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Capítulo 30



Seguían en el sofá, habían hecho una pausa en lo que Demian llevaba a su amado un té de manzanilla para que la humedad de la lluvia no le afectará. A lo lejos podía ver como el cielo comenzaba a iluminarse poco a poco, sabía que la historia al igual que la noche iban a acabar. Volvió de nuevo a su sitio con la cálida bebida y Noah volvió a narrar.

—Esa noche me dijo que me amaba, que quería todo de mí, que más que a un sumiso necesitaba a una pareja, así que me hizo prometer que cuando cumpliera los dieciocho él me ayudaría a escapar de mi matrimonio arreglado y nos casaríamos, pero Dimitri era un hombre de negocios, y el precio para escapar con él era que comenzara a tomar una droga que tenía efectos como el celo, pero con más intensidad para poder satisfacerlo mejor. Debí ser más listo—rio amargo con un rostro lleno de coraje—Fui un idiota, ¿quién mierda te pide matrimonio cuando te acabas de divorciar hace unas horas?

—Pero, mencionaste que las drogas habían sido la razón por la que habían matado a su hijo—comentó prestando atención a cada mínimo detalle.

—Bueno, el sadomasoquismo era una salida a todo lo que había sufrido, así que cuando acepté yo era más sumiso, ni siquiera podía hablar, él hacía lo que quisiera conmigo, lo único que yo podía sentir era el efecto de la droga y lo confundía con un placer que nunca me dio—narró suspirando por las cosas que diría, pero aun así, agradeciendo lo calmado y atento que estaba su alfa, su verdadero alfa—Me comencé a aislar de mi familia, dejé de hacer mis visitas a Nicholas, aunque no importaba porque siempre estaba con Milo, pero también dejé de ir a ver a Ellio y me volví dependiente de Dimitri y sus drogas—narró abrazando sus brazos e inconscientemente encajando sus uñas en su piel para calmar su frustración, pero no pudo evitar temblar—Habían pasado casi ocho meses desde su promesa y comencé a experimentar una adición sutil a las drogas, en varias ocasiones me desmayaba cuando hacía mis presentaciones, cuando Dimitri se enojaba, aunque fuera un poco, me daban ataques de ansiedad y terminaba encerrándome en un armario. En una ocasión mientras Dimitri practicaba sus juegos de asfixia conmigo, me llegué a convulsionar y terminé en el hospital, pero el maldito no dejaba de proporcionarme la droga. Él era una persona completamente dominante, así que cuando finalmente me tuvo en donde quería pensó que podía hacer cosas a mis espaldas ...

Demian prestaba atención a todo el lenguaje corporal de su pareja, lo sentía temblar, podía ver como su quijada se retraía y lo baja que estaba su cabeza. Comenzó a liberar un par de feromonas para calmarlo un poco, pero el recuerdo del pasado de Noah era tan denso y pesado que solo se permitió abrazarlo hasta que terminara de narrar todo.

—¿Qué pasó después, mi amor? —recalcó las últimas dos palabras para recordarle al omega que ya no estaba solo, y que sobre todo, nadie iba a lastimarlo.

—Ja'—soltó nostálgico—Se le vino el infierno encima al hijo de puta—finalmente

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Fire on fire

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Era de noche, estaba solo en la enorme mansión de Dimitri teniendo los efectos colaterales de la droga. Se sentía demasiado excitado, necesitaba de su alfa, necesitaba ser marcado. De no haber tomado la droga hubiera pensado que estaba en su celo, sin embargo, el cambio hormonal en su cuerpo le había negado su celo por un par de meses.

Detestaba estar solo, odiaba que Dimitri lo abandonara por el trabajo. Aún era temprano, así que se pudo sus medias de red, un short de mezclilla y una playera de Dimitri que le quedaba enorme, pero que aun así, hacía ver muy sexy el conjunto. Sin más, bajó hasta la entrada y le pidió al chofer que lo llevara hasta el establecimiento del alfa. En el caminó tomó un poco de las pastillas que su amado le proporcionaba y se quedó dormido en el recorrido, se había relajado demasiado a tal grado que permaneció dormido otro rato más pese a que ya había llegado a su destino.

Cuando finalmente despertó decidió salir del vehículo y entrar por la parte de atrás en donde ya lo reconocían y facilitaban el acceso. Al entrar fue aturdido por la música, se sentía mareado y chocaba torpemente con las personas y las mesas, todo por culpa de la droga. Aun así, y con dificultad, logró llegar a la zona VIP hasta dar con la oficina de Dimitri, quería darle la sorpresa y distraerlo un poco de su estresante trabajo, pero la puerta de la habitación ni siquiera fue abierta cuando escuchó gemidos del otro lado de la pared.

Reconocía esos ruidos, reconocía el ritmo de las pieles chocando, los jaleos y estruendos que Dimitri hacía producir a sus sumisos. Tuvo que abrir ligeramente la puerta para confirmar que en el interior de la oficina Dimitri estaba saciándose de sexo, no con solo un omega, sino con siete que se consumían a su alrededor. A su nariz llegaron las feromonas del alfa mezcladas con opio y otras sustancias, se trataba del harem de Dimitri, uno que estaba a su disposición en momentos especiales, tan especiales como esa noche en la que el alfa estaba en celo.

—Desgraciado—musitó con el corazón partido mientras una dolorosa lágrima bajaba por su rostro. Su mano se posó en el collar que Dimitri había puesto en él como símbolo de que ahora eran una pareja—Otro matrimonio que se va al caño—gruñó saliendo de ahí vuelto humo, llegando hasta la barra donde el barman reconoció ese rostro dolido y dejó a su disposición todas las bebidas que el joven cuerpo de Noah pudo resistir—Me las vas a pagar Dimitri Harrison, haré que te quemes vivo...

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Fire on fire

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—Señor Miller—comentó el guardaespaldas principal de Dimitri al ver a Noah llegar a pie a la residencia, vistiendo un sexy conjunto que desvió la mirada del beta—Buenas noches.

El omega sonrió coqueto al ver que había sido una buena elección usar el conjunto colegial que Ellio le había prestado hace mucho tiempo, claro, odiaba con su alma usar faldas, pero iba a darle una lección al alfa, iba a recordarle que él también era capaz de cogerse a cualquier hombre que se le pusiera al frente.

—¿Está Dimitri? —entonó una voz melodiosa y tierna al mismo tiempo que mordía sus carnosos labios pintados de un gloss rosa. Si, Noah se veía más hermoso que nunca gracias al sutil maquillaje que alzaba sus largas pestañas y hacía más antojable sus labios, ni hablar del top planco que dejaba a la vista su pequeña cintura, la falda que dejaba a la vista sus rosadas nalgas cubiertas inútilmente por un pedazo de lencería, ni hablar de sus piernas moldeadas perfectamente en esas medias blancas.

—El señor Harrison no ha llegado—comentó sin dejar de ver el cuerpo del omega.

—¿Eh? —cuestionó en un tono infantil y deprimido, como si le hubieran dicho a un niño que ya no había de su dulce favorito—Pero dijo que llegaría temprano—comentó melancólico caminando hasta el lugar del guardaespaldas—Que mal, dijo que podía divertirme con lo que quisiera, pero ya es tarde, supongo que ni las mucamas están.

—Correcto, ahora mismo solo estamos nosotros y un par de guardias—comentó desviando la vista a los muslos del omega—Puede esperar al señor adentro...

—¡No! —tomó repentinamente el brazo del guardia—No quiero estar solo—mordió sutilmente su labio e intencionalmente frotando el brazo por lo largo de su cuerpo—¿Me acompañaría a la cocina por un poco de lechita? Necesito mi dosis diaria—ese último comentario estuvo cargado de una voz seductora y un tono completamente erótico que hizo que el señor captará el mensaje.

—¿El señor Harrison no se enojará si alguien más le proporciona esa dosis? —tomó con su otra mano el rostro sonriente del omega. En su vida nunca había visto a un niño tan precioso, sería un pecado no pasar un rato caliente con él.

—Está muy ocupado en este momento—contestó caminando al interior de la residencia—Además, ya me dejó en claro que disfruta mucho compartir.

Noah encaminó al guardia a la habitación de Dimitri, claro, se excusó diciendo que en realidad se trataba de una recámara de invitados, pero Noah tenía en claro una cosa, y eso era que quería hacer enloquecer al alfa, que se iba a morir cuando se encontrara a su supuesto prometido revolcándose en su cama mientras vestía el traje de colegial que nunca le pudo poner. Quería que Dimitri sufriera la traición que Noah siempre tenía que soportar por aquellos que le proponían matrimonio sin el menor interés de amarlo.

No fue problema para el guardia adentrarse entre las piernas del omega, se deleitó pese a que no le gustaba la idea de que el condón lo separará con la caliente carne de Noah. Pero no era necesario, Noah supo cómo darse placer con el guardia, supo darle el mejor orgasmo de su vida, cogieron hasta el punto en el que pensaron que iban a romper la cama. Insatisfecho, Noah quitaba el preservativo para hacerle un oral, haciendo que el mayor se corriera en su garganta, calentado como un demonio que solo podía saciar su hambre follando el pequeño y joven cuerpo de Noah.

—¡Aah! ¡Así, más fuerte! —exclamaba mientras sentía como era penetrado fuertemente, no con la intensidad de Dimitri que podía desmayarse por lo violento que podía ser, pero al menos no estaba decepcionado del todo—¡Aah...Ah...! ¡Qué rico! —gimió falsamente de manera escandalosa haciendo que el ego se le subiera al hombre.

Cuando menos se dio cuenta, su cuerpo fue girado quedando boca abajo. Sintió como el pene del beta salía de su cuerpo y de golpe volvía a entrar repetidamente.

—¡Cielos... Agh! —exclamó por la sorpresa de esas repentinas penetraciones. Su respiración se volvió un desastre, comenzaba a sudar por la idea de que Dimitri entrara por esa puerta en cualquier momento. El temor por lo que pasaría después lo calentaba, hacía que quisiera correrse con tan solo imaginarse el castigo que tendría una vez su alfa muriera del coraje.

—¡Joven Miller! —gimió el mayor sin dejar de penetrarlo—¡Lo amo! —exclamó recargándose sobre sus antebrazos para penetrar más rápido al menor. Noah podía sentir la respiración contraria sobre su nuca—¡Por Favor, sea mío! —gruñó paseando su lengua sobre el collar de protección del omega—¡Sé mi omega! —gruñó dando un último par de penetraciones para después morder sobre el collar como si quisiera dejar una marca en ella.

—¡N-No! —exclamó sin poder definir si era miedo o placer lo que recorría su cuerpo al imaginar los colmillos de aquel hombre dejando una marca sobre su cuello—¡Aah... Nght...! —se quejó tras sentir la insistencia del mayor por morder su nuca, sin embargo, la droga dentro de él solo podía hacer que se corriera sobre las blancas sábanas de la cama—¡Más...! ¡Aah...! ¡Ah...! ¡Fóllame más! —se quejó insatisfecho por sentir como el contrario terminaba dentro de él—¡Vamos! —se quejó moviendo su cadera al sentir como no había movimiento.

La luz del pasillo entró a la habitación junto con la de las lámparas de la habitación de Dimitri. Noah sonrió tras ver la mirada fría estupefacta llena de odio por parte del alfa, inclusive pudo percibir sus feromonas con un olor irritante y al mismo tiempo denso.

—Hello daddy...—jadeó aire mientras le dedicaba una sonrisa a su supuesto prometido.

—S-Señor Harrison...—musitó el guardaespaldas soltando finalmente el cuello del omega para tratar de tapar inútilmente su desnudes.

La mandíbula de Dimitri se contrajo al notar que Noah se había corrido sobre su cama, sintió como sus colmillos cosquilleaban de odio ante la vista de otro hombre, tratando de marcar a su sumiso, a su pareja, a su omega. Se adentró a la habitación sin disimular su gesto enfurecido. Tomó al hombre que había mancillado a su pareja sexual, lo tiró al suelo haciendo que este temblara de miedo, ni siquiera se molestó en ponerse de pie, se quedó en el suelo con la cabeza baja como si suplicara por el perdón del alfa dominante. Dimitri se acercó a la cajonera que estaba cerca de la cama y con furia sacó una pistola que hizo saltar a Noah al ver que apuntaba hacia el guardia.

—¡No, señor, por favor! —exclamó el beta con lágrimas en sus ojos suplicando por su vida—¡No fue mi culpa, ese omega me sedujo, todo es su culpa!

Sin embargo, Dimitri solo miró con asquerosidad a aquel hombre desnudo alzando su sucio trasero mientras suplicaba por su vida. Estaba tan asqueado que no dudó en escupir sobre su rostro para después quitar el seguro del arma. Noah por su parte no sabía cómo reaccionar, tenía miedo, pero al mismo tiempo estaba feliz de que Dimitri perdiera el control por sus acciones, que estuviera igual o más furioso que él cuando lo encontró con otros omegas cogiendo como si no hubiera un mañana. Estaba en un estado en donde ni siquiera sabía cómo reaccionar, todo gracias a la droga que había tomado.

El primer disparo se escuchó resonar por las cuatro paredes de la habitación, los gritos agonizantes del beta asustaron por un momento al omega, pero se relajó cuando vio que Dimitri había apuntado a su hombro.

—¡Tienes diez segundos para sacar tu culo de mi propiedad o la siguiente bala hará mierda tu cabeza! —amenazó con un tono de voz que hizo estremecer a Noah. No era una voz normal, era la voz que los alfas dominantes utilizaban para someter a los omegas de las manadas. Era estremecedor y excitante al mismo tiempo, Noah se sentía débil y al mismo tiempo más vivo que nunca.

El hombre no tardó en salir corriendo de la habitación mientras cubría su herida con su mano contraria. A Dimitri no le bastó eso y salió nuevamente al pasillo para descargar su arma disparando a las paredes y piso para que el beta no volviera a cogerse a otro omega en su vida, descargó su arma ahuyentando a aquel miserable hombre, porque sabía que, si una bala llegaba a sobrar, iba a ser para Noah. Sin embargo, no se quedó tranquilo tras ver como la basura se sacaba sola, no, aún le quedaba castigar a su sumiso.

—¡Bien! —regresó a la habitación encontrándose a un Noah completamente excitado y jadeante—¿¡Dónde está la zorrita que se cogió a mi guardaespaldas!?

El cuerpo de Noah se estremeció sin dejar de sonreír con demencia. Caminó sobre sus rodillas hasta llegar al fondo de la cama en donde Dimitri solo lo veía envuelto en ira, como si se estuviera quemando por dentro, o eso pensó Noah debido a que en esos bellos ojos parecía ver el infierno.

—Daddy estaba solito—lloriqueó abriendo sus rodillas y dejando caer sus nalgas en el colchón—Me tomé las pastillas que Daddy siempre me da, pero como no lo encontré supuse que no te molestaría que tu perra jugara un poco—excusó llevando sus falanges a su lengua succionándolos de forma lasciva mientras la saliva bajaba y empapaba su cuerpo de una manera jodidamente seductora. Aun con el coraje de Satanás, Dimitri logró excitarse por la imagen de Noah—No es justo—volvió a fingir un tono de voz infantil y victimario—Daddy tiene a sus propios juguetes cuando necesita calmar su celo—encaró dejando de lado su voz de niño bueno—¡Daddy se coge a mil perras mientras que el que se supone será su esposo tiene que esperar por las sobras!

—¡Ese no es tu problema!

—¡Se volvió mi problema cuando me pusiste este puto collar!—exclamó jalando el collar de pareja que le había colocado el alfa en símbolo de su promesa marital—¡Se volvió mi problema cuando me prohibiste que volviera a ver a Ellio y cumplí, cuando me dijiste que tomara esas mierdas para complacerte y cumplí, cuando dejé de bailar en tu club para ser devoto a ti y cumplí!—exclamó casi al borde de las lágrimas, porque si, a Noah le dolía el haber fallado una vez a propósito pero aun así nunca ser suficiente para Dimitri, o mejor dicho, para ningún alfa—No eres diferente a lo que me ha hecho mi madre o la familia Ivanov—gruñó débilmente—Ahora entiendo por qué tu exesposa se volvió loca.

Tres segundos, eso fue lo que en realidad duró el silencio en la habitación, pero para ambos se habían sentido como horas. Eso le dolió a Dimitri, era como ser humillado, no, peor, porque no existía una peor deshonra que un omega lo insultara con tal agravio.

—¡Cállate! —gritó golpeando a puño cerrado el rostro de Noah y tumbándolo en la cama y salpicando las sábanas de un rojo carmesí. No permaneció tanto tiempo en la cama cuando Dimitri lo tomó de su cabello y tumbó al suelo para continuar golpeándolo. Noah trató de cubrirse, pero al estar casi desnudo estaba más vulnerable, por más que llorara por el dolor que estaba recibiendo Dimitri no escuchaba, simplemente quería lastimar al omega así como él había lastimado su orgullo.

Noah tuvo que quedarse quieto, sin objetar por la violencia que estaba recibiendo, solo en ese momento de sumisión fue cuando Dimitri se detuvo de golpearlo, sin embargo, el castigo estaba lejos de acabar. En ese preciso momento Dimitri llevó a Noah a la cámara de tortura y lo dejó encerrado en una jaula que quedó suspendida en el aire, era tan pequeña que el omega tuvo que mantener la respiración por mucho tiempo. Cuando Dimitri se aburrió de eso, dejó caer la jaula sin el menor cuidado y tomó a Noah para atarlo a una cruz postrada en la pared, donde lo azotó hasta hacerlo sangrar de la espalda. No conforme, prosiguió atándolo en un caballete en donde siguió azotándolo, pero ahora en el culo hasta que se le cansó la mano.

Pero Noah no estaba molesto, no sentía un odio hacia Dimitri porque en su inocencia y ya retorcida mente, él suponía que ese castigo se lo merecía. La palabra de seguridad se veía tan lejana, de hecho, ni siquiera la recordaba, simplemente quería ser reducido a la mierda que le habían hecho creer, algo que Dimitri haría con mucho gusto. En ese punto de sumisión completa, en el momento en el que dejó de oponer resistencia, fue cuando Noah confundió los golpes de placer por los de violencia. El infierno no terminó hasta que Dimitri vertió en su cuerpo cera caliente de una vela roja, pero al notar que en realidad Noah lo estaba disfrutando decidió ser más drástico.

Tomó al omega y lo llevó al baño, llenando la bañera con agua caliente y salió en búsqueda de bolsas llenas de hielo para volver y verterlas en la tina. Metió a Noah sin el menor cuidado.

—¡Está helada! —gritó poniéndose de pie para salir de la congelada agua, pero bastó la mano firme del alfa para sumergirlo en el agua. Las piernas de Noah patalearon en búsqueda de liberarse haciendo que el agua saltaba por todas partes.

Dimitri lo sacó y pudo tomar una bocanada de aire para después ser nuevamente sumergido en la helada agua.

—¡Espero que con esto se te quite la calentura de estar follando a mis espaldas! —tomó los tobillos del omega y los encadenó con unas esposas a una argolla en el fondo de la tina—¡Te quedarás aquí hasta que aprendas a ser obediente!

—¡N-No! —expresó tratando de liberarse, pero ni siquiera podía ponerse de pie—¡Dimitri por favor! —su voz salió dolorosa ante la helada temperatura que bañaba su cuerpo—¡Mi amor, me voy a congelar!

—Si te da frío calienta el agua con ese puto culo tuyo—expresó abandonando el baño y cerrando con candado para evitar que Noah escapara.

—¡Dimitri! —lloró desesperado, sintiendo como los huesos le calaban debido al frío.

El alfa no miró atrás y salió estrellando la puerta y haciendo temblar al omega.

Dimitri salió envuelto en ira, comenzó a tomar cualquier cosa que se le atravesara y a lanzarlo del otro lado de la habitación, sentía que se estaba volviendo loco. Se propuso esa noche mejor dormir en su oficina, desquitarse con el alcohol y todos los omegas a su disposición y volver a casa al día siguiente para continuar con el castigo de Noah.

Salió de la habitación roja azotando la puerta y en consecuencia haciendo temblar todo el interior de la habitación, sin embargo, Dimitri nunca se dio cuenta de que todo el estruendo ladeó una vela que había usado para quemar la piel de Noah, Rodó por toda la alfombra de la habitación y el fuego se abrió camino por las cortinas, los muebles y todo lo flamable de la habitación.

Noah trataba de pelear por salir de la tina, no podía dejar de llorar con una escandalosa y dificultosa respiración que hacía estragos en su mente. Se sentía sin escape, como si fuera a morir. El dolor de sus huesos y el ardor de su piel no ayudaban en nada.

Después de unos minutos dejó de pelear y se sumergió en el agua, quedándose dormido, nunca supo si se trataba de la muerte que finalmente se había dignado a darle un descanso, o si simplemente el dolor lo había llevado a un shock, pero la diferencia ya no le importaba, solamente le importaba que al fin estaba descansando.

Fue casi una hora cuando todo el cuarto se vio envuelto en fuego junto con gran parte de la casa. Los pocos guardias que habían quedado en la casa habían intentado desesperadamente parar las bravas llamas, pero no lograron mucho. Los bomberos tardaron en llegar debido a lo retirado que estaba la casa del alfa. Comenzaron a calmar el fuego desde el exterior, pero nadie recordó que aún había alguien dentro.

Media hora después Dimitri tuvo que volver a su casa ahora vuelta en cenizas, parecía que la noche estaba diseñada para ser una completa pesadilla, le estresaba ver a bomberos y policías dentro de su propiedad, pero no vio a Noah.

—Disculpe oficial—se acercó alterado—¿Sacaron a todas las personas que estaban dentro? —trató de hablar sin que su voz se cortara. Iba a morir en ese instante si se enteraba de que Noah había muerto por su culpa.

—¿Había personas dentro? —preguntó sorprendido.

—¡Mi prometido! —gruñó alterado—¡Está en la zona oeste, en un cuarto oculto! ¿¡Cómo carajos pasaron por alto esto!?

—La estructura de la casa es vieja, debimos tener cuidado para que no se viniera abajo—encaró el oficial quitándose de encima al desesperado alfa—Unos compañeros acaban de entrar, pero le aconsejo que se calme.

De pronto, se escuchó una exposición resonar por el lado de la cocina. Una nube de humo se alzó por los cielos e hizo temer más por el destino que pudiera tener la situación. Dimitri solo pudo gruñir y respirar con pesadez al ver como el interior de la casa aún se encontraba en llamas. La idea de que Noah muriera por su culpa era atroz, no se lo iba a permitir, si era necesario iría hasta el infierno a regresar para no dejarlo escapar. A su mente llegaron unas palabras de Noah que lo hicieron estremecer debido a la intensidad del momento y de toda la carga emocional que cargaba en alfa:

'¿Qué pasará el día que te guste un omega que sea piromaníaco?, ¿Serías capaz de prender fuego a tu lujosa casa con tal de coger con él?'

No, no debía de hacerse de la idea equivocada y suponer que Noah había logrado escapar y prender fuego a su casa como venganza por haberse cogido a otros omegas a escondidas. Era ridículo, pero más valía que Noah se encontrara dentro del edificio, o de lo contrario iba a matarlo con sus propias manos.

Los bomberos se adentraron cuidadosamente en la casa, pero al ser tan grande tardaron tanto que Noah terminó desmayándose sobre el agua. Su cuerpo quedó sumergido en el agua como si quisiera cubrirse de las llamas que lo rodeaban. Su nariz inhalaba desde el denso humo hasta la tibia agua, pero Noah ni siquiera lo sabía. En su inconsciente se encontraba en paz, no sentía dolor, no tenía ansiedad ni mucho menos temor.

Los bomberos entraron a la habitación roja con una manguera para darse paso por la recámara. Al no encontrar a Noah en el denso humo estuvieron a punto de salir, pero uno de ellos se percató de una puerta a lo lejos ya calcinada por el fuego. Se dieron paso por ahí tratando de no salir lastimados, cuando se acercaron tuvieron que romper la puerta para encontrar a Noah sumergido en el agua con la habitación llena de humo. Con ayuda de unas pinzas rompieron las esposas que lo ataban a la tina, lo envolvieron en una manta protectora y sacaron de ahí.

Cuando finalmente lograron sacarlo, Dimitri corrió hacia el omega, en su desliz casi cae por lo ansioso que estaba. Sin embargo, ni siquiera pudo acariciarlo, los bomberos inmediatamente lo llevaron a una camilla que tenían y dejaron acostado cerca de un árbol donde le suministraron oxígeno. Los bomberos decidieron dejar a Noah solo en lo que buscaban a más víctimas, por lo que Dimitri se acercó hasta su prometido semi inconsciente.

—Noah...—se acercó tomándolo con delicadeza mientras le colocaba correctamente la mascarilla del oxígeno—Despierta—habló como si fuera más una orden que una súplica a cualquier deidad que lograra abrir los ojos marrones que tanto le encantaban de ese omega.

—Cof... Cof...—tosió Noah al sentir como sus pulmones volvían a llenarse de oxígeno—Cof... Coff... Dimitri...—se quejó ante el esfuerzo que había sido pronunciar el nombre del alfa.

Sentía frío por seguir empapado y el viento recorrer su desnudo cuerpo que era tapado por un viejo uniforme de los bomberos, pero calor por estar en los fuertes brazos de su amado. Estaba débil, pero se sentía a salvo.

—No lo hiciste, ¿verdad? —preguntó suavemente acariciando la entonces negra cabellera de Noah—Fue un accidente, ¿verdad?

—¿Q-Qué? —preguntó sin tener la menor idea de lo que estaba hablando.

—Sí, fue un accidente—sonrió sin dejar de acariciar al omega, pero el tono de voz de Dimitri solo hacía temblar a un débil Noah—No pudiste incendiar mi casa como despecho a lo que viste—río en voz alta—Digo...—siguió carcajeándose—Te tenía atado en la bañera, era imposible que salieras a menos de que repitieras tu maldito truco de magia como el día que nos conocimos.

—Dimitri...—tembló al notar la idea equivocada que se estaba haciendo.

—¡Y luego te quedaste en la bañera para que supusiera que no fue tu culpa! —esta vez su voz se volvió más fuerza, la mano que acariciaba a Noah con delicadeza, se posó en su cuello apretando con brutalidad—¿¡Acaso querías que sintiera algo de remordimiento si fingías tu muerte!?—exclamó poniéndose de pie y levantando con solo un brazo al menor, dejando de lado el oxígeno que lo ayudaba a respirar, para después estamparlo contra el tronco de un árbol—¡Mira mi puta casa!

—Kght...—se quejó colocando ambas manos en la muñeca de Dimitri, tratando de soltarse al no tener oportunidad de respirar.

—Espera a que lleguemos al primer motel que se nos atraviese en la carretera, porque no voy a terminar de castigarte por lo que has hecho, te voy a azotar hasta que recuerdes a quien carajos perteneces, te voy a hacer sangrar hasta que recuerdes que eres nada más un omega que debe de complacerme. Agradece que me encante tanto tu puto culo porque es lo único que impide que te mate—musitó apretando cada vez más su mano alrededor del cuello del omega.

Noah solo pataleaba sin lograr nada, no tenía fuerzas, ni siquiera para llorar. No podía creer que Dimitri estuviera amenazándolo de muerte frente a los policías y estos no hicieran nada.

Si, Dimitri era cruel con sus castigos, pero se suponía que debía de serlo, el sadomasoquismo no se trataba de un pícnic en pleno verano, no, se trataba del dolor y el placer unidos por el respeto y la confianza. Pero Noah solo podía ver odio hacia algo que no había hecho, porque Noah no tenía la culpa, no había ocasionado el incendio, no había tomado la droga por su propia cuenta, no había sido infiel ni mucho menos desobedecido a Dimitri. Entonces, ¿por qué era él quien siempre tenía que terminar lastimado?

Comenzó a asimilarlo en lo que Dimitri seguía insultando y privándole de su respiración. Su mente se mantuvo en un limbo en donde la tristeza era su única compañía, tal vez Ellio tenía razón y nada bueno podía venir de Dimitri, tal vez Noah había sido lo suficientemente joven y tonto como para creer que la violencia que empleaba Dimitri en él, era una forma de dar amor.

—Fir...—musitó con el poco aire que le quedaba—Fire...—lloró al sentir como sus pulmones le habían permitido decir su palabra de seguridad.

Dimitri logró escucharla, un gruñido se apoderó de su garganta y con toda la fuerza de voluntad soltó a Noah dejándolo caer al duro suelo. Ya estando ahí, Dimitri lo volvió a estampar contra el árbol, pero esta vez sin apretar su cuello.

—¿Qué mierda acabas de decir? —preguntó amenazante.

—Fire...—volvió a pronunciar por la vista perdida—Fire...—las lágrimas comenzaron a salir de sus pálidos ojos. Ya no le quedaban fuerzas para continuar con alguien que solo lo lastimaba—Fire...

Dimitri enseguida reaccionó y vio los ojos pálidos del omega. Lo soltó de asustado por lo que estaba haciendo, no había sido su intención lastimar a Noah, se suponía que estaba preocupado por encontrarlo con vida, se suponía que debía de llevarlo a un hospital y no desquitar su coraje en él.

—M-Mi amor perdóname—respiró con dificultad acercándose nuevamente a Noah—Estaba molesto, me llegó la estúpida idea de que tú lo habías ocasionado—quiso tomar a Noah nuevamente para este golpeó su mano y se alejó arrastrándose en el suelo—Cariño—rio nervioso—No hagas tus berrinches, vamos, te llevaré al hospital para que puedan tratarte, perdonaré todas las estupideces que hiciste hoy, pero no hagas esta rabieta.

—Déjame Dimitri—lloró mirando al suelo—Apestas a omegas—gruñó con un ardor en la garganta debido a la falta de oxigenación que había tenido y a la fuerza que había empleado—¿Te fuiste a coger después de humillarme tan cruelmente?

—¡Te cogiste a un maldito beta en mi puta cama! —encaró furioso—¡Te merecías esos castigos, me fallaste, me traicionaste y olvidaste que estamos comprometidos! Dime Noah, ¿cómo debía reaccionar ante esa falta de respeto?

—Lo olvidé—lloró amargamente mientras trataba de ponerse de pie—Olvidé que eres un alfa que ve al mundo como un alfa, no sé por qué pensé que algo bueno podría venir de tipos como tú—fue entonces cuando se quitó el collar que Dimitri le había regalado como muestra de un futuro matrimonio y lo tiró a los pies del alfa—Se acabó este juego, puedes ir a coger a todos los omegas que gustes, átalos, tortúralos, humíllalos y someterlos como te gusta, porque yo no quiero volverte a ver mi vida.

—Pero no debe de ser así—musitó aun guardando distancia—¿Por qué mierda dices la palabra de seguridad en este momento cuando te he torturado de peores maneras en otras ocasiones? No quieres que esto acabe, si suplicas mi perdón supondré que dijiste 'fire' porque mi puta casa se está quemando y no porque realmente quieres terminar conmigo.

—Pero ya lo hice—comentó decepcionado por lo manipulador que era Dimitri en realidad—¿Suplicar por ti? Ja' no me hagas reír.

Noah solo pudo escuchar los reclamos de Dimitri haciéndose más pequeños a medida que se alejaba de él. Se podía despedir de las comodidades y de su oportunidad de escapar del matrimonio arreglado, pero al mismo tiempo, se despedía de las noches de dolor, los engaños, y los engaños de una libertad que se veía lejana.

Caminó toda la noche, el dolor de su cuerpo hacía caer al suelo, pero lograba levantarse, porque sabía que de quedarse en el suelo iba a morir. Tardó toda la noche, el cielo parecía iluminarse poco a poco, no sabía qué hora era cuando finalmente llegó a la casa de Ellio, se sentía orgulloso de no haber muerto en medio de una carretera como cualquier pobre animal, de alguna forma, se sentía en casa.

Tocó a la puerta e inmediatamente vio como Alek abría la puerta, el rostro del alfa inmediatamente se quedó en blanco. Ni siquiera pudo saludar cuando Alek lo cargó y acomodó en el sofá de la sala, dicha acción le recordó cuando llegó a la antigua casa de Ellio tras ser violado por el padre de Nicholas.

—¿Qué te pasó? —preguntó alterado viendo las heridas del omega—¿Fue Dimitri? —gruñó tras no recibir respuesta del omega—¡Ellio! —exclamó saliendo de la habitación para llegar hasta su esposo.

Cuando regresaron traían consigo un botiquín de primeros auxilios y un aparato que tenía forma de maleta.

—¿Qué te pasó? —preguntó angustiado el omega, acercándose cuidadosamente a su hijo—Noah...—lloró tras ver el cuerpo mascullando—¡No se lo voy a permitir! —gruñó tomando el aparato y abriéndolo dejando ver que se trataba de una pequeña máquina de oxígeno—¡Debes detener esto! ¡¿Acaso no ves el daño que te hace el miserable de Dimitri!?

—Ya lo hice...—musitó adolorido—Me fue infiel con unos omegas, así que quise pagarle con la misma moneda, pero no lo tomó muy bien, pero cuando desperté la casa se estaba incendiando—finalmente pudo respirar cuando el limpio oxígeno entró a sus pulmones—Terminé con él, pero conozco a Dimitri, él me volverá a buscar.

—No, no lo hará—mencionó Alek con un tono astuto—Romperé con el contrato que te hizo firmar y mandaré a hacer una orden de restricción, conozco sus antecedentes y sus sucios tratos anteriores, obviamente no quiere perder su patrimonio, así que lo obligaremos a que te deje en paz.

—Mi cachorro...—murmuró Ellio con lágrimas en los ojos—No te preocupes, ya estás a salvo—se acercó para abrazarlo y Noah correspondió a la acción.

Cuando finalmente Noah pudo volver a la normalidad se encerró en la habitación donde solía quedarse con frecuencia. Se encontraba solo, mientras que afuera se escuchaba los reclamos de Ellio, al parecer, Ellio se había calmado para que sus feromonas tuvieran un efecto relajante en Noah, sin embargo, estaba vuelto en ira.

Noah, por su parte, lloró a solas, no por el dolor de su cuerpo, no, a eso se había acostumbrado a lo largo de su vida, pero el dolor se debía a lo cruel que había sido Dimitri. Realmente se había enamorado, por primera vez había sentido mariposas en su estómago, sus piernas temblaban cada vez que se acercaba a Dimitri, sentía que iba a explotar con solo tenerlo cerca, cada golpe, insulto y herida lo había hecho llorar de emoción. Sin embargo, ¿realmente había sido así? Por primera vez Noah se estaba cuestionando si esos sentimientos realmente eran de amor, o por temor a Dimitri. Se sentía como un estúpido, como el niño que era, después de todo, después de tantos años y sufrimiento seguía siendo un simple omega que era usado al gusto de los alfas.


─── ❝ Fire on fire ❞ ───

—Me quedé con Ellio unos días para recuperarme del incendio y prepararnos legalmente para enfrenar a Dimitri—Noah estaba llorando en el pecho de Demian. Habían abandonado la sala para ir a la cama—Alek me hizo un examen de sangre y descubrieron que la droga que me daba era ilegal, así que amenazó a Dimitri con llevarlo a la cárcel si es que no firmaba la orden de restricción y terminaba con mi contrato, al final aceptó y no lo volví a ver, pero mi cuerpo resintió la pérdida de suministro de la droga, por lo que tuve muchos ataques de ansiedad—respiró tortuosamente—Ellio fue de mucha ayuda, no solo criaba a tres hijos, sino que tenía tiempo para mí, además, por esas fechas su línea de ropa ya estaba a la venta y necesitaban de un modelo—suspiró cansado.

—Ellio te dio trabajo—concluyó acariciando la ahora rubia cabellera del omega, al instante sintió como el cuerpo de Noah comenzaba a temblar, se apartó un momento de él y lo notó llorando nuevamente—Está bien mi amor, no te guardes nada, déjalo salir—volvió a abrazarlo sin dejar de proporcionar sus feromonas para calmarlo—Estoy aquí, y me tienes para lo que necesites, te prometo que saldrás de esta tormenta, ya no estás solo—finalmente dejó un beso en la frente del omega, haciendo que este se calmara un poco.

—Perdóname—lloró amargamente e inmediatamente Demian lo soltó para verlo a los ojos—Te traté como una mierda por culpa de un estúpido romance que nunca llegó.

—No, no, no, cariño—suspiró angustiado—Nada de esto fue tu culpa, has sufrido suficiente, entiendo que hayas tenido miedo de contármelo todo, pero ahora que lo sé las cosas serán diferentes—prometió dulcemente limpiando las lágrimas de Noah—No soy nadie para juzgarte, pero si alguien que ya no te dejará solo—suspiró—Ahora somos dos, y te aseguro que ya no te van a lastimar.

—P-Pero el matrimonio, mi madre, los Ivanov...—tartamudeó por ansiedad, algo que Demian reconoció, tomó ambas manos del omega para besarlos.

—¿Qué es lo que ves? —Noah ni siquiera pudo responder a eso—¿Qué es lo que ves?

—A ti—lloró.

—¿Qué más?

—Tus ojos azules—respiró, pero sin dejar de temblar—Tus cejas pobladas, tu cabello largo que siempre huele bien y es suave, también, las sábanas, las cortinas viejas que huelen a polvo, ese maldito reloj que hace 'tic, tac' pero que nunca mueve una sola manecilla—rio débilmente—Tus labios...

—Tus labios—repitió antes de acercarse y darle un dulce beso una vez sintió que su pareja ya estaba más tranquila—Nos encargaremos de mandar al diablo ese matrimonio, ¿en serio crees que dejaré que te cases con el idiota que me ganaba en los columpios? —rio frotando su nariz con la contraria—Nos encargaremos de ellos, pero ahora descansa, mañana hablaremos sobre cómo romper ese contrato matrimonial

—Demian—suspiró volviendo a acercarse al pecho del alfa—¿Te puedo pedir un favor?

—Lo que gustes mi vida—afirmó instantáneamente.

—¿Puedes quitarte la camiseta? Quiero sentir tu piel.

Demian se sonrojó un poco, pero es que no sabía cómo negarse ante esa tierna petición, por lo que se quitó su camisa al mismo tiempo que Noah repetía la acción. Ya una vez desnudos de la parte superior de sus cuerpos, decidieron volver a abrazarse para finalmente quedarse dormidos. Sin embargo, Noah continuó llorando, como si de una vez por todas el dolor acumulado decidiera salir y derramarse sobre el pecho de Demian, mientras que el alfa lloraba en silencio, lloraba porque el dolor de Noah también era su dolor.  



Ya un mes sin actualizar, no saben cuánto lo siento. Honestamente no he tenido tiempo para nada jaja, pero estoy muy contenta de regresar. ¿No están preciosas las ilustraciones que nos hizo la hermosa y preciosa de @LitteCherry41? Obviamente lo es jsjs

En fin, espero que hayan disfrutado del capítulo, la verdad no les prometo actualizar la siguiente semana, pero esta historia seguirá publicándose sin excepción, valoro mucho que añadan a sus bibliotecas esta historia jsjs, también valoro mucho a quienes comentan y votan, no saben cuánto apoyo me dan al darle a la pequeña estrellita.

Espero que tengan un excelente fin de semana, los adoro y nuevamente, muchas gracias por todo el apoyo.

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