vi. ¡El lazo de Eren y Crocodile! ⦂ Un nuevo sueño.
VI. Capítulo Seis, Alabasta Saga.
𓇼 🦚 🔥♡₊˚ 🕌・₊✧
tw: violencia habitual del anime, escena sugestiva +18 (nada tan explícito)
📍Desierto de Erumalu, Alabasta.
EL PLAN DE EREN HABÍA RESULTADO SER UN ÉXITO sin siquiera llevarlo a cabo, ahora que ella y Ace compartían una "alianza" le sería mucho más fácil guiarlo hasta la trampa que ella y Cloack prepararon desde un principio. Sin embargo, ese destello de esperanza sobre su libertad era eclipsado con el creciente sentimiento de culpa que poco a poco se hacía senderos en su interior. Ace era una buena persona, sí, tal vez era un pirata y su moral no era la mejor, pero Eren sabía que Ace no era malo. En realidad, no creía que tuviera un solo hueso de maldad en su cuerpo, era eso lo que le reprochaba la decisión de llevarlo directo a Barbanegra.
Esa mañana se levantó al mismo tiempo que los demás para zarpar en la orilla del desierto con dirección a Yuba. Eren jamás pensó estar "colaborando" con piratas, y lo peor es que estaban agradándole. O al menos la mayoría, aún seguía teniendo sus opiniones sobre el antiguo cazador de piratas, el cuál también parecía tener las mismas ganas de clavarle sus katanas igual que ella sus dagas. Todos eran agradables, Eren conocía muchos tipos de piratas en los años que tenía cómo cazarrecompensas pero ninguno cómo los Sombrero de Paja.
Había algo en esa tripulación que la hacía sentir hogareña. Quizá era la extraña interacción entre ellos, no simplemente se cuidaban por ser compañeros, eran más... una familia. Quizá por eso es que Eren no estaba tan familiarizada con ese tipo de interacciones, lo único que sabía sobre su familia es que eran criminales del bajo mundo.
──¿Entonces no sabes absolutamente nada sobre tus padres?──. la mujer pelinegra, Lotus, habló junto a ella mientras caminaban a la par en el desierto──. Que suerte.
Eren asintió soltando una risa nasal, desviando su mirada a dónde todos los demás iban a la delantera, dejándolas atrás pero con la seguridad de que Lotus —presentada la ocasión— podría defenderse si Eren la atacaba, algo que la rubia no pensaba hacer. Era la que mejor le agradaba de la tripulación junto a la navegante.
──¿Entonces Bryson es ese monstruo despiadado que hablan en las canciones?
Aún no podía creer que estuviera hablando con uno de los pocos descendientes sobrevivientes de De Berry Bryson, todos conocían las tendencias del temible pirata de exterminar a sus hijos, del infierno que las Islas Perdidas eran. La mayoría describía el lugar cómo un juego de sobrevivencia que los hijos del Monstruo Rojo tenían que sobrevivir para escapar de él. Era extraño ver a dos de ellos juntos, Lotus y Isuki, los dos hermanos que se unieron a la tripulación de Luffy casi al mismo tiempo que Zoro.
──Digamos que lo que dicen las canciones es bastante cerca a la realidad──. le respondió, una mueca de desdén en su rostro al seguramente recordar algo──. ¿Cómo terminaste trabajando para Crocodile? No te ves del tipo de esta vida.
Eren suspiró, mirándola de reojo──. Me lo dicen seguido. A lo único que recuerdo es que vengo de una familia de criminales.
Lotus la miró de una manera extraña, sus ojos rojos brillaron con el recuerdo de algo, era la misma manera en que Isuki constantemente la miraba. Cómo si la conocieran. Pero las probabilidades de eso eran bastante bajas, Eren los recordaría, no todos los días conocía hijos del Monstruo Rojo.
──Nada como seguir las tradiciones familiares──. Lotus añadió, ese brillo de familiaridad completamente desvanecido──. Dímelo a mí, he tratado de matar a mi hermano tantas veces que ya perdí la cuenta.
──¡Y sigues sin lograrlo!──. Isuki exclamó desde dónde caminaba, bastante atento a la conversación.
Eren y Lotus compartieron una risa de nuevo, perdidas en su conversación hasta que la voz enfurecida de la navegante las interrumpió.
──¿Al menos están escuchando lo que Vivi está diciendo?──. Nami vociferó con irritación, sus ojos azules perforando a las confundidas rubia y pelinegra del fondo. Ellas se miraron unos segundos hasta que Lotus decidió tomar la palabra.
──Algo sobre la lluvia blah blah blah, incriminaron al padre de Vivi blah blah blah y bueno, al final es inocente y está claro que quizá Crocodile está detrás de todo ¿no?──. Lotus respondió con aburrimiento, sus ojos carmesí cayendo en Eren──. ¿Tú no sabes nada de esto, Eren? Eres mano izquierda de él, quizá tengas información.
──¿Por qué piensan que nos diría algo si tuviera información?──. Zoro comentó detrás de ellas, su oscura mirada puesta en la rubia con desafío. Eren sonrió con burla, alzando una de sus cejas en su dirección──. Sigue siendo una de los suyos. Claramente esta al tanto de los negocios de Crocodile ¿O me equivoco?
Las miradas de todos se posaron sobre ella. Cuestionándola.
Luffy alzó sus cejas con confusión, rascando la parte trasera de su cabeza──. Pero Ace es su amigo. No entiendo nada... ¿Eres buena o mala?
Zoro rodó los ojos, negando con su cabeza ante la ingenuidad de su capitán──. Ninguna de las dos, trabaja con Crocodile y tiene información, es lo único que nos importa no su crisis moral, Luffy.
Antes de que Eren tuviera la oportunidad de hablar, el viento a su alrededor comenzó a incrementar su velocidad, alarmando a todos de repente. La conversación murió antes de que pudiera ser resuelta. Eren frunció el ceño ante el sonido, confundiéndolo con la voz de alguien hasta que Ace explicó lo que sucedía.
──Es como si la ciudad de Erumalu estuviera llorando──. Vivi habló, acompañada de una ráfaga de viento diferente a las demás.
Eren cerró sus ojos, sintiendo una de las manos de Lotus tomada de su ropaje para establecerse, la rubia la tomó de la muñeca lo mejor que pudo para ambas no perder el equilibrio, cubriéndose con su brazo restante su rostro. Al momento que la ráfaga se calmó, Vivi corrió de inmediato hasta la silueta de alguien en el suelo cayendo de rodillas al solamente encontrarse con un cadáver.
──¿Que culpa tuvieron mi padre y los ciudadanos de este país? La gente trabajó y luchó contra la naturaleza para poder vivir en un desierto pero él arruinó sus vidas. ¿Que le da el derecho para hacer eso? ¿Por qué? Mientras tanto, como uno de los Guerreros del Mar, finge ser un héroe para los demás... ¡Nadie se da cuenta que está engañando a todo el país! ¡Ese hombre... nunca lo podré perdonar!
Mientras Luffy derrumbaba una de las pocas ruinas que los rodeaban, Ace ayudó a Vivi enterrar los restos del ciudadano, la escena delante de Eren haciéndola sentirse incómoda. ¿Cómo es que pudo haber estado ciega durante tantos años? Creyendo en las palabras que alguna vez se sintieron sinceras de Crocodile, viéndolo más que cómo un mentor... siendo una figura paterna para ella en su crecimiento.
La mirada de Vivi atravesó los ojos de Eren con cuestionamiento, la princesa caminó hasta ella, quedando frente a frente. Eren se quedó callada, esperando a que fuera la princesa quién tomará la palabra. Las manos de Vivi cayeron sobre los hombros de Eren, causándole retroceder cómo reflejo, sus ojos abriéndose en pánico. Por un momento se olvidó dónde estaba, pensando que seguía en la Madriguera, que Laverna aún estaba viva para atormentarla. Pero no era verdad, estaba en otro infierno, pero al menos tenía la certeza de que Vivi no la lastimaría.
──Dime, Eren... ¿Sabes algo sobre esto?──. la desesperada voz de Vivi llegó a sus oídos con un eco, tragando en seco──. Por favor, solamente quiero información... te daré lo que quieras.
«Lo que realmente quiero no puedes dármelo» Eren pensó amargamente, zafándose bruscamente del agarre de la princesa y mirándola a los ojos directamente.
──Yo realmente no se nada, lo lamento, Vivi. No soy estúpida, sé bastante bien que Crocodile jamás ha confiado plenamente en mí en este tipo de temas como con Miss All Sunday──. respondió con amargura──. Crocodile solamente usa mis poderes para convencer a las personas de hacer lo que él quiere.
Eren desvió sus ojos de Vivi, encontrándose con la mirada curiosa de Ace que la hizo volver a mirar a la princesa. Él sabia que tenía información, y ahora estaba acorralada.
De mala gana, Eren añadió──. Aunque... hubo una ocasión hace tres años, dónde Crocodile me llevo a una reunión con un contrabandista para robarle polvo de baile y trasladarlo aquí. Yo... hice con mis poderes que él tuviera un accidente, el carro se rompería y los paquetes que contenían el polvo de baile se rasgaría, quedando expuesto──. Vivi dejó salir un suspiro de sorpresa, sus ojos oscuros mirando con decepción a la rubia──. Los Barrocos que estuvieron involucrados mintieron sobre que el rey había ordenado que el polvo se entregaba a Alubarna, luego huyeron dejando a todos los que estaban ahí como testigos del accidente simulado para dudar de tu padre.
Vivi negó con su cabeza ante la información──. Entonces... ¿tú causaste el accidente que inició todo esto?
Ante la propia duda de Eren y la evidente tensión creciendo entre ambas, Ace detrás de ellas intervino antes de que escalara a una pelea.
──No fue culpa de ella, Crocodile le ordenó hacerlo.
──No tuve otra opción más que hacerlo. No sabía lo que era ni porque ese polvo era importante para él──. Eren se defendió, buscando la mirada de Vivi para que le creyera──. No sabía del plan de Crocodile sobre apoderarse de Alabasta, no estuve activa en la organización hasta hace dos años, no tengo idea de sus intenciones aquí pero no solamente está para reinar Alabasta... está buscando algo más.
──¿Buscando algo más?──. Zoro insistió, su voz llena de dudas sobre las palabras de la rubia──. ¿Que es lo que Crocodile busca en Alabasta?
📍Rain Dinners, Alabasta.
3 años atrás...
Las exhaustivas noches de desvelo de Crocodile leyendo sobre Plutón lo habían empujado a alejar personas importantes de su vida, tan solo semanas atrás Salamander; su hijo, dejó Alabasta para visitar a su familia de Dressrosa cómo una excusa para no estorbar más en el tiempo que Crocodile le daba a su investigación. El estrés de no saber nada sobre el arma que tanto deseaba lo estaba dejando al borde de la locura, algo que no mucho tiempo atrás conoció del hombre al que alguna vez quiso. Al parecer la locura si era trasmitible.
──Cada vez el mundo se hace más pequeño gracias al Gobierno Mundial y ahora parece que ya no me repudian tanto cómo antes──. Crocodile hablaba, descansando en su escritorio, tomando la inyección con la medicina que contrarrestaba el dolor fantasma de su mano amputada──. Los de arriba ahora me piden ayuda en sus negocios... ¿Que crees que es lo que cambió?
El silencio de su oficina era lo único que acompañaba al hombre, o a simple vista era lo que parecía, los ojos púrpuras del hombre se enfocaron discretamente en la rubia escondida en una de las esquinas del techo, siendo una con las sombras; una vieja costumbre que la Madriguera le dejó.
──Quizá Robin o Black tengan una mejor respuesta que la mía──. la voz de Eren le respondió desde su escondite.
──Te estoy preguntando a ti.
Crocodile no se inmutó ante el sonido hueco de la adolescente aterrizando encima de su escritorio, sus rodillas cerca de su cara para esconderse, sus ojos ámbar posados en las figuras de cocodrilos de oro que adornaban el escritorio, leyendo el libro abierto cerca de sus pies. El arma Plutón.
──Creo que son unos locos desesperados──. Eren le respondió, sosteniendo su barbilla encima de sus rodillas. Crocodile asintió con su cabeza, girando su silla para quedar frente a la rubia, extendiendo la jeringa en su dirección──. No entiendo porque recurren a piratas... a los mentados Guerreros del Mar. ¿Y ahora te toman más en cuenta que a los otros seis? ¿Hiciste algo para llamar su atención?
──Les ayudé con algo, sí, solamente buscan piratas de renombre para nombrarlos parte de sus perros falderos──. le explicó brevemente, observándola acercarse hasta la orilla del escritorio, tomando la jeringa en sus manos──. Sus asuntos no son lo que me interesan y ahora estoy distraído...
Eren asintió ante sus palabras, acercando su mano que sostenía la jeringa hasta la mano amputada del pirata.
──¿Tu hijo misterioso?──. Eren preguntó en un murmuro. Sabía sobre la existencia del hijo de Crocodile aunque muy pocos conocían su identidad, era uno de los muchos secretos del jefe de los Barrocos──. La familia puede ser complicada.
Aunque ella no tenía idea de sus origenes. ¿Cómo sabría que la familia sería complicada cuándo no tiene idea de cuál es la suya?
──Y tu sabes mucho de familia──. Crocodile se burló, su risa ronca ahogada en un quejido suave al momento en que la aguja penetró su piel adormecida. Eren lo hizo a propósito, picando el lugar incorrecto "sin querer" hasta que logró encontrar el punto indicado──. La única familia que te debe importar soy yo, el pasado no importa mucho cuándo hay cosas en el presente que necesitan tu atención.
Eren bufó con aburrimiento, dejando caer su cabeza en el respaldar de la silla dónde Crocodile se encontraba sentado.
──Tú también vives mucho en el pasado──. Eren puntualizó, mirando de reojo al hombre a su lado──. Leyendo sobre esa arma. Nunca me has dicho cuál es el punto de encontrarla.
──Plutón es un arma ancestral que tiene el poder de destruir el mundo──. Crocodile le respondió, sus ojos púrpura mirando directamente los ámbar de Eren──. Y yo la quiero... si mi investigación es correcta, entonces la manera de encontrarla esta aquí... en Alabasta.
Eren permaneció pensativa en silencio hasta que sintió la mirada cuestionante de Crocodile sobre ella.
──Necesito saber si puedo confiar en ti──. Crocodile habló, Eren solamente soltó un bufido de aburrimiento asintiendo──. Últimamente has estado distraída.
Eso era verdad. Eren a pesar del tiempo que pasó, no podía dejar de pensar en el pirata del bar que la "salvó" de la Marina, ni del beso que compartieron.
📍Actualidad, Ciudad de Erumalu.
La atención de todos estaba puesta en su respuesta ante la pregunta de Zoro. ¿Para que seguir siendo leal a Crocodile si estaba tan cerca de ser libre y jamás volver a verlo? Pero no podía confiarles información tan valiosa, Pluton era un arma ancestral que muy pocas personas sabían de su existencia —al menos aquellos con una debilidad ante la historia del mundo— no podía confiar ese tipo de información a cualquiera. Ni siquiera a la princesa de Alabasta.
──Unos viejos planos que no puede encontrar en otro lugar más que aquí──. Eren respondió sin darle mucha importancia a sus palabras. Vivi entrecerró sus ojos con duda pero no comentó nada más y solo comenzó a caminar a la par de los demás, Zoro no le dió importancia a la respuesta y la pasó de largo para seguir con el camino.
El tema no fue hablado de nuevo en lo que restó del viaje. Eren a pesar de haber vivido casi diez años en Alabasta, jamás se puso a pensar la cantidad de arena que formaba el país pero estando más de medio día debajo del sol, con solamente su sombrero para tapar las quemaduras y uno de los abrigos que Sanji —caballerosamente le obligó a usar— para cubrirse sus brazos expuestos.
──Entonces... ¿No ha pasado nada entre Ace y tú?──. Lotus le preguntó por tercera vez en cinco horas, sí, Eren las había contado. La rubia rodó los ojos ante la pregunta, especialmente considerando que el pelinegro caminaba en silencio detrás de ellas. Claramente escuchando todo──. Porque conozco a Ace desde hace algunos años y recuerdo bien que mencionaba mucho a una chica rubia.
Eren la miró de reojo. ¿Lotus conocía a Ace desde hace tiempo? No lo parecía, quizá no estaba prestando tanta atención a sus alrededores los últimos días. Además, no es que conociera a Ace cómo la palma de su mano, por mucho que ella quisiera decir que lo hacía, apenas conocía al pirata.
──Pudo haber sido otra chica rubia.
Lotus dibujó una media sonrisa en su rostro, sus ojos carmesí brillando con travesura──. Recuerdo que mencionó sobre su tatuaje de pavo real, y al menos que en verdad tenga un tipo específico, creo que hablaba de ti.
Eren sintió sus mejillas sonrojarse, bufando como respuesta y ignorando el comentario sin ninguna intención de seguir con la conversación. Lotus solamente se río en lo bajo, manteniéndose cerca de ella hasta que el revuelo de una pelea infantil entre sus tripulantes hizo que Eren volviera a hablarle.
──¿Siempre son así de idiotas?──. Eren dijo, observando a Luffy, Nami, Usopp y Sanji pelear por la botella de agua que el capitán sostenía──. No entiendo como conservas tus neuronas.
──Tener al idiota de Isuki como hermano me hace inmune a perderlas.
──Es porque ya naciste sin ellas──. se defendió el pelinegro, siendo cargado por Ace en su espalda luego de que le rogará por más de dos horas hasta cansarlo.
Al caer la noche y después de armar una carpa que serviría de refugio, Eren se sentó de mala gana cerca de la fogata que Ace encendió, sus dientes temblaban por la baja temperatura y podía observar sus delicadas uñas tornarse cada vez de un tono más púrpura.
──Odio el desierto──. se quejaba la rubia, haciendo fricción con sus manos, escuchando los quejidos de Luffy por comida de fondo──. Odio la arena.
Ace tomó asiento junto a ella, ambos en silencio, más alejados de donde los Sombrero de Paja y la princesa Vivi estaban. Sus ojos ámbar cayeron en la actitud tan extraña del pelinegro, había estado callado durante todo el viaje desde lo sucedido en la mañana. ¿Estaba molesto por algo que ella dijo? No le importaba, Eren no necesitaba de su empatía mucho menos caerle bien.
──Has estado bastante callado──. Eren murmuró, atrayendo los oscuros ojos de Ace sobre ella──. ¿Coquetear tanto con el cocinero te agotó?
Ace sonrió brevemente, pero la sonrisa no se reflejó en sus ojos──. Es lindo, sí, pero Lotus está enamorado de él casi tanto cómo él de ella.
Eren alzó sus cejas con sorpresa, había escuchado los comentarios románticos del cocinero a Lotus pero él hacía esos comentarios con todas, incluso con ella. No había notado que sus sentimientos fueran genuinos.
──¿Y cómo sabes eso?
Ace alzó sus hombros. Sus ojos oscuros volvieron a centrarse en su hermano, abrazando a Chopper junto a Zoro, Usopp y Isuki en busca de calor──. Lo puedo ver en sus ojos.
Silencio. Eren apartó la mirada asintiendo, regresando a tratar de mantenerse caliente y alejar el frío de ella.
──Y entiendo el sentimiento.
Eren no se atrevió a mirarlo en esos momentos pero sentía sus ojos en ella. La rubia tragó en seco, agradeciendo cuando Vivi se acercó a ambos para hablarle a Ace y acaparando toda su atención. Eren aprovechó la interrupción para levantarse de su lugar y alejarse del campamento lo suficiente para recibir la llamada de Cloack, durante todo el día sintió su den den mushi sonar debajo de su abrigo de plumas pero lo ignoró.
──Sabes que me molesta que me llames durante misiones──. se quejó la rubia en un murmuro, sus ojos puestos en los demás sobre sus hombros por si alguien se acercaba──. No puedo hablar ahora, estoy—
──Con los Sombrero de Paja, puño de fuego y la princesa Nefertiri Vivi──. Cloack la interrumpió del otro lado de la línea.
Eren dejó salir un sonido de frustración──. ¿Has estado espiándome con Calcifer?
──Tengo demasiado tiempo libre──. Cloack agregó, masticando lo que sonaba como una uva──. ¿Si entiendes lo importante que es esta misión, no? Es nuestro boleto de salida y, además, Barbanegra te prometió información sobre tu familia. ¿O ya lo olvidaste?
──¡Claro que no lo he olvidado! ¿Cómo podría? Cuando te la pasas diciéndolo.
Cloack soltó un suspiro de impaciencia──. Solamente te recuerdo la oportunidad que quieres. ¿Desde cuándo has querido irte? Tienes dos años deseando dejar de ser una cazarrecompensas desde que te enfrentaste a la décima división de los piratas del Monstruo Rojo en Wano.
Aunque realmente ellos no habían sido la razón del cambio de decisión de Eren respecto a ser cazarrecompensas. ¿Por qué en su primera misión oficial querría renunciar por una excusa tan débil? Eso iba más allá de una mala experiencia, todo lo contrario, su decisión fue gracias a la mejor experiencia de su vida. O al menos, la mejor noche.
📍Villa Amigasa, Wano.
2 años atrás...
El beso entre Eren y Ace pronto escaló de suaves roces, los delicados labios de Ace tomándose su tiempo saboreando los de Eren hasta que la impaciencia del pelinegro hasta que el beso se convirtió en un juego de poder por ambas partes, besos más hambrientos y necesitados hasta que llegaron a caricias descaradas de las manos de Ace.
El pelinegro se separó de Eren, una sonrisa victoriosa en sus labios enrojecidos──. Sabía que querías besarme desde que me viste.
──Eres un idiota──. Eren gruñó como respuesta pero no hizo ninguno movimiento de querer alejarse, al contrario, sus manos cayeron en el cuello del pelinegro para robarle otro beso──. Y un insoportable.
──¿Es tu manera de decirme que te gustó?──. Ace se burló, dándole un casto beso en sus labios para descender a su cuello, mordiendo y dejando marcas en la sensible piel hasta llegar a su clavícula──. Porque entonces eso te convierte en la más insoportable de todas.
Ese había sido el detonante que Eren necesitaba para ceder por completo a sus deseos y olvidarse durante toda la noche sobre la misión que se supone debía estar haciendo en lugar de compartir caricias en la oscuridad de la playa con Ace. La pasión de ambos se extendió cómo pólvora en sus venas hasta que no quedó nada.
En la mañana siguiente, el sol saliendo en el horizonte fue la señal de Eren para huir lo más rápido que pudiera. Lo primero que sintió al despertar fueron los fuertes brazos de Ace sosteniéndola perezosamente de la cintura mientras él dormía boca abajo, completamente perdido en sus sueños cómo para sentirla moverse hasta librarse de su agarre. Eren se levantó de la manta que los separaba de la arena de mar, levantando su ropa disuelta en el suelo y vistiéndose lo más rápido que pudo.
Antes de abandonar el lugar por completo, Eren miró al pelinegro por última vez, el sol reflejándose en su espalda desnuda, él completamente vulnerable y confiado de que ella estaría ahí cuándo el despertará. Pero ella ya no estaría. Y jamás se volverían a ver de nuevo. Eren se tentó a escribir su nombre con ayuda del sol en la espalda del pelinegro, quedarse con él, quizá...
No, no había ningún quizá para ella. Tenía que regresar a su vida, una sin él. Una sin Portgas D. Ace.
📍Actualidad, Desierto Erumalu.
Eren colgó antes de poder darle una respuesta a Cloack, guardando con un atisbo de enojo el pequeño caracol color turquesa en su abrigo. La rubia sintió la presencia de alguien observarla sigilosamente, al girarse, notó a Lotus mirándola con atención cruzada de brazos.
──¿Que haces aquí tu sola? ¿No comerás nada? Sanji estaba peleando con Luffy porque quería comerse tu porción ──. Lotus añadió con evidente diversión, sus intimidantes ojos fijándose en la princesa peliazul y el pirata pelinegro charlando entre ellos──. ¿O estás aquí por celos?
Eren hizo una mueca de fastidio. Pasando a un lado de la pelinegra hasta que sintió una de sus manos caer en su antebrazo para mantenerla cerca──. ¿Hasta cuándo me torturarás con tus historias baratas que te armaste en tu cabeza?
──Hasta que admitas que tienes un crush en fuegitos.
──¿Y tú admitirás tener uno en el cocinero del amor?
Lotus dejó salir una risa burlona, entrelazando su brazo con el de la rubia con intenciones de seguir la plática entre ellas.
🕌🦚🔥☀️
A la mañana siguiente, después de una larga noche y conversación con Lotus, Eren se fue a la cama antes que los demás, sin darse cuenta en el momento que la carpa se llenó de los demás. La rubia siguió con su sueño hasta que sintió la temperatura de alguien más abrazarla por detrás, la rubia se tensó mirando a la persona con el rabillo del ojo, encontrándose con Ace. Eren quiso moverse y alejarse, pero al sentir la calidez del cuerpo del pirata no tuvo otra opción más que quedarse con él.
¿Lo hacía por la escuchó quejarse del frío? Ace no era de atreverse a invadir su espacio personal, aunque recapitulando sus encuentros anteriores, era algo que él hacía a menudo.
Cuándo el frío del amanecer fue lo suficiente para Eren, se alejó del cálido agarre de Ace para iniciar su mañana, sus ojos somnolientos encontrándose con la figura de Luffy a la lejanía cerca de unas rocas, agachado en el suelo y observando algo.
──¡Oi, hermana! ¡Mira, encontré un camarón!──. Luffy le gritó al verla cerca, siendo una de las pocas de pie a tan tempranas horas de la mañana. Eren hizo una mueca de confusión, ladeando la cabeza y caminando hasta dónde Luffy se encontraba sosteniendo algo en sus manos.
Estaba somnolienta... ¿O había escuchado mal? ¿La había llamado hermana?
──Eso no es un camaron──. Eren dijo con obviedad, siendo un escorpión en las manos del moreno en lugar de un camaron──. ¿Y me dijiste hermana?
──Pues eres novia de Ace ¿no?──. Luffy preguntó con genuina curiosidad. Eren lo ignoró, aprovechando a Usopp y Chopper acercándose a ellos para irse y dejar solo al idiota capitán pirata.
Dándose la vuelta, Eren se alejó de los tres para acercarse a dónde Lotus le hizo señas con dos tazas de café en sus manos.
──¡Chicos, escóndanse detrás de las rocas!──. escuchó la voz de Vivi gritar en la lejanía, la rubia distraída con la taza de café en sus manos y la platica de Lotus sobre uno de sus sueños raros──. ¡Se acerca una tormenta de arena!
Al pasar la tormenta de arena todos emprendieron marcha con dirección a Yuba de nuevo. Horas y horas bajo el sol, con los quejidos de Luffy por comida siendo negados por parte de Sanji hasta que Vivi se apiadó del capitán.
──¡Atención! ¡Vayamos hasta las siguientes rocas! ¡El que gane al piedra, papel o tijeras llevará el equipaje de todos!──. gritó el Sombrero de Paja, haciendo que Eren soltará una risa nasal.
──¿No debería ser el que pierda?──. Eren y Sanji dijeron al mismo tiempo, ambos mirando a Luffy con incredulidad.
──Es Luffy... ¿Que más esperan de él?──. Lotus les respondió, aún así todos acataron las ordenes del moreno.
Todos participaron, a excepción de Eren y Ace quienes miraban con burla la escena hasta que estallaron en carcajadas cuándo Luffy ganó. La rubia caminaba a la par del pelinegro, mirando de reojo al moreno de rulos cargando todo el equipaje y a Isuki por el desierto, quejándose hasta que Usopp divisó unas rocas perfectas para descansar. Luffy corrió sin dejar rastro dejándolos a todos atrás.
Minutos después, regresó, gritando que unas aves necesitaban su ayuda y fue cuándo Vivi supo lo que pasaba. Habían sido estados. Por unas aves.
──Alabasta es extraño──. Eren murmuró al llegar a las rocas junto a los demás, sus ojos ámbar sobre dónde se suponía el equipaje de los Sombreri de Paja estaba y ahora no había nada. Junto con las munisiones de los tres días restantes estallando en una pelea entre Luffy y Sanji──. ¿No deberían separarlos o algo así?
Zoro por primera vez en todo el viaje estuvo de acuerdo con ella, dando un paso enfrente──. ¡Ya basta, idiotas!
Antes de que Zoro pudiera intervenir, Ace colocó una de sus manos sobre el hombro del espadachin, impidiendo que diera un paso hacía la pelea infantil──. Es mejor que los dejes pelear. En una situación así es mejor dejar que se desahogen.
──Tienes razón. Descansemos un poco. Este calor es lo que los hizo enojar, ya nos las arreglaremos con la comida. Nos es algo que nos vaya a matar──. Zoro dijo sin cuidado, sentándose en una de las rocas a sus pies──. Vamos a olvidar esa situación.
──Entonces... ¿Puedes curar a una persona con tan solo tocarla?──. el pequeño doctor Chopper le preguntó, dejando su actitud nerviosa alrededor de ella para hablarle cuándo tuvo el valor. Eren asintió, sentándose en el suelo para estar a su misma altura──. ¿Incluso si están muy heridos?
──Puedo hacer lo que quiera con la voluntad de una persona──. explicó brevemente, alzándose de hombros──. La verdad es que nunca he explorado demasiado mis poderes, solamente para controlar a la gente dándoles órdenes, nada más extremo.
──¡Asombroso! ¡Podrías hacer muchas cosas!──. exclamó con emoción el pequeño reno azul──. ¿Puedes hacer que aparezcan cosas de la nada? ¿O curar a alguien muriéndose? ¿Será que puedes revivir personas? ¿O anular los poderes—
──Basta, Chopper, la vas a marear con tantas preguntas──. Nami lo interrumpió detrás de ellos, uniéndose a la conversación. Sus ojos azules vagaron hasta la rubia, sonriendo en su dirección──. ¿Puedes hacer que alguien te de todo su dinero sin ser perseguida?
──Ya lo he hecho muchísimas veces──. Eren admitió con una sonrisa burlona, haciendo a la pelinaranja acercarse a ella y comenzar a preguntarle muchas más cosas de las que Chopper preguntó hasta que un temblor en la arena la hizo callarse──¿Que demonios? ¿Está temblando de repente? ¿Eso es...?
Los ojos de Eren se abrieron con temor al observar la enorme figura de un lagarto gigante correr a toda velocidad detrás de Luffy. La rubia se levantó en un abrir y cerrar de ojos, corriendo hasta esconderse detrás de Ace sin darle explicaciones. Odiaba las cosas gigantes y los reptiles. Ese monstruo eran sus peores miedos combinados. Ace al sentirla temblar detrás de él sonrió divertido, mirándola de reojo esconder su rostro debajo de su sombrero.
──Parece que mi hermanito es un imán de problemas──. se burló el pelinegro, buscando la temblorosa mano de Eren sosteniendo su ropaje con fuerza para tomarla entre la suya, entrelazando sus dedos. Eren ni siquiera notó la acción, abrazándolo de su antebrazo──. Pavito, me vas a romper el brazo si sigues así.
──¡No me digas así!──. Eren gruñó entre dientes temblorosos, calmándose por completo cuándo Sanji y Zoro vencieron a la criatura.
──¡Ace! ¡Eren!──. Nami los llamó desde su lugar. Eren llevo su atención a la navegante, confundida por la expresión de terror que ella, Usopp, Chopper, Isuki y Vivi tenían mirando en su dirección.
──¡Cuidado!──. Vivi completó, provocando que Eren y Ace girarán sus cabezas detrás de ellos.
Otro de los enormes sandora detrás de ellos. Eren ahogó un grito detrás de Ace. El pelinegro con irritación se levantó de su lugar para enfrentar a la criatura, cubriendo con su cuerpo a la temblorosa rubia detrás de él.
──Que fastidio, estás asustando a mi compañera──. Ace habló mirando al sandora──. ¿Quieres jugar? Bueno, ya que no tengo opción... Bonita, hazte un poco para atrás.
Eren hizo caso en un rechistar, por primera vez en todo su viaje juntos, corriendo a refugiarse detrás de Chopper y Usopp junto con las otras tres chicas, observando a Ace derrotar al monstruo con tan solo una enorme llama, asándolo por completo.
──Ni de loca comeré eso──. Eren advirtió con anticipación. Aún así lo terminó comiendo.
Estando entre los Sombrero de Paja, Eren se dió cuenta de algo, su sueño más allá de la libertad era tener una vida de aventuras, pero con amigos. Con alguien a su lado que pudiera llamar compañero así como Ace la había llamado.
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