oiv. ¡Alianza Peligrosa! ⦂ Eren y los Sombrero de Paja.
OIV. Capítulo Cuatro, Saga Alabasta.
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NO ERA LA PRIMERA VEZ QUE EREN TENÍA UN ENCUENTRO con el Capitán Smoker. En el pasado tuvo un encuentro de lo menos amistoso con él cuándo aún era un cadete cualquiera, junto con la que ahora tiene tras de ella desde que la memoria le alcanza, la Comandante Hina que también solamente era una cadete más cuando tuvo su primer encuentro con Eren hace años en el Archipiélago que dejó de existir tras una Call Buster. Gracias a ella.
Eren no necesitaba más problemas de los necesarios. Tener a Smoker envuelto ahora con ellos era lo menos que quería, la Marina estaba tras de ella desde hace 9 años y su racha de buena suerte hasta esos momentos era agradable. No la echaría a perder, tampoco su misión. ¿Cómo se deshacía de él?
Eren maldijo en un susurro, manteniéndose de espaldas durante el encuentro. No le convenía tener a un Capitán de la Marina en sus asuntos, y tampoco lo dejaría llevarse el crédito de capturar a Ace. Ese era trabajo suyo. No desperdiciaría su boleto de libertad tan fácilmente.
──¿Que hace en este país un pirata tan famoso e importante?──. Smoker preguntó, dando otro paso dentro del restaurante, su mirada cayendo en la rubia de espaldas──. ¿Y en compañía de una criminal buscada?
Ace miró de reojo a la rubia, compartiendo miradas con ella en silencio antes de llevar su atención al Marine.
──Estoy buscando a mi hermano menor──. dijo despreocupado girándose en su asiento con ambos codos recostados de la barra──. Y en medio de una cita hasta que apareciste.
Eren le dió una mirada rápida. Una que decía te voy a matar después de esto.
──No sabía que una cazarrecompensas y un pirata podían llevarse bien.
Ace sonrió con picardía──. Ya sabes lo que dicen. El amor lo puede todo... ¿Y bien? ¿Que deberíamos hacer?
──Obviamente dejarte capturar.
──Denegado. Lo lamento, pero no.
Eren se mantenía en silencio aún dándole la espalda al Marine, estaba muy cerca y seguramente había traído a todo su batallón con él. Escuchando de lejos la conversación entre Ace y Smoker, Eren escuchó el grito de alguien desde lejos, sintiendo una presencia conocida acercándose a ellos a una rápida velocidad pero antes de que pudiera girarse para ver el estruendoso ruido de cuerpos chocando a un lado suyo la distrajo. Observando a Ace, Smoker y Sombrero de Paja estrellarse en la barra, creando un enorme agujero en las paredes del restaurante.
Eren se quedó perpleja y confundida en su lugar. La conmoción del choque haciendo que las personas se acercarán a la zona afectada con temor, temiendo por la vida del idiota que causó el estruendo. Monkey D. Luffy salió de los escombros limpiándose su ropa con cuidado, recogiendo su sombrero del suelo y verificando que estuviera intacto. Sus ojos oscuros cayeron en las personas observándolo, llevando sus ojos color chocolate hasta la rubia mirándolo con sus ojos bien abiertos.
──¿Ya nos hemos visto antes?──. Luffy preguntó ladeando su cabeza, sonando sus chanclas en el suelo conforme caminaba hasta la barra para tomar asiento. Eren permaneció en silencio, alzando una de sus rubias cejas──. ¡Oi, eres la que le cortó la cara a Zoro!
Eren gruñó en lo bajo ante la mención del cazador de piratas──. No le corté toda la cara, lamentablemente.
El sonido de unos gruñidos de frustración proviniendo del enorme agujero llamaron la atención de Eren, observando a Ace acercándose con su cuerpo lleno de escombros.
──¡Me humillaron frente a mi cita!──. se quejó Ace entre los escombros, recogiendo su sombrero del suelo y levantándose de dónde estaba, avanzando entre los agujeros en la pared rumbo al restaurante──. ¿Quién es el culpable de todo esto? ¿Quién diablos hizo esta locura? Le daré su merecido.
Eren miró por encima del hombro de Sombrero de Paja, dejó unas monedas sobre el mostrador dispuesta a irse hasta que la presencia de alguien hizo a las pocas personas en el restaurante y al mismo Chef salir corriendo fuera del establecimiento. Eren miró de reojo a la persona, rodando los ojos al ver a Ace buscando con su mirada al culpable de la situación.
Su semblante cambió de irritación a completa sorpresa, sus ojos puestos en el moreno comiendo en el mostrador sin ninguna pista de preocupación.
──¡Oye, Luf-
Eren reprimió una carcajada observando a Smoker tumbar al suelo a Ace antes de que pudiera terminar su oración, dejando al pirata tirado en los escombros boca abajo.
──¡Sombrero de Paja!
Eren pasó por un costado del Capitán, aprovechando que toda su atención estaba en Sombrero de Paja para hacer de las suyas y escapar antes de que la situación escalará a otro nivel. Eren detuvo sus pasos frente a Ace, aún boca abajo y gruñendo en lo bajo.
──¿Me vas a ayudar o seguirás mirando?
Eren sonrió con malicia, aunque por su posición, Ace no podía verla──. Voy a seguir mirando.
Ace se levantó rápidamente del suelo, con una expresión de irritamiento ante la mirada burlona de Eren sobre él, el pelinegro la tomó de la muñeca en un parpadeo arrastrándola con él fuera del restaurante gritando en dirección a donde Monkey D. Luffy salió corriendo siendo perseguido por Smoker.
Eren le siguió el paso torpemente hasta zafarse para darle un golpe en la cabeza. Ace se quejó en lo bajo, tallándose el lugar afectado y girando su cuerpo para observar con confusión a la rubia.
──¿Y eso porqué fue?
──¡Deja de tratarme como si fuéramos amigos!──. se quejó la rubia, sacando las armas debajo de su abrigo de plumas en forma de amenaza. Ace soltó un suspiro al verlas cruzándose de brazos.
──¿Quieres pelear? Tengo que seguir a Luffy.
Eren no le respondió, en su lugar, asestó un golpe con una patada en el estómago del pelinegro mandándolo contra uno de los puestos del mercado que transitaban. Ace se levantó enseguida, mirándola incrédulo.
──Esta vez si te hice enojar──. murmuró, quejándose del golpe desprevenido y saliendo de los escombros que creo──. ¿Por qué no usas tus poderes y nos ahorramos el destrozo innecesario?
Eren arqueó una de sus cejas, sosteniendo los abanicos sin aflojar su agarre pero retrocediendo suavemente cuándo Ace comenzó a caminar hasta ella con determinación, agarrando una de sus muñecas y quitándole ambos guantes que protegían a los demás de sus poderes en un abrir y cerrar de ojos. Eren retrocedió antes de hacer contacto con él.
──¿Qué? ¿No usarás tus poderes para ganar la pelea? Sabes que tus abanicos no me hacen daño──. Ace habló frente a ella, acorralándola hasta tocar con pared en uno de los callejones solitarios──. Quieres pelear conmigo desde que nos vimos. ¿Por qué no lo haces?
──Estas siendo un fastidio.
Eren tragó en seco al observarlo tomar su mano y colocarla en su pecho, sabía claramente cómo servían sus poderes, un comando de ella y él lo haría sin oponerse. Eren podía hacer que la obedeciera, la misión terminaría más pronto y ella no tendría que seguirlo a ninguna parte. Pero no podía hacer eso, una parte de ella le reclamaba su decisión de entregarlo.
──Te voy a cortar la garganta para ver si te callas──. Eren alejó su mano bruscamente, haciendo sonreír a Ace.
──Te ves hermosa enojada──. Ace comentó sin flaquear la sonrisa coqueta en su rostro, aprovechando el momento para sacar las esposas de piedra marina que llevaba con él en casos de emergencia. Usando los guantes de Eren tomó las esposas, poniéndolas sobre las muñecas de la rubia antes de que ella se diera cuenta──. Lo lamento, Eren, pero no voy a dejar que me lastimes hasta que encuentre a mi hermano.
Ace hizo oídos sordos a los quejidos y amenazas de muerte de la rubia detrás de él, las esposas estaban atadas a su cinturón, por lo que Eren permanecía a su lado sin ninguna escapatoria.
──¿Por qué te importa tanto encontrar a Sombrero de Paja? ¿Vas a enfrentarlo?
Eso provocó una risa por parte del pelinegro a lado de ella, ambos caminando con libertad por las calles de la Isla sin importarles que la Marina estaba en el perímetro. Después de unos minutos, Eren se había dejado de quejar y parecía estar aceptando su estado actual: esposada a Ace.
──Ah, porque él es mi hermano.
Eren abrió los ojos con sorpresa, sin poder evitar un sonido de ingenuidad dejar sus labios──. ¡¿Sombrero de Paja es tu hermano?!
Ace asintió despreocupado, mirándola sobre su hombro y dándole una sonrisa burlona──. ¿No se supone que sabes todo sobre mí, Eren?
Eren rodó los ojos con impaciencia──. No me llames así en público.
──¿Entonces te llamo así en privado?──. Ace murmuró en voz baja, guiñándole uno de sus ojos. La rubia se ruborizó, apartando la mirada con un gruñido──. De lo que quieras hablar conmigo, Miss Dagger, tendrá que esperar hasta que me deshaga de Smoker ¿sí?
Eren alzó sus hombros con desinterés, eso bastando cómo respuesta para el joven pirata. Ace quitó lo que unía a las esposas con su cinturón, guiñándole el ojo a Eren antes de salir corriendo. En un rápido movimiento Ace se interpuso entre la pelea de Smoker y Sombrero de Paja, bloqueando con ayuda de sus llamas el ataque del Marine, Eren se quedó a unos pasos detrás de él, mirando de reojo a toda la tripulación de Sombrero de Paja, más la Princesa Vivi, a tan solo unos pasos lejos de ella.
Pero mira que coincidencia, Eren pensó con diversión, su mirada puesta en la antigua "Barroco" de la que siempre sospecho. Que linda reunión.
Absorta en sus pensamientos apenas pudo registrar las palabras del pelinegro frente a ella, aún dándole la espalda en un intento vago de cubrirla, Smoker y un batallón de Marine rodeándolos. ¿Por qué siempre terminaba en situaciones parecidas? ¿Por qué nunca tenía la suerte de hacer un trabajo sencillo?
──¡Vete con ellos!──. Ace le gritó, volviéndose llamas para atacar a Smoker antes de que pudiera llegar a dónde Luffy se encontraba.
──¿Con los Sombrero de Paja?──. Eren preguntó incrédula, mirando a la mencionada tripulación comenzar a huir de la escena──. ¡Estás loco!
Eren comenzó a correr a pesar de sus objeciones, los Sombrero de Paja ya tenían la delantera y sabía que era una idea estupida seguirlos. La rubia corrió por el basto lugar hasta que una pelinegra de cabellos cortos le cortó el paso, desenfundando su katana en busca de pelea. La había visto antes... ¿era la compañera de Smoker? ¿Que demonios hacía queriendo pelear con ella?
──¿Y tu que demonios quieres?──. Eren gritó esquivando uno de los primeros golpes de la pelinegra torpemente.
La rubia dejó de correr, deteniendo sus pasos frente a la pelinegra para enfrentarla en la pelea. La pelinegra se impulsó de la arena debajo de ella para correr en dirección a la cazarrecompensas, alzando en lo alto a su katana.
──¡Tú eres Peacock!──. le respondió, asestando otro golpe que Eren de nuevo esquivó con torpeza gracias a las esposas estorbando en su camino──. Te entregaré al jefe yo misma.
Eren le sonrió de manera burlona, usando las esposas para bloquear la filosa hoja de la katana antes de que la cortará. Tashigi ahogó un sonido de frustración cuando Eren usó su pie entaconado para pegarle en el estómago, la pelinegra cayó en la arena pero antes de que Eren arrebatará contra ella esquivó el golpe rodando a un costado y levantándose de inmediato, cortando con éxito el brazo izquierdo de la distraída rubia. Eren ladeó su cabeza con asombro, no esperaba mucha pelea de la enlentada cadete pero le había callado la boca.
──No sabía qu había cadetes tan lindas hoy en día──. Eren se burló, aprovechando el momento de frustración de Tashigi para patear sus lentes sin tocarle la cara──. No estás siendo demasiado justa, lentitos. ¿Peleas a menudo con gente esposada?
Tashigi cayó de rodillas al suelo buscando sus lentes, maldiciendo en lo bajo por haber estado distraída. Eren se hincó en una rodilla frente a ella, sosteniendo los lentes en una de sus manos y colocándolos en su lugar. Tashigi la miró con una expresión de frustración, sus mejillas sonrojadas y una mueca de confusión formándose poco a poco en sus facciones.
──Por más que me gustaría quedarme aquí contigo, lentitos, tengo que irme.
Eren le guiñó uno de sus ojos, levantándose del suelo arenoso para salir corriendo en la misma dirección que Sombrero de Paja tomó. Eren corrió siendo perseguida por los infantes de la Marina hasta que los perdió dentro de la ciudad, al mismo tiempo perdiendo cualquier rastro de Ace o los Sombrero de Paja.
──Ay, esto es muy raro. ¿Por qué me habré quedado solo? ¿A dónde habrán ido todos?──. escuchó una voz conocida cerca de ella. La rubia siguió el sonido de la voz hasta llegar a un callejón solitario en medio de la nada, observando al capitán de los Sombrero de Paja sentado encima de un barril con los brazos cruzados──. ¡Chica pavo! ¿También te perdiste?
Eren hizo una mueca ante el apodo. ¿Chica pavo? ¿Por su tatuaje? Eren llevó inconsciente su mirada al tatuaje de pavo real en su brazo derecho por unos segundos para después mirar al pirata sonriente a unos pasos de ella.
──No me digas así──. bramó la rubia a la defensiva provocando un mohín infantil por parte del moreno de rulos mirándola de la distancia──. ¿Sabes dónde está tu hermano?
Luffy ladeó la cabeza──. ¿Mi hermano? Ah, hablas de Ace. Se quedó peleando a humitos ¿no viste?
Eren asintió observando la pelea que se desarrollaba a la distancia. Únicamente el fuego y el humo peleando sin cesar en los cielos.
──¿Por qué? ¿Acaso eres su novia?──. Luffy canturreó alzando sus cejas a la par y levantándose del barril con un salto para ver la pelea. Eren hizo una mueca de disgusto.
──¡Claro que no soy su novia!
Eren se dió una patada mental. No podía rebajarse a pelear con alguien idiota cómo Sombrero de Paja, menos por algo tan tonto. Debía pensar una manera de encontrar la llave de sus esposas para usar su poder en Ace y hacer más rápida la misión de entregarlo a Barbanegra. Cualquier pizca de empatía que llegó a sentir por puño de fuego, se acabó en el momento en que la esposó.
Maldito chico carne, pensó la rubia mirando de reojo a Luffy junto a ella, ¿Quien se cree que es?
──Oi, ¿Por qué estas esposada?──. Luffy le preguntó con su cabeza ladeada a un costado, sus ojos oscuros brillando con curiosidad observando las esposas de piedra marina.
Los dos se miraron antes de que Eren pudiera hablar pero la sombra de alguien acercándose por el tejado del edificio a un costado de ellos hizo que la rubia decidiera ignorar la pregunta.
──Son increíbles... ¿Para qué pelee con los de la Marina si no escapaste?──. Luffy giró su cabeza a todos lados al escuchar la voz de Ace, Eren bufó tomando al pirata de su sombrero para hacerlo mirar arriba──. ¡Hola!
──¡Ace!
──Ay, niño. Cuánto tiempo, hermanito.
Luffy le sonrió, vagando su mirada entre la rubia apática y su hermano──. Lo mismo digo. ¿Ahora tienes prisionera?
Ace soltó una carcajada, caminando hasta el barril vacío y colocando su mano encima para medir fuerzas con el menor. Luffy lo siguió imitando el gesto y riéndose ante la expresión amargada de Eren, quién decidió verlos a la distancia.
──No es mi prisionera, es mi novia──. le murmuró el pelinegro, Luffy soltó una risa mirando de reojo a la distraída cazarrecompensas──. Nada más que todavía no lo sabe. No le digas nada.
Luffy soltó una carcajada burlona──. ¿Cuánto tiempo ha pasado?
──Ni idea, hermano. Parece que sigues yendo a tu propio ritmo, igual que cuándo eras un mocoso.
Eren los dejó ponerse al día compartiendo tontas anécdotas de pequeños hasta que escuchó el barril rompiéndose, el agua mojando sus botas.
──¡Oi, Eren!
──Ya te dije que no me digas así en público.
Ace rodó los ojos con diversión, dándole un sorbo de agua a la botella en sus manos, observando a la rubia acercándose a ambos con sus manos esposadas cruzadas en su pecho.
──¿Por que no quieres que te llame así? ¿Te avergüenza tu nombre o prefieres 'chica pavo'?
──¡¿Por qué demonios iba a preferir chica pavo antes que mi nombre?!
Ace soltó una carcajada, compartiendo de su agua con la rubia.
──Oigan... ¿Que hacen en este país?
Ace alzó una de sus cejas──¿No recibiste el mensaje que te dejé en el Reino Drum?
──¿En Drum?
──No era importante. Estoy en estos mares por unos asuntos irrelevantes y creí que sería buena idea buscarte.
¿Irrelevantes? ¿Encontrar a Barbanegra era irrelevante para él? Eren le dió un último sorbo a la botella, dándosela de nuevo al pirata.
──¿Irrelevantes?
──Ahora pertenezco a la tripulación de Barbablanca──. Ace le lanzó la botella a Luffy──. Esta es la marca de su tripulación. Es mi orgullo. Oigan, ¿Quieren unirse a la tripulación de Barbablanca? Luffy, puedes traer a tus compañeros también.
Luffy hizo una mueca──. No quiero.
──Prefiero comerme un cactus.
Ace soltó una carcajada──. Ya sabía pero quería preguntarles. Barbablanca es el mejor pirata que conozco y quiero ayudarlo a convertirse en el rey de los piratas. Así que, no serás tú Luffy.
──Eso crees, en ese caso tendremos que pelear. Ace, yo seré el rey de los piratas.
Eren carraspeó su garganta interrumpiendo cuándo ambos comenzaron a pelear por la botella del agua.
──¿Ya me dirán la verdad?──. Luffy habló conforme los tres avanzaban fuera del callejón, Eren enmedio de los dos en cuánto Ace volvió a encadenarla a su cinturón──. ¿Si es tu prisionera?
──Digamos que sí.
Eren lo miró enfurecida, aprovechando la cercanía entre los dos para pegarle con el codo en las costillas.
──Digamos que voy a matar a tu hermano cuándo me quite las esposas.
Luffy solamente soltó una risa burlona. La rubia caminó en silencio lo que restó del viaje, preguntándose en que dirección Cerbero podía estar. Desde que siguió a Ace al restaurante, su compañero canino desapareció por completo, solía hacerlo a menudo cuándo se aburría y buscaba cosas que hacer. Quizá estaba cerca, si lo estaba, Cerbero podría ayudarla a escapar. Eren escuchó sonidos por encima de los tejados, dejando de escuchar la conversación de los hermanos para agudizar su atención en sus alrededores. Los Millones estaban ahí, que oportunos.
──¡Alto ahí Puño de Fuego! Están rodeados, no tienen escapatoria──. dijo uno de los cazarrecompensas, bloqueando el camino de los tres a la distancia mientras los demás rodeaban el perímetro──. ¿Jefecita Miss Dagger? ¿La tienen cautiva? ¡No tema! ¡La rescataremos!
Idiotas mejor huyan ahora que pueden, pensó la rubia. Al menos serían oportunos si en realidad la ayudaban, pero con la fuerza de Ace y Luffy, ella lo dudaba.
──Ace Puño de Fuego, tu cabeza es mía. ¡Prepárate! Tu mala suerte termina aquí.
──¿Ese no es Luffy Sombrero de Paja? ¡Su recompensa es de 30 millones de berries! ¿Que hace la jefa con ellos dos?
──Idiotas──. Eren habló, atrayendo la atención de los cazarrecompensas──. Es mejor que se vayan antes de que salgan lastimados.
──¡La tienen amenazada! No se preocupe, Miss Dagger, la rescataremos de esos piratas.
Eren rodó los ojos. Algunas veces se preguntaba porque estaba rodeada de idiotas.
──En fin, vayamos hacía la orilla──. Ace le restó importancia a la situación, comenzando a caminar junto a Eren y Luffy rodeando al hombre──. Ahí debe estar tu barco.
──¡Desgraciados! ¡No se llevarán a Miss Dagger! ¡Atrápenlos! ¡Tras ellos!
Ace miró de reojo a los hombres acercándose, quitando la cadena que lo unía con las esposas de Eren.
──Quédate donde no te lastimen──. la guió de sus hombros hasta una esquina, guiñando uno de sus ojos antes de darse la vuelta para comenzar a pelear con los cazarrecompensas en compañía de Luffy.
La pelea no duró demasiado, cómo Eren ya lo tenía previsto. Ace se acercó de nuevo a ella cuándo la pelea terminó, tomándola de las esposas para engancharla a él nuevamente y empezar a caminar lejos de los cazarrecompensas restantes.
──No van a rendirse tan fácil──. Eren comentó, escuchando los pasos de los restantes corriendo detrás de ellos mientras avanzaban rumbo a la orilla de la playa──. Y menos si piensan que me secuestraron.
──Qué insistentes son──. se quejó el pelinegro mirando al puñado de hombres armados avanzando rumbo a ellos──. Oye, Luffy, adelántante, nosotros.... ya se fue.
La rubia se recostó de la pared de piedra detrás de ella, señalando con su barbilla a los hombres corriendo en dirección de ambos.
──Si quieres tenerme secuestrada es mejor que termines con ellos o serán un dolor en tu trasero──. Eren bromeó amargamente, cruzándose de brazos lo mejor que las esposas le permitieron.
──No pienso dejar que te vayas tan fácil, Peacock──. Ace le respondió con esa sonrisa de autosuficiencia que tanto practicaba──. Busca el barco en el que vine y esperame ahí, no debe estar lejos de esta playa. ¡No me extrañes mucho!
Estúpido, chico carne. Eren bajó las escaleras escuchando el sonido de los quejidos de los hombres mientras Ace peleaba contra ellos, bajó hasta la playa de arena desértica sentándose en el pequeño barco, esperando a que su dueño regresará. A los pocos minutos, un sonriente Ace bajó las escaleras rápidamente, llegando frente a ella sin ningún rasguño.
──¿No pensarás decirme que es lo que planeas conmigo esposada?──. Eren preguntó al verlo subirse en el barco, empujando hasta llegar a la marea y alzar la pequeña vela que comenzó a moverlos sobre las olas con rapidez.
──Lo descubrirás en el camino──. le restó importancia, manteniendo su mirada puesta en el barco de los Sombrero de Paja a la lejanía──. Estoy aquí por una misión y recordé que estabas cerca, no pensé que fueras a buscarme pero tenía la intención de toparme contigo si estabas por aquí.
Una misión. Por fin lo admitía. ¿Le confesaría que estaba buscando a Barbanegra? ¿O tendría que hacerlo confiar en ella para apresurar su propósito?
──Yo también estoy en una misión aquí. Verte fue solamente una coincidencia──. Eren le respondió alzando su mirada para mantener contacto visual con el intrigado pirata──. Y de hecho, quizá nuestro objetivo es el mismo.
Ace arqueó una de sus pobladas cejas──. ¿En serio? Déjame adivinar, tu jefe también tiene los mismos problemas que el mío con el mismo pirsta problemático.
Eren asintió. Recargó su mano sobre su barbilla──. ¿Buscas a Marshall D. Teach, no es así? ¿O cómo es que le llaman ahora? ¿Barbanegra?
Ace abrió sus ojos con sorpresa, cayendo completamente en la trampa. Eren odiaba mentir, pero desde pequeña se volvió una maestra haciéndolo, y al estar tan cerca de su sueño no podía tentarse el corazón. Ni siquiera por Ace.
──Recibí un reporte sobre un cazarrecompensas atrapando a Teach en Alabasta──. Ace le informó, eso ella no lo sabía pero ahora que le estaba confiando información tendría que seguirle el juego──. ¿Sabes algo sobre esto? Al parecer eres la nueva jefa, supongo que sabes algo.
──Suena falso. Ninguno de los cazarrecompensas aquí es tan bueno cómo para atrapar a Barbanegra.
Ace asintió ante sus palabras, su mirada en el mar, dl barco de los Sombrero de Paja cada vez más cerca. Un silencio cómodo se formó entre ambos, el único sonido siendo el de las olas chocando salvajamente contra el pequeño barco, hasta que Ace soltó una risita nostálgica.
──Nosotros hacemos un buen equipo trabajando juntos ¿recuerdas? ¿Cómo derrotamos al hombre gárgola y a los subordinados del Monstruo Rojo en Wano?──. Ace soltó otra risa, buscando con su mirada la de Eren. Ella asintió pensativa, casi conflictiva de que fuera verdad.
📍Villa Amigasa, Wano.
2 años atrás...
Eren pocas veces se sentía tan cómoda con alguien apenas conociéndolo. La vida a través de sus 21 años solamente le habían enseñado a no confiar en cualquiera, mucho menos siendo una criminal buscada desde su adolescencia. Pero había algo en Ace que le resultaba demasiado familiar, cómo si ya se conocieran desde antes, aunque su aura era la responsable de que se sintiera tan tranquila en compañía suya.
Ace tenía un aura que muy pocas personas con las que Eren se había cruzado tenían. Su poder básicamente es lo que hacía, manipular el aura de las personas, la voluntad, la energía de cada ser vivo que la rodeaba. Muy aparte de estar hecho de fuego, Ace era cálido, tanto que era difícil no sentirse atraída a él. Durante los días que habían estado pasando juntos en Wano, mientras cada uno seguía sus respectivas misiones, Eren descubrió al verdadero hombre.
Un hombre al que el mundo lo ve con miedo, alguien que debería ser capturado para responder por sus crímenes de piratería, pero que la hacía reír más que nadie. Que la hacía sonreír, llenándola con una cálida sensación que jamás sintió antes. Pero esa seguridad que sentía estando alrededor de él estaba por acabar, al igual que su tiempo en Wano, ya tenía toda la información que necesitaba y esa misma madrugada partía de Wano para regresar a Rain Dinners en Alabasta y olvidarse de que algún día lo conoció.
──No se supone que lo hagas de esa manera──. Eren se quejó al observar cómo el pirata trataba de encender el fuego sin ayuda de sus poderes y solamente con rocas──. ¡Usa tus poderes! Me estoy muriendo de frío.
──Sabes que solamente tienes que pedirme y te calentaré el tiempo que necesites, linda──. Ace comentó con encanto, usando uno de sus dedos para encender la fogata frente a él.
Eren rodó los ojos, sintiendo sus mejillas arder por el tonto comentario. No era nada nuevo que Ace coqueteará con ella, al pasar de los días se dió cuenta que no era algo exclusivo, el pirata realmente coqueteaba con cualquier persona en su camino.
──Ustedes los piratas si que tienen una lengua encantadora──. Eren bufó con disgusto, abriendo la canasta llena de comida para que ambos disfrutarán de lo que sería su última cena──. Tal vez es por eso que no me agradan.
──No todos los piratas son malos──. el pirata comentó, usando su dedo para encender las llamas de la fogata.
──Eso ya lo sé. Pero a mí nunca me han importado si las personas son buenas o malas, solamente las que sobreviven──. Eren respondió entre dientes──. Esas son las personas que realmente merecen vivir.
Ace alzó una de sus cejas con intriga, dándole otro sorbo a la botella de sake en su mano y girándose para mirarla──. ¿De dónde aprendiste eso?
──Solamente lo sé. Alguien que conozco debió decírmelo hace mucho. «En el mundo no existen personas buenas o malas, solamente sobrevivientes»──. Eren se quedó pensativa ante la propia frase, sin saber realmente de dónde la había escuchado antes pero sintiendo una melancolía extraña abrigarla de repente. Sintiendo la mirada del curioso pirata, alzó sus ojos ámbar, dándole otro mordizco al pedazo de carne que sostenía──. ¿Qué? ¿Nunca has visto a una mujer comer carne?
──Nunca a una tan fina──. Ace dijo, una sonrisa en su rostro mientras la miraba con curiosidad. La repentina atención del pirata sobre ella la frustró, haciéndola apartar la mirada para ver a Cerbero durmiendo cerca del fuego──. Mucho menos comer tanto, para ser tan sofisticada aún no entiendo cómo terminaste de cazarrecompensas.
Eren se quedó callada ignorando el comentario. Ace sin embargo, no se quedaría callado y mucho menos con dudas en su cabeza antes de irse a dormir.
──¿Puedo hacerte unas preguntas y no te enojas?
Eren rodó los ojos, tomando la botella de sake de la mano del pirata para darle un largo sorbo──. ¿Acaso eres del Gobierno para hacerme un interrogatorio?
──Solamente en los mejores sueños de mi abuelo soy de la Marina──. bromeó el pelinegro, acostándose en el tronco detrás de él pero sin apartarle la mirada, manteniendo su cabeza alzada para verla mientras hablaba──. ¿Por qué te volviste una cazarrecompensas?
──Es lo único que he visto y lo único que sé hacer──. respondió con simpleza, evitando profundizarse más en sus palabras. Ace asintió suavemente, insatisfecho con la pobre respuesta pero decidió avanzar──. ¿Por qué te hiciste un pirata?
──¿A eso quieres jugar?──. Ace soltó una risa burlona──. ¿Yo haré una pregunta y tú me harás otra?
──No doy información si no recibo nada a cambio──. la rubia dictó descansando su brazo sobre su rodilla para ver al pirata acostado──. Te tengo una mejor, chico carne. ¿Por qué te interesa tanto conocerme?
Ace sonrió, cómo si hubiera estado esperando esa pregunta durante toda la tarde. El pelinegro alzó su mirada al cielo estrellado, recostando su cabeza en sus brazos mientras pensaba la respuesta. Eren se quedó en silencio, sus ojos permaneciendo sobre el pelinegro en todo momento, viéndolo realmente por primera vez en todo el trayecto que tenían juntos. ¿Por que seguía con él? Estaba claro que ambos tenían diferentes razones de su estancia en Wano, sus caminos eran diferentes al igual que ellos. ¿Que es lo que tenía ese pirata que la hacía querer seguir sabiendo de él? Era un sentimiento frustrante, desconocido, extraño. ¿Por qué de repente tenía tanta curiosidad?
Sus ojos mantuvieron su trayectoria en el pelinegro. ¿Siempre había sido así de atractivo? ¿O era el alcohol en su sistema haciéndola ver cosas? Era guapo, eso lo notó desde el primer momento, al menos para ser un pirata no estaba tan mal. Tampoco era cómo cualquier pirata que conoció, Ace era extraño, salvaje, imprudente. Pero de una manera encantadora que le daba ganas a Eren de arrojarse al fuego ella misma, pero eso es lo que él era después de todo.
«¿Por qué se me hace atractivo este idiota?» pensó, apartando la mirada al ver la sonrisa satisfactoria en Ace al notarla mirándolo fijamente.
──Eres interesante, Eren──. Ace le respondió luego de minutos en silencio, sus ojos oscuros buscaron los atentos orbes ámbar de la callada rubia──. Me he topado con pocas personas cómo tú.
Eren bufó, dándole otro sorbo a la botella──. ¿Arrogantes? ¿Incompletas?
──Intoxicantes──. corrigió, sentándose derecho para poder verla a los ojos. Eren abrió sus ojos con leve sorpresa, sintiendo el roce suave de los dedos de Ace sobre sus manos quitándole la botella para darle un trago, ese pequeño toque enviando shocks de electricidad en su cuerpo──. Eres un misterio, y probablemente debí alejarme desde que nos conocimos pero... no lo sé, sentí curiosidad de conocerte.
Eren parpadeó un par de veces. No recordaba la última vez que alguien estuviera interesado en ella, mucho menos en conocerla, aunque su tacto con el mundo era casi inexistente. Viviendo bajo la tutela de Sir Crocodile nunca tuvo la elección de poder hacer algo que ella quisiera, más allá de los propios gustos de su mentor, ella realmente conocía poco.
A Eren le estaba empezando a gustar la manera en que Ace la veía. La hacía sentir cómo una persona normal, cómo alguien con decisiones y sueños, no un peón en un tablero. Que nadie se comparaba a ella. Ni siquiera tenía que decir algo, pero podía verlo en sus ojos desde que se cruzaron por primera vez, podía leerlo en su mente.
¿Así se sentía estar atraído hacía alguien?
──¿Te gusta bailar?──. Ace rompió el silencio, mirándola con curiosidad por la repentina falta de palabras. Eren parpadeó un par de veces, recuperando el hilo de la conversación.
──No.
Ace hizo una mueca ladeando su cabeza y apartando su mirada para observar el fuego, sonriendo cuando sus ojos se encontraron con el lobo durmiendo plácidamente cerca de él. Era un avance, al menos así dormido no quería arrancarle una pierna.
──Pero pregúntame si quieres──. Eren urgió, atrayendo de nuevo la atención y la mirada confundida del pirata. Ace le sonrió, levantándose de la arena y caminando hasta llegar frente a ella.
──¿Quieres bailar conmigo?
Ni siquiera había música pero eso no parecía importarle a ninguno de los dos. Eren asintió insegura, tomando con duda la mano extendida del pirata y levantándose del suelo con su ayuda. Ace la guío poniendo ambas de sus manos sobre su cuello mientras él, sonriendo como el idiota que era, colocó las suyas sobre su cintura acercándola.
Demasiado. Las únicas veces que Eren había estado así de cerca con alguien era para matar. Y viendo esa sonrisa burlona en el rostro del pirata es justo lo que quería hacer en esos momentos.
──¿Nunca has bailado con nadie?
──No somos iguales, Ace. No voy en bares coqueteando con todos y pasando la noche con el que se me cruce enfrente──. dijo de mala gana, Ace soltó una carcajada que gracias a la cercanía la sacudió junto con él.
──Tranquila, es solo que me sorprende. ¿No vienes de una familia de nobles o algo así? Esos hacen bailes seguido.
──No sabría decirte──. murmuró, sus ojos ámbar mirando los pasos que ambos daban, siguiendo un ritmo imaginario, guiados por el sonido de las olas del mar pegando contra las rocas de la orilla──. Si fuera noble... ¿no crees que no estaría aquí? No creo que personas refinadas me hayan dejado a mi suerte en el mar, debí ser hija de pescadores.
──O de piratas──. Eren hizo una mueca ante el comentario, Ace alzó sus cejas con diversión──. ¿Qué hay de eso de que no existen personas buenas o malas? Quienes fueran tus padres, no importa si son nobles, piratas o asesinos, te dejaron sola. En medio del mar. Para mí no son buenos.
──Hicieron bien──. murmuró, inconscientemente recargando su barbilla en el hombro descubierto del pelinegro, quién tragó en seco por el contacto──. Ace, ¿piensas que soy una mala persona?
──Eres sobreviviente ¿no?──. Ace hizo un movimiento suave para llamar su atención, haciéndola alejarse para verlo a la cara. El pelinegro le sonrió con sinceridad, acariciando con sus pulgares los costados de su cintura──. Esas son las únicas personas que importan.
Eren lo supo ahí mismo. ¿Por qué debería importarle lo que hacía esa noche? Era la última vez que se verían, el mar y la vida que ambos llevaban los separaban. ¿Cuáles eran las probabilidades de verse de nuevo? La rubia sintió su respiración entrecortarse ante las palabras. Mirando al pelinegro a los ojos, acarició el cabello de su nuca suavemente ganándose un suspiro por parte de él, el sonido únicamente haciéndola acercarse más hasta sentir su nariz rozando la de Ace.
──Bésame──. murmuró la rubia, no sabía de dónde venía esa terrible idea pero no estaría satisfecha hasta deshacerse de ella.
──Te encanta dar órdenes ¿no?──. Ace sonrió, una de sus cejas arqueadas con sorpresa.
──Bésame.
──¿Estás segura?──. murmuró, su sonrisa volviéndose una burlona──. Porque si te beso, hay la probabilidad de que no pueda—
Eren lo tomó de ambas mejillas antes de que pudiera arrepentirse de su decisión, juntando sus labios en un beso profundo. Ace se quedó inmóvil por unos segundos, sus manos planas en los hombros de la rubia para encontrar estabilidad, por un momento pensó que la apartaría hasta que sus manos encontraron las curvas de su cintura para atraerla más a él y profundizar el beso.
📍Going Merry Go (Barco de los Sombrero de Paja)
Eren regresó al presente al sentir el barco debajo de ella comenzar a moverse cuándo Ace caminó lejos de la vela para anclar el pequeño barco al llegar a un costado del barco de los Sombrero de Paja. Ace saltó del pequeño barco hasta aterrizar en el barandal del Going Merry Go, dejando a la rubia en el pequeño hasta que Eren escuchó su nombre. Sin más que hacer, la rubia imitó el gesto del pirata, aterrizando con gracia en el barandal y observando los rostros de las personas frente a ella.
──¡Miss Dagger!──. Viv exclamó con sorpresa, dando un paso hacía atrás sintiéndose amenazada.
──No dijiste que traías un regalo──. Zoro alardeó, atrayendo la mirada recelosa de la rubia a él──. Tú y yo tenemos una pelea pendiente.
──¿Nunca vas a superarlo?──. Eren bufó, aterrizando en la proa del barco detrás del pelinegro. El peliverde se cruzó de brazos.
──No sabía que la conocían──. se burló el pelinegro frente a ella, dándole una mirada rápida por encima del hombro──. Tranquilos, está conmigo, no les hará nada.
──No prometas algo que no puedes cumplir──. murmuró la rubia detrás de él, sus filosos ojos ámbar cayendo en el espadachin.
La risa de una de las tripulantes atrajo su atención, sus ojos cayeron en una pelinegra recostada del mástil, lo primero que notó fueron sus ojos rojizos al instante. ¿Dónde los había visto antes? No conocía muchas personas con los ojos rojos, y al prestar más atención, se dió cuenta de la presencia de otro pelinegro con los mismos ojos sentado cerca de los árboles de mandarina. ¿Eran hermanos?
──Yo opino que le patees el trasero a Zoro por hablador──. se burló la chica, ganándose un gruñido por parte del peliverde.
Antes de que pudiera responderle, la rubia observó a la lejanía los barcos de los Millones acercándose a ellos, enseguida buscó la mirada del pelinegro.
──Te dije que si no te deshacías de ellos iban a ser un dolor en el trasero.
Ace únicamente sonrió, saltando del barco en movimiento para aterrizar en el pequeño que ancló a un costado. Eren se posicionó junto a los Sombrero de Paja para observar la pelea de Ace, rodando los ojos ante las exageradas acrobacias.
──Presumido──. murmuró cruzada de brazos, sus ojos puestos en la escena a la lejanía del océano, observando la conclusión y la victoria de Ace──. Idiota.
En cuánto Ace regresó al barco, una pequeña celebración comenzó para darles la bienvenida, las bebidas y comida no paraban. La rubia se sentía fuera de lugar, aún no sabía cómo es que lograría entregar a Ace sin desviarse de la misión pero ahora que ambos estaban en la misma página debía ser más fácil.
──¿Por qué Smoker estaba tras de ti?──. Luffy le preguntó desde dónde estaba, un vaso de leche en su mano mientras los demás bebían sake.
Ace dirigió su mirada a ella con interés. Esa historia no se la sabía, desde que la conoció cinco años atrás, la Marina ya estaba tras de ella. La rubia se quedó en silencio, sentada entre los dos hermanos pelinegros, sus ojos ámbar cayeron en el tarro de cerveza en sus manos. Aún podía sentir el ardor en su brazo derecho cada vez que pensaba la historia del cómo se convirtió en una criminal.
──Voy a necesitar más cerveza para poder contar la historia.
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