oo. ¡La niña sin memoria! ⦂ Miss Dagger.
O. Prólogo.
𓇼 🦚 🔥♡₊˚ 🕌・₊✧
📍 Dressrosa, Nuevo Mundo.
9 años atrás...
EL TERROR Y LA DESESPERANZA HABÍAN SACUDIDO al pacífico país de Dressrosa cuándo menos se lo esperaban, los cielos carmesí, el humo invadiendo cada rincón de la ciudad y los gritos de angustia era lo único que se podía divisar en dónde tan solo unas horas atrás el sol matutino había brillado con esperanza sobre el país.
Los cuerpos de personas inocentes caían como piezas de domino frente a la pequeña, una tras otra, mientras ella se abría paso por los enormes pasillos vacíos y desolados del Castillo, una mano sosteniendo la suya con firmeza guiándola a través de los agonizantes soldados que caían conforme ellas avanzaban. La niña miró a las personas en el suelo por encima de su hombro, sosteniendo con su mano libre el pequeño cachorro de pelaje negro temblando de miedo en su agarre.
La pequeña alzó sus ojos somnolientos en dirección a la mujer moviéndose frente a ella, sus cabellos alborotados por el rápido movimiento de sus pasos apresurados y silenciosos, cómo si no tuvieran sonido alguno, eso hizo a la niña fruncir el ceño; mirándole los pies a la mujer, el sonido que debían hacer completamente olvidado. ¿Era algún tipo de poder? ¿Quién era esa mujer?
Cabello rojizo carbonizado, un vestido de sirvienta en un tono rosa manchado de sangre y ceniza, un poco rasgado también. Su rostro estaba mirando fijamente en camino, atravesando paredes cómo si fueran una cortina de humo.
──¿A dónde vamos?──. exigió la pequeña siguiéndole el paso torpemente, el sonido del exterior lastimando sus orejas por los pedidos de ayuda y los llantos de temor siendo lo único que se escuchaba en aquella Isla──. ¿Quién eres? ¿Dónde está mi papá?
La mujer no respondió, en lugar, sus pasos se volvieron cada vez más desesperados, avanzando lo más rápido que podía entre la masacre desevolviéndose en sus alrededores. La pequeña comenzó a forcejear la mano que unía su mano con la desconocida provocando que la mujer se detuviera llevando sus ojos color ámbar hasta los de la pequeña, una expresión de preocupación y temor dibujadas en cada una de sus facciones.
──¡Quiero a mi papá! ¡Y a mi tía! ¡No quiero irme contigo, tarántula!──. la niña gritó una vez que reconoció de quién se trataba. La mujer soltó un suspiro, bailando sus ojos de un lado a otro para verificar que nadie estuviera viéndolas──. ¿No me oíste? ¡Llévame con mi papá!
──Silencio──. la calló de manera desesperada, manteniendo su agarre en su pequeña mano de una manera firme, sus ojos se expandieron con el mismo temor que se sentía en el aire──. Escúchame bien, Eren, si no quieres terminar cómo estas personas entonces me seguirás en silencio.
──¡No me compares con estas personas! ¡No soy igual que ellos!──. le reclamó de manera infantil y mimada, completamente ignorando la desgracia que se desarrollaba en las calles dónde estaba. Incluso el perro le ladró──. ¡No me iré contigo! ¡Le diré todo a mi papá y te castigará de nuevo!
La mujer iba a abrir su boca para responderle hasta que una figura detrás de ella, igual de silenciosa que la mujer, hizo presencia. Eren alzó su mirada pero algo en el hombre de sus memorias parecía estar envuelto en una neblina oscura sin poder permitirle reconocerlo, sus ojos cayeron en la espada con hoja ondeada detrás de su espalda. ¿Quién era ese hombre?
──Que bien que llegas, está colmando mi paciencia──. la mujer suspiró aliviada, dándole la espalda a la pequeña para mirar al hombre misterioso. Este soltó una risa nasal, mirando a Eren por encima del hombro de la mujer, a pesar de esa oscuridad cubriendo su rostro, Eren escuchó su risa nasal al verla.
──No me dijiste que se parecía tanto a él──. se burló el hombre avanzando silenciosamente hasta la pequeña, alzando una de sus manos y poniéndola sobre el sombrero rosa que adornaba su cabeza──. Calm.
Eren sintió ya haber escuchado eso antes y de alguna manera ya sabía de que se trataba. No podría hacer ningún sonido ahora, no importaba cuán fuerte gritará, ni un solo grito que salía de su garganta se podría escuchar. El hombre la cargó en su hombro ignorando las patadas que la niña lanzó, la mujer tomó el pequeño cachorro en sus brazos, caminando a paso apresurado detrás del hombre misterioso. Eren gritó todo el camino, mirando la escena de destrucción cada vez más lejos junto al Palacio de Dressrosa poco a poco desapareciendo de su vista, un sentimiento de tristeza golpeando en su pecho.
La masiva destrucción fue degradándose en la lejanía con cada paso hasta que quedó meramente en una mancha roja de sangre gritando por ser salvada. El hombre la pusó de nuevo en el suelo, caminando en dirección a un pequeño bote para terminar de empacar las pocas cosas que la mujer de cabellos pelirrojos logró sacar del Palacio antes de darse a la huida, Eren los miró a ambos confundida, llevando sus ojos nublados de lágrimas hasta el humaje proviniente del Reino detrás de ellos.
──¿Estás segura de lo que haces?──. el hombre murmuró secretivamente, pero gracias al silencio que los acompañaba no era difícil escucharlo. La mujer hizo un mohín con su boca, pareciendo escéptica por un momento hasta que asintió con determinación.
──Solamente no dejes que te toque sin sus guantes──. le advirtió, mirando de reojo a la pequeña y subiéndose al bote cuándo el hombre se lo pidió.
Eren se quedó estática sobre las piedras en la orilla de la playa, el basto mar azul esperándolos enmedio de tanta desesperanza. El hombre se acercó sigiloso pero seguro hasta ella, Eren miró sus ojos por primera vez, la abrumante oscuridad que le cubría el rostro aclarándose poco a poco, un ojo carmesí mirándola con curiosidad.
──Ey, sin tocar──. se burló el hombre, cargándola en contra de su voluntad encima de su hombro hasta llevarla al bote. Estando los tres arriba, el hombre tomó los remos restantes, Eren sintiendo su mirada burlona encima de ella mientras gritaba por ayuda, claramente sus gritos siendo vacíos──. Toda una peleadora, ¿eh? Eso lo sacó de ti.
La mujer rodó los ojos sin gracia, sus manos ocupadas con los remos mientras remaban hasta alejarse de la orilla. Eren siguió gritando y pataleando, sus lágrimas saliendo sin control para diversión de ambos extraños, estuvo así por un buen rato hasta que el mayor reto de su huida llegó frente a ellos: el Turikago, los filosos hilos que mantenían a Dressrosa en una esfera de muerte. Eren al verlos gritó con mayor intensidad, su garganta doliendo a pesar de que sus gritos no se escuchaban, el pequeño cachorro junto a ella comenzó a ahullar a la par. El hombre solamente soltó una risa nasal, compartiendo una mirada rápida con la pelirroja.
──Clear Through, Second──. habló la mujer, posicionando sus manos en dos puños boca arriba frente a su pecho. Eren miró con curiosidad cómo atravesaron los filosos hilos con facilidad, dejando atrás por completo la burbuja del terror.
──Recuerdáme, ¿Porque me estoy metiendo en un problema familiar?──. dijo el hombre de manera calmada, sus brazos remando, Eren llevó su mirada hasta él.
──Por tu amigo──. la mujer le respondió, sus facciones seguían endurecidas pero algo detrás de esa certeza había una cortesa de temor.
Eren bailó su curiosa mirada entre los dos hasta que un estruendoso movimiento provocó a los tres desestabilizar el equilibrio, el pequeño bote moviéndose de un lado a otro en el mar enfurecido. Una risa a la lejanía se escuchó, Eren miró el cielo vacío de estrellas, notando una sombra emplumada acercándose a gran velocidad contra ellos. Eren gritó, el silencio desgarrando su garganta, su cuerpo cayendo por la borda y hundiéndose cuál martillo en la profundidad.
──¡Lavender!──. la sombra tenebrosa gritó antes de partir en pedazos el bote antes de que Eren cayerá por la borda.
📍Whiskey Peak, Grand Line.
Actualidad.
Eren se levantó con un frenético latido de corazón, su respiración entrecortada y su mirada bailando por todo el lugar para verificar donde estaba. Una ola de calma la arrulló al ver que solamente fue una pesadilla, aún así, inconscientemente llevó las yemas de sus dedos a la única marca de su pasado que la ha acompañado por casi diez años; un rasguño lateral en la parte izquierda de su cuello, lo único de su pasado y era una cicatriz.
«Solamente fue un sueño», se repitió así misma llevando sus ojos ámbar hasta el coyote de pelaje negro durmiendo plácidamente cerca de la ventana de su cabaña, nunca estuviste ahí. Nada de eso pasó. Estás en Whiskey Peak en una misión. Contrólate.
Eren apenas tuvo tiempo suficiente para recuperar su postura cuándo abruptamente la puerta de madera de su habitación se abrió, anunciando la llegada de Mr. 8, su cabello perfectamente hecho rulos y su traje formal apareciendo en el campo de visión de la rubia. Eren se levantó de su cama enseguida, al mismo tiempo que su mascota abrió sus ojos, posicionándose frente a su dueña como protección, sus ojos rojizos brillando con alerta mirando al enorme hombre frente a los dos.
──¡Señorita Dagger, todo está listo justo como nos lo pidió! La la laaa──. Mr 8 informó, aclarando su garganta dramáticamente y dándole una leve mirada al perro gruñón──. Todos se encuentran en sus puestos para la siguiente orden. Los Sombrero de Paja acaban de llegar.
Eren asintió suavemente con aprobación, dándole la espalda para tomar sus abanicos de dagas sobre la mesita de noche a un lado de su cama, guardando su den den mushi debajo de su saco de plumas. La rubia se giró de nuevo, haciéndole una seña a su mascota para que la siguiera.
──La siguiente orden es sencilla──. dijo con aburrimiento, bostezando antes de poder contestar. Sus ojos ámbar brillaron con determinación, una sonrisa ladina bailando en sus delicadas facciones──. Maten a todos los Sombreros de Paja... pero déjenme a Roronoa Zoro.
Mr 8 asintió con su cabeza, mirándola inexpresivo, parado detrás de ella cuál estatua.
──¿No asistirá al banquete?
Eren negó, colocando sus guantes de cuero en ambas manos──. No me gustan los juegos previos, cuándo todos estén inconscientes ya saben que hacer.
Sin nada más que decir, Eren salió de la cabaña, caminando en la soledad de la Isla pero escuchando a la perfección los estruendos de la falsa celebración que acogía a la tripulación de los Sombreros de Paja. Tenía una deuda pendiente cuándo sin éxito se enfrentó a Roronoa Zoro semanas atrás en el West Blue, abortando misión cuándo el antiguo jefe de Los Barrocos; Mr 7 murió en manos del espadachín, nunca le había gustado huir de una pelea pero en esa ocasión no tuvo otra opción. Pero ahora, siendo la nueva jefa y estando en su tablero, Roronoa Zoro no tendría ninguna oportunidad.
Solamente uno de los dos saldría con vida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro