Capítulo 12
Regresenme a primer semestre cuando mi carrera me inspireaba en lugar de deprimirme. Bueno, por lo menos no soy el florero de este capítulo, nos vemos abajo, les tengo una sorpresa.
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Tal y como había dicho su madre, Noah se había tenido que atenerse a tomar de nuevo sus cursos de hogar. Se había levantado temprano para tender su cama y vestirse para la ocasión, odiaba la idea de ir a un lugar lleno omegas pulcros y refinados que tenían el cerebro lavado con la idea de satisfacer a un alfa antes que a sí mismos.
Decidió enviarle un mensaje rápido a Ellio para pedirle que se vieran en algún bar, aunque sabía que no tocaría una gota de alcohol por su enorme responsabilidad con sus hijos. Suspiró cansado frente a su closet en un intento de buscar lo que más se asemejara a la imagen de 'vendedor de biblias'. Gran parte de la ropa de Noah era provocadora, pero no tenía tiempo para eso, de hecho, gracias a su madre estaba seguro de que le quedaría muy poco tiempo para continuar con sus cursos de diseño, cursos que para él sí eran importantes.
Sus pensamientos mortificantes se vieron despejados cuando escuchó una notificación de su celular.
Demian:
'Buenos días.'
Como si su mañana no estuviera ya lo suficientemente caótica, el chico lindo de la noche anterior le mandaba un mensaje que extrañamente lo hizo feliz. El rubio se dejó caer sobre su cama, soñando despierto en el recuerdo de sus labios contra los de Demian.
—Eres un romántico—susurró viendo como estupido la foto de perfil de Demian—Ay, esto es una pérdida de tiempo—se regañó contestando el mensaje.
Noah:
'Buenos días.'
Demian:
'Espero que hayas descansado, ayer fue un gran día.'
No quiso pensar más en Demian, no con el corazón hecho un lío, así que se cambió y tomó su auto para ir hasta el estupido curso.
Llegó a una enorme casa de estilo minimalista, muy moderna para los gustos a los que estaba acostumbrado a rodearse. Procedió a estacionarse después de pasar por la reja de seguridad, donde un guapo beta le lanzó una mirada coqueta, ese acto puso en alto el ego de Noah, obviamente no había un omega más ardiente que él.
Tomó su mochila y entró a la casa.
—Buenos días joven Miller, bienvenido a la casa Berrycloth, madame comenzará con la clase dentro de poco, porfavor siganme—se acercó una mucama para guiarlo hasta un salón donde habían más mujeres y hombres omegas.
Todos en el salón se dirigieron a Noah, pero una mirada en particular lo hizo sentirse incómodo. Milo Relish tampoco le terminó de agradar la idea de que Noah Miller estaba en la misma habitación que él. Trataban de evitarse mutuamente por razones claras, pero grande fue la sorpresa de Noah cuando Milo se acercó a él con una falsa sonrisa.
—Es un milagro verte aquí—habló hostil mientras sus ojos se posaban en el joven omega—No sabía que las perras venían a este tipo de lugares.
—Podrías decir lo mismo, pensé que sólo omegas comprometidos podían estar en este tipo de lugares—contestó sin dejarse influir por las opiniones de Milo.
—Pues te equivocaste—sonrió falsamente, no podía dejar que un niño ofendiera a alguien de su categoría—De hecho, Nicholas me pide que venga, él entiende lo importante que es ser un omega hogareño y amoroso, contrario a lo que ciertas personas pueden aportar a un supuesto matrimonio.
—Suenas como si fuera una amenaza para ti—sonrió mirando directamente a los ojos azules de Milo—Pero tranquilo, no tengo nada que pelear y no tengo nada que pedirte a cambio, acuéstate las veces que quieras con Nicholas, barre su departamento, lleva el desayuno a su cama y cumple sus caprichos, me termina valiendo mierda lo que hagas o dejes de hacer con él. Sólo no te metas conmigo.
—Si supieras lo mucho que quiero atraparte tragándote la verga del dueño de un burdel para que a Nicholas le de tanto asco y decida abandonarte—contestó tratando de que no se viera intimidado.
—Cuida tu lenguaje—sonrió aparentando cierta amabilidad—Pareciera que el que tiene una verga en la boca es otro—caminó hacia el otro lado de la habitación y tomó lugar antes de que una elegante dama entrara a la habitación.
—Buenos días a todos los presentes—una dama vestida de un elegante vestido y de cabello tan largo que parecía llegar hasta el suelo—Estoy feliz de ver rostros tan familiares—sonrió dirigiendo su mirada a Milo—Y rostros nuevos—miró a Noah—Pero no se preocupen, aquí aprenderán todo lo básico, desde caminar hasta preparar una cena digna de un banquete—mostró su blanca sonrisa— Sean bienvenidos y bienvenidas a el mejor curso intensivo de preparación para omegas, donde yo, Maddam Berrycloth, me encargaré de convertirlos en omegas dignos de cualquier alfa.
'Será una larga mañana'. Pensó Noah al ver como de la nada traían carreolas con pequeños muñecos en forma de bebés.
—¡Empecemos!—exclamó la mujer dando manos a la obra.
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—Malditas mantas, malditos bebés y malditos cursos domésticos—refunfuñaba al mismo tiempo que trataba de envolver al muñeco con una manta que era más pequeña que un pañuelo.
—Veo que tienes problemas con el ejercicio, Noah—se acercó la señora Berrycloth con una sonrisa tan irritante que casi deja ciego al pobre de Noah.
—Estoy fuera de práctica, eso es todo—trató de excusarse para que la señora se alejara de él—Lo lograré dentro de poco.
—Eso espero querido, es importante saber envolver a un bebé, no queremos que tu alfa piense que eres un inutil—se alejó sutilmente para verificar a los demás dentro de la habitación.
Parecía un tonto internado militar, pero en lugar de armas envolvían muñecos como niñas de primaria jugando a las mamás. Noah no terminaba de sentirse incómodo, frustrado y cansado; ni siquiera se imaginaba con un bebé en brazos, pero su sentido de competencia se activó cuando Madame Berrycloth gritó felicitando a Milo.
—¡Excelente trabajo joven Relish!—tomó al muñeco para mostrarlo a los demás omegas, quienes aplaudieron al unísono mientras que a Noah le nacía una úlcera en el estómago—Quiero que todos y todas sigan el ejemplo de Milo Relish, si continúan así podrán ser excelentes madres para los cachorros de su alfa.
'¡La madre que me quiero poner en este momento!'. Pensó Noah mientras desenvolvía a su muñeco y empezaba desde cero.
Las cosas no terminaron ahí, y aunque a Noah le daba igual la relación que Milo tenía con Nicholas, la verdad es que no podía evitar sacar su lado competitivo, así que decidió no dejarse aplastar por alguien tan pobre como lo era Milo.
Siguieron y siguieron las pruebas, desde barrer hasta saber qué medicación darle a un bebé; Noah no podía evitar hacer lucir su gracia y belleza mientras hacía sus tareas a la perfección, mientras que Milo, acostumbrado a la vida doméstica, las hacía en un tiempo récord. Cosas como limpiar pañales, preparar la cena, limpiar la ropa y entre otras cosas fueron parte de las prácticas que Madame Berrycloth instruyó ese día, debían de hacerlo a la perfección o sus manos serían azotadas con una regla.
Cuando las cosas terminaron Noah finalmente pudo respirar. Madame les regaló un libro lleno de instrucciones para 'ser el omega perfecto' y les pidió verlos dentro de dos días, pero Noah ni loco volvía a ese lugar.
Salió de la casa recibiendo un mensaje a Ellio, pidiéndole verlo en algún café cercano en lugar de el bar. Noah aceptó, necesitaba hablar con un amigo, pero antes de que subiera al auto un omega de ojos azules lo interceptó.
—Espero que hayas aprendido tu lección y vieras que no podrás satisfacer a Nicholas.
Noah tuvo que respirar hondo y sacar paciencia de su médula para que el estrés que le causaba la voz de Milo no le causara arrugas.
—¿Quieres saber qué es triste, Milo?—empezó con una voz calmada y lo más serena posible—Ya pasaron nueve años, no puedo creer que después de todo este tiempo que llevas siendo amante de Nicholas no te des cuenta de que no soy tu enemigo, ni tu némesis, ni tu competencia, ni el malo de la historia. Este matrimonio me importa tanto como a ti.
—Te equivocas, si me importa y me importa mucho porque es de mi alfa del que estás hablando, el alfa que por derecho es mío—gruñó arrugando la nariz tratando de que su voz no flaqueara.
—Entonces sólo eres un dañado mental que no tiene la autoestima suficiente como para valerle una mierda lo que opine un crío seis años menor que tu, que dependas de un hombre al que no le importas y de hacerlo te mandará a Italia en cuanto se case con el mismo crío que detestas y envidias, mientras que tu vienes a cursos estupidos de gente estupida— acusó con una voz tranquila, pero ta filosa como una navaja. Noah se deleitó con las pequeñas lágrimas que se asomaban por los ojos azules de Milo—No llores, tranquilo, todo estará bien—dijo con una voz falsa tratando de calmarlo—Si te hace sentir mejor y logro evitar que se te corra el delineador barato que usas, debes saber que la única razón por la que Nicholas continua con este circo es por el dinero. Así que ve y corre a uno de los cuatro departamentos que te compró, preparale la cena y chupale la verga, que eso en lo que a mí respecta sólo una de esas cosas me sale delicioso, y fuiste testigo de cómo quemé la ensalada del primer platillo.
Milo no dijo nada, y de hacerlo ya era tarde pues Noah había dado marcha a su auto y se dirigió hasta donde Ellio.
Llegó a una cafetería cerca de la calle principal de la ciudad, tardó un poco en encontrar estacionamiento, pero cuando lo hizo bajó con un nuevo atuendo, uno más de su estilo, elegante, cómodo y provocador. ¿Cómo se había cambiado sin bajar del auto? Era uno de los muchos misterios que Noah Miller guardaba para él mismo.
Había estacionado dos cuadras de la cafetería, sólo para deleite de los otros que volteaban a verlo y quedaban impactados por su belleza, inclusive al entrar todo quedó en silencio y fue foco de atención de todos los alfas que había dentro.
—¡Noah! ¡Noah! ¡Noah!—se escuchó una voz imperativa llamándolo, no era Ellio, pero vaya que la reconoció.
—Hola pequeño torbellino—abrazó al pequeño Connor y después saludó de un beso en la mejilla a Ellio, quien venía tan elegante que desentonaba con el lugar, así como al pequeño bebé de un año y medio que dormía en sus brazos—¿Connor no debería estar en la escuela?
—Debería—habló con una voz molesta—Pero recibí la llamada de que se había involucrado en una pelea y lo suspendieron toda esta semana. Tuve que salir con urgencia de la oficina, perdí la reunión para mostrar el nuevo catálogo, tendré que contactarme con mi asistente, pero es seguro que a mis inversionistas les encantó mi nueva línea.
—Perdí un diente—dijo orgulloso el pequeño diablo mientras le enseñaba a Noah una cajita pequeña donde lo guardaba.
—Si, pero el ratón no te traerá nada por impertinente—Ellio no pudo resistirse a terminar su oración dándole un zape a su hijo—Por eso Connor no comerá helado.
—¡Mamá!—se quejó sobándose la cabeza.
Noah rió un poco en silencio al ver tan linda y cómica situación. No necesitaba tener hijos, Ellio ya lo hacía sentir parte de la familia.
—¿Qué tal tu mañana?—preguntó dándole un menú para pedir algo.
—La tuya es mejor—empezó buscando una buena opción en el menú—No tuviste que limpiar la mansión de una pedante dama bajo la excusa de 'ser un buen omega'
—¿Fuiste de nuevo a ese odioso curso?—quiso asegurar.
—Mi supuesta madre quiere que vaya, la boda está a la vuelta de la esquina y quiere que cumpla con todo lo que implica ser un omega perfecto—trató de respirar para que su voz saliera lo más calmada posible.
—¡Agh detesto esos cursos!—se quejó Ellio en lo que su mente hacía un viaje al pasado— Recuerdo que la madre de Alek me hizo tomar varios como condición para poder casarme con él, obviamente lo hice, pero tuvo que tragarse su orgullo cuando probó mi delicioso pastel de chocolate, es más, ¡se tragó entero ese pastel de chocolate!
—¿Puedo comer pastel de chocolate mamá?—preguntó el pequeño infante haciendo ojos de cachorrito.
—No—sentenció molesto. Ellio era una madre amoroso, pero al mismo tiempo estricto y firme—En fin, ¿para qué me citaste? Debe de ser algo importante como para que fuera tan repentino.
—Ya te lo dije, fui a uno de los cursos de domesticación para omegas y no vas a creer a quien hijo de...—se mordió la lengua al ver a Connor atento, ilusionado, emocionado, desesperado de que Noah soltara una grosería—Ahí estaba Milo.
—¿El amante de Nicholas?—sonó sorprendido, tanto que dejó a Zaid en el portabebés para poner más atención—No me digas, volvió a atacarte.
—¡Aún no entiende que no me interesa!—exclamó desesperado—No soy su competencia, ni me importa lo que ellos dos hagan, realmente me vale una mierda si ellos dos se tiran con regocijo en un jodido campo de flores.
—¡Dijo una grosería!—Connor rió feliz, sabía que Noah no se iba a resistir.
—Tu golpeaste a un mocoso que te gusta—acusó tratando de salvarse del golpe que Ellio le iba a dar por decir malas palabras frente a sus hijos. Sin embargo ambos se sorprendieron cuando Connor se sonrojó y dejó de pelear.
—Hablaremos de eso llegando a casa—Ellio acarició la cabellera negra de su pequeño hijo, le compraría su pastel de chocolate para calmarlo—Volviendo al tema, pequeño niño grosero—regañó golpeándolo con la carta— Ya te dije que ignores a Milo, es el tipo de hombre que piensa que agrediendo el problema va a desaparecer, además, eres mejor persona que él. No le sigas el cuento, conozco lo competitivo que eres.
—Exageras—musitó leyendo el menú para evadir los ojos verdes de Elliot.
—Noah, te peleaste por años con Alek por mi atención—regañó pasando al mismo tiempo un pañuelo por el rostro de su bebé—Era lindo cuando eras un niño, ahora da cringe.
Connor se rió escandalosamente haciendo que el estómago de Noah ardiera por la frustración de no decir nada. Elliot sabía los puntos débiles de Noah, sus defectos y virtudes, y vaya que sabía dónde dar los golpes bajos.
—Buenas tardes, ¿ya decidieron que van a tomar?—ambos omegas miraron sorprendidos a un Demian Anderson un ridículo delantal y corbata con el logo de la cafetería—Un gusto volverte a ver Noah— el joven omega pensó seriamente en ponerse los lentes del sol al ver la brillante sonrisa del alfa.
—Demian, también nos alegra verte ¿trabajas aquí?—preguntó alegre Ellio al ver que Noah seguía impactado.
—Sólo por medio tiempo, estudio en la universidad que está en el norte, así que era el trabajo perfecto—sacó una libreta con total naturalidad—¿Ya saben que ordenar?
—¿Qué recomiendas tú?—soltó Ellio con una voz seductora la cual no puedo pasar desapercibida por Noah.
—Algo dulce—guiño uno de sus ojos azules para hacer sonrojar a Noah.
—Quiero un frappé de chocolate—ordenó Noah entregando la carta sin siquiera voltear a verlo.
—Yo un expreso doble y una rebanada de pastel de chocolate para mi bebé—Ellio procedió a ordenar mientras que Connor bailaba en su lugar en señal de victoria.
—Enseguida vuelvo.
El alfa se retiró no sin antes regalarle una sonrisa coqueta a Noah, y aunque este último pareciera poco interesado en Demian, realmente no podía evitar seguirlo con los ojos a cualquier mesa que fuera. Un sentimiento extraño pasaba sobre él al ver como sonreía a otros chicos y chicas, la forma en la que se le quedaban viendo a el que se suponía era su alfa.
—Celoso—soltó al aire Connor mientras jugaba con el celular de Ellio.
—Cállate mocoso— gruñó poniéndose de pie.
—¿A dónde vas?—preguntó Ellio meciendo el portabebés para que Zaid no se despertara.
—Al baño, iré a ahogarme en el agua del escusado mientras me pregunto por qué todo el mundo se asegura de joderme y no joderme el culo.
—Noah—lo llamó Ellio antes de que pasara a retirarse—Deja de estar a la defensiva.
Bastó un puchero y un boicoteo en el estómago para que Noah pudiera llegar al baño. Ya estando ahí se limpió el rostro con agua fresca y peinó su cabello hacia atrás. Apenas y se notaba como su raiz de color natural crecía daba un contraste con el resto de su cabellera rubia.
—Este día no puede ponerse peor—se recargó en el lavamanos dispuesto a cumplir su palabra y ahogarse con el agua en lugar de ahogarse en lo mísera que se había tornado su vida.
Pareció que el destino lo escuchó al percibir como alguien salía de uno de los cubículos. Se enderezó y volvió a ver su rostro con desinterés hasta que se dio cuenta que un hombre se le quedaba viendo atento.
—¿Se te perdió algo?—preguntó el rubio alzando la ceja y colocando una mano en su cadera. El hombre en cuestión le sonrió jactante y lo analizó con la mirada.
La diferencia de tamaño era más que clara, pero esto no permitió que Noah se sintiera intimidado, mucho menos por las feromonas tan corrientes que liberaba el supuesto alfa frente a él.
—Nada en particular, sólo que una cosita tan linda como tu no debería sentirse tan frustrado por un mal día— la voz penetrante y grabe no pudo pasar desapercibida, claro que le pareció algo atractivo a Noah, pero no tenía la paciencia suficiente para aguantar ridiculeces de hombres como el que tenía al frente—Dime cosita, ¿qué tiene que hacer un alfa para entrar en ese culito tan rico?—murmuró en el oído de Noah de una forma tan lasciva que lo hizo asquear.
—La única 'cosita' aquí se encuentra entre tus piernas—sonó burlista a la par que señalaba la intimidad del hombre—¡Uy! Perdona, no quise ser grosero, estoy seguro de que con un buen viagra lograrás entrar en el culito de alguien, pero no en este.
Dio un beso al aire y con paso firme se dirigió a la salida para largarse con Ellio del lugar, le mandaría un mensaje a Demian para citar lo en otro lugar. Lo que necesitaba era una copa de whisky de la colección de Alek, un baño, una masturbada y dormir, en ese orden preciso.
La idea no parecía tan mala, pero dejó de aparecer en la mente de Noah cuando el alfa en cuestión le bloqueó el paso y lo estampó contra la pared. Noah pudo sentir como el aire abandonaba sus pulmones en el instante en que su espalda chocó contra el azulejo, no tuvo tiempo de respirar cuando el hombre ya le rodeaba el cuello.
—¿¡Quién te has creído pequeño pedazo mierda!?—gruñó apretando con fuerza, Noah apenas y podía quejarse de dolor—¡Responde hijo de perra!
El alfa lo liberó lo suficiente para que aquel omega de apariencia frágil e indefenso pudiera responder.
—Aah~ ¡Más fuerte!
Tanta fue la sorpresa del señor que cargó a Noah por la cadera haciendo que este se enredara en la cintura del alfa. Un beso fogoso se liberó entre ellos haciendo que Noah sintiera náuseas al olfatear tales asquerosas y putrefactas feromonas, no se comparaban con lo dulces y cálidas que eran las de Demian.
Noah fue paciente, dejó pasar el beso lo suficiente para que el alfa bajara la guardia, y cuando lo hizo, cuando sintió lo que era tener a un verdadero omega entre sus brazos y dejó que Noah tomara el control del beso, fue ahí cuando el rubio se impulsó con la pared e hizo que el hombre cayera contra el suelo.
Cuando quedó libre de su agarre salió rápidamente del baño tratando de disimular su respiración, pero en el pasillo fue azotado nuevamente por el más alto contra la pared.
—¡Tu maldito gusano de mierda!—escupió tomándolo fuertemente de las mejillas—Te partiré en dos cuando termine contigo, desearás te que mate por las cosas que te haré en mi cama.
—No creo que puedas con tu 'cosita'—se burló riendo como podía al imaginar lo decepcionante que podía ser ese escenario. Al alfa frente a él no le terminó de hervir la sangre cuando se dispuso a golpear a Noah a puño cerrado, pero dicho golpe nunca llegó gracias a que Demian había empujado al otro hombre al otro lado del pasillo.
—¿¡Qué carajos sucede contigo!?—preguntó el hombre que apenas y podía ponerse de pie.
—Le sugiero que se retire del establecimiento, no vamos a permitir que ningún cliente se sienta amenazado por un hombre como usted—habló extrañamente calmado, pero con voz firme y dominante. Noah no hizo más que colocarse involuntariamente detrás de Demian.
—¿¡Vas a echarme en lugar de a ese puto omega!?
—No veo a otro agresor aparte de usted—gruñó mirando fríamente a el hombre, lo tomó del sacó y lo empujó contra la pared— Detesto a las personas de mierda como usted, personas que se creen mucho y piensan que pueden hacer lo que les plazca por el hecho de ser alfas.
—Ja' tu tambien eres un alfa—sonrió demente.
—Pero no un pedazo de mierda como usted—lo tomó con fuerza y estrelló el cráneo ajeno contra la pared— Vuelva a acosar o abusar de los clientes y yo personalmente me encargare de partirle la dentadura postiza que le costó millones de dólares—finalmente Demian lo soltó y el hombre salió del establecimiento maldiciendo a todos y a todo, manando a la mierda a Noah y a todos los omegas del mundo.
Noah finalmente pudo respirar, tenía una jaqueca del carajo, sin duda pasaría de la masturbada en esa ocasión y sólo bebería hasta irse a dormir.
—¿Estás bien?—Demian se apresuró a inspeccionar del rostro y de sus extremidades—Ay no—observó el cuello de Noah con las marcas que las manoplas de aquel hombre había causado—¡Maldito perro infeliz!—gruñó con rabia.
—Tranquilo—exhaló cansado—No es la primera vez que me ahorcan—dijo en modo de broma, pero el rostro de Demian no reflejaba ni una gota de gracia—Oye, fue un chiste, estoy bien.
Demian no pudo decir nada, era tanto el coraje que se cargaba que ni podía hablar. Sólo se limitó a fruncir el ceño y tratar de respirar como una persona normal.
—¿Qué sucede?—se acercó Ellio con bebé en brazos al ver como Demian salía con Noah del oscuro pasillo. Gran parte de las personas había escuchado el escándalo, pero en su indiferencia ignoraban el estado de ambos jóvenes—¿Qué pasó?—preguntó exaltado.
—Un imbécil lastimó a Noah—gruñó Demian avergonzado por no haber hecho algo a tiempo.
—¿¡Qué carajos!?—alzó la voz notando las marcas que le habían quedado en el cuello a Noah—¿¡El hijo de perra que salió echando humo fue el animal que te hizo esto!?—preguntó acariciando el lugar donde empezaban a formarse moretones.
—No es para tanto— susurró para que Ellio también bajara la voz. Sabía la escena que se iba a formar y detestaba los ojos juzgones de las personas.
—¡Qué no es para tanto!—repitió indignado—Demian, trae aquí mismo al maldito gerente.
Demian ni siquiera tuvo que dar un paso cuando el dichoso gerente ya estaba con ellos.
—Buenas tardes señor, ¿sucede algo?—se acercó un hombre beta con los aires de ser alguien importante.
—¡Le diré que pasó! Vengo con mis hijos a disfrutar de un momento pacifico y uno de ellos es abusado por un infeliz que tuvo los huevos suficientes para asfixiar a mi hijo, pero no para dar la cara—explicó haciendo que Noah se hiciera pequeño.
—Anderson, ¿quisieras explicarme lo que pasó?—habló el gerente dejando de lado a Ellio, algo que lo dejó boca abierta y completamente ofendido.
—Creo que el señor Luttrel ya lo explicó perfectamente señor—contestó con el mismo tono de molestia.
—Gracias Demian—volvió a hablar Ellio al mismo tiempo que tomaba a Connor de la mano—Ahora, espero una disculpa, compensación, justificación, excusa o cualquier porquería que tenga bajo la manga para que no escuche a mi abogado tocar la puerta de su asquerosa casas para sacarlo a patadas y quitarle el último centavo que gana a costas de la seguridad de sus clientes.
—Ellio—murmuró Noah ya fastidiado de todo el asunto.
—Creo que necesitaré hablar con su alfa—habló el gerente igual de fastidiado por el tono en el que le hablaba el omega frente a él.
—¡Mi esposo es mi abogado, así que no me joda hijo de perra, suficiente va a tener conmigo!—tomó a Noah del brazo y señaló con desespero las marcas en su cuello—¡Mirelo bien maldito retrasado de mierda; un bastardo lo asfixió en su establecimiento y usted le permitió irse como si nada!
—Anderson acompaña a el señor a la puerta—ordenó dando la espalda—Una disculpa por el escándalo, por favor sigan degustando de sus órdenes—alzó la voz para que todos los comensales se metieran en sus propios asuntos—Anderson, asegurate de que tengan un muffin de cortesía por las molestias.
—Olvídelo, no pienso trabajar en un lugar en donde encumbran a un bastardo por su dinero—habló con voz firme al mismo tiempo que se quitaba el delantal que era distintivo del lugar—Sí yo no hubiera llegado tenga por seguro que algo peor hubiera pasado, algo más indignante que los comensales molestos por un escándalo.
—¿¡Qué!?—preguntó sorprendido Noah. Todo pasaba tan rápido que apenas y podía defenderse.
—¡Vamonos!—ordenó Ellio avanzando lo suficiente para tomar el portabebés y colocar ahí al pequeño de Zaid, quien sorpresivamente no se había despertado ante los gritos de su madre. Como siempre todas las miradas se posaron en Ellio, era difícil encontrar a un omega tan seguro y fuerte en un lugar como ese.
Estaban a punto de salir del establecimiento cuando Ellio tomó un florero y lo estrelló contra el suelo. Connor se echó a reír mientras aplaudía orgulloso de su madre, por otro lado, Noah y Demian se sorprendían del gran valor que tenía el rubio mayor.
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—¿¡Qué carajos!?—preguntó molesto Alek del otro lado de la línea. Se encontraba en su oficina cuando su esposo lo llamó hecho humos—¿Cómo está Noah?
—Bien, estamos en el departamento de Demian. Connor y Zaid se quedaron dormidos, ¿crees que puedas venir por nosotros?—preguntó un poco más relajado en comparación a cómo estaba hace unos minutos.
—Claro, y no te preocupes, me encargaré personalmente de todo.
—Te amo—suspiró soñado al escuchar la varonil voz de su esposo.
—Yo más, mandame la dirección de Anderson y te veré ahí cuando termine este papeleo—habló recargándose en la silla de su escritorio—Iré primero a la escuela por Magnolia, Dylan y Brook.
—Gracias amor, eres todo un príncipe azul—susurró haciendo sonreír a Alek del otro lado del teléfono—Te amo, bye.
Después de la icónica escena de Ellio cargando a sus dos hijos para subir a toda velocidad al auto de Noah tras romper el florero; Demian se había ofrecido a terminar de servirles sus órdenes y ofrecerles un café. Ambos omegas se encontraban en el departamento de Demian, que a diferencia de la casa de sus madres, no se trataba de un departamento grande, ni lujoso ni especial, parecía el departamento de un chico promedio.
Había espacio suficiente para una persona, aunque Noah no terminaba de entender cómo el heredero de un gran imperio podía trabajar en una cafetería y vivir en una caja de cartón.
—Listo, un expreso doble, un frappé de chocolate y no tenía rebanadas de pastel de chocolate, pero espero que unos cupcakes sean perfectos para Connor—habló Demian al mismo tiempo que servía todo en la mesa de su comedor-cocina.
—¿Tu preparaste todo esto?—preguntó sorprendido Noah al mismo tiempo que probaba el frappé con un popote ecológico—Está delicioso—pareció que todo se calmaba con el dulce trago de su bebida.
—Gracias, la repostería es otro de mis pasatiempos—sonrió con un leve sonrojo al recibir palabras tan dulces de Noah.
—¿Cuántos pasatiempos tienes exactamente?—preguntó Noah al recordar que había mencionado algo también sobre la fotografía y una carrera universitaria.
—Un par, tú sabes, fotografía, repostería, modelaje, podcast, leer, basquetball, natación y a veces tomo clases de alemán—contestó con total naturalidad, pero sorprendió a ambos omegas al ver que Demian realmente era una caja de sorpresas.
—No me jodas— dijo antes de dar otro sorbo al delicioso frappé que Demian había preparado.
—Claro que no todo al mismo tiempo—le regaló un guiño coqueto antes de volver a el horno a sacar los cupcakes que ya estaban listos—¿Te sientes mejor?—preguntó aún de espaldas mientras sacaba los cupcakes del horno.
—No fue para tanto, me han golpeado mejores tipos en mejores lugares—habló sonando despreocupado, pero la verdad era que si le habían dado un susto—Aunque para ti tampoco estuvo tan mal—habló con una voz aterciopelada al mismo tiempo que jugaba con tu popote—Digo, golpeaste a un deprabado, me defendiste de un idiota y ahora me llenas de postres—sonrió encantado—Tu realmente sabes cómo acortejar a un omega.
Escuchar eso de parte de Noah hacía muy feliz a Demian. Le alegraba el corazón saber que había protegido bien a su ser querido, le encantaba la idea de consentir al rubio frente a él y de que poco a poco se ganaba un lugar en ese rebelde y cerrado corazón.
—¡Listo!—expresó Ellio entrando a romper el ambiente—Ya hablé con Alek, se encargará de clausurar ese lugar o tacharlo de corrupto, no lo sé, pero sí sé que la va a pagar con muchos años en la cárcel—tomó asiento en la pequeña mesa sorprendiendose del expreso que ya estaba servido—¿Tu lo hiciste Demian?
—Claro—asintió con una sonrisa tomando lugar en una de las sillas frente a ambos omegas—Cuando aprendí sobre repostería decidí trabajar de ello como tiempo libre, pero después de lo que pasó hoy creo que seré más selectivo a la hora de buscar trabajo.
—Santo cielo es verdad—dijo Ellio con remordimiento—Renunciaste a tu trabajo.
—No es nada, realmente detesto las personas con pensamientos tan retrógradas—hablo molesto de recordar el simple rostro de su ex-jefe—Ojalá no hubiera dejado ir al maldito, a esta hora de seguro ya estaría en prisión.
—Hiciste más de lo que debías—habló finalmente Noah tras acabarse la mitad del frappé—Sólo dos personas me han defendido incondicionalmente, y esos son Ellio y Alek.
—No te preocupes Demian, me encargaré de darte un trabajo en mi empresa, o si prefieres algo más administrativo puedo hacer que Alek te consiga algún puesto en su trabajo—sugirió el otro rubio tomando su teléfono de forma profesional.
—Muchas gracias señor Luttrel, pero no puedo aceptarlo—confesó apenado—Hace unos años, mi madre y yo hicimos un acuerdo en donde no puedo aceptar ningún tipo de ayuda económica a menos de que me lo gane. Es su forma de hacer que emprenda por mi propia cuenta.
—¿Defenderme de un violador y un homicida no es suficiente?—bromeó Noah con sarcasmo.
—No lo hice para demostrar algo Noah—llamó la atención Demian—Lo hice porque me importa, porque me importa tu seguridad y me importa que nada ni nadie te lastime.
Eso sacó de duda a Noah, las palabras de Demian parecían honestas, o mejor dicho, se sentían honestas. Sin duda sus sentimientos parecían ser orgánicos y Ellio se daba cuenta de cómo poco a poco ambos iban aclarando eso.
Noah no hizo más que agachar la cabeza para que no vieran lo sonrojado que ya estaba. Demian parecía sacado de una película romántica de Julia Roberts, y aunque pareciera poco realista realmente le encantaba esa actitud dulce y protectora que caracterizaba al alfa frente a él.
—Tienes un corazón bondadoso—agregó Ellio al mismo tiempo que tomaba un cupcake—Y un gran talento para los postres, ¿seguro que no quieres encargarte de la cafetería de mi edificio? No les diré a tus madres.
Demain rió halagado por la propuesta pero se tuvo que negar, él mismo se encargaría de tener un buen sustento económico. Después de todo, sí Noah estaba destinado a estar en su vida, se aseguraría de darle una vida llena de lujos.
Pasó menos de una hora cuando Alek llamó por la bocina del auto, no podía bajarse ya que llevaba a sus otros tres hijos en el auto. Ellio se disculpó y pasó a retirarse con sus dos retoños somnolientos junto con una docena de cupcakes para sus demás cachorros.
Cuando Demian y Noah se quedaron solos, no se pudo evitar sentir una gran tensión por parte de ambos, después de todo eran destinados y sus almas se llamaban mutuamente sin darse cuenta.
—¿Estarás ocupado esta noche?—preguntó Demian tomando los vasos y platos para lavarlos, tampoco era que tuviera una gran vajilla, pero procuraba tener todo limpio y en orden.
—No—dijo cortante al mismo tiempo que se levantaba del asiento e iba a la sala a 'inspeccionar'—Todo lo que debía hacer lo hice esta mañana, además no me molestaría si me invitaras a ver una película—dijo al mismo tiempo que sacaba una pelicula en CD de el estante—¿En serio tienes aún estas cosas?—preguntó sorprendido a ver la caja con la portada de la película.
—Me trae recuerdos—contestó secándose las manos tras terminar su labor—Si no te gusta ninguna podemos ver una por streaming—se acercó sentándose en el sillón más grande frente al televisor con dos bolsas grandes de papitas.
—Bueno para ser justos la última película la elegí yo—hablo dejando de lado las películas en sus casetes y subiendo al sofá a gatas para quedar sobre Demian de la manera más sexy posible para provocar al alfa—Puedes elegir una o dejamos de lado las películas y podríamos hacer algo más íntimo...—de pronto la voz de Noah se había tornado erótica y seductora, dejando muy limitada la imaginación para sus verdaderas intenciones.
Ambos debían ser honestos, eran dos jóvenes, destinados, alfa y omega, solos en un departamento tan pequeño que Noah podía sentarse a horcadas de Demian con suma casualidad; la idea de que algo 'más íntimo' pasara no parecía tan arbitraria.
—Tengo la trilogía del hombre araña—respondió Demian poniéndose de pie para poner la película antes de ser presa de ese hermoso omega, dejando caer sobre el sofá a Noah.
El rubio no tuvo más que tragarse su fantasía de hacer añicos a Demian en ese mismo sofá y ver con él las tres películas del hombre araña. Para sorpresa de Noah no estuvo tan mal, obviamente parte de la película se la pasó recostado en el pecho de Demian comiendo de las saturadas frituras, cuando les dio hambre pidieron una pizza y se acurrucaron sobre el sofá.
Demian no podía creer que en tan poco tiempo ya estaba intimidando con Noah de una forma tan linda e inocente, le encantaba el olor de su cabello, sus piernas abrazándolo y acariciar sus blancas mejillas, podía morir en ese mismo instante y moriría como el hombre más feliz del mundo. Fue tan grato el momento que cuando llegó la escena del beso entre Mary Jane y el hombre araña, ambos jóvenes no pudieron resistirse a recrear para ellos mismos la escena.
Era el segundo beso que se daban pero parecía tan encantador como el primero. Noah lo comparó con el beso que le había dado al idiota en el baño para distraerlo y supo la diferencia entre un beso vacio y un beso lleno de amor.
—Esto me gusta—confesó el rubio acurrucado una vez más en el pecho de Demian.
—Si, es lindo.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
¡YO NO QUIERO HACER TAREA SÓLO QUIERO SER FELIZ!
Esperemos que la siguiente semana pueda tener un poco más de tiempo, espero que les esté gustando la historia, creanme que la escribo con todo el amor de mi ser, así que agradezco mucho sus comentarios y votos.
Como agradecimiento les dejo este dibujo que hizo nuestra ilustradora Laura Parra :3
No vemos en el siguiente capítulo...
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