xv. ¡El reencuentro con Crocodile! ⦂ La llegada de Barbanegra.
📍Dressrosa, Grand Line.
9 años atrás...
DRESSROSA ERA CONOCIDO COMO EL PAÍS DEL AMOR Y LA PASIÓN pero en esos momentos, aquel país anteriormente soleado y feliz, estaba agonizando de la misma manera que todos sus habitantes. El aroma a flores y de la deliciosa comida no se encontraba, reemplazado por humo y cenizas, sangre y llanto, el apasionado baile de las mujeres eclipsado por los llantos de las mismas al ser brutalmente asesinadas por la propia gente, por sus propios esposos, amigos, familiares; una completa tragedia fue lo que recibió a Black al llegar.
«Y pensar que mi luna de miel fue aquí» el Guerrero del Mar pensó, bajando de su pequeño barco para emprender viaje a donde la mujer lo había citado.
Lo que estaba a punto de hacer probablemente era una locura que le traería consecuencias en el futuro, pero cualquier cosa que fuera en nombre de su antiguo amigo y hermano; Donquixote Rosinante, él lo haría sin pensarlo dos veces. Lo que sea por la memoria del único hermano que ha tenido de verdad. Por eso mismo no cuestionó las decisiones de Moody D. Lavender cuando le pidió un enorme favor en nombre del fallecido Rosinante. A pesar de que no era reciente, la pérdida del antiguo marine fue un detonante que cambió la vida de Black para siempre, alimentando un odio infalible en él contra los Donquixote.
Al llegar a la bahía, los gritos de los ciudadanos penetraban sus oídos con dureza, y no por tenerlos cerca, pero estar maldito con los sentidos agudizados le hacía imposible no escuchar los llantos, las súplicas de querer vivir y los gritos desgarradores de los ciudadanos de la ciudad del amor, podía oler la sangre, la traición, la confusión en el aire. Sentía la desesperanza en el aire que respiraba y incluso, si ponía atención, oía las risas del que orquestaba la tan horrible situación. Eso le hacía querer arrancarse la piel, odiaba ese sonido, odiaba a ese hombre y disfrutaría verlo sufrir por lo que estaba a punto de hacerle a él y a la loca de su hermana.
Estaba tan gozoso por la caída de la familia Donquixote que no puso un pero para ir en rescate de una mujer que realmente solo conocía por lo mucho, y vaya que fue mucho, de lo que Rosinante solía decirle. Y si lo que su amigo decía era verdad, entonces confiaba en que la mujer haría lo correcto.
──¡Demjin! Pensé que no vendrías.
La voz femenina que sonó detrás de él captó su atención de inmediato, haciéndolo girarse para enfrentar a la dueña de la voz, la tal Lavender. Era todo lo que Rosinante solía decirle: una mujer de naturaleza calmada, ojos llenos de melancolía y tristeza de un tono ámbar como el amanecer, cabellos tan rojos como la sangre pero le sorprendía verla vestida de sirvienta, con cadenas en las manos que rompió con ayuda de una roca, y las de sus pies aún impidiéndole moverse demasiado.
«¿No se supone que es la esposa de Doflamingo? ¿Por qué la tiene de prisionera» Black pensó al ver el estado deplorable de la mujer, se notaba su palidez, la desnutrición visible en su cuerpo y las bolsas negras debajo de sus ojos indicaban sus pocas noches de descanso. ¿Doflamingo sería capaz de tener de prisionera a su esposa? ¿Enfrente de su propia hija? ¿Viviendo en su misma casa? No le sorprendería, el hombre era más demonio que él.
──Tengo la llave del cuarto de mi hija──. Lavender le informó, buscando entre las bolsas su vestido rosado la llave en cuestión──. Doflamingo la encerró desde que llegamos para que no vea lo que está haciendo en el país.
──Que considerado, no quiere que su hija vea como masacra a un país entero y hace un golpe de estado──. Black se mofó de mala gana, desviando su atención a la Isla en agonía──. Si demoras en regresar iré por ti al palacio, trae a la niña hasta acá, el barco ya está listo.
Lavender asintió ansiosa, mirando sus alrededores en busca de algo fuera de lugar, tenía miedo de que alguien de la tripulación de Doflamingo la estuviera espiando o peor, que él supiera sus intenciones.
──No está aquí──. Black le aseguró con una mirada sincera, sus dos ojos brillando de una manera que la hizo querer llorar, sus ojos le recordaban bastante a los de Rosinante──. Nadie de la familia Donquixote está cerca de nuestra posición, y puedo escuchar que en el Palacio solamente están los guardias, pero tienes que ser cuidadosa porque Trébol está en la oficina superior junto a Sugar.
Lavender quedó asombrada con la habilidad del hombre. ¿Cómo es que podía saberlo si acababa de llegar? ¿Podía oírlos? Estaban a kilómetros de distancia del Palacio de la ciudad, era algo imposible, aún así no lo cuestionó. La pelirroja asintió con su cabeza, recordando las palabras una vez que dio marcha a su plan y salió corriendo de ahí para buscar a su hija.
Al regresar con la pequeña renegante, Black tuvo que usar sus poderes para que la pequeña de cabellos rubios pálidos no siguiera emitiendo ningún sonido que pudiera delatarlos. La pequeña era la viva imagen de su padre, pero en sus ojos, idénticos a los de su madre, Black podía ver la buena voluntad de la que Rosinante le contó. Ese destello de esperanza que su amigo percibió en la pequeña, quién a pesar de ser criada para ser un espejo de su padre, tenía el mismo bondadoso corazón de Rosinante y sus abuelos. Uno que su padre no había heredado.
Al traspasar el domo hecho de hilos de Doflamingo, Black se sintió aliviado, dejando atrás la destrucción de Dressrosa y con su mirada puesta enfrente. Por un minuto, sintió que estaban seguros hasta que la peligrosa silueta del hombre de abrigo emplumado se acercaba a ellos desde el cielo usando sus hilos, sus ojos rojos gracias a los lentes que usaba era lo único que Black podía divisar por la oscuridad.
──¡Lavender──. Doflamingo gritó desde la lejanía, usando uno de sus filosos hilos para partir en dos el barco donde no solamente Black iba, sino también su hija. La pequeña rubia abrazó con fuerza el pequeño lobo negro en sus brazos, ahogando un grito al caer del pedazo de barco y hundirse con facilidad en el mar.
Eren en la actualidad se retorcía de dolor en la cama de piedra dónde se encontraba acostada, las fuertes y impenetrables cadenas que le impedían moverse bruscamente se sentían como aquellos hilos que recordaba en su mente, la rubia dejaba salir sonidos de desesperación, atrayendo la atención de Ivankov delante de ella mientras la curaba con sus hormonas. Los sonidos aumentaron con el pasar de los minutos, junto con movimientos desesperados por querer subir a la superficie, cómo si se estuviera ahogando.
El cuerpo de la pequeña se hundió fácilmente en las oscuras aguas del mar, por mucho que quería subir a la superficie cualquier intento que hiciera era inútil gracias a su castigo por ser una usuario de fruta del diablo. Lavender a pesar de también ser una usuario, tomó fuertemente el remo en sus manos adentrandolo en el agua donde observó a su hija caer.
──¡Eren! ¡Agarra esto!──. gritó desesperada, inclinándose lo suficiente para acercar el objeto a la pequeña mano de Eren aún visible cerca de la superficie pero un golpe detrás de ella la hizo tambalearse, soltando el remo en las profundidades.
──Siempre supe que eras una plaga que tenía que ser exterminada el mismo día que lo hicimos con tu padre──. la fría voz de Donquixote Dulcinea sonó detrás de ella, la pelirroja se giró dispuesta a enfrentar a la mujer, a pesar de que estaba en desventaja tanto en fuerza como en poder──. ¿Dónde está mi sobrina? ¿Dónde está Eren?
La rubia tomó el cuello de la mujer frente a ella antes de que le pudiera responder, un peligroso destello dorado saliendo de sus manos, Lavender supo en ese mismo momento que todo estaba perdido para ella, pero quizá para su hija no. Lavender sonrió suavemente, por primera vez en años, su sonrisa era genuina. Sus ojos ámbar se llenaron de lágrimas ante la falta de aire pero aún así no cedió.
──Muy lejos de ustedes──. Lavender dijo con dificultad, sintiendo como su cuerpo poco a poco tomaba la textura y dureza de oro puro bajo el toque siniestro de la rubia Donquixote──. Considéralo tú karma por lo que le hicieron a Rosinante. Eren... nunca será como ustedes.
De reojo, antes de perder la conciencia para siempre, Lavender observó a la distancia el cuerpo de Eren manteniéndose a flote gracias a los vagos esfuerzos de su pequeña mascota intentando salvar a su ama y llevarla a la superficie dentro de un baúl, perteneciente a algún ciudadano, de la destrucción sucediendo en la Isla. Lavender sonrió suavemente ante eso, su expresión cambió a una de horror en cuanto antes de volverse completamente de oro, Dulcinea la empujó hasta el océano. Dejándola hundirse hasta desaparecer de la vista de todos, perdiendo la vida en instantes, su cuerpo completamente hecho una estatua de oro en las profundidades del mar.
──¡Entreguen a mi hija!──. gritó descendiendo encima del hombre de negro, su voz cortante como una navaja.
Black alzó su espada brillando con una energía oscura, canalizando sus poderes demoniacos──. No te la entregaremos, Doflamingo. Ella no es un títere para tus juegos siniestros.
Ivankov mantenía su intensa mirada en los manerismos inconscientes de la rubia aún noqueada en la cama de piedra, soltando gritos entre susurros incoherentes, murmurando cosas sin sentido que lo dejaban con una duda. ¿La historia que un vez Black-boy le contó sería cierta? ¿Cómo gracias a Doflamingo había perdido su ojo por quitarle a su hija? Se preguntó muchas veces el tipo de relación que Black tenía con la pequeña Peacock, cuestionando el por qué había decidido acogerla, entendía lo de Nico Robin y Trafalgar Law, pero jamás comprendió el amor fraternal que Black-boy tenía por la misteriosa niña rubia.
──Tú debes ser la hija desaparecida de Doflamingo-boy──. Ivankov murmuró, su expresión pensativa observándola con atención. Mirándola fijamente, las similitudes entre ella y el demonio celestial eran claras, incluso la manera de vestir con plumas era igual──. ¿Cuántos problemas traerá esa información?
📍Spider Miles, North Blue.
14 años atrás...
Otro día en la Mansión Donquixote había terminado, después de la cena tradicional con toda la familia presente, y desgraciadamente la nueva adición del extraño niño bomba, Eren fue escoltada por su tía hasta la seguridad de su habitación. Su mente aún pensaba en la extrañeza del niño nuevo, cada vez que recordaba sus ojos un escalofrío se hacía presente en ella, ni siquiera en los ojos de su padre después de un mal día reflejaban tanto odio. Eren nunca le gustó quedarse con la duda de nada, así que decidió sobrescuchar la conversación entre su padre y su tía hablando del niño raro.
Al parecer, toda su familia había muerto en un trágico final que Eren no comprendió por las palabras tan extrañas que ambos usaron para describir todo. ¿Es por eso que se veía tan... triste? ¿Enojado? Eren aún no podía descifrar bien lo que el niño expresaba, pero esos ojos y esa actitud fue suficiente para saber que no lo quería de amigo, le tenía miedo. No por las manchas raras en su piel que su tía Giolla miraba con asco, había algo en él que la hacía sentirse rara.
La pequeña se acurrucó bajo las suaves mantas, sintiendo el peso de su lobo mascota a un lado de ella y a su afelpado flamenco de peluche abrazándolo, sus ojos brillaban con la inocencia de la infancia mientras la mujer rubia se sentaba a su lado, lista para contarle una historia para dormir como todas las noches. Sin embargo, la conversación tomó un giro inesperado con la mente de Eren aún en lo que escuchó.
──¿Qué pasa cuando morimos, tía?
La mujer rubia se quedó momentáneamente en silencio, sorprendida por la profundidad de la pregunta de su sobrina. Con cuidado, buscó las palabras adecuadas para abordar un tema tan delicado.
──Bueno, cariño──. empezó suavemente──, muchas personas tienen diferentes creencias sobre qué sucede después de la muerte. Algunas personas creen en el cielo, un lugar lleno de paz y felicidad, donde nos reunimos con nuestros seres queridos. Otros creen en la reencarnación, que nuestras almas vuelven a nacer en nuevas formas.
La niña asintió somnolienta, absorbiendo cada palabra con atención──. ¿Y tú, tía? ¿Qué crees tú?
La mujer de cabellos dorados sonrió con ternura, en la mente fragmentada de Eren su rostro no estaba completo, solamente su sonrisa──. Yo creo que la muerte es parte natural de la vida, querida. Es como una puerta que se abre hacia lo desconocido. No tenemos todas las respuestas, pero lo importante es vivir cada día con amor, disfrutar de los momentos que tenemos juntos. Uno nunca sabe que puede pasar, todo es parte de la voluntad.
Eren reflexionó sobre las palabras de su tía por un momento, pensando en el niño raro que conoció esa misma tarde.
──Creo entiendo, tía...──. su voz salió alargada, cada vez más distante, sus ojos estaban a punto de cerrarse──. Espero nosotras reencarnemos juntas en todas las vidas junto con mi... papi. Y que ese niño encuentre a su familia otra vez, quizá así... no odiaría... al mundo tanto.
A pesar de los vagos intentos de Luffy cuando despertó, Eren seguía inconsciente en el suelo con el pulso cada vez más lento al pasar de los minutos, parte de su cuerpo estaba escarchado de hielo, congelándose poco a poco. Luffy intentó vagamente despertarla pero terminó colapsando en el suelo al no lograr nada. Los prisioneros que rodeaban a ambos cuerpos inconscientes miraron extrañados al hombre del otro lado de la celda, quién se disculpó con ambos a pesar de que no podían escucharlos, subiendo los cuerpos al trineo que los había dejado ahí en primer lugar.
Entre la nieve y el frío, Bon Clay se movió por el desolado lugar, de celda en celda preguntando por el milagroso Ivan-san sin obtener la respuesta que necesitaba. Luego de horas buscando, el ataque de los lobos sucedió, provocando el colapso de Bon Clay y Luffy en el suelo luego de que el pirata de sombrero de paja usará por primera vez su haki de conquistador, sin realmente saber lo que hizo. Eren, siendo la única inconsciente en el trineo, abrió sus ojos por leves segundos. Mirando borrosamente una persona extravagante mirándola desde la altura, sus ojos protegidos por unos lentes y una copa de vino en una de sus manos.
¿Estaba soñando? ¿O era una de sus extrañas visiones sin sentido?
La rubia cerró sus ojos nuevamente, quedándose profundamente dormida. Diez horas pasaron desde que fueron trasladados al nivel secreto del Impel Down, siendo Bon Clay el primero en despertar y descubrir quién los había salvado.
Eren permanecía sin conciencia durante todo el proceso del tratamiento para salvar a Luffy, y aunque sus heridas habían sido tratadas y vendadas, el efecto de los venenos mezclados en su cuerpo era lo que la hacía no despertar. Su cuerpo envuelto en fuertes cadenas, la resguardaban de los propios espasmos violentos de su cuerpo, de los gritos incoherentes que salían de su mente ante los recuerdos abrumadores que estaba repasando en su mente.
──Ahora mismo no tienes ninguna posibilidad de sobrevivir, yo te daré un 2 o 3% de probabilidades──. Emporio Ivankov habló delante de Luffy, encadenado de la misma manera que Eren pero consciente──. Y será tu fuerza de voluntad lo que haga posible lo imposible. Si mueres ganará, el veneno. No puedo decir lo mismo de Peacock, algo en su mente le está impidiendo recuperarse aunque su cuerpo ya esté sanado.
──Debe ser lo que la vicealmirante le hizo──. exclamó Inuzama detrás de la pelimorada──. Le susurró algo antes de entregarla a Magellan.
──«Rasguño devorador de Espíritus» fue lo que usó, curamos los rasguños pero el efecto debe seguir ahí, solamente es cuestión de tiempo para que Peacock regrese a la normalidad──. Ivankov explicó de nuevo──. Esa vicealmirante iba con las intenciones de matarla por su pasado con Kōmori-boy, lo importante Mugiwara-boy es que ella estará bien y si sigues con vida, ganarás tú. Bueno... Que te vaya bien ¡en las profundidades de la muerte! ¡Emporio Chiyu Hormone!
Detrás de la puerta sellada con cadenas y candado gigantes, los gritos no solamente de Luffy sino los de Eren, podían escucharse a pesar del grosor de las paredes de piedra. Bon Clay soltó un sonido de sorpresa y temor, cayendo de rodillas antes de poder entrar.
──¿Sombrero-chan y Eren-chan han estado gritando así por 10 horas?──. exclamó sin poder creerlo.
──Fuerza de voluntad y hormonas, esas son las fuerzas vitales que tiene el cuerpo humano. En resumen, ellas hacen el poder de curarse así mismo──. Ivankov le respondió cruzado de brazos──. Peacock ha estado gritando el nombre de Ace-boy por horas, expulsando el efecto de lo que Hyena le hizo en la pelea, su cuerpo se ha curado por completo gracias a su fruta. Con Mugiwara-boy he sacado su inmunidad latente y modifiqué su cuerpo para que pueda luchar contra ese veneno letal. Se está produciendo mucha destrucción y recuperación a una velocidad increíble adentro de su cuerpo.
Eren dentro de la agonizante habitación, abrió los ojos lentamente, ajustándose a la luz cegadora que iluminaba el lugar de piedra dónde estaba, a pesar de haber estado inconsciente sus oídos pudieron escuchar los gritos de Luffy, y al despertar en silencio su preocupación por el pirata creció significativamente. Buscándolo con la mirada se encontró con la cama a su costado vacía y la puerta del lugar abierta. ¿Luffy estaba bien? ¿Dónde estaban? ¿Se lo habían llevado?
Tantas preguntas sin respuesta empeoraban su latente pero distante dolor de cabeza. Eren con músculos entumecidos se sentó en el borde de la cama, sosteniendo su cabeza, acariciando sus sien ante el dolor. ¿Por qué de repente había comenzado a recuperar pedazos de su pasado? ¿Estar al borde de la muerte influía en su tonta memoria para ayudarle a recordar? ¿Y de qué niño hablaba en su recuerdo? ¿Quién era su tía?
Tenía muchas preguntas, pero la que más le importaba era ¿cuánto tiempo tenía para rescatar a Ace? La última vez que contó quedaban 29 horas, desconocía cuánto tiempo ella y Luffy estuvieron inconscientes. Su momento de paz fue interrumpido por el creciente sonido de las chanclas de Luffy a la lejanía, la rubia solamente lo esperó hasta verlo atravesar la puerta de la habitación corriendo hasta ella.
──¡Hermana pavo! ¡Ivan-chan nos llevará hasta Ace! ¡Levántate!──. Luffy gritó, a pesar de estar frente a ella y consciente de que estaba escuchándolo. Eren soltó un gruñido de irritación, cerrando sus ojos con fuerza y sintiendo al menor sacudirla de sus hombros──. ¡Ereeeeeeen! ¡Despierta!
──¡Estoy despierta, escandaloso!──. le gritó de la misma manera, provocando una risa burlona por parte de él. «Lo hizo adrede» pensó la rubia, alejándose del pirata para levantarse del suelo. Sus piernas flaquearon un momento, amenazando con hacerla caer pero Luffy fue más rápido en sostenerla──. ¿Ivan-qué? Ni siquiera sé dónde estoy... ¿Y Bon Clay?
──¡Esta desmayado! ¡Vamos!──. gritó nuevamente, apretando su agarre en ella para arrastrarla fuera de la habitación aunque ni siquiera se lo pidiera──. ¡Vámonos Eren! ¡Vamonossss!
Eren se quejó por la brusquedad del pirata, sosteniéndose de la puerta para alejarlo de un manotazo──. ¡Tú eres el que me está deteniendo, idiota! ¿Que te dieron de comer? ¿Hormonas?
──Sí, de adrenalina──. Luffy respondió calmado, confundiendo aún más a la rubia──. Ya sabrás en el camino, muévete, muévete, mue—
──Luffy, no me hagas terminar el trabajo de Magellan──. le gruñó impaciente, tomando una gran bocanada de aire para dar un paso. Todo su cuerpo le dolía pero algo tenía razón el desesperado adolescente a su lado. No había tiempo que perder y debían ser rápidos para llegar hasta Ace──. ¿No hay vino cerca? No creo poder seguir caminando sobria.
──¡Vámonos ya!
Eren maldijo en voz alta en el momento que Luffy la tomó de la mano para arrastrarla fuera del nivel 5.5. donde los demás ya esperaban por ella, la rubia al soltarse parpadeó un par de veces, observando con extrañeza a la persona de cabello morado y mallas exóticas parada delante de ella. ¿Era la reina que Bon Clay y Black mencionaban? Solamente una vez Black le había hablado de su amigo Ivankov, y de cómo solían hacer las mejores fiestas del mundo en su paraíso rosado. No tenía dudas de que se trataba de la misma persona.
Sin darle un segundo pensamiento, Eren confió en la palabra de Luffy, siguiendo al pelimorado y al adolescente hasta llegar al infame nivel 6 que habían intentado alcanzar desde hace más de veinte horas. El estrés en su cuerpo solamente aumentaba con el paso de los minutos, sabiendo que había estado inconsciente por veinte horas no le servía para calmar los nervios de haberle fallado a Ace y no poder encontrarlo antes. Tan solo tenían 9 horas para salvarlo. ¡Nueve horas no eran nada!
──¡Ace! ¡¿Dónde estás?! ¡Venimos a rescatarte! ¡La chica pavo está aquí también! ¡Aceeeeee!
──No debes gritar sin tener ni una idea──. Ivankov le reclamó al energético moreno, alzando con facilidad al guardia en sus manos──. ¿Podrías decirnos dónde está?
──M-me niego...
──Vaya, que problema... ¡Tendrás que ser más honesto contigo mismo!
──¿Q-que vas a hacerme?
En un simple movimiento, el antiguo carcelero se convirtió en mujer. La rubia abrió sus ojos con sorpresa, soltando un sonido de confusión y llegando a un lado de Ivankov para mirar lo que había hecho. ¿Que demonios?
──¡Se convirtió en una mujer!──. Luffy y ella gritaron al mismo tiempo, observando a la mujer de cabellos oscuros en el suelo.
──¿Solamente quería ser mujer?──. Eren preguntó confundida ante el repentino cambio de actitud del guardia, ignorando sus propias preguntas para seguir el camino que señaló──. ¿Siempre vas por ahí cambiándole el sexo a la gente, Ivankov?
El mencionado soltó una risa nasal, avanzando junto a ella, mirando a Luffy adelantarse de ellos corriendo a gran velocidad.
──Te sorprendería saber a qué gente he mostrado su verdadero ser, Eren-girl──. Ivankov dijo misteriosamente, dibujando una sonrisa de travesura en su rostro──. Conoces a unos cuántos, de hecho.
Ivankov no indagó más en su confesión, apresurando el paso detrás de Luffy y dejando a una confundida rubia detrás de ellos. Eren sacudió sus preguntas antes de que la distrajeran, pero definitivamente pensaría en eso más tarde, la rubia llegó segundos después observando el lugar vacío de la celda delante de ella.
──Llegamos un segundo tarde──. Inuzama comentó llegando detrás de ella.
Eren sintió la neblina de tristeza que había estado ocultando comenzar invadirla en el momento que sus ojos se encontraron con el lugar vacío de Ace. Había llegado tarde, despertado tarde como lo hizo el mismo día que Barbanegra se lo llevó. ¿Por qué era tan débil? ¿Por qué siempre parecía llegar tarde? No importaba cuánto se esforzaba por no hundirse en el oscuro hoyo desolado que la esperaba, el pequeño destello de esperanza parecía no morir. Debía salvarlo. Se lo debía por traicionarlo y ponerlo en esa situación.
Si moría, jamás se lo perdonaría.
La voz de Luffy a su lado fue lo que la trajo de vuelta a la realidad, guardándose la tristeza para después y enfocándose en seguir adelante. Eren sintió una mirada desconocida sobre ella, llevando sus ojos ámbar hasta la persona, se topó con un enorme hombre gyojin encadenado del otro lado; sus ojos oscuros mirándola con atención. En la mente del hombre, un recuerdo reciente se proyectó.
«"¡Él haría algo así! Ese tonto siempre hacía que me preocupara cuando éramos niños" Ace se quejó en el momento que Black se despidió de ambos para irse, refiriéndose a las palabras que Boa Hancock le dijo. "Solamente espero que Black-san esté equivocado y su hija no venga aquí... por más que quisiera verla, no la quiero aquí"
"¿Entonces es verdad que estás con la hija de Doflamingo?" Jinbe preguntó curioso, mirando al tormentado joven pirata. "¿Quién es ella?"
"La mujer que amó" le respondió en un murmuro, sus ojos oscuros mirando firmemente el suelo. "La última persona que quiero que visité este lugar"»
Eren siguió con su camino, frustrada de ver como intentaban encerrarlos y evitar que pudieran salvar a Ace. Observó impresionada a Inuzama cortar el piso como si fuera papel, tapando el gas somnífero que puso a dormir a Luffy antes de que pudiera dormirlos a ellos también.
──¡Luffy ya deja de dormir! ¡Muévete!──. Eren imitó lo que él hizo con ella minutos atrás, sacudiendo al pelinegro dormido de rodillas frente a ella──. ¡Ya despiértate!
──¡Estoy despierto! ¡Quiero ir hacia arriba!──. Luffy se levantó de repente, observando sus alrededores como maniático──. ¡Tapaste las escaleras y ahora no podemos ir por Ace! ¡Hermana pavo, no hiciste nada!
──Deja el dramatismo, era la única manera de que el gas se fuera──. Eren le respondió de mala gana, dándole un codazo para intentar calmarlo pero Luffy estaba eufórico──. Inuzama tiene razón, si pierdes el conocimiento no podemos hacer nad—
──¡Voy a salvarlo aunque lo pierda! ¡Van a ejecutarlo!
──¡No me lo tienes que recordar! ¡Ya lo tengo bastante presente desde hace semanas!
──Ya dejen de pelear. Estamos atrapados en el nivel 6 y no hay manera de salir de aquí──. Inuzama interrumpió, callándolos a los dos.
──Asúmanlo, no podremos llegar a tiempo. Ace-boy ya debe estar llegando al piso superior. Y por otro lado, tenemos una gran cantidad de enemigos que nos bloquean el camino──. Ivankov prosiguió, usando sus poderes para petrificar al den den mushi transmisor──. El convoy de la Marina es demasiado rápido. Observen sus vivre card.
Ambos le hicieron caso en silencio, observando los dos trozos de papel apuntar una dirección a la nada.
──No están apuntando justo hacia arriba ¿no? Creo que ya lo han entregado a la Marina.
Luffy observó el papel en sus manos, contemplando lo que haría después, con una mirada compartida entre él y Eren, los dos sabían que harían.
──Iremos. ¡Iremos al cuartel general de la Marina!
Ivankov los miraba incrédulo──. ¡No sean idiotas! ¡Habrá una guerra entre las dos fuerzas más grandes del mundo! ¡¿Qué podrán hacer si van allí?! ¡¿No conocen la fuerza de Barbablanca?! ¡¿Y la fuerza de los Almirantes, vicealmirantes y los Shichibukai de la Marina?! ¿No recuerdan que solo pelearon contra Magellan y Hyena y estuvieron a punto de morir? ¿Cuántas vidas creen que tienen? ¿Qué?
──Si nos rendimos ahora... ¡Vamos a arrepentirnos!
Ivankov por un momento vio reflejado a su viejo amigo Dragon en el rostro del moreno frente a él, dando un paso atrás de la impresión, sus ojos observaron a la rubia detrás de él. Ambos estaban decididos y no podrías hacerle cambiar de opinión a ninguno. Eren abrió la boca para abrir pero sus palabras murieron en su garganta al escuchar una risa conocida salir de la oscuridad, de inmediato, sus ojos ámbar buscaron al dueño de la voz.
──Si quieren salir de aquí, libérenme. Puedo hacer un agujero en el techo──. la silueta en la oscuridad habló──. ¿Que les parece?
Eren soltó un sonido de sorpresa, aunque debió suponerlo, había leído semanas atrás sobre su captura en Alabasta luego de ser vencido por Luffy y su tripulación. Se debió imaginar que Crocodile estaría ahí.
──¿Te tenían apresado aquí, Crocodile?
──Cuánto tiempo sin vernos, Mugiwara──. Crocodile habló con una sonrisa en su rostro, sus ojos púrpura bailando entre el moreno y la rubia a su lado──. Se sintieron como décadas con el sabor de traición, Peacock.
Eren le dio una mirada rápida, prefiriendo quedarse en silencio mientras escuchaba las palabras del hombre. Luffy, al tener suficiente de ellas, pareció recordar todo lo que Crocodile había hecho en Alabasta para estar en contra de su ayuda.
──¡Vete al diablo! ¡Tú eres el que destruyó el país de Vivi!
──Esas son aguas pasadas, ya no me interesa ese país──. sus ojos púrpura cayeron en la callada rubia──. Y te recuerdo que Peacock era mi mano izquierda, tuvo tanta participación en eso cómo cualquier otro Barroco—
Las pisadas de Ivankov acercándose hicieron las palabras del hombre morir en su garganta.
──Liberémoslo, Mugiwara-boy. Su poder nos será de gran ayuda.
Luffy soltó un gritó en desacuerdo, apuntando con su dedo al hombre detrás de la celda──. ¡Ivan-chan! ¡Este hombre—
──¿No quieres detenerte, no? ¡Con mayor razón si quieren llegar al cuartel general de la Marina!
──Entre más ayuda tengamos mejor, Luffy──. Eren opinó, interrumpiendo al moreno antes de que pudiera seguir.
──¡Ivankov!──. Crocodile renegó detrás de los barrotes, atrayendo la atención de Eren por el resentimiento en su tono de voz. ¿Se conocían? La rubia entrecerró sus ojos, observando miniculosamente la interacción.
──Cuánto tiempo, Croco-boy. ¿Dónde está tu pequeño Dodo?──. se burló, logrando confundir más a la antigua cazarrecompensas.
──¿Qué? ¿Lo conoces?
──Es un viejo conocido de cuando lo consideraban un novato──. Ivankov le respondió──. Tranquilos, si nos traiciona, yo podré controlarlo. La verdad es que no confío nada en él, pero conozco dos de sus puntos débiles.
──Oye, si dices lo que lo debes...
Eren bailó su mirada entre ambos. Interesada en lo que Ivankov pudiera saber de su antiguo jefe. Era una lástima que tanta fatiga no le diera acceso a poder leerles la memoria, además, ambos poseían unas paredes mentales fortalecidas en haki que le impedía poder leer lo que necesitaba.
──¿Eh? ¿Estás seguro que quieres dirigirte a mí de ese modo? Podría revelar tu pasado aquí mismo...──. Ivankov la miró de reojo sutilmente, una acción que no fue pasada por alto──, pero te haré el favor de mantener el secreto si te callas y nos ayudas.
──¡Cretino!
¿Quién era ese "pequeño Dodo" del que hablaba Ivankov? ¿El supuesto hijo misterioso del que Crocodile solía hablar poco? En todos los años que trabajó para él, nunca conoció al supuesto hijo del antiguo Guerrero del Mar, era como si trataba de evitarla estando en Rain Dinners. Muchas veces trató de sacarle información a Robin sobre él, pero su hermana inteligentemente como siempre solía desviar el tema y nunca decirle lo que quería. Debía ser él de quien hablaba... ¿Y el otro secreto? ¿Cual era el verdadero punto débil de Crocodile?
Al ser liberado, Eren se aseguró de mantenerse alejada de él, a pesar de ser leal a su libertad, una parte de ella seguía agradecida por todo lo que Crocodile hizo por ella durante su tiempo en los Barrocos. No quería distraerse por esos pensamientos. Debía estar enfocada en Ace.
──Croco-boy, recuerda tu pasado...──. Ivankov le recordó al hombre delante de él, provocando un suspiro irritado del pirata──. Bueno, no nos queda mucho tiempo... ¡Así que vamos a atravesar esta prisión por la fuerza!
──Puedo teletransportarnos hasta el nivel 5.5 para no gastar más tiempo──. Eren se ofreció, ganándose miradas confundidas por las cinco personas que le rodeaban.
──No sabía que podías hacer eso, Eren-girl──. Ivankov comentó intrigado──. Si fuera tú, guardaría mis energías, aún estás en proceso de sanación.
──¡No importa! Nueve horas son muy poco──. Eren le restó importancia, concentrándose en su técnica ──. Taktik Teleportatie.
Eren cerró sus ojos, transportando a todos hasta el nivel 5.5 para iniciar la revuelta y curar a Bon Clay. Eren soltó un suspiro al llegar, dirigiéndose hasta la barra de comida para comer lo que pudiera antes de irse. De reojo, observó a Crocodile sentado sobre unas cajas de madera siendo atendido por los subordinados de Ivankov.
──Armaste todo un alboroto por un simple muchacho──. la fría voz de Crocodile llegó hasta sus oídos, la rubia miró de reojo donde los demás estaban ocupados, cediendo a darse la vuelta para verlo──. Me preguntó si pensarás si valió la pena cuando todo terminé. ¿Lo vale?
──Crocodile──. Eren habló, su tono desafiante pero no careciente de un respeto que todavía le tenía──. Si piensas que me disculparé por mi traición estás equivocado. Lo que hice, lo hice por mi libertad.
Crocodile la observó, esa calma que lo caracterizaba palpante en su rostro a pesar de las amenazas de Ivankov con revelar su secreto.
──¿Libertad?──. repitió con incredulidad, levantándose de dónde estaba para llegar frente a ella. Exhalando el humo de su puro──. ¿Eso es todo lo que te importa? ¿Más que cualquier lealtad o sentido de honor? Eres igual a—
Crocodile se quedó callado antes de poder seguir su sentencia, provocando una creciente confusión en la rubia que decidió ignorar, dándole otra calada a su puro. La voz de Ivankov a tan solo pasos de ellos fue lo que los hizo terminar su conversación a medias.
──¡Estamos listos! ¡Ya hay que irnos!
El plan de fuga estaba tomando forma con el paso que avanzaban, mientras Ivankov quedó atrás liberando a la mayor cantidad de encarcelados posibles de cada uno de los niveles, Eren junto a Luffy, Crocodile y Jinbe avanzaban por las escaleras que los llevarían a la superficie. Al pelear contra los carceleros del nivel 4, no podía dejar de pensar en ¿Por qué Crocodile estaba ayudando a Luffy sin pedirle nada a cambio? Notó la forma en que lo trataba, seguía siendo un cretino, pero no parecía guardarle rencor por vencerlo y hacer que fuera encerrado en el Impel Down.
──¡Paralisi Groep!* Paralisi
Eren concentró su atención en las voluntades de los carceleros, haciendo con sus poderes que ninguno de ellos pudiera moverse, quedándose paralizados temporalmente sin siquiera batir una pestaña. Eren se movió sin cuidado por un costado de ellos, llegando hasta donde los demás se encontraban para poder seguir, cara a cara con una barrera de carceleros impidiéndoles el camino.
Los cuatro se movieron con destreza, llegando hasta los siguientes dos niveles, provocando el primer motín que la Gran Prisión alguna vez vió.
📍Marineford, Red Line.
Actualidad...
Black dejó salir una risa proporcionada en cuanto uno de los cadetes se adentró a la oficina de Sengoku, avisando la extraña desaparición de un barco sin autorización de la Marina llegando al Impel Down y la coincidencia del que más nuevo de los Guerreros del Mar no estuviera en la bahía. El hombre de negro se mantenía en una posición cómoda, acostado en el largo sofá que adornaba la habitación, sin ningún sentido de responsabilidad a pesar de ser esperado junto a los demás Almirantes en la bahía de Marineford por sí Barbablanca llegaba.
──¡¿Qué es tan gracioso, Kōmori?! ¡¿Qué es lo que sigues haciendo aquí cuando te están esperando en la bahía?!──. el hombre Buda exclamó de manera agresiva, una vez que los demás salieron de la habitación para dejarlos solos.
──Eso sucede cuando confías en Barbanegra, Sengy-san──. respondió el hombre de manera tranquila, llevándose una última uva a la boca para levantarse de manera perezosa de su comodidad, limpiándose su traje antes de avanzar──. Solamente mírame a mí, por confiar en ese apestoso perdí a mi hija prodigio.
──Deja de llamarle hija a esa criminal──. Sengoku dijo fastidiado, tallándose la longitud de su cara con desesperación, dejándose caer en la silla de su escritorio──. No me hagas desquitarme contigo y mandarte al Impel Down con tus viejos amigos.
──¡Yo deleitado que lo hagas! Se ve que se están divirtiendo haciendo el motín más que aquí──. se mofó, girando el pomo de la puerta para poder salir antes de que Sengoku cumpliera sus promesas──. Tío Sengy, será mejor para los dos que cierto lindo Emperador no se aparezca hoy, no estoy de humor para ver viejas caras, mucho menos la de mi ex esposo.
──¡Lárgate antes de que te encierre, Kōmori!
Lo último que el hombre escuchó, fue la risa del hombre demonio al salir de la oficina, dejándolo con un nuevo dolor de cabeza ante la posible aparición de Shanks en la bahía.
📍Impel Down.
Actualidad...
Eren corría en el nivel 4 junto a los demás hasta que un impacto doloroso en su espalda, provocándole tambalearse por lo inesperado del ataque. Sus ojos siguieron la dirección del golpe, encontrándose con la temible carcelera Sadi, cuyo rostro era privado de su mirada por sus salvajes cabellos. Luffy y los demás peleaban contra las bestias carceleras, dejándola por su cuenta para enfrentarse a la mujer.
Eren se tensó, quitándose de inmediato el tridente enterrado en su espalda con quejidos de dolor, su mirada puesta en Sadi, quien avanzaba hacía ella con una sonrisa sádica──. Así que eres tú la que ha estado causando problemas por aquí, mmhh──. Sadi dijo con voz burlona──. No durarás mucho más, Peacock-san.
La rabia acumulada en su cuerpo fue lo que motivó a la rubia a dignarse a pelear, incluso sin sus abanicos podía usar sus habilidades para ganar la pelea sin bajar la guardia como con Hyena. Sin embargo, antes de que pudiera atacar, un aura misteriosa comenzó a emanar de su cuerpo, distorsionando el aire a su alrededor.
Sadi frunció el ceño, o lo poco que podía verse de él, tomada por sorpresa por la repentina manifestación de poder de su oponente──. ¿Que es esto?
Eren aprovechó el momento para abalanzarse hacia adelante con una velocidad sobrenatural. Su brazo, envuelto en el aura filoso como una espada y armado de haki, cortaba el aire con fuerza, cada golpe llevando consigo la energía de su voluntad implacable. Sadi respondió ferozmente, desatando una serie de ataques rápidos y mortales. Sin embargo, cada golpe de Eren parecía estar imbuido con una fuerza más allá de su compresión, capaz de desviar los ataques de su oponente con facilidad.
La batalla se intensificó, llenando el pasillo con el choque de metal y el estallido de energía junto con los sonidos de las demás peleas llevando lugar al mismo tiempo. Eren desarmó a Sadi, dejándola en el suelo con un golpe certero. El aura misteriosa que la rodeaba comenzó a disiparse lentamente, dejando en su lugar a una Eren agotada pero triunfante. Dejándole a una agotada Sadi a Ivankov detrás de ella.
──¡Hermana pavo! ¡Hay que seguir avanzando!
Ambos corrieron antes de que Sadi pudiera alcanzarlos, deteniéndose frente a las puertas abriéndose por sí solas, dejando ver del otro lado al vicealcaide Hannyebal. Eren se mantuvo al margen de la pelea, recuperándose de las energías gastadas en su ataque contra Sadi, sentía un cosquilleo extraño en todo el cuerpo y estaba igual de confundida por el aura que salió de su cuerpo en la batalla pero no podía pensar en eso teniendo tan poco tiempo para salvar a Ace. Al terminar la pelea, Luffy le hizo una señal para avanzar, pero Eren se quedó completamente estática al ver a la persona que se adentró por la puerta.
Barbanegra. Eren sintió un ataque de rabia esparcirse por su cuerpo ante solamente la presencia del hombre que más aborrecía parado delante de ella tan galanetemente. Pero se contuvo, dejando que fuera Luffy quien manejará la situación. Le daría una oportunidad para decidir qué hacer, si no complacía sus deseos de verlo muerto, tendría que interferir.
Y fue con un jet pistol que la batalla comenzó.
Con todo lo que hemos hecho canon en la saga cualquier cosa que Oda diga nos vale JAJSHJA, aquí la teoría más popular de Crocodile es canon también su parentesco con Luffy😛, por eso enfaticé en la confusión de Eren por su relación con Ivankov.
10 votos para seguir la siguiente parte.
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