente dieron con mi paradero y mi Bastian...—suspiró con pesadez—Pensé que habrá muerto, aún recuerdo su cuerpo manchado sobre su sangre.
Alek tomó notas mentales sobre lo que escuchaba, tenía una grabadora debajo de su saco, pero necesitaba escuchar la versión completa para que el testimonio fuera creíble y no hubiera espacio para dudas.
—Cuando llegué aquí me casaron y esa mujer abusó de mí hasta el momento en el que di a luz.
—Espere...—interrumpió abruptamente—¿Hasta qué dio a luz? ¿Quiere decir que ya estaba embarazado antes del matrimonio?
—Por algo quería que viniera, para que supiera la verdad—contestó honestamente.
—¿Noah es hijo de su destinado?
—Correcto—confirmó sonriendo sutilmente—No hay nada de Miller en Noah.
—Entonces él es...
—Thatcher—confirmó—Noah Glenn Thatcher—completó el nombre de su hijo—Glenn es el apellido de Bastian, Thatcher es el mío, pero espero cambiarlo una vez regrese con mi Bastian.
Alek sintió como su corazón bombeaba adrenalina. Todo lo tenía grabado y el omega frente a él era el testigo que necesitaba. Sentía como las piezas del rompecabezas se unían, eso explicaba el odio de la señora Miller sobre Noah, porque en el fondo sabía que no era su hijo.
—¿Su pareja sabe de Noah? —aportó una pregunta más.
—Sabía que estaba embarazado cuando me trajeron a este país, nos hemos escrito cartas recientemente en donde hablo de lo que pasó y sobre Noah.
—¿Tiene consigo esas cartas?
—¡No! —esta vez fue la gruesa y ensordecedora voz de Cameron la que resonó en la habitación—Las cartas las quemé para que mi madre no las descubriera, ella desconoce que Bastian está vivo, si lo descubriera no solo se aseguraría de matarlo, sino de matarlo junto con nosotros.
—Pero...—pensó el alfa castaño su siguiente pregunta—Sí conoces el paradero de Bastian ¿Crees que podría venir a testificar? —preguntó a Cameron al notar que él tenía el control del tema.
Liam inmediatamente se alzó en la cama, comentó incluso a transpirar feromonas ante la ilusión de tener a su pareja destinada frente a él antes de lo reflexionado.
—No—gruñó lleno de furia—Sería peligroso para Liam, es algo que no puedo permitir.
—¡No! —exclamó el omega con una voz desgarradora—¡El señor Luttrel puede ayudarlo a venir! ¡Nada ocurre dos veces iguales! —sus ojos se llenaron de lágrimas al ver que la oportunidad de ver a Bastian se esfumaba.
—¡Ya es lo suficientemente peligroso que él esté aquí! —exclamó señalando a Alek—¿Por qué mierda insistes en poner en peligro tu vida?
—¡¿Vi-Vida!?—tartamudeó ante su ira contenida—¡Esto no es vida! —finalmente alzó la voz junto con un par de lágrimas que se desbordaban de sus ojos.
Alek analizaba el comportamiento de Liam, su instinto le decía que definitivamente era el mamá biológico de Noah. Lo podía ver en sus ojos, ese sentimiento proyectado en los ojos del omega frente a él, lo había visto antes en los ojos de Ellio cuando uno de sus cachorros estaba enfermo. Todo ese dolor, angustia, sufrimiento y tristeza que en realidad estaba vestido de amor.
—De hecho, existe una manera—expresó pacífico, llamando la atención de ambos—El contrato matrimonial de Noah con Nicholas Ivanov dice que únicamente se puede casar con Noah si ha nacido de dos alfas, algo que es completamente mentira.
—Además, Noah no es un Miller—agregó Cameron desde su postura—¿No puede trabajar solo con eso?, ya sabe, con material que no comprometa a Liam.
—Temo que no—encaró Alek poniendo de pie—Odio decirlo, pero mi adversario es un buen, abogado, tonto, obstinado, y en palabras de mi esposo 'un gremlin deforme' que no acepta un no por respuesta, por lo que no necesito de un solo testimonio, sino de algo completamente tangible—giró hacia Liam—Disculpe, ¿puedo ver su marca?
Liam tocó su nuca con vergüenza. Ahora su cabello era tan largo como para cubrir su marca, pero pese a eso, podía sentir las cicatrices sobre su piel.
—Bastian me marcó antes de tener a Noah—musitó decaído—Pero Miller me marcó al poco tiempo, por lo que la marca de mi Bastian desapareció y para asegurarse de no olvidarlo, pues, ella...—descubrió su nuca dejando a la vista algo que dejó asqueado a Alek.
Era una vista terrorífica, la piel del omega no solamente tenía una herida abierta, sino que toda su piel estaba deformada. Cameron se limitó a desviar la mirada, no podía ver eso, no sin quebrarse, y flaquear para él era pecado.
—Tomaré fotografías, pero necesito análisis de sangre y el testimonio del doctor que lo atendió—comentó el alfa mayor.
—Mi prometida no se verá involucrada en esto—gruñó Cameron, parecía que lo único que sabía hacer era gruñir y mostrarse molesto, Alek hasta lo llegó a comparar fugazmente con la imagen del pato Donald.
—Lamentablemente, ya lo está—expresó sin más caminando hasta la salida—Solicitaremos pruebas de ADN, así que mejórese pronto—sonrió honestamente a Liam—Verá a su familia.
Los pulmones del omega se llenaron de aire junto a su espíritu de vida, no podía creer las palabras que escuchaba, finalmente, después de mucho tiempo, al fin podía sentir que era una promesa real.
—Gracias—sonrió de vuelta derramando lágrimas de felicidad.
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La noche había llegado tan rápido como el desespero de la pareja ante el aburrimiento que había sido quedarse en el hospital haciendo tiempo en lo que los resultados de la prueba de sangre salían a la luz.
—Debimos haber ido a casa— expresó Noah apático ante el silencio que había reinado en la habitación por mucho tiempo, se estaba quedando dormido ante las canciones que tarareaba su novio mientras se entretenía masajeando los pies de Noah de una forma religiosa.
—Alek dijo que estaban inspeccionando la casa, además, se notaba que nos quería ocupados—habló intimó con una bella risita mientras seguía en su acción. Los pies de su amado estaban últimamente muy hinchados, pero suponían que era por el estrés.
—Si—bostezó recargándose en la almohada dejándose consentir—Algo debe de estar tramando.
—Tal vez está despertando a los muertos para que testifiquen a tu favor—bromeó acercando el recién pie masajeado de su pareja a sus labios, besándolo cariñosamente—¿Tienes hambre, amor? —preguntó al escuchar sutilmente el rugido del estómago de su omega.
—Sí, amor—habló cursi—Tu bebé quiere comer.
—¿C-Cuál bebé? —cuestionó tímido sonrojándose sutilmente.
—Yo—sonrió señalando sé a sí mismo—¿Soy tu bebé, ¿no?
—Así es, mi caramelo de chocolate—bromeó sacándole una carcajada a su pareja—No tardó—besó rápidamente los labios de Noah haciendo que este lo mirara reacio al recordar que esos mismos labios habían estado en sus pies hace unos segundos.
Antes de que Noah pudiera quejarse, Demian salió triunfante y riendo bajito. No importaba, el omega terminó riendo igual ante la dulzura que desbordaba Demian. Esperaba que las cosas continuaran así, únicamente ellos dos y nadie más.
—Disculpe...
Sus pensamientos se vieron interrumpidos ante la llegada de la enfermera que había tomado su muestra de sangre. Noah inmediatamente se sentó rígidamente en la cama.
—Adelante—habló haciendo que la enfermera entrara.
—Gracias—sonrió de vuelta entrando a la alcoba—Los resultados llegaron, una disculpa por la tardanza, pero tuvimos que hacer varias pruebas para confirmar la exactitud de los resultados para el juez—comentó extendiendo un folio hasta la mano del omega.
—Muchas gracias.
—Es un placer—sonrió—Y felicidades...
Noah se quedó extrañado por el comportamiento y palabras de la enfermera, suponía que se trataba por su entusiasta juventud o alto entusiasmo, aunque debían de ser ambas, apostaba a que la enfermera solamente estaba tratando de ser empática con los positivos resultados de Noah, pero no tenía sentido, se suponía que eran análisis extremadamente objetivo y confidenciales.
¿Qué le importaba a una simple enfermera la salud de un simple omega? Cuál fuera la respuesta, estaba dentro del sobre. Poco a poco y cuidando de no romper el sobre para posteriormente arreglarlo como si nunca se hubiera abierto, sin embargo, a medida que abría el contenido, la corazonada de que algo extraño estaba dentro lo conmocionó.
—Mierda—musitó conmocionado por lo que estaba leyendo.
Estaba saludable, había rastros de la droga en los niveles químicos. Todo se veía con normalidad hasta que llegó a la última hoja.
El asombro e inseguridad fue inevitable, el sentimiento de cómo un balde de agua helada le caía encima y como sus pulmones se vaciaron de aire lo poseyeron. El impacto fue tan grande que pareció sentir como el nudo de su garganta se tensaba dejándolo mudo y sus piernas inertes temblaban ante lo que sus ojos leían y volvían a leer intentando de que no se tratara de una broma provocada por el hambre.
Nunca pensó que siete letras lo podrían alterar tanto.
—Positivo...
No sabía cómo sentirse, no podía ser verdad, no en un momento tan crucial en su vida.
—Esto debe de ser una broma—su labio tembló y sus ojos se humedecieron rechazando la abrupta noticia.
No podía estar embarazado, no con su juicio en camino, no con la posibilidad de que el juez fallara a favor de Nicholas, no con la amenaza de que su madre lo asesinara, no con Demian apenas tomando las riendas de su vida. ¿Qué iba a hacer con un niño? ¿Cómo siquiera podía criar a uno cuando apenas y podía tener control sobre su vida?
La culpa lo invadió rápidamente, comenzó a llorar asustado sin dejar de sostener la delgada hoja con los resultados de su embarazo. Ahora estaba más claro sus disparos hormonales y la demanda de atención de su alfa, la poca tolerancia a los olores intensos y sus pies hinchados. ¿Cómo había podido ser tan tonto? ¿Por qué siempre arruinaba las cosas?
Sabía que Demian iba a volver pronto, trató de calmarse haciendo que aguantar el sollozo y la vulnerabilidad un martirio, sentía como se quebraba, como si quisiera desaparecer, morir en ese momento, que Dios lo tomara e hiciera que su existencia nunca hubiera pasado.
—¡Ya volví, amor, traje hamburguesas! —entró Demian entrando de sorpresa a la habitación haciendo que Noah saltara asustado, ocultando rápidamente los papeles en el interior de su ropa.
—Hola—trató de fingir una sonrisa, pero sus labios frustrados lo delataron, sus ojitos marrones acompañados de rojo y su tono de voz sumiso, le hicieron saber al alfa que algo estaba mal.
Demian se acercó con cuidado y tomó con delicadeza el rostro de su amado. Limpió las lágrimas que se cayeron sobre las mejillas de su novio y las limpió sonriendo amablemente.
—¿Qué pasa, Noah? —preguntó amoroso tratando de que la vista de su omega se fijará en la de él.
—T-Tengo los resultados—musitó posando sus manos sobre las de Demian, cerrando sus ojos y haciendo que más lágrimas salieron ante la pesadez de sus párpados.
—¿Y todo está en orden? —cuestionó poniéndose a la altura de su amado.
—Es que...—vaciló separándose sutilmente de Demian—Es que...
No podía creer lo que iba a hacer, había prometido a Demian que no volvería a mentirle, pero sabía que era capaz de abandonar todo si se enteraba de que estaba embarazado. No era justo, no podía hacerle más daño, no podía convertirlo en padre cuando la idea del matrimonio entre ellos seguía siendo lejana.
—Es que estoy feliz—lo abrazó cuidando que los brazos del alfa no tocaran el papel de los análisis debajo de su ropa—Solo falta que el juez vea que no mentimos.
—¿Ya viste los resultados? —cuestionó pacífico posando sus labios en la cabecita rubia de su amado. Olía dulce.
—No—mintió, una mentira que le dolió en el corazón—Pero tengo una corazonada—se alzó de puntillas dejando un beso en los labios de Demian—¿Quieres ir a comer a la casa?
—Claro—besó nuevamente a Noah.
Iba a doler, pero sólo sería ese día, sólo por un día quería que las cosas se mantuvieran como siempre, únicamente ellos dos, compartiendo la música de la radio de regreso a casa, jugando en los pasillos de la casa, comiendo hamburguesas y papas fritas viendo una de las películas raras de Demian, viendo memes en internet y quedándose dormidos juntitos, sólo quería un día más de normalidad, y cuando Demian se quedó profundamente dormido, se escabulló de la cama y se propuso a salir en busca de ayuda.
Sin embargo, tan pronto como salió de la cama Demian despertó al extrañar el calor de su omega.
—¿A dónde vas, amor? —preguntó con voz ronca.
—A la casa de Alek, quiero ir a dejarle los resultados—no mentía, realmente quería ir a casa de Alek para poder hablar con Ellio de la situación.
—Te llevo—se levantó lentamente de la cama poniéndose somnoliento sus tenis.
—P-Pero, quería hablar a solas con Ellio, hace tiempo que no lo veo—suplicó sabiendo que Demian no lo dejaría solo ni un segundo.
—No te preocupes—bostezó tomando las llaves de su auto de su mesa de noche—Voy, te dejo, y si quieres puedo pasar mañana por ti.
—¿En serio? —suspiró asombrado por lo accesible que era Demian ante su petición.
—En serio—sonrió besando la frente de Noah una vez se acercó a él—No creo que Alek se moleste si pasas una noche con ellos, además, sirve y planifican con los resultados de los análisis.
Noah se quedó mudo una vez salieron de la casa. No podía creer lo que Demian hacía por él, se había levantado de su sueño para conducir hasta el otro extremo de la ciudad para dejarlo dormir con uno de sus únicos amigos. La conciencia lo carcomía, pero mientras pudiera aguantar un día más, todo iba a estar bien.
Llegaron al poco tiempo y Noah se despidió de Demian con un beso, prometiendo que en la mañana siguiente el alfa pasaría por él y lo llevaría a almorzar a un lugar delicioso.
La despedida fue corta, pero se sintió como un martirio. Lo único que necesitaba era recuperar la normalidad de su vida, si se deshacía del niño en su vientre, podría asegurar una vida más tranquila y correcta con Demian.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
—¡Vamos! —suplicaba Ellio desde la nueva habitación que estaba destinada para los gemelos que apuntaban a llegar próximamente al hogar. Apenas estaban remodelando, sin embargo, las hormonas de Ellio se habían disparado en los últimos días y ponía a su amado esposo en una situación muy bochornosa.
—No podemos—se sonrojó tratando de salir del rincón donde lo tenía su marido—El doctor dijo que no.
—Dijo 'nada de sexo'—señaló mientras sus manos se deslizaban sobre los pantalones del alfa—Pero no dijo nada sobre bajarte los pantalones—cantó sensualmente acompañando sus palabras de la acción—Arrodillarme—suspiró bajando lentamente—Y chuparte el pene—mordió su labio deseoso por saborear ese pesado de carne en su garganta.
—Ellio—suspiró tomando a su esposo para que sus rodillas no tocaran el piso y se lastimara—Amor, por mucho que quisiera, no...
Antes de que pudiera dar mil explicaciones, el sonido del timbre de la puerta principal lo interrumpió, como si una campana lo salvara.
—No, no puedo dejar a la gente afuera de la casa—rio nervioso saliendo del rincón donde lo tenía prisionero Ellio.
Caminó hasta la entrada tratando de no chocar con sus cachorros, los cuales seguían jugando pese a que los habían mandado a dormir hace un par de horas. Cuando abrió la puerta, se llevó una enorme sorpresa.
—¿Noah? —cuestionó confundido ante la presencia del omega—¿Qué haces aquí? Te dije que no salieras solo.
—Demian me trajo—contestó pasando a la casa sin esperar que el alfa le diera permiso—Necesito hablar con Ellio.
Alek lo podía ver, el rostro lleno de mortificación de Noah le recordaba al de Liam, juraba que si ponía a ambos frente al juez no habría duda de que se trataban de madre e hijo. Claro, aún era muy pronto para hablar de eso, por lo que decidió seguirle la corriente al omega.
Lo llevó hasta la habitación de los gemelos mientras Noah trataba de avanzar por el mar de sus hijos queriendo jugar con el omega. Noah siempre se hacía el tiempo de jugar con los cachorros de Alek, pero esa vez estaba tan estresado que prefirió hablar directamente con Ellio.
El color amarillo con un aroma dulce lo recibió, junto a eso, la imagen de Ellio sentado en un enorme sofá mientras doblaba la pequeña ropa que estaba destinado a sus bebés. No podía con esa imagen, ni en un millón de años Noah se imaginaba así.
—¡Noah! —sonrió al ver el rostro de su cachorro putativo. Estaba a punto de ponerse de pie para recibirlo, pero Noah lo interrumpió antes de que pudiera completar la acción.
—Espera, será mejor que estés sentado para esto—comentó con un tono de voz deprimido.
—¿Todo está bien?
—No lo sé—cerró la puerta con seguro dejando a Alek afuera, aunque esto no le molestó al alfa, sabía perfectamente que se trataba de algo íntimo que únicamente Ellio podía aconsejar—Fui por los análisis.
—¿Y qué pasó? —preguntó preocupado ante el comportamiento extraño de Noah—¿Seguro que no debería de estar Alek aquí?
—Solo te lo puedo decir a ti—señaló entregando los papeles con los resultados de los análisis—Ni siquiera sé lo he podido decir a Demian, y espero que con tu ayuda nunca se entere—habló hasta el punto en que su voz se quebró.
Ellio se tomó su tiempo para mirar el contenido. Sabía cuándo Noah estaba sufriendo por algo, el hecho de que haya venido a él era porque se trataba de algo fuerte, y cuando llegó a la última hoja y vio el resultado positivo en la prueba de embarazo, supo que se trataba de algo delicado.
—Estoy embarazado—soltó desamparado, quebrado sé y sintiendo como las lágrimas de sus ojos marrones volvían a caer— Y no quiero tenerlo—terminó de hablar esperando lo peor, soltando un llanto amargo en donde la vergüenza no lo dejaba ver a Ellio a la cara.
—¿Demian lo sabe? —preguntó en un susurró sin llegar a parpadear, esperando que todo se tratara de una broma.
—No—contestó rápidamente—Y no debe de enterarse—lloró con profunda tristeza—Mi relación con Demian ya está lo suficientemente jodida, lo último que necesita es esto—señaló a su vientre—Por eso debo de encargarme de esto, no debe de enterarse, no necesita que le termine de arruinar la vida, ya tiene suficiente con toda la mierda que mi madre y los Ivanov le está haciendo pasar por mi culpa.
Ellio guardó un mortal silencio, al que Noah no pudo soportar. Finalmente, el omega más joven cayó de rodillas frente a Ellio se terminó de romper, melancólico, como si fuera la decisión más dolorosa de su vida.
—¡Por favor, dime algo! —suplió desesperado ante el silencio de Ellio.
Ellio continuó en silencio, mil pensamientos pasaban sobre su mente, los recuerdos de su pasado y el reflejo de Noah sobre él lo impactó terriblemente.
—No sabes cuantas ganas tengo de estos momentos de un buen trago—empezó con un tono de voz desvalido—Ojalá lo hubieras dicho antes de que estos dos me mantuvieran sobrio por todo este tiempo—bufó aun sin mirar el rostro afligido de Noah—Tal vez borracho hubiera querido menos sacarte a patadas de mi casa.
—¿Q-Qué? —tartamudeó ansioso.
—Sé muchas cosas Noah—habló distante—Sé que Demian te ama, que te tiene una paciencia, amor y confianza monumental—Pero también sé que si haces lo que piensas hacer tu vida se irá a la mierda—gruñó agresivamente.
Noah no entendía el repentino odio de Ellio hacia él, se sentía traicionado, no podía creer que en un momento tan delicado Ellio simplemente decidiera minimizar y ridiculizar su frustración.
—¿A la mierda? —musitó hostil—¿Así como la tuya? —preguntó con ironía.
—Estás loco Noah—se puso de pie acomodando la ropita dentro de un cajón de uno de los muebles—Piensas que es tan fácil, solamente un 'bibidi babi di bu' ¡y adiós bebé!—expresó furioso—¡Pues no!—gritó agresivo—Es el hijo de tu destinado, tu cuerpo no va a soportar una perdida así, no creas que irás con un mago que meterá todos tus jodidos problemas en una caja y las hará desaparecer, no, claro que no—golpeo la superficie de madera del mueble—¡Estarás frente a un puto doctor de mierda que te hará sufrir y no tendrás a nadie que te apoye!—respiró irritado—No tendrás a nadie que limpie tus lágrimas de arrepentimiento, que te lleve la comida a tu cama y sane las heridas de tu operación de mierda.
—¡Sé que no es fácil, por eso te pido ayuda!
—¡Te he ayudado en todo, Noah! —vociferó enfurecido ante lo poco lógico que estaba siendo Noah ante la situación—¡Te recuerdo que fue Alek el que te sacó de las garras de Dimitri, alejamos a Ivanov para que no abusara de ti, y que te estamos ayudando a romper tu matrimonio arreglado, pero en esto no puedo ayudarte porque sé lo que es un maldito aborto y un aborto no es la solución a tus desgracias!
—¡Es mi puto cuerpo!
—¡No me vengas con ese argumento banal! —bramó hostil—¡También es el hijo de Demian! Debes de dejar esa jodida actitud de perra en celo y empieza a confiar en él.
—¡Sólo estás enojado porque a diferencia de ti, yo lo estoy decidiendo, no como tú!
—¡Cállate Noah! —musitó agresivo.
—¡Admítelo! —exclamó igual de agresivo poniéndose de pie—¡Es por eso que en cada celo de pequeñas tratas de llenar ese agujero con todos los bebés que Alek pueda engendrarte, porque aún no lo superas, e incluso trataste de sustituir a tu primer bebé conmigo, pero adivina qué, a diferencia de ti, yo nunca entregaré mi vida a un alfa ni a un puto bebé!
—Cállate Noah—musitó con un tono de voz vulnerable.
—Y adivina qué—rio demencial—Mi aborto no será por una mal cogida de cinco libras.
—¡Cállate, hijo de puta! —explotó con una voz desgarradora dándole una cachetada en la boca al omega frente a él—¡Lárgate de mi casa! —sollozó aun sin procesar todo lo que había pasado—¡Aagh...! —gimió adolorido, sintiendo punzadas en el vientre, tuvo que volver a sentarse en el sofá y respirar con profundidad para que el dolor cesara—¡Quiero que te alejes de mi casa, de mi familia y de mi puta vida!
Antes de que Noah pudiera contestar Alek entró a la habitación al socorro de su esposo y antes de que pudiera confrontar a Noah este ya había salido de la casa.
Noah sabía que estaba solo, no podía volver a la casa de Demian, debía de encargarse él mismo de la situación. Buscaría la forma de deshacerse del problema y volver a la normalidad con Demian, no iba a permitir que sus descuidos lastimaran a las personas que más amaba.
No tenía mucho tiempo ni dinero, no tenía ni celular y a donde carajos ir, pero sabía de una persona que sería feliz de sacarle las tripas gratis.
—Espero que sigas vivo, Dimitri Harrison...
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
DIOS GRACIAS POR PERMITIRME ACTUALIZAR!!!
En serio extrañaba compartir esta historia que amo y le he dedicado mi vida. Se vienen los ultimos capítulos y dos spin-off sobre personajes que amamos.
Como dato random, la escena de Noah peleando con Ellio fue de las primeras que escribí de la historia jeje, desde que hice a Ellio sabía que iba a estar embarazado de gemelos, los cuales, llegaron para quedarse en esta y más historias.
Porcierto, se vienen nuevas ilustraciones, debates moalistas, secuestros, idas al hospital, drama y beso entre pasivos jajaja
Estas vacaciones me voy a dedicar a terminar esta bella historia que amo escribir, gracias por su paciencia, la verdad las adoro por tomarse el tiempo de leer mis escritos.
M voy a dormir jeje las tkm y nos vemos muy muy muuuuy pronto !!
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