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xiii. ¡La vicealmirante Hyena! ⦂ Eren llega a Impel Down.

Presentando a Emmy Rossum como la versión live action de Hyena.



📍Polar Tang, Red Line.
2 días antes de la ejecución de Ace...

EREN NUNCA HABÍA ESTADO EN UN BARCO PIRATA, QUE NO FUERA EL GOING MERRY, MUCHO MENOS EN UN SUBMARINO desde pequeña la rubia le tenía miedo a las profundidades y a los cuerpos de agua grandes. Una desventaja horrible viviendo de Isla en Isla y con un oficio como el que ella anteriormente tenía. Aunque en esos momentos su cabeza no estaba hecha para pensar en otros miedos aparte del que ya la estaba consumiendo. Cuatro días. ¿Que podría hacer? Estando en el Impel Down... ¿Cómo sabría dónde está Ace? Se preguntaba si Luffy ya sabía la noticia. Si igual que ella estaba tratando de salvar la vida de su hermano.

Eren no se permitió bajar la guardia en ningún momento, por más buenos tratos que Bepo, Penguin y Shachi le habían ofrecido desde que puso un pie en el submarino, sentía las miradas de los demás piratas corazón juzgándola en silencio. En cierta parte los entendía, solía ser una cazarrecompensas con fama de exterminar a cualquier pirata en su camino, y ninguno de ellos sabía sobre su retiro del oficio.

──¿Por qué una cazarrecompensas?──. escuchó decir a la única mujer a bordo, la morena le miraba de reojo durante el almuerzo al segundo día de su llegada. Eren se mantenía de espaldas tratando de comer, con Bepo delante de ella contándole todo sobre su día, olvidando que no estaba ahí para socializar──. ¿Que es lo que planea el capitán ahora?

Pero era Bepo, así que ella hacía una excepción.

──¿Cuando el capitán no está planeando algo?──. Clione delante de ella respondió, sus ojos transformados en corazones al mirar a la rubia de espaldas──. Por mí que se quede con nosotros.

Ikkaku le lanzó un golpe en la cabeza, bufando ante sus palabras──. ¡No puedes ir recibiendo gente solo porque es hermosa! Aunque es una mujer y hacen falta aquí.

──¿Ves? No es tan mala idea que se una a la tripulación──. dijo el hombre de cabello castaño──. Pero no creo que esté aquí para ser una nueva recluta.

Ikkaku le hizo una señal con la mano, tratando de ser lo más sigilosa y indicándole que se acercará para murmurar.

──Escuché que esa mujer forma parte del pasado del capitán──. la morena de cabello rizado susurró, sus ojos oscuros puestos en la mesa a tan solo unos pasos de distancia──. Incluso antes de que conociera a Bepo, Penguin y Shachi.

──Ojalá yo la hubiera conocido antes──. Clione balbuceó, sintiendo nuevamente un golpe encima del anterior en su cabeza──. ¡Deja de golpearme! ¿De dónde conocerá el capitán a esa mujer? ¿Crees que de niños?

──Ha estado encerrado en su oficina desde que ella está aquí──. puntuó la castaña, señalando la evidente ausencia del capitán en el almuerzo──. Si está planeando algo con ella no es nada bueno... ¿Por qué accedió a llevarla al Impel Down? Law es todo menos amable.

Una presencia en la mesa de ambos hizo que los piratas intercambiarán miradas de urgencia, completamente quietos en su lugar y con temor a mirar a la nueva persona sentada junto a la mujer de cabellos castaños, Clione fue el primero en girar su mirada haciendo que los corazones que reemplazaron sus pupilas redondas delatarán de quien se trataba.

──Es lo mismo que yo me pregunto...──. Eren comentó, uniéndose a la conversación de manera despreocupada, llevándose un puñado de arándanos a la boca──. ¿Ikkaku, verdad?

Ikkaku dirigió una mirada silenciosa a su compañero pirata, pero él solamente se alzó de hombros, escuchando las risas burlonas de Shachi y Penguin desde su mesa.

──Em... ¡No estábamos hablando de ti!──. Ikkaku mintió débilmente pero al ver los ojos fríos de la cazarrecompensas, soltó un suspiro de derrota, cruzándose de brazos a la defensiva──. Si se te hizo rara la invitación ¿Por qué aceptaste? ¿Planeas atracarnos cuando dormimos?

──¡Ikkaku!

──No, de hecho tiene razón──. Eren cortó la interrupción del pirata masculino en la mesa, dibujando levemente una sonrisa que no duró demasiado en su rostro──. Planeaba matarlos a todos esta noche, menos a Bepo, convencerlo de unirse a mi tripulación que formaré con prisioneros del Impel Down cuando los libere, adueñarnos del submarino y ir por el One Piece. Ya que descubriste mi plan... ¿No quieres unirte a mi tripulación?

Una sonrisa de burla se abrió paso por el rostro de la morena, soltando una risa nasal junto a los piratas que observaban la escena.

──Te juzgue mal, hermana.

Si fuera otro momento, los piratas de corazón habían sido una agradable compañía para un festín pero los ánimos de la rubia estaban por los suelos, al terminar el almuerzo y observar la poca luz que iluminaba el profundo océano cada vez apagarse, Eren supo que era momento de tratar conciliar el sueño. No sabía que le esperaba en esa prisión, y aunque sus ganas de dormir fueran nulas, lo más inteligente por hacer era guardar las pocas energías que tenía.

Mientras se hacía camino por los oscuros pasillos del submarino, las palabras de Ikkaku aún resonaban en su cabeza o al menos lo poco que pudo escuchar antes de interrumpir su conversación.

«Escuché que esa mujer forma parte del pasado del capitán» «¿De dónde conocerá el capitán a esa mujer? ¿Crees que de niños?» Eso era algo imposible. El mar era lo suficientemente enorme como para que una coincidencia así pudiera pasar. ¿O no lo era? Eren no sabía nada de su niñez, mucho menos podría reconocer a una persona de su pasado con tan solo verla.

¿Ellos se conocían desde antes?

Sus pasos se hicieron cada vez más lentos hasta detenerse frente a la callada oficina de Law, si no fuera por la ausencia del capitán en el almuerzo y general en todas las actividades del día, Eren ni siquiera supondría que estuviera ahí. La rubia le dio un vistazo a la pobre luz que iluminaba el orificio de la puerta. Definitivamente estaba ahí. No podía simplemente preguntarle sobre lo que escuchó, tenía en claro el tipo de persona que Law era y no le aspiraba confianza.

Era un jodido iceberg.

──Puedes pasar.

Eren fue tomada por sorpresa en cuanto la voz de Law desde la lejanía detrás de la puerta llegó hasta sus oídos. ¿Supo que estaba ahí desde el principio? ¿Qué tan avanzado estaba su haki para saber eso? La rubia tomó la invitación, adentrándose en la casi completamente oscura oficina del pirata, cerrando la puerta de metal detrás de ella.

──¿Cómo es que supiste que estaba afuera?

Law le hizo una señal con su cabeza de que tomará asiento frente a él. El pirata tenía sus ojos puestos en un libro de medicina frente a él, con una pila de al menos otros seis más esperando ser leídos a un costado. Eren tomó asiento en silencio, con sus ojos entrecerrados mientras esperaba por una respuesta.

—Pude ver tu sombra──. Law le respondió con brevedad sin despegar sus ojos de su libro──. Llegaremos mañana por la tarde, no podemos acercarnos mucho a Impel Down y te dejaremos cerca, tendrás que usar tu barco de juguete para llegar hasta allá.

──Entonces te deberé medio favor──. dijo con sorna, cruzándose de piernas sin intenciones de levantarse.

──Sigo pensando que es un maldita locura quererte infiltrar pero es problema tuyo, solamente haré mi parte del trato──. Law comentó de nuevo, alzando por breves segundos sus ojos grisáceos, unas ojeras de cansancio visible debajo de ellos.

¿Ese hombre al menos dormía?

──No hay ningún trato, solamente un favor de por medio, que no se te olvide eso.

Law dio por terminada la conversación con esa sentencia, enfocando su completa atención en su lectura pero al cabo de los segundos siguió notando la presencia de Eren sentada delante de él, mirándolo con curiosidad visible en sus ojos de atardecer.

──Sigues aquí.

──Si, sigo aquí...──. Eren murmuró, inclinándose hasta apoyar ambos codos en la mesera fría del escritorio frente a ella──. ¿Qué es lo que estás planeando, Trafalgar?

──No sé de qué me hablas──. le respondió, Eren soltó un sonido de inconformidad, intensificando su mirada en el pirata con cierta concentración que Law notó de inmediato──. ¿Me estás tratando de leer la mente?

──He estado intentándolo desde que nos vimos pero no puedo──. confesó la rubia con un resoplido, dejando caer su peso en el respaldar de la silla──. Usas haki para impedirlo ¿no? Tienes una voluntad fuerte.

Law rodó los ojos──. ¿Es un cumplido?

──Nadie de tus subordinados sabe lo que planeas, le leí la mente a todos desde el primer día y nadie sabe nada──. volvió a insistir, provocando una media sonrisa burlona en el rostro del pirata por cortos segundos──. Créeme, me debes más favores por hacerme leer la mente de Penguin y Shachi... fue definitivamente una mala experiencia.

──Sí, son unos pervertidos... solamente con pocas mujeres.

Eren dejó salir un bufido de sorna fingida──. Gracias, sin duda ese es un consuelo.

──Deben saber que el único hombre que te interesa ahora mismo es Puño de Fuego.

La mención de Ace hizo que Eren se tensará de inmediato. Cualquier pizca de breve diversión en su rostro se fue, reemplazando sus finas facciones con una sombría expresión de desconfianza.

──¿Cómo es que sabes sobre Ace y yo? ¿Me has estado espiando, Trafalgar?

──Tengo mejores cosas que hacer que espiarte, Coyote──. Law dijo, soltando una risa nasal ante la pregunta, llevando su mirada hasta la rubia para darle la atención que buscaba──. Era bastante predecible, muchos especulaban que él te había llevado de prisionera pero una cazarrecompensas de tu talla no iba a dejarse sin pelear. No hubo testigos de ninguna pelea entre ustedes y poco tiempo después aparecían juntos de Isla en Isla. Toda una luna de miel ¿no?

──No estoy para tus chistes, Law──. Eren contestó de mala gana, su tono de voz grave casi cómo un gruñido──. Ten bastante cuidado con lo que hablas.

Esas palabras hicieron que los ojos de Law expresarán sorpresa, una que enseguida confundió a la rubia al notar el cambio drástico en el semblante del pirata frente a ella.

Law podía escuchar esas palabras en su mente con claridad «¿Y que le dirás a mi padre, Law? ¿Que fui yo quién te lanzó? Eso es para que sepas tu lugar, ten bastante cuidado con lo que hablas» dejándole el mismo amargo sabor de boca que cuando las escuchó por primera vez.

──Ya no tengo más tiempo para ti──. la voz de Law salió tan fría como el hielo en los glaciares, enfocando toda su atención de vuelta en sus libros──. Ahora, retírate.

Qué tipo tan raro, Eren pensó con una mueca de amargura, levantándose de su asiento.



📍Mary Geoise, Red Line.
Actualidad.

La tortura del Almirante Kōmori estaba lejos de terminar una vez que escoltó a los Guerreros del Mar a la bahía donde los eventos de la ejecución darían acontecimiento. El pelinegro desapareció de la mirada de los presentes, escabulléndose en las sombras del lugar para adentrarse nuevamente en los cuarteles de la Marina sin ser visto, quedándose fuera de la Oficina del Almirante de Flota para escuchar silencioso la conversación detrás.

A pesar del silencio que lo rodeaba gracias a su fruta del diablo, no logró escuchar nada más que los pesados pasos de alguien acercándose a la puerta. Black tomó una posición de autoridad, topándose frente a frente con su compañero, Akainu. El hombre lo miró con seriedad, alzando una de sus cejas en cuestionamiento.

──Kōmori──. saludó de manera formal, sin dejar de cuestionarlo con la mirada ──. ¿No sabes que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?

Black se alzó de hombros──. Acabo de llegar aquí, y no es ningún delito venir a hablar con el tío Sengoku.

──Puedes pasar, Kōmori.

Akainu le dio una última mirada, gruñendo en lo bajo en cuanto Black pasó a un costado suyo palmeándole el hombro. El pelinegro ahogó una risa al escuchar el sonido, cerrando la puerta de la oficina detrás de él y ignorando la mala mirada del Almirante de Flota detrás de su escritorio.

──No luces nada feliz para alguien que hará una ejecución pública de uno de los más peligrosos piratas──. se burló el pelinegro, avanzando por la oficina hasta sentarse frente al hombre.

──¿Vas a fingir que no sabes lo que pasó en el Impel Down?──. Sengoku dijo entre dientes, su semblante cada vez más sombrío──. Uno de tus viejos amigos, Buggy, ayudó a Sombrero de Paja a escapar junto con más de 100 prisioneros.

──¡¿Buggy?!──. Black dijo con emoción, soltando una risa ante las tácticas de su viejo amigo──. Vamos Sengy, no le sorprende a nadie. Un poco de emoción en una ejecución nunca está de más.

──¿Tampoco vas a fingir que no sabes nada sobre la infiltración de Peacock en la prisión?

Eso lo sorprendió. La enorme sonrisa en el rostro del pelinegro se cayó de inmediato, dejando un ceño fruncido en su lugar.

──Hyena casi la mata en el nivel 5 y, por arte de un milagro, se reunió con Sombrero de Paja para rescatar a Puño de Fuego.

Black se aclaró la garganta, desviando su mirada a la gaviota encima de la cabeza de Sengoku frente a él.

──Es tú culpa por mandar a una psicopata como Hyena a calmar la situación──. Black le restó importancia──. Sus tácticas son sadicas pero ella es débil, se deja llevar por sus emociones y no sabe distinguir civiles de—

──No hay civiles en el Impel Down solamente prisioneros──. Sengoku le recordó de mala gana──. Y te recuerdo que esa niña que criaste junto a Nico Robin es una criminal buscada desde hace casi diez años.

──No puedo dejarla acercarse a Doflamingo ni a su hermana──. Black puntuó, levantándose de su lugar con intenciones de abandonar la oficina para pensar en un plan──. Yo me encargaré de ella.

Segonku lo detuvo con un gesto, provocando a Black detenerse frente a la puerta de mala gana.

──No entiendo tu rivalidad con los Donquixote ni la conexión de esa niña con ellos pero no te prometo nada, Black──. Sengoku habló detrás de él, provocando al pelinegro soltar un suspiro──. Te dejé hablar con Puño de Fuego antes de su ejecución cuando no era tu lugar de hacerlo, permití que vieras por esas dos niñas criminales por años y criarás a otra tripulación... mi paciencia con los favores tiene un límite.

──Tío Sengy, el único favor que le estoy pidiendo es el último──. Black se giró con los brazos abiertos, una sonrisa adornando su pálido rostro──. Lo único que haré es mantener a Peacock fuera del radar de Doflamingo y su hermana loca, pero también de Puño de Fuego, de eso no te preocupes.

2 días atrás...

Black había estado muy pocas veces en la gran prisión, muchas de esas solamente era para visitar viejos colegas, otras para burlarse de piratas que le hicieron la vida imposible en sus años de novato en el mar, claro que Sengoku no sabía de ninguna de esas visitas y era otro de los secretos que rodeaban al hombre de negro. Algo que siempre agradecía fue tener la suerte de librarse de la Marina, y aunque muchos de sus viejos colegas lo odiarán por ser parte del Gobierno ahora, Black tenía privilegios que ellos no. Ver el sol era uno de ellos.

──Calm.

Una luz en tonos azulados envolvió la anatomía del hombre ante su comando, permitiendo que cualquier sonido que este emitiera no fuera escuchado por nadie más que él, eso le facilitó la tarea de escabullirse con ayuda de las sombras por todos los niveles de la prisión sin ser notado por las bestias carceleras o por ninguno de los monstruos que habitaban en cada nivel hasta que llegó al nivel seis, dónde los peores criminales del mundo residían sin ver la luz del día.

A lo lejos notó la figura de Boa Hancock alejándose en compañía de Magallan y los demás encargados de cada nivel. ¿Que hacía ella hablando con Ace? ¿De dónde es que se conocían? La Emperatriz tenía jugadas sucias que Black conocía muy bien, pues su padre fue quien le enseñó muchas de ellas, aún así su confianza por Hancock era grande. ¿Por qué estaba ahí en primer lugar? Debería estar rumbo a Mary Geoise como él, los otros Almirantes y los Guerreros del Mar.

──¡Black!──. Ace exclamó, con una agitación y sorpresa desde antes que Black apareciera delante de él del otro lado de la celda una vez que los demás desaparecieron del radar──. ¿Es verdad lo que Boa Hancock me acaba de decir?

Black entrecerró sus ojos, ajeno a lo que el joven pirata estaba tratando de decirle, de reojo observó al antiguo Guerrero del Mar; Jinbei. El primer hijo del Mar.

──¿Qué es lo que te dijo que te dejó tan agitado, mocoso?──. Black preguntó sin prisa, tomando asiento delante de la celda para poder charlar mejor.

──Me dijo que Luffy está aquí.

Una risotada salió de los labios del Almirante, gracias a su técnica aún activa, ningún sonido pareció salir de él.

──Cewhahaha, vaya hermano que tienes, debe tener bolas del tamaño de un barco para infiltrarse solo en esta prisión──. se burló el hombre, limpiándose una lágrima de risa bajando por su mejilla──. Lo que me sorprende más es que Hancock viniera hasta acá solamente a darte ese recado. Tú hermano es un tesoro ¿eh?

──¿Solo? ¿Por qué dices que está solo?──. Ace preguntó confundido, su expresión seguía de la misma manera que cuándo Hancock le dijo esas palabras.

──Escuché que Kizaru fue a encargarse de los supernova en Sabaody hace unos días, Kuma apareció y mandó a los subordinados de tu hermano, y a él, volando por los aires──. Black le explicó con brevedad──. Considerando que Hancock está inexplicablemente aquí, me imagino que Sombrero de Paja aterrizó en Amazon Lily y de alguna forma convenció a esa arpía de piedra en venir.

Black estaba sorprendido por el gran avance de Sombrero de Paja y su tripulación, también lo peligroso que ese pirata se estaba convirtiendo con todos esos aliados que dejaba en cada Isla que pisaba. ¿Y ahora tenía a Hancock de su lado? ¿Y a Kuma? Por algo es que su viejo amigo lo ayudó, Black conocía al hombre para saber qué ese movimiento de separarlo de su tripulación se debía a algo.

Estaba preocupado por Robin y su paradero. Esperaba que estuviera bien.

──Black-san... ¿A qué se debe tu visita aquí?──. la voz de Jinbei captó su atención, dirigiendo su único ojo al hombre gyojin detrás de las rejas──. ¿No deberías estar preparándote como los demás Almirantes para la ejecución?

──Vine a hacer mi rol de padre adoptivo y charlar con el hombre que le robó el corazón a una de mis pequeñas, debí imaginarme que sería un criminal como tú, mocoso.

Ace alzó una de sus cejas, soltando un suspiro, aún conmocionado por todo lo que estaba escuchando.

──Ace, ambos sabemos que cierta mujer no durará demasiado en aparecer aquí──. Black prosiguió, su ojo gris brillando con escepticismo──. Si tú hermano ya está aquí y fue visto en Sabaody al mismo tiempo que ella, Eren está pronto en llegar.

La mención de la rubia fue suficiente para que toda la atención de Ace cayerá en el hombre, sus facciones suavizándose ante el solo pensamiento de la mujer, la tortura en esos ojos oscuros se volvieron un mar calmado.

──Eren...──. suspiró el pirata, cerrando sus ojos con una agonía escrita en su rostro──. No quiero que venga... es demasiado peligroso que esté aquí, es una criminal buscada, si la atrapan por mi culpa jamás me lo perdonaría.

Black alzó una ceja ante las palabras──. Fue gracias a mi plan que estás aquí, Ace, y ella me ayudó... ¿Y aún así te preocupas por su libertad?

──Es lo único que me importa──. Ace le confesó, abriendo sus ojos de nuevo, empañado con lágrimas de culpabilidad adelantada──. Si me voy de este mundo, quiero hacerlo sabiendo que mi Eren tiene la libertad que siempre quiso.

Eso fue una patada baja para el hombre de traje negro. Era algo que envidiaba de las personas con corazón latiente, la manera tan cruda de sacrificar algo por el bienestar de la persona que aman, y viniendo de uno de los del Clan D no le sorprendía en lo absoluto.

──Black-san... ¿Por qué dices que fue tu plan la captura de Ace-san?

Black volvió a mirar al gyojin ballena-tiburón──. Necesitaba algo de Barbanegra que de todas formas no pude obtener, incluso teniéndote aquí Puño de Fuego, mi plan no sirvió. Solamente logró que Eren me deteste por la decisión y privarte de tu libertad.

──No te guardo rencores, Demjin──. Ace habló con su voz saliendo más entrecortada de lo normal, el cansancio notable en cada una de sus facciones──. Al final de cuentas, fuiste al primer pirata que le pateé el trasero y el que me dió mi primer recompensa.

──Ambos sabemos que eso estuvo planeado, mocoso.

Ace le dió una sonrisa débil, soltando lo que pareció ser una risa nasal──. También criaste al amor de mi vida, supongo que gracias, debo agregar que tu hija es una hermosura.

──Sigues estando frente a su padre, maleducado──. Black gruñó en lo bajo, ganándose risas silenciosas por parte de ambos prisioneros. El hombre de negro se levantó, limpiando su ropa para estar presentable cuando fuera requerido──. Ese fue mi peor karma, que una de mis hijas se enamorará del pirata que más dolor de cabeza me dio en el pasado.

──Black, antes que te vayas... si ves a Eren—

──Ace, no quieres decirme nada a mí sino a ella──. Black lo cortó antes de que Ace pudiera proseguir──. Si Eren viene y tú hermano ya está aquí, solo es cuestión de tiempo para que seas liberado.

──No quiero tener esperanzas de nada──. insistió el pelinegro encadenado──. Si ves a Eren... dile que yo también la amo. No se lo pude decir cuando tuve la oportunidad pero quiero que lo sepa. Necesito que lo sepa, Black.

Al ver la mirada dolida y las lágrimas detenidas del joven pirata frente a él, le fue imposible no sentir empatía por el mocoso, y por lo que Eren sentiría después de todo. El hombre solamente le asintió, sabiendo que se lo diría y no tendría que preocuparse por eso. No cuando su vida estaba pendiendo de un hilo.

──Va a necesitar escuchar eso para lo que se le viene encima si no logro detenerla──. Black murmuró para sí mismo, pero las palabras al ser referidas a Eren, llegaron a los oídos del pirata encadenado sin problemas.

──¿A qué te refieres con eso?

──El pasado que Eren tanto busca saber está más cerca de ella de lo que se imagina──. Black le confesó a ambos piratas, sintiendo a Jinbe demasiado interesado en sus palabras──. Es una bomba de tiempo que está a punto de estallarle en la cara si llega a estar en Marineford.

──¿Cuál es ese pasado del que hablas, Black-san?

──La verdad de su linaje, algo que va a cambiarle la vida por completo cuando se entere el demonio encarnado que tiene de padre.

Ace abrió sus ojos con sorpresa, moviéndose hacia adelante por inercia en muestra de su interés──. ¿Sabes quién es la familia de Eren?

──Ace, Eren es hija de Donquixote Doflamingo.




📍Impel Down, Red Line.
2 días atrás...

En las profundidades infernales del Impel Down, donde la oscuridad se entrelazaba con los susurros de la desesperación, surgió un ser cuya presencia misma provocaba escalofríos en los corazones más valientes. Con pasos lentos y deliberados, emergió de las sombras un individuo cuyo semblante estaba enmarcado por una sonrisa sádica y unos ojos anaranjados que ardían con un fuego cruel. Una risa escandalosa se escapó de su garganta observando el sufrimiento de los encarcelados a su alrededor.

Conocida como Obscura Hyena o mejor conocida como "garras rojas" esta vicealmirante reconocida por ser compañera del Almirante Kizaru, era temida incluso por sus compañeros marines, y su presencia en el infame calabozo del Gobierno Mundial no fue cuestionada por un segundo. Su presencia era sinónimo de tortura y sufrimiento, y su reputación como verdugo era implacable conocida en todos los rincones del Mundo.

Con una mente retorcida, Hyena se regocijaba en el dolor ajeno y encontraba placer en la angustia de sus víctimas. Y eso era algo que Black sabía muy bien de primera mano, recordando el dolor crudo que sintió tantos años atrás por la traición de su ex amiga. El sadismo de la mujer no conocía límites, y en cada misión encontraba nuevas formas de infligir tormento en aquellos que tenían la desgracia de caer bajo su mirada implacable.

──Gigigiji, no sabía que las serpientes estaban permitidas aquí──. Hyena se burló en el momento que sus ojos anaranjados observaron a Boa Hancock en su campo visual.

──Vicealmirante Hyena──. la voz de Magallan sonó detrás de la Emperatriz, acaparando la atención de la castaña de ojos naranjosos──. Un placer tenerla aquí.

──Sengoku me mandó a echar un vistazo a los alborotadores──. dijo con aburrimiento, pasando por un costado de la Guerrera del Mar, dándole una sonrisa burlona. Sus palabras hacían referencia a los prisioneros sueltos, Buggy el payaso y Mr 3, y al infiltrado: Luffy Sombrero de Paja──. Vengo a controlar la situación.

Fuera del infierno de la prisión, a tan solo unos kilómetros de distancia, el Polar Tang salió a la superficie detrás de unas enormes rocas para pasar de ser percibidos por los más de cien marines que cubrían el área. Eren fue la primera en salir del submarino, agradeciéndole a Penguin y Shachi por sacar el pequeño barco amarillo del interior. Law fue el siguiente en salir, recargando su peso en Kikkoku con una expresión que Eren no podía leer bien.

Aún tenía bastante presente la manera en que se puso días atrás, desde entonces Law apenas había mirado en su dirección, al menos agradecía no estar en su presencia por más tiempo.

──¡Vuelve pronto, Eren hermosa!──. gritaron Penguin y Shachi desde la parte superior del submarino a la lejanía. Sin importarles que a tan solo unos metros más de 100 marines vigilaban la bahía.

──¡Cuídate, Eren!──. Bepo fue el siguiente en gritar, alzando una de sus patas para decirle adiós desde donde se encontraba.

Eren les dijo adiós a todos los tripulantes desde su posición, escuchando a Law detrás de ella indicarle que lo siguiera hasta salir del campo de visión de sus subordinados. A la lejanía, el imponente y tenebroso edificio de la gran prisión del Mundo se alzaba, haciendo a Eren tragar en seco.

──Hasta aquí llega mi favor, Coyote──. la voz de Law hizo que su atención se fijará en él──. Espero al menos tengas un plan, ese barco tuyo llama la atención en cualquier lugar, será mejor que lo escondas antes de que llegues. ¿Sabes cómo entrarás?

Eren se cruzó de brazos a la defensiva, su memoria bastante fresca del trato del cirujano de la muerte con ella los pasados días──. Dijiste que no era problema tuyo, Trafalgar. Yo me las apañaré. Gracias por el favor, no tienes que recordarme que te debo uno, espero no vernos pronto.

Eren le dio una última mirada, girándose antes de que el pirata pudiera responderle pero su espada característica le impidió irse, bloqueándole el camino delante de ella.

──Ace debe estar en el nivel 6 así que tendrás que tener más de un plan para sobrevivir los cinco niveles inferiores antes de llegar a él──. Law prosiguió, su mano firme en el mango de su arma, dejándola frente a ella para que no pudiera irse──. Si estuviera más cerca podría adentrarte en uno de los niveles con mi shambles—

──Eso sería deberte otro favor y ya tengo suficiente debiéndote uno──. Eren lo cortó, moviendo de mala gana la espada bloqueando su camino──. Agradezco lo que hiciste por mí, Trafalgar, aunque ambos sabemos que lo hiciste por ti y cualquier plan que tengas en la cabeza.

──No mueras tan rápido, aún me debes una, Coyote.

Sus miradas se encontraron brevemente, y había algo en esos orbes grisáceos que hacían a la rubia mantenerse interesada en ese favor que le debía. Sabía que Trafalgar Law era más de lo que dejaba ver y de alguna manera, estaba segura que estaban conectados en su pasado, pero eso sería su problema en otra situación. Su única prioridad en ese momento era Ace. Eren se giró para irse de una vez, usando su habilidad para volverse invisible ante los ojos del pelinegro viéndola.

Law amplió sus ojos con sorpresa, abriendo su boca en una pequeña "o".

«Es como... Stealth Black» pensó el pirata.



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