Capítulo 22
(puedes saltar esta parte)
Estoy escrbiendo la introducción es este capitulo el jueves 25 de noviembre a las 1:48 am mientras trato de terminar mi tarea. Es una mala hora para que una persona como yo esté despierta porque siempre me lleno de inseguridades sobre todo lo que hago, principalmente sobre lo que escribo.
Me han dicho miles de veces que no sirvo para esto, que deje de escribir idioteces y que no saco nada productivo de esto, pero sus comentarios, votos y mensajes me han llenado de mucha dicha, y en momentos como estos en donde quiero abondaonar todo y fingir que nada de esto fue escrito, es en donde recuerdo que si hay alguien que me lee y es feliz con mis historias.
Gracias por todo el apoyo, sé que es muy cliché, pero me están salvando de más de una manera, perdón si aveces no contesto comentarios, pero no por eso significa que no me hacen feliz y me llenan el corazón de amor.
Gracias por leer esta tonta y cursi introducción escrita en una madrugada en donde mis inseguridades salen a la luz, porfavor disfruta de tu lectura, nos vemos abajo.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Había quedado en el suelo por dos días en lo que su madre preparaba todo para que se fuera a vivir con Nicholas. Dos días en donde el llanto lo aguantaba con coraje, donde sólo podía ver las cenizas de lo que había sido la ropa de Demian, con el temor de que sí lo volvía a buscar su madre se encargaría de matar al amor de su vida.
No tenía su teléfono para pedir ayuda, no se habían molestado en curar sus heridas como a veces alguien lo hacía tras dormir. Noah solo se quedó en el suelo, sin fuerzas para escapar, sin esperanza para vivir, sólo viendo las cenizas de lo que pudo haber sido un bonito romance.
Lo sacaron del sótano horas antes de que Nicholas llegara por él, lo bañaron y vistieron a voluntad de su madre. Nicholas se sorprendió al ver el rostro tan maltratado del omega, así que no dudó en llevarlo rápidamente a un hospital de confianza. Noah no había dicho nada, se quedó en silencio mientras escuchaba un largo monólogo por parte de su prometido de lo irresponsable que era por haber lastimado su propio cuerpo.
—Aún no me explico cómo pudiste ser tan irresponsable—profanó Nicholas del otro lado de la habitación color blanco.
Seguían en el hospital, un doctor ya había revisado las heridas de Noah, pero no dejaban de llegarle reclamos por parte de Nicholas, quien en realidad tampoco deseaba estar en ese lugar.
—No es para tanto, los omegas son de naturaleza frágil—comentó el doctor colocando cuidadosamente en el rostro de Noah varias banditas especiales junto con ungüentos—Por otro lado, me preocupan sus heridas, ¿le podría permitir que se quite la ropa?
Noah tembló, involuntariamente se encogió en su lugar. Se sentía humillado, así como cuando era un niño pequeño, no podía creer que después de tantos años su cuerpo seguía teniendo miedo.
—Le voy a pedir que respete a mi omega, doctor—encaró negándole en sueño al degenerado.
Nicholas inconscientemente había liberado sutilmente feromonas para marcar su territorio. Noah sólo se sintió peor. Tal vez no volvería a vomitar y a entrar en celo, pero no dejaba de odiar inhalar esas feromonas.
El doctor se notó desilusionado, ni siquiera se molestó en ocultar su disgusto. Era normal que algunos doctores abusaran de sus pacientes omegas, ya que al estar enfermos y frágiles no podían hacer mucho, era como una presa fácil para los depredadores.
—Bien, en todo caso voy a recetar un remedio para los moretones del rostro y algunas pastillas para la inflamación—contestó una vez volvió a su escritorio para redactar la receta médica—No tiene que preocuparse, estos medicamentos son herbales, así que no habrá problemas hormonales que afecten a la fertilidad.
—Perfecto—encaró el alfa con un tono firme.
Nicholas se acercó hasta Noah, podía cubrirle con facilidad, su fría y oscura sombra sólo dejaba en claro lo pequeño que era en realidad el omega. Noah odiaba sentirse así, pero ya no le quedaban fuerzas para fingir ser valiente, ya no quería pelear ni levantarse del fango en donde siempre terminaba.
—Noah, me has decepcionado—comentó sin recibir algún tipo de reacción en el omega—En tres días es la fiesta de beneficencia donde haremos el anuncio de nuestra boda, y tú te lastimas el rostro—lo tomó del mentón con brusquedad.
Las ganas de llorar se hacían cada vez más grandes. No era tristeza, sino un coraje por no poder hacer nada, sabía que, si se levantaba, Demian pagaría con las consecuencias.
—¿Tienes idea de lo horrible que será llevar a mi prometido con semejante golpes? —preguntó tomándolo con mayor fuerza—¿Así cuidas del cuerpo que dará a luz a mi hijo?
—Mgh...—se quejó. Aguantó la respiración y cerró los ojos haciendo un ceño de dolor, esperando paciente el primer impacto de la mano de Nicholas contra su rostro.
Pero Nicholas era hasta cierto punto diplomático, nunca había levantado la mano contra alguien, ni siquiera Milo, a quien vio reflejado en ese rostro lleno de dolor. El pelirrojo suspiró cansado soltando el mentón del omega, dio un paso atrás para poder verlo y se tomó unos segundos para analizar al omega que estaba al borde de las lágrimas.
—¿Y bien? —volvió a preguntar con voz grave.
—Ngh...—se quejó tratando de no llorar—Perd-d-ona...me—jadeo aire mientras su cuerpo temblaba. Sentía un remolino en su estómago, como la sangre bajaba de su cuerpo y el temor de morir en esa misma habitación.
Nicholas siguió en silencio, sus ojos esmeraldas no se apartaban de los color avellanas de Noah, quien no podía evitar sentirse mareado, perdido, con el corazón redoblando en sus oídos. Inconscientemente bajó la mirada y ladeó la cabeza, dejando su nuca expuesta, como si se estuviera sometiendo ante él.
Solo pudieron volver a la realidad cuando el teléfono del alfa resonó en toda la habitación. Noah se estremeció ante el repentino sonido, a lo que Nicholas contestó para evitar que el omega frente a él colpasara por un estrés de que era ignorante el origen, sin embargo, fuerte fue la sorpresa de Nicholas cuando atendió a la llamada y solo puso escuchar un llanto que solo él podía reconocer a la perfección.
—Diga—habló una vez enlazada la llamada.
Mientras que, del otro lado de la línea, se escuchaba a Milo llorando y unos golpes contra la puerta.
—¿Qué sucede? —quiso saber Nicholas sin levantar sospechas de quién se trataba. Aunque en realidad poco les importaba a los presentes en la habitación.
—N-Nicholas—lloró Milo en el suelo de su habitación—Mis padres quieren llevarme a ver a un alfa—chilló tratando de contener las lágrimas, pero no pudo. Milo era devoto a Nicholas, no soportaba la idea de que sus padres lo intentaran enlazar con otro alfa que no era el suyo—Quieren que firme los papeles una vez lo vea—jadeo aire tratando de hablar lo más fluido posible sin que sus lágrimas entorpecieran sus palabras—Por favor, por favor ayúdame...
—Voy en camino—colgó la llamada—Tengo que irme, asegúrese de que nada malo le pase—ordenó apresurado mirando a Noah—Mi chofer vendrá por ti, te esperaré en la nueva casa.
—Si—contestó en sus susurros.
Volvió a sentir como las manos de Nicholas acunaban su rostro, como sus labios chocaban contra los contrarios, pero no reaccionó a nada. Nicholas sintió que besaba a un cadáver, pero por mucho que le molestara no podía quedarse más tiempo, su omega destinado estaba a punto de ser reclamado por otro alfa y su instinto dominante le gritaba que corriera a marcar lo que era suyo, por lo que sin más se retiró sin decir nada. Eso le terminó de doler, recordó los dulces y cariñosos que eran los besos con Demian, sin embargo, los besos de Nicholas eran fríos, simplemente no eran para él.
El cuerpo de Noah se entumeció en cuando la pueta fue azotada. Cada maldito respirar le dolía, estaba en un limbo interminable de sufrimiento, ni siquiera notó cuando el doctor quedó frente a él.
—Pobrecito—habló con un tono melancólico—Creo que necesitas consuelo tras todo el dolor que estás pasando—tomó acarició los carnosos muslos de Noah, pero su cuerpo de Noah se bloqueó, conocía perfectamente ese tacto—Adoro cuando me traen a omegas tan dañados, son tan mansos, no logran defenderse, muchos menos sentir el tacto de otra persona—musitó levantando el rostro de Noah con su mano libre.
Noah había pasado tanto en la oscuridad del sótano que su vista había sufrido las consecuencias, no podía verlo con claridad.
—Déjame consolarte, precioso omega—musitó tomándolo preso de sus labios.
De un momento a otro Noah yacía acostado en la camilla, con las piernas separadas sin tener noción de lo que estaba pasando.
—Oh, veamos qué tenemos aquí—bajó los pantalones de Noah junto con su ropa interior, dejando ver su piel más pálida de lo que era de normalidad—Mmm, que lindo culo te cargas, se ve tan delicioso—se escuchó su voz desesperada, salivando ante exquisita vista de Noah desnudo, de su piel chinita al ser expuesta por el frío del hospital y los moretones de su cuerpo.
El doctor separó sus piernas mientras que Noah lloraba en silencio, volvía a sentirse como un prostituto barato, un perro jodido, alguien que abría las piernas fácilmente a cualquier hombre. Era fácil para él sentirse como la peor basura del mundo, y, sobre todo, cuando aquel asqueroso hombre comenzó a lamer su entrada. Fue imposible contener las lágrimas tras sentir como el doctor se adentraba en él con sus grotescos dedos, entrando y saliendo con brusquedad. Dolía mucho, su cuerpo no se estaba lubricando.
Dolía mucho, era un insistente ardor que no lo dejaba en paz.
—Cielos...—musitó el doctor bajando su propio pantalón—Aún no te pruebo, pero de seguro eres una gran puta—masturbó su pene, preparándose para insertarlo sin previo aviso en la cavidad del omega—Tan sumiso, tan callado y perfecto—sonrió entrando en una limpia estocada—¡Oh, mierda! —gimió encantado al ser apretado fuertemente por las paredes del chico.
Noah ni siquiera se quejó, sólo sentía dolor, sólo podía llorar en silencio y desear la muerte de una vez por todas. ¿Qué caso tenía vivir? La vida se encargaba siempre de devolverlo al suelo, en donde pertenecía.
Sintió como la piel del hombre chocaba contra sus largas, como era penetrado sin cuidado, tocado sin permiso, cuando finalmente reaccionó ya era demasiado tarde. Y lo primero que sintió no fue el dolor de ser violado, sino miedo.
—¡Ya no por favor! —lloró tratando de levantarse de la camilla, pero su cuerpo estaba tan muy débil que terminó cayendo de nuevo sobre esta—¡Déjenme en paz, por favor, déjenme ya!
—¡Cállate maldito omega! —gritó dándole una cachetada en el rostro.
—¡Aaaght! —exclamó con dolor, sollozando, sintiendo como todo de él se rompía en partes—¡No por favor! —suplicó finalmente por piedad—Ya no puedo...—jadeó sin dejar de sentir como era brutalmente violado—Se lo suplico...ya no...
Pero el hombre lo ignoró, siguió tratándolo a su conveniencia, a su placer, sin preocuparse cuando Noah comenzó a sangrar, sin piedad pese a sus súplicas de lágrimas. Noah trató de defenderse, cada vez que trataba de poner un alto su blanco cuerpo se pintaba con un nuevo moretón. El miedo lo invadía terriblemente, un miedo que sólo podía sentir un omega.
—¡Ah, que rica puta! —gimió el hombre. Noah sólo podía escuchar esos asquerosos gemidos al ser penetrado—¡Adoro a las perras como tú, tan callados, tan tranquilos y estrechos! —salió de Noah y volvió a entrar de golpe, sacando gritos que el hombre confundió con gemidos de placer—¿Te gusta putita? ¿Te gusta mi pene? Tranquilo, te daré lo que quieres ramerita hijo de puta.
El cuerpo de Noah no pudo más. Se desmayó dejando al hombre hacer de su cuerpo lo que quisiera, aunque no todo era malo. Si, el hombre que se hacía pasar un doctor siguió mancillando el cuerpo inconsciente de Noah, tocándolo a su gusto, penetrándolo a su placer, saboreando la boca del omega hasta zacear su apetito, pero Noah en su inconciencia había tenido un hermoso sueño, un sueño en donde bailaba con Demian bajo un cielo estrellado, en un campo verde sin nada alrededor, sólo ellos, bailando al ritmo de sus corazones.
Parecía un sueño hermoso, tan bello que alejó la realidad el tiempo suficiente para que el doctor se sirviera del cuerpo de Noah hasta quedar satisfecho.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
No se terminó de enterar cómo había llegado a la casa matrimonial. Estaba en lo que parecía ser la cama que compartiría con Nicholas, era nueva ya que no percibía ningún tipo de feromonas, solo el delicioso aroma de colchón nuevo y lo duro que podía ser contra el adolorido cuerpo del omega.
Un dolor de cabeza lo dominó, su vista volvía a ser clara a medida que se acostumbraba a la luz, pudo ver una nota en la mesa de noche, se sentó en su pieza y leyó en voz alta.
—Surgió una emergencia en el trabajo, prepara la cena—su voz era frágil, sus ojos le ardían tras las lágrimas que había regado.
Claro, Noah no se tragó esas palabras, sabía que estaba con Milo, consolándose, así como él quería ser consolado por Demian. Pero eso a Noah no le molestaba, nunca le había molestado, inclusive había tenido las esperanzas de que Nicholas amara más a Milo que al dinero que venía junto con Noah una vez se casara, pero supuso que por más grande y ciego fuera el amor de Milo hacia el alfa, no lograría comprarlo si no era con el dinero.
Con todo el dolor de su cuerpo caminó por la habitación, era tan blanca que inconscientemente recordó el hospital, sintiendo una punzada en el pecho, recordando el consultorio donde había sido abusado violentamente por aquel doctor. Le fue imposible llorar, sin embargo, seguía sin emitir algún tipo de sonido, simplemente se había acostumbrado demasiado a llorar en silencio.
Un ardor en su garganta lo dominaba, pero no le bastó para soltar un sollozo. Era tanto dolor el que retenía al no querer gritar de agonía que cayó al suelo y con su puño azotó el suelo, maldiciendo a todos. En ese mismo suelo al que había sido golpeado toda su vida, en el mismo suelo en donde lo oprimían, Noah maldijo a sus padres por verlo nacer, a Dios por hacerlo omega y a todos los alfas que lo habían violado.
El dolor era terrible, pero fue más terrible sentir que algo bajaba por su trasero. Sintió un escalofrío recorrer su espalda por la posibilidad de que el maldito se hubiera corrido dentro de él. Cómo pudo se pudo de pie y corrió hasta el baño, se desnudó tratando de no golpearse al arrebatarse la ropa, por primera vez odió ver su cuerpo desnudo, aunque no se le podía culpar, estaba pintado de moretones y manchas color morado, su trasero estaba irritado y lleno de azotes.
Con sus manos temblorosas recorrió su entrada hasta sentir el fluido, sintió como el aire salía de su pecho, no quería un embarazo por culpa de una violación. Las cosas estaban tan mal que sintió un doloroso alivio cuando en lugar de ver el blanco fluido sus manos se mancharon de carmesí. No se trataba de semen, sino de su propia sangre resultado del desgarre que había sufrido. El rubio ni siquiera sabía por qué se sentía tan aliviado tras ser rotundamente violentado y violado, simplemente había sido un acto deshumano, estaba sangrando por culpa de un infeliz que hizo de la voluntad y existencia de Noah mero estiércol en el camino. Pero así se habían tornado las cosas para Noah, al menos ver su mano manchada de su sangre le recordó que aún había vida corriendo por sus venas, sin embargo, su esperanza se veía agotada con cada segundo que pasaba en esa casa.
—Nicholas va a matarme...—musitó entrando a la ducha para quitarse la sangre y limpiar sus lágrimas secas.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Noah logró calmarse un poco tras la ducha, aún seguía disperso por lo que había pasado, trataba de no pensar tanto en ello, de aguantarse el dolor y seguir con su vida. Eso parecía buena idea, podía fingir que nunca había sido un omega empoderado que no se dejaba doblegar, podía olvidarse y tirar a la basura al omega que hacía lo que quería sin miedo a las consecuencias, y era la verdad, antes pudo haber tomado el encuentro con el doctor como una fantasía sexual, pudo haber tomado las riendas de la situación y salir con la cabeza en alto. Pero Noah ya no era esa persona, la vida le había dado tantos golpes que no pudo seguir fingiendo ser el fuerte.
Quedó frente a un espejo de cuerpo completo que había en el baño, quiso ponerse las cremas que le habían recetado para curar sus heridas, pero cuando se vio en el espejo fue cuando se rompió.
—Asqueroso...—musitó sintiendo como las lágrimas volvían a bajar—Eres asqueroso, horrible, nadie te ama porque eres una mierda...—no dejó de ver su reflejo, se estaba hablando a sí mismo—¡Eso es todo lo que eres, sólo una maldita escoria de mierda desagradable y asquerosa! —no dejó de verse a los ojos, con odio y verdadera repulsión—¡Te odio! —gritó con furia hacia su reflejo, apretando con fuerza la crema que sostenía en su mano—¡Te odio, te odio, te odio, te odio, te odio! ¡Quisiera que te murieras! —exclamó junto con el estruendo del cristal rompiéndose al haber lanzado la crema contra este.
El vidrio cayó al suelo, desapareciendo el reflejo de Noah, pero el verdadero seguía respirando. Se tiró al suelo, lloró tanto como quiso, aprovechó el silencio de la casa para llenarlo con sus lágrimas, sus berridos y lamentos. Cuando se quedó sin aliento decidió quedarse encerrado en su alcoba, se recostó en la alfombra sin la capacidad de poder dormir, sólo con el remordimiento y la tristeza de que apenas cuando las cosas parecían ir bien para él todo se tornaba de nuevo oscuro.
¿Cuántas veces tendría que caer para darse cuenta que nunca podría ser feliz? Lloró nuevamente al darse cuenta que ese pasado beso con Demian tal vez había sido el último de su vida.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
—Ya llegué—anunció Nicholas, entrando a su nueva casa con un sentimiento de incomodidad.
—Bienvenido—habló Noah en el pasillo de la casa, con la cabeza baja y la voz sumisa. Se había cambiado de ropa a un suéter blanco que le quedaba grande y un par de pantalones cómodos que le daban un toque hogareño extraño
Nicholas sólo lo miró, no pudo evitar molestarse al ver aquel rostro mancillado y piel pálida, le daba asco verlo, así que prefirió ignorarlo y caminar hasta la sala.
—¿Hiciste la cena? —preguntó dejando colgado su chaqueta en el respaldo de un sillón.
—Si—respondió detrás de él sin verlo a los ojos.
—Sirve la mesa, iré a bañarme un momento, saca una cerveza y no te sientes hasta que te lo diga—ordenó retirándose a la habitación marital.
Noah sirvió los platos con la comida que a duras penas había preparado. El cuerpo le dolía, sus ojos estaban irritados por tanto llorar, trató de perderse en el abismo del silencio para no tener un ataque de ansiedad en caso de que el alfa volviera. Sacó del refrigerador la cerveza de Nicholas y se quedó de pie frente a la mesa, soportando el dolor de sus piernas al no poder tomar asiento.
—¡Noah! —gritó haciendo estremecer al nombrado—¡Ven ahora aquí mismo! —ordenó desde el baño de la alcoba.
Noah caminó tan rápido como pudo, temía ganarse otro golpe, prefirió protegerse haciendo caso al llamado del alfa.
—¿Pasa algo? —musitó temblando de miedo.
—¿Por qué el espejo del baño está roto? —preguntó tomando el mentón del omega para que por fin levantara la vista y viera los cristales rotos en el piso—¡Responde!
—Vi una cucaracha en él...
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Y con esto terminamos el algo triste capítulo de hoy, sé que parece que esta historia solo es lágrimas y tristezas, pero tengan confianza en que esta escritora no les va a partir el corazón y que todo saldrá bien, después de todo, esta historia también habla de la esperanza.
Y pues que les digo, hoy será la primera noche en donde dormiré hasta donde se me antojé porque ya entregué todas mis tareas de la UNI, estoy muy contenta de finalmente haber terminado este ciclo escolar, pero, sobre todo, feliz por el apoyo que le brindan a esta historia de batos que se embarazan (que el único embarazado a sido Ellio, pero eso se puede solucionar)
Estoy muy feliz por el apoyo que me dan, los quiero mucho mucho mucho y como no tengo nada más que escribir les dejo datos curiosos de las parejas de fire on fire:
1. Ellio y Alek originalmente eran una pareja hetero, ya que antes Ellio era una mujer llamada Rachel y Alek simplemente iba a ser un fotógrafo que iba y tomaba las fotos en lencería de Noah, pero cuando Ellio llegó a la luz me puse a pensar que tal ves sería interesante que el fotógrafo se enamorara de Ellio, así que hice un par de ajustes y Ellio terminó casándose con Alek, un inteligente abogado de día y fotógrafo erótico de su esposo de noche jsjs.
2. Nicholas fue el primero que se declaró en la relación. Milo y Nicholas se conocen desde pequeños y siempre han tenido un amor por el otro, pero cuando se dieron cuenta de que eran destinados Nicholas no dudó en pedirle a Milo poner su marca en su cuello, a lo que Milo lo tomó como una propuesta romántica y desde entonces han sido novios, pero las cosas se complicaron cuando llegó el matrimonio arreglado con Noah.
3. Demian ha tenido más novios que Noah. En realidad, Noah solo ha tenido un novio en toda su vida, los demás solo han sido encuentros casuales y coqueteos, pero Demian oficialmente ha tenido tres novias y dos novios de lo que va de vida (y tiene bonita relación con sus ex's porque él si sabe terminar una relación sanamente)
4. Amber y Maya (las madres de Demian) tuvieron a Demian por accidente jajaa. Cuando finalmente lograron casarse Maya se cuidaba mucho de sus celos, pero un día mientras hacían el aseo del hogar Amber tiró una bolsa que pensó era basura donde venían los anticonceptivos y condones de la alfa (Si, en este omegaverse, las mujeres alfas tienen pene) entonces cuando llegó el celo de ambas no pudieron protegerse y al mes se dieron cuenta que estaban embarazadas.
5. Cuando Alek se enteró que Ellio había sido obligado a abortar a su bebé, le prometió que cuando tuvieran un hijo Ellio le pondría el nombre, y bien, llevan cinco hijos y todos los nombres los ha puesto Ellio (Magnolia, Dylan, Connor, Brook y Zaid)
¡MUCHAS GRACIAS POR TODO! Nos vemos la siguiente semana :3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro