Capítulo 33
Wattpad me quitó las ilustraciones +18 del frutifantastico de Noah y Demian, por lo que si gustan verlas, el capítulo está disponible en Booknet y estaré viendo a qué otra plataforma subirlo para que puedan ver las deliciosas y zhukulentas imagenes que nos proporciona la bella y hermosa de Cherry41
Sin más, muchas gracias por el apoyo, disfruten de la lecutra.
Posdata: Ningún Demian sufrió maltrato en la realización de este capítulo, todo fue consentido y no es culpa de la autora que sus personajes no sepan lo que es la hidratación XD
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La vida era extraña, cada persona podía considerar sus problemas como los problemas más grandes del mundo, pero pocas veces alcanzaban a darse el espacio para voltear a ver si es que alguien más tenía un problema mayor al personal, pero personas como Milo no tenían el derecho a ello, ni siquiera a considerar que sus problemas eran problemas.
—¿Milo?—lo nombró confundido el alfa que almorzaba con él, pero para sorpresa de todos, no se trataba de Nicholas.
—¿Disculpe?—cuestionó volviendo a su realidad.
—Te noto distante, ¿está todo bien?—preguntó dejando de comer al notar el semblante lúgubre que cargaba sobre él.
Pero no, las cosas no estaban bien, en ningún sentido lo estaba. Había acabado de pasar su celo con Nicholas, habían sido casi dos semanas encerrado sufriendo de su calor con su pareja, pero diferente a otros celos, ese había sido más violento, brusco y hasta territorial. Cuando el celo terminó, se percató de que Noah había desaparecido, por lo que Nicholas se volvió loco e irracional.
Seguía siendo solo el amante, por primera vez se estaba cansando de ese papel, y ahora que estaba comprometido con el alfa frente a él, ya no sabía qué hacer con su vida.
—Todo está bien—sonrió débilmente—¿Gusta más jugo?—aportó servicial sin poder mirar a los ojos al alfa, solo se levantó tomando la jarra con jugo para volver a llenar el vaso de cristal.
—Llevamos, casi tres semanas con estos encuentros, pensé que ya podrías llamarme por mi nombre—sonrió tomando igual la jarra para servir un poco en el vaso de Milo—Y no debes de preocuparte por esas reglas pretenciosas, estamos en mi casa después de todo.
Era imposible, no podía dejar de tener esos hábitos, después de todo, la familia Relish, a la que pertenecía Milo, era conocida por engendrar omegas perfectos que servían a alfas adinerados con excelencia, dignidad, elegancia y belleza. Todos los primos y sobrinos mayores de Milo ya habían sido desposados hace mucho, pero siendo él primogénito de la cabeza, el menor y más hermoso de todos, su padre consiguió al mejor postor que se pudiera encontrar. Se trataba de Dominique Roussel, un joven francés de apenas tres años mayor que Milo, quien al no poder estar con su amante fue obligado a casarse con Milo, aunque la primera vez que lo vio sintió que las cosas podían funcionar.
Dominique no quería ser un alfa dominador, su familia se remontaba a una larga línea de sucesión de caballeros, y eso mismo quería ser para Milo, más que un esposo proveedor, quería ser amoroso con el omega, aunque por más que tratara, siempre se mostraba con el protocolo de un omega; callado, cabizbajo y sumiso.
—¿Puedo hacerle una pregunta?—habló finalmente Milo algo tímido, pero esa iniciativa terminó gustándole al alfa.
—Solo con una condición—advirtió llamando la atención del omega, quien esperaba atento por escucharla y hacerla cumplir—¿Al menos preguntarás cuál es?—cuestionó viendo como Milo permanecía callado—Claro que no—suspiró recargándose en la silla tratando de tomar paciencia—Pues bien, lo único que te pido es que no sean tan formal, si este matrimonio se lleva a cabo sería extraño que mi esposo me hable como si fuera su jefe—habló gracioso al final, tomando un poco del jugo que estaba en el vaso.
—Bien, entonces...—titubeo. Agradecía que su padre no estuviera presente, pues de estarlo hubiera sido castigado por lo que iba a preguntar—D-Dominique, ¿no está triste porque tiene que casarse conmigo, en lugar de su otra pareja?
Esa pregunta tomó por sorpresa al alfa, pensó que la pregunta sería más trivial, pero el cómo Milo apretaba sus labios le hizo darse cuenta de que era más una afirmación sobre él mismo. Dominique sabía que Milo tenía un amante, alguien que también estaba comprometido con alguien más, por lo que trató de subir un poco los ánimos.
—Las personas suponen que los matrimonios arreglados son solo transacciones entre familias en donde hay un pastel, pero yo las considero más como oportunidades para conocer personas—comenzó tomando la mano de Milo, quien se mostraba ansioso por quitarla, pero la dejó ahí, aunque el sentimiento prevaleció debido a que llevaba consigo el anillo que Nicholas le había relgalado—Tal vez las cosas con mi anterior pareja no pudieron concretarse, pero no me desilusionó, ella continuará estando en mi vida y la seguiré queriendo hasta que muera.
—Pero si la ama, ¿no le rompe el corazón estar con alguien que no es ella?
—¿Romperme el corazón?—preguntó con un tono sarcástico, de la nada, acercando la mano de Milo hacia sus labios para plantar un beso en esta—Mi corazón nunca había latido tan rápido—sonrió.
Milo tenía mucho que reflexionar, debía de quitarse la fantasía de que Nicholas pelearía por él, porque mientras él estaba sentado almorzando con un alfa que le profesaba algo parecido al amor, Nicholas estaba buscando a un omega que no amaba.
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—¡¿Dónde carajos está!?—exclamaba Nicholas a través del teléfono.
—Lo estamos buscando, señor, pero no hay ninguna pista—comentó asustado uno de los guardaespaldas de Nicholas, quienes estaban buscando exhaustivamente al omega.
—Pues no lo están haciendo lo suficientemente bien—miró a través del balcón de su casa tomando más de su copa de whisky—Noah Miller estaba drogado en la fiesta, no pudo haber huido sin ayuda, o está con un maldito alfa o está muerto, pero eso no me importa, lo que quiero es que me lo traigan.
—Si señor.
La llamada terminó ahí, pero la molestia de Nicholas y su sed por el alcohol no. Estaba tomando de más, eso era notorio, pero era su escape del estrés. ¿Cómo había podido Noah haber escapado frente a sus narices?
La noche en la que se dio él anunció del matrimonio, Nicholas fue a ver a Milo a su departamento, pues este último estaba pasando por su celo, pasaron un en cerrón en donde solo se conocieron sus cuerpos desnudos y calmaron su sed por la carne del otro. Siempre había sido así, después de todo, eran una pareja destinada, se necesitaban mutuamente, pero en esos momentos lo que Nicholas necesitaba más que nada era mantener la imagen de la familia Ivanov y casarse de una buena vez con Noah.
El sonido de la puerta tocando lo hizo salir de sus pensamientos, dio un último trago a su bebido y la dejó en una mesa cercana del balcón. Caminó dentro del departamento hasta llegar a la puerta, ni siquiera preguntó quien era, solo la abrió y se llevó la no tan agradable sorpresa de la presencia de su padre y la madre de Noah.
—Maldición...—musitó no tan feliz de esa llegada.
—También es un gusto verte, hijo—comentó el señor Ivanov, dando paso a la dama al departamento para después entrar él—Fuimos a buscarte a la otra casa, la casa en donde se supone pasarían su matrimonio, pero si no hay omega suponemos que tampoco habrá matrimonio que celebrar.
—Me sorprende lo redundante que eres—comentó con fastidio ante la presencia de su padre—¿No tienes cosas mejores que hacer aparte de venir a interrumpirme?
—No cuando solo interrumpo tu paso al delirio—respondió visualizando las ya dos vacias botellas de licor vacias—Sabemos que Noah es un chico ansioso y temeroso, no ha podido haber ido tan lejos—comentó llevándose su mano a la cabeza, sentía que esta le iba a explotar. No soportaba el teatrito que su propio hijo había montado y los riesgos que corrian si es que Noah no aparecía—Es solo cuestión de tiempo para que vuelva.
—Coincido con eso—comentó la madre de Noah sirviéndose un poco de la reserva de Nicholas—Pero no podemos evitar nuestra preocupación, joven Ivanov, después de todo, es mi hijo, me preocupa que algo malo le haya pasado—era mentira, pero necesitaba de Noah vivo para evitar que Liam, la madre real de Noah, se enfureciera y armara un escándalo catastrófico que pudiera llevarla hasta la cárcel por todo lo que le había hecho.
—Aparecerá, tengo a mis guardaespaldas buscando por todas partes, lo más probable es que esté en casa de un amigo, se sentía algo extraño en la fiesta—se excusó tropezando sutilmente entre sus palabras, estaba mareado, no, más bien, estaba borracho.
—Aparentemente, no es suficiente—agregó la madre de Noah.
—Es su hijo, creo que usted debería de saber en dónde se encuentra—encaró, molestó, detestaba que lo trataran como a un niño.
Ese comentario hizo enfurecer a la alfa, pero debía mantener las apariencias. Aun asi, el ambiente se volvió pesado, por lo que el padre de Nicholas tuvo que volver a hablar.
—Nicholas—protestó tratando de regresar a la conversación inicial—La boda será en quince días, no podemos retrasar esto más, o aparece Noah o serás la causa de que caiga nuestra dinastía.
—¡Yo jamás...!
—¡Entonces busca a tu prometido!—gruñó.
La madre de Noah se notaba extrañamente tranquila, pero en realidad era la más enfurecida de la habitación. Si Noah se había escapado lo más probable es que estuviera con su amante, pero no sabía quién era y tampoco podía darse a la tarea de levantar sospechas, lo último que quería era que los Ivanov dejaran a la deriva el contrato matrimonial y en consecuencia ambos legados se fueran a la mierda, ambas familias necesitaban unirse, de eso dependían sus billeteras.
—Noah es algo tímido—comentó la falsa madre del omega observando como ambos varones fijaban la vista en ella—Según entiendo se le administró un medicamento para relajarlo que cuenta con el efecto secundario de incitar un celo—comentó haciendo que Nicholas sintiera una presión en su pecho, ¿cómo carajos la mujer frente a él sabía que se le había administrado una droga a Noah?—Lo más probable es que se encuentre en un retiro para omegas, después de todo, Noah sabe que su virginidad debe de esperar hasta después del matrimonio.
—Cierto—comentó nervioso el padre de Nicholas, él sabía de primera mano que el omega no era virgen, pero contaba con que la versión de la mujer fuera lo suficientemente creíble—Lo mejor será que los busques ahí, una vez termine su celo será la boda.
—Pero dijiste...—quiso replicar Nicholas.
—Sé que la fecha está programada para dentro de quince días, pero en el momento en el que Noah aparezca en ese momento nuestras familias se unirán—ordenó serio.
Y la verdad es que la desaparición de Noah era algo que ponía en juego la cabeza de los líderes de la familia. Si la madre de Noah no lo casaba, entonces Liam no seguiría bajo su control, escaparía y contaría todas las atrocidades que había cometido con él y su hijo, además de que sus empresas se vendrían abajo, aunque su otro hijo, Cameron, lograra casarse con su respectiva pareja, ella se iría a la quiebra. Mientras que el padre de Nicholas deseaba y ansiaba que Noah se volviera parte de la familia Ivanov, sin duda pasaría muchas de sus horas haciéndole pagar por la humillación que estaba sufriendo su familia, deseaba más que nadie que Noah fuera finalmente suyo, al fin volvería a probar de su dulce y provocativo lívido.
Pero sin duda, el que tenía más problemas que digerir era Nicholas, porque mientras él se emborrachaba en su agonía e incertidumbre, su omega estaba almorzando con otro alfa y su prometido estaba en quien sabe dónde haciendo quien sabe que, pero fuera lo que fuera, no descansaría hasta llevar a Noah Miller al altar.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Si, las cosas en el exterior se estaban complicando para Noah Miller, pero eso no le importaba al omega en ese momento, ni siquiera le importaba que a pesar de ser medio día aún no podían salir de la cama.
Todo el día y toda la noche la pareja se ocupó en dos cosas, satisfacer al contrario y de respirar. En esta ocasión, Noah se encontraba recostado en el pecho de Demian mientras masturbaba su pene con el del alfa, jadeando al mismo tiempo y compartiendo besos fogosos al sentir la presión de la pequeña mano de Noah tratando de abarcar ambos miembros.
—Aah...—suspiraba encantado haciendo que su respiración caliente chocara con la piel de Noah, haciendo del momento algo más ardiente.
—C-Córrete—suplicó sintiendo como de la nada una de las grandes manos de Demian presionar y pellizcar sus pezones—¡Aah...!—suspiró echando su cabeza hacia atrás y besando así el cuello del alfa.
En cuestión de segundos se estaban empapando con sus fluidos sobre sus cuerpos húmedos entre sudor, semen y sangre, sin embargo, eso poco les importaba. Se quedaron recostados sufriendo de sus orgasmos, aunque de pronto algo que no fueran gemidos y jadeos se escuchó resonar en la habitación proveniente del estómago de Noah.
Al instante ambos rieron por el gracioso momento, pero Demian al instante decidió ponerse de pie de la cama tras darle un rápido beso a Noah y ponerse un pants que había salido volando ayer en la noche. La bella y sensual silueta del alfa desapareció tras el marco de la puerta, haciendo que Noah se sintiera solo, después de todo, aún estaba en celo y necesitaba de su alfa.
El omega por su parte, no quería abandonar su nido, era instintivo de los omegas permanecer en el nido hasta que su alfa volviera con comida recién cazada, pero ya no eran lobos con instintos de lobos, no, ahora eran civilizados, o al menos medianamente civilizados, porque aparentemente seguían cogiendo como animales.
Demian no sabía exactamente que preparar, sus instintos le decía que le llevara todo el refrigerador a su amado, pero la necesidad de mantener comida en la casa era superior, por lo que tomó una de las cajas de cereal que había comprado y se dispuso a cortar un poco de fruta para que hiciera peso en el estómago de su amado, sin embargo, a los pocos segundos de terminar sintió algo acariciar su pierna acompañada de un sonoro maullido.
—Oh...—comentó mirando hacia abajo al pequeño gatito blanco que gemía por algo de atención y comida—Hola polizón—sonrió al recordar que se habían olvidado que el gato seguía en la casa—Espera, te daré algo de comida—comentó volviendo a las bolsas del mandado para sacar un poco de la comida para gatos que había comprado, tomó un plato viejo y vertió el contenido del sobre este, haciendo que el pequeño animalito por fin pudiera comer un poco.
Demian se quedó atontado un poco viendo al felino dar pequeños mordiscos, pero en cuanto volvió en sí y quiso terminar el poco creativo almuerzo, que en realidad debía de ser comida, se vio interrumpido con Noah entrando a la habitación envuelto en una sabana que tapaba su desnudo cuerpo.
—A-Amor...—musitó al ver a su omega fuera de su nido. No pudo evitar sentir ansiedad y dificultad para respirar en su pecho, como alfa, no debía de permitir que su omega saliera del nido, pero no podía evitar excitarse ante la imagen de Noah cubierto por el color blanco.
—Tengo hambre—murmuró igual acercándose peligrosamente al alfa.
—S-Si, justo estoy haciendo de almorzar—comentó volviendo al cereal. El por qué tardaba tanto en hacer un plato que solo involucraba dos ingredientes era un misterio, pero cuando estaba por verter la leche en el cereal se vio interrumpido tras sentir como Noah bajaba hasta llegar a su pelvis—¡N-Noah!—se sonrojó al sentir como el omega bajaba la tela del pants y junto con su bóxer, haciendo así que su pene saliera para el gusto del omega.
—Alfa...—musitó fascinado por las feromonas que soltaba Demian—Vantaggio.
—¡¿Qué!?—exclamó nervioso, pero ni siquiera pudo terminar de asimilar lo que estaba pasando cuando de pronto Noah comenzó a chupar su miembro con un hambre voraz.
No sabía lo que lo calentaba más, ver a su pareja con solo esa tela blanca o el hecho de que había dicho 'provecho' en su lengua natal. Fuera cual fuera la razón, una cosa era segura, el único que había logrado llevarse algo de comida al estómago había sido solo el gatito, quien al sentir el ajetreo en la cocina, volvió a la sala para dormir en el sofá.
—N-Noah—suspiró cerrando los ojos en un intento desesperado de pensar en algo lo suficientemente repugnante para evitar correrse—¡Agh!—gimió tras sentir como la punta de su pene rozaba con la profundidad de la garganta del omega.
—Nhg... Nhg... —no era capaz de hablar, pero tampoco era su intención, lo máximo que podía hacer era tratar de no ahogarse con el tremendo pedazo de carne que tenía en su boca, realmente lo estaba disfrutando, sentía como si estuviera degustando de un tarro de miel, por lo que su lengua no podía parar de acariciar la hombría de Demian.
—¡Hgt!—se quejó el alfa—Me vengo—susurró acariciando el rostro de Noah, quien dirigió la mirada hacia el rostro del alfa y mandó una señal. Al instante Noah comenzó a succión tragándose toda la longitud del alfa, siendo más rápido y desesperado, dispuesto a proporcionarle a su alfa un placer nunca antes experimentado.
Finalmente, Demian se corrió en la lujuriosa boca de Noah, quien obviamente estaba feliz por haber logrado que su amado se corriera, aunque, ninguno estaba satisfecho.
—Ven aquí...—ordenó el alfa tomándolo de la muñeca para levantarlo y recargarlo contra la barra en donde estaba preparando el cereal—Mi hermoso omega—comenzó dando un par de besos en la desnuda espalda de Noah—Eres tan bello...—siguió besando hasta colocar una de sus manos en el trasero del contrario—Tan travieso y pervertido—mordió una de las orejas de Noah, pero esta vez al mismo tiempo que sus dedos se colaban en la entrada del omega.
—¡Ah...! ¡Aagh!—gemía desmoronándose en la fría superficie, dejando que Demian se encargara de su cuerpo a su placer.
—Oh mi vida—suspiró embellecido por la vista—Estás tan húmedo aquí abajo, siento como succionas mis dedos, ¿cómo puedes ser tan malditamente sexy?
No hubo respuesta, Noah estaba demaciado ocupado gimiendo y jadeando. Pese a eso, el alfa no quiso esperar más, alineó un poco su pene y entró de golpe haciendo gritar a Noah ante la fuerza y brusquedad que hasta entonces desconocía de su príncipe. ¿Cómo era posible? Desconocía ese lado agresivo de él, aunque siendo honesto, también le encantaba.
Ese día tampoco comieron, lo hicieron en la cocina, en la sala y en el baño. Toda la casa se llenó de sus feromonas y de sonoros gemidos, perdieron la cuenta de las veces que anudaron, estaban empapados de semen, saliva y sangre, estaban perdidos en sus sentidos.
Fueron aproximadamente dos días para que el celo de Demian desapareciera, lo cual era natural, los celos de los alfas duraban muy poco y eran superextraños, pero no se podía decir lo mismo de Noah, pues mientras Demian estaba en sus sentidos, Noah seguía ambiento del alfa.
—A-Amor...—lloraba debajo del cuerpo del omega, toda su parte baja le dolía, sus piernas no respondían y lloraba ante la excitante tortura de Noah saltando sobre su pene sin pudor alguno—¡Pido tregua!—suplicó llevando sus manos al rostro con vergüenza.
—Un poquito más...—gimió haciendo danzar sus caderas sobre el grosor del alfa—Mmm... ¡Ah... Ah... Ahg!—gritaba sin dejar de jadear, sus ojos se cerraban para poder gozar más del pene de Demian entrando y saliendo de él, golpeando su punto más sensible, no le tomó tanto tiempo correrse sobre el abdomen del alfa.
Cayó sobre este y siguió gimiendo al sentir como el nudo se formaba debajo de él. Habían sido los días más exquisitos y húmedos de su vida, se sentía feliz por finalmente haber probado del pecado de su alfa, pero cuando alzó la mirada sintió frío al ver como Demian tenía los ojos cerrados y un rostro cansado.
—¿Alexei?—lo llamó por su segundo nombre, pero este no respondió—Demian...—de nuevo silencio—¡Demian!—nada, no había respuesta—¡Santo cielo ya lo maté!—quiso levantarse, pero fue inútil porque al instante sintió como el nudo lo comenzaba a lastimar—¡Mierda!—el dolor lo hizo volver en sí, por lo que la preocupación de que el alfa no reaccionara lo hizo sufrir más.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Se escuchaba un sollozo a lo lejos, sus ojos aún no se abrían, pero tampoco era como si quisiera hacerlo, lo único que quería era volver a dormir, estaba cansado, tenía hambre, su garganta estaba seca y le dolía la cadera. Dormitó un poco más, pero de nuevo ese llanto no lo dejaba descansar, ¿quién rayos hacía tanto ruido?
—Demian...—se escuchó como lo llamaban acompañado de un berrido destrozador.
Demian abrió pesado los ojos y se encontró con Noah sobre su cuerpo, con el rostro afligido y lleno de lágrimas.
—¿No-ah?—apenas y podía hablar, la resequedad en su garganta hacía que su voz estuviera ronca.
—¡No estás muerto!—suspiró con felicidad lanzándose contra el cuerpo del mayor para abrazarlo—¿Cómo estás? ¿Quieres agua? ¿Tienes hambre?
Eran demasiadas preguntas para alguien que se había desmayado y vuelto en sí hace poco, ni siquiera sabía en qué día vivía.
—Estaba tan preocupado—soltó el omega, pero esta vez su tono de voz fue diferente. Demian no sabía si era la ausencia de alimento el que lo hacía delirar o si verdaderamente Noah se estaba subiendo de nuevo a su cuerpo—Pero me alegra que estés bien—sonrió sentándose a la altura de la pelvis del alfa, pero esta vez, con sus piernas extendidas encima de su cuerpo, provocando que no pudiera ponerse de pie, aunque no era como si su cuerpo tuviera la fuerza para hacerlo—El celo se está acabado, ¿qué te parece unos últimos rounds?—comentó acariciando el semierecto pene de Demian, ya ni siquiera necesitaba lubricarse, su entrada estaba perfectamente dilatada para recibirlo.
—No mi vida—jadeó desesperado—Ya no pued...
—Shh...—acarició los labios contrarios—Complace a tu omega, mi alfa...
Algo curioso pasó esa noche, pues aunque Demian era el alfa, parecía que el verdadero dominante era Noah.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Cinco días, eso había sido lo que había durado el celo de la pareja. Habían sido cinco días en donde no habían salido de la cama, en donde solo hacían pausas para darle de comer al gatito, fuera de los desmayos recurrentes de Demian, no habían parado de tener sexo, por lo que en el momento en el que el efecto del celo desapareció, ambos cayeron rendidos.
Era normal entre las parejas hacer descansos, pero el lazo que los unía, así como el apetito sexual de Noah, les había jugado una mala broma. Como pudieron, salieron de la cama y prepararon lenta y tortuosamente una comida lo suficientemente grande como para matar el hambre antes de que el hambre los matara a ellos.
Comieron y bebieron en completo silencio, solo reproduciendo sonidos de sus bocas masticando y bebiendo. No dejaban de sorprenderse por haber sobrevivido a casi una semana sin alimento ni agua, pero atribuían dicha sobrevivencia a sus instintos caninos.
Cuando se encontraron lo suficientemente satisfechos se recostaron nuevamente en la cama donde aún se encontraba el nido, aunque esta vez, cada uno llevaba ropa puesta y el contacto se reducía a mimos y caricias más inocentes. El sueño comenzó a vencerlos poco a poco, pero antes de caer a los brazos de Morfeo, Demian expresó uno de sus deseos.
—¿Y si nos quedamos aquí?—preguntó con voz ronca sin dejar de acariciar el cabello rubio del omega.
Esa pregunta le robó el aliento al omega. Era tan sencilla, inocente y al mismo tiempo complicada y dolorosa, porque claro, Noah quería quedarse ahí, justo en esa cama, comiendo en ese viejo comedor, acariciando al gatito en la sala y reparando la puerta del baño que había roto. Por una mierda, quería quedarse ahí con su alfa hasta que se hicieran viejitos, pero no era el momento para fantasear, ya se habían alejado lo suficiente de la realidad, y sabía que no sería libre hasta que confrontara a Nicholas Ivanov.
—Piénsalo—comentó Demian haciéndolo salir de sus pensamientos—Podemos quedarnos aquí, construiré un jardín más hermoso, pondré calefacción y aire acondicionado, conseguiré trabajo de medio tiempo en el supermercado o en alguna constructora del pueblo, juntaremos dinero y podremos tener nuestra propia cafetería, será una fuente de ingresos maravillosa porque aquí no hay una de esas—rio contagiando al mismo tiempo a Noah, haciéndolo sonreír ante esa vida que le proponía el alfa—Tú, el gatito y yo, como una familia...—comentó acariciando el rostro de Noah—Una verdadera familia.
Eso último no sonaba mal, pero no podía dejarse cegar por una fantasía.
—Eso suena estupendo—besó los agrietados labios de Demian—Pero no es real—suspiró, haciendo que el rostro del alfa también se tornara gris—Te amo Demian Alexei Anderson Fossati, pero no puedes renunciar a tu vida solo porque la mía es un caos.
—Si puedo—comentó un poco molesto, le dolía que de cierta forma Noah lo rechazara.
—No lo permitiré—agregó tomando una de las manos de Demian para besarla—No puedes abandonar tu carrera, tus amistades, a tus madres por mí, no puedes simplemente desechar lo que tanto trabajo te ha costado, no creas que no he notado como te desvelas haciendo tus tareas, sé que amas lo que estudiar y que anhelas la aprobación de tu madre para hacerte cargo del negocio de tu familia.
—Mis madres entenderán...
—Demian—lo llamó con dulzura—He sufrido toda mi vida desde que supe que era omega, mi compromiso con Nicholas iba a ser como mi sentencia de muerte, pero ahora, quiero luchar por mi vida, siempre he tratado de ser más dominante que los alfas, pero en estos momentos, necesito de que ayuda para sobre ponerme a mi familia, a los Ivanov y terminar con el contrato.
—¿Qué sugieres?—preguntó reincorporándose para poner más atención a lo que diría su pareja.
—Pelear...
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