oiii. ¡El primer encuentro de Eren y Ace! ⦂ Reavivando la llama.
OIII. Capítulo Tres, Saga Alabasta.
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📍Villa Amigasa, Wano.
2 años atrás...
EREN NO HABÍA LOGRADO UN AVANCE durante los diez días que había estado en Wano. Había repasado a detalle toda la información que tanto Crocodile cómo Robin le habían dicho antes de abandonar Rain Dinners. Su objetivo era solamente mantener un ojo en las operaciones del famoso pirata, y Quinto Emperador, De Berry Bryson. Cualquiera que fueran los negocios que el psicópata pirata estuviera haciendo en la Ciudad de Wano, Crocodile no estaba para nada tranquilo con eso.
El campamento de sus subornidados frente a ella estaba en constante movimiento, eran altas horas de la madrugada y ninguno parecía tener intenciones de irse a sus carpas y dormir. La rubia se mantenía escondida en la oscuridad de la copa del árbol al que trepó, sus ojos escaneando cada uno de los movimientos de los hombres esperando el momento perfecto para bajar y infiltrarse para robar información.
──¿Cuándo fue el último avistamiento de la chica?──. uno de los subornidados debajo del árbol dónde ella se encontraba habló, deteniendo sus pasos frente a otro para tener la conversación──. Dicen que ha dejado la protección de Dracule Mihawk y el jefe quiere atraparla.
El hombre frente a él parecía despreocupado, rascándose su nuca pensativo──. Si estuvo escondida desde pequeña en la Isla Kuraigana no tendrá a dónde ir después. Una mocosa no es la gran cosa.
──Dicen que masacró un pueblo entero bajo órdenes de la Familia Donquixote cuándo solo era una niña──. dijo el hombre anterior──. Y robó una fruta del diablo, si esa mocosa es una usuario significan más problemas para el jefe.
Los comandos de otro tercer hombre a la lejanía hicieron que la conversación quedará inconclusa, y esa fue la oportunidad perfecta para Eren. La rubia saltó desde la altura de dónde estaba, aprovechando que todos estaban reuniéndose en un mismo lugar alejados de las carpas en una reunión. Eren se adentró en la primera carpa más grande que vió, mirando con curiosidad al hombre de espaldas comiendo un pedazo de carne, ignorante a su presencia hasta que fue muy tarde.
Eren lo tomó del hombro sobresaltándolo pero antes de que pudiera atacarla ella se quitó su guante.
──On comand*──. activó su poder, un prima de diamantes dibujándose alrededor de su ojo izquierdo──. Duerme.
El hombre frente a ella cayó dormido encima del escritorio con un ruido absorto, dándole todo el espacio para buscar lo que necesitaba. Eren gomenzi a revisar documentos, registros que parecieran importantes y que pudieran darle una pista de los negocios que Bryson y Kaido tenían. Una caja fuerte escondida debajo de una de las camas fue lo que llamó su atención, usando su mano descubierta tocó la manejilla abriéndola sin tener que necesitar de la contraseña.
En su interior había documentos con un Jolly Roger sonriente que le despertaba una familiaridad extraña. ¿Lo había visto antes? Quizá en Rain Dinners. "SMILE" leyó en el documento, frunciendo el ceño siguió leyendo. La Familia Donquixote... ¿Dónde había escuchado eso antes? Eren siguió tomando documentos, unas fotos llamando su atención, eran de un niño de cabellos rubios y ojos de un color rosa que no había visto antes en nadie. Charlotte Mazapan. ¿Quién era? ¿Por qué tenía fotos de un niño en una caja fuerte?
──Raro──. murmuró para ella misma, sin más que revisar cerró la caja fuerte dejándola en su lugar original, caminando de regreso al escritorio para darle un último vistazo.
El póster de una persona buscada fue lo que acaparó su atención, era una pirata que nunca antes había visto, tal vez una de las novatas que parecían brotar del suelo. Ramsen-Swan Lotus con una recompensa de $80.000.000 berries. Sus ojos eran rojizos, solamente conocía una persona con esos ojos; Bryson. ¿Era hija suya? Eso era imposible, todos sabían la manía del hombre con exterminar su descendencia, todos sus hijos estaban muertos gracias a él.
En una velocidad hábil salió del campamento antes de que pudieran notar su presencia adentrándose en el denso bosque que la rodeaba cuándo el amanecer comenzó a pintar el cielo de sus colores cálidos. No tenía mucha información, al menos no la que ella esperaba y su tiempo en Wano estaba medido, Crocodile solamente le dió dos semanas para investigar lo mejor que pudiera.
Unos pasos detrás de ella la hicieron detenerse para escuchar mejor, sus manos buscando los abanicos filosos debajo de su abrigo de plumas, lista para atacar. Eren se giró cuándo sintió la presencia de alguien a sus espaldas, sacando sus armas y apuntando en dirección a la persona.
──Ah, solo eres una niña──. bufó Eren, guardando sus armas debajo de su abrigo de plumas y mirando a la pequeña espectante.
No la conocía, claramente. ¿Que demonios hacía una niña en el bosque sola? ¿Desde cuándo la había estado siguiendo?
──Mi amigo me mandó por ti──. respondió la pequeña. Eren frunció el ceño llevando su atención a sus alrededores.
¿Era una trampa? ¿La habían descubierto?
──¿Y quién es tu amigo?──. exigió la rubia pero la niña ya se había dado la media vuelta para empezar a caminar y guiarla a dónde su supuesto "amigo" estaba.
¿Que es lo peor que podía pasarle si la seguía? Podía librarse si la atrapaban, no era la gran cosa. Al menos que fuera el mismísimo Bryson esperándola si seguía a esa niña pero las probabilidades eran casi nulas, nadie lo había visto en persona desde que llegó al Nuevo Mundo casi 17 años atrás.
Eren perdió la cuenta de los minutos que siguió a la pequeña por el denso bosque hasta llegar a la zona poblada de la Villa Amigasa. La rubia observó el lugar mientras avanzaba, varias miradas estaban puestas en ambas pero la pequeña no parecía tomarle importancia. Después de un largo recorrido los pasos de la pequeña empezaron a detenerse en la playa detrás de la Villa, Eren notó la silueta de alguien de espaldas frente a una fogata, siendo la única persona ahí.
Al acercarse a la persona y poder ver su identidad la rubia rodó los ojos, bufando con irritación al ver de quién se trataba.
──Debí suponer que eras tú──. Eren habló con indignación, cruzándose brazos y mirando a la persona sentada en la arena de la playa frente a ella──. ¿Que es lo que quieres? ¿Acaso te enamoraste de mí o algo por el estilo?
Portgas D. Ace frente a ella soltó una risa, dándole una última mordida al pedazo de carne en sus manos para mirar a la rubia con gracia.
──Eres demasiado egocéntrica──. se burló el pirata tomando la botella de sake a un costado suyo para darle un trago──. La última vez que nos vimos no comiste nada y me preocupé de que te hubieras lastimado con la caida. ¿Siempre saltas ventanas de un segundo piso?
Eren rodó los ojos, escondiendo lo mejor que pudo el rasguño por encima de su rodilla que de había hecho al saltar de la ventana aquella vez. Habían pasado diez días desde eso pero la herida tardaba su tiempo en sanar.
──Es un rasguño no me moriré de eso
Ace siguió sonriendo, algo que Eren ya comenzaba a sentir molesto──. ¿Que es lo que haces aquí?
──Tú mandaste por mí.
──Que graciosa──. Ace burló rodando los ojos con diversión──. Sabes de lo que hablo... ¿Quieres un poco de carne?
Eren hizo una mueca de confusión. ¿Siempre era tan... Raro? Ni siquiera sabía que seguía haciendo ahí, hablando con un pirata en lugar de atacarlo.
──No te diré nada.
──Esta claro que estás en una misión ¿no?
Eren se cruzó de brazos a la defensiva──. No es de tu incumbencia, chico carne.
Ace soltó una risa nasal ante el apodo, negando con su cabeza.
──Una Barroco en Wano me dice exactamente lo que quiero saber──. alardeó el pelinegro, extendiendo una botella de sake a la rubia. Eren la aceptó a regañadientes──. Estás aquí en una misión... pero ¿Que hacías en un burdel?
Eren le dió un sorbo a la botella en su mano──. No estoy en una misión, estoy... de turismo.
──¿Turismo en un burdel? Y trabajando ahí──. Ace alzó sus oscuras cejas con burla──. Comprendería que fueras solo a visitar.
Eren sintió sus mejillas empezar a tornarse en un tono rojizo, la rubia soltó un bufido, negándole la cara.
──Eres insoportable y muy preguntón.
Ace volvió a reírse quedándose por un momento en silencio, sus oscuros ojos observando a detalle a la rubia frente a él con su cabeza ladeada.
──Ace.
Eren hizo una mueca de confusión llevando su atención nuevamente al pirata. ¿Ace? ¿Dónde había escuchado ese nombre antes? Le sonaba familiar.
──Salud.
El pirata soltó una risa──. No, mi nombre es Ace. Portgas D. Ace.
La rubia alzó sus cejas con sorpresa, ahora su mente por fin recordaba de dónde se le hacía familiar.
──¿Puño de fuego? Por eso te me hacías familiar.
Una sonrisa coqueta apareció en el rostro del pirata de pecas, llevando la botella de sake hasta sus labios.
──¿Qué? ¿Acaso coleccionas mis pósters?
Eren chasqueó su lengua──. Solamente para jugar a los dardos con ellos. ¿Sabes? Siempre quise cobrar tu recompensa para irme de vacaciones a un lugar lindo.
Ace recostó su codo sobre su rodilla para mirar a la rubia con gracia brillando en sus ojos.
──Que oportuno, ¿no?──. Ace sonrió abiertamente levantándose para quedar frente a ella──. Adelante entonces.
📍 Hanohana Alabasta.
Actualidad...
Si Eren quería seguir con su misión no podía repelar la oferta de Ace, una completamente fuera de lugar pero no se esperaba menos de él. Le sorprendió que siguiera recordándola, se mentiría si decía que jamás pensó en él durante los dos años que pasó sin verlo, en lo que compartieron durante esas extrañas semanas de convivencia en Wano, lo que sucedió entre ellos... Muchas veces trataba de no volver al pasado, de dejar lo que vivió atrás y enfocarse en el presente.
En su sueño de salir de la vida de cazarrecompensas para poder descubrir quién era realmente, de dónde venía, quienes eran sus padres.
Pero esas noches en Wano con Ace subían a la superficie de su mente en las madrugadas. Pensó que él nunca pensaba en ella, que no significó nada para el tipo de vida de piratería y coqueteos de él. Aunque una parte, la más pequeña de su ser, realmente esperaba estar equivocada y que Ace pensará en ella tanto cómo ella en él.
No era propio tener pensamientos de él sabiendo lo que le haría. Su verdadera misión era entregarlo, no revivir viejas memorias con él y eso debía tenerlo en mente. «Él es tu trabajo, no tu amigo. Deja los sentimientos a un lado» se reprochó así misma, mirando al pirata de espaldas que caminaba delante de ella guiando el camino por el vasto desierto que los rodeaba.
──¿Que es lo que haces aquí?──. Eren preguntó de manera sutil, o al menos esa fue su intención principal. Ace delante de ella soltó una risa nasal alzándose de hombros.
──¿Me lo preguntas como Miss Dagger o cómo Eren?──. Ace preguntó, mirándola sobre su hombro, apenas la mitad de su rostro visible gracias a la sombra de su sombrero. Al no tener respuesta más que un bufido, sonrió apartando la mirada──. Ya te dije, estoy buscando a mi hermano.
──Nunca mencionaste a un hermano──. Eren murmuró para ella misma, esperando que Ace no la escuchará, prefería no admitir que recordaba lo que pasó dos años atrás──. ¿Buscando a tu hermano, dices? Que peculiar.
Ace asintió brevemente──. ¡Claro que mencioné a mi hermano!──. Ace giró su cabeza para mirarla, deteniendo sus pasos──. ¿No recuerdas? Wano no fue la primera vez que nos vimos, Peacock.
Ese sobrenombre... Eren lo había usado mucho tiempo atrás, tanto que apenas podía recordar las veces que tuvo que usarlo para escapar de la Marina. ¿Cómo sabía Ace eso? ¿De dónde más se conocían? La rubia entrecerró sus ojos pensativa, observando a Ace darse la media vuelta y retomar el camino.
📍Isla Desconocida.
3 años atrás...
Era una de esas épocas del año en el que Eren podía abandonar Whiskey Peak para ir a dónde ella quisiera sin meterse en problemas con Crocodile, el hombre estaba más que ocupado sumergido en su investigación sobre Plutón y esa paranoia de desesperación por no encontrar información valiosa lo ponía de mal humor, sin querer tener a nadie cerca y con la reciente llegada de nuevos cazarrecompensas, Crocodile los mandó a diferentes lugares con la excusa de unas "vacaciones". Eren arrastró a Robin y a Black con ella a una remota Isla que ninguna de los tres conocía.
──¿A dónde piensas ir primero, Robin?
La pelinegra llevó su mirada protegida por unos lentes de sol hasta la rubia, una pequeña sonrisa formándose en sus labios.
──Ya sabes la respuesta.
Eren bufó con diversión──. A una libreria. Si sigues leyendo tanto te volverás un gusano de biblioteca──. Robin dejó salir una risita, tapándole el rostro a la rubia con el sombrero blanco que descansaba en su cabeza──. ¿Dónde está Black?
Robin desvió sus ojos azules al mercado en dónde caminaban, ninguna señal de Black por ningún lado, la pelinegra volvió a mirar enfrente con una expresión serena.
──Hoy hay luna llena y ya sabes lo que pasa. Tendré que dejarte en algún lado por tu cuenta para ir a cuidar de él──. Robin le respondió, buscando la mirada curiosa de Eren a su lado──. ¿Crees que puedas estar sola sin causar problemas?
──Tengo a Cerbero no me va a pasar nada──. Eren señaló al lobo gris caminando a su costado. Robin negó con su cabeza.
──No me refería a eso, tú eres la que causa los problemas, tienes un imán para meterte en dónde no te llaman.
Eren se sintió ofendida pero era la verdad. Desde que quedó a la deriva en el naufragio dónde perdió a su familia empezó la racha de mala suerte atrayendo problemas de izquierda a derecha, por eso no duró demasiado cómo ladrona en el Cobweb Archipiélago hasta que Robin la encontró y se unió a los Barrocos, aunque ni siquiera siendo parte de la organización dejaba atrás su mala suerte de atraer problemas innecesarios.
Robin cumplió su palabra y al caer la noche después de almorzar juntas —ocultando sus identidades con ayuda de pelucas y disfraces para pasar de ser percibidas— la dejó en un restaurante-bar lo suficientemente lejos del puerto de la Isla cómo para no causar estragos, siendo recurrido por bastantes piratas, para el desagrado de la rubia. Eren optó por una de las mesas en el centro, cerca de la puerta y de la barra por si algún pirata borracho se acercaba.
Cerbero estaba fielmente sentado a sus pies, sus ojos rojizos escaneando la habitación mientras Eren tomaba de su tercera botella de sake de la noche.
──¿Esta ocupado?──. preguntó alguien delante de ella. La rubia mantenía su mirada en la botella, ignorando tener contacto visual con alguien temiendo ser reconocida. Eren alzó su mirada para ver a la persona dueña de la voz.
Era un joven de cabellos negros y piel pecosa, sus mejillas se veían sonrojadas —probablemente de todas las botellas que lleva en la noche—, tenía una sonrisa amable en su rostro y sus ojos eran casi cubiertos por el sombrero de cuero café mal puesto en su cabeza. Eren lo miró con una ceja alzada, notando a su compañía detrás de él, otro joven de cabellos azules enmascarado con una expresión irritada en su rostro.
──Estoy esperando a mi hermana──. Eren masculló mintiendo, tomando la bebida frente a ella para darle un largo sorbo, esperando a que los dos chicos frente a ella se fueran.
Claramente eso no pasó. El pelinegro tomó la respuesta cómo una bienvenida, sentándose libremente frente a ella y ordenando una botella de sake para él y otra para su amigo peliazul. Eren bufó irritada, ignorando la presencia de ambos lo mejor que podía pero era imposible estando en la misma mesa.
──Yo también tengo un hermano──. dijo el pelinegro con entusiasmo──. Es un salvaje, me recuerda mucho a un mono. Eren frunció el ceño alzando una de sus cejas en dirección al intruso parlanchín──. ¿No te he dicho mi nombre, verdad? Perdón, creo estoy un poco borracho.
──¿Un poco?──. murmuraron Eren y el peliazul enmascarado al mismo tiempo, haciendo reír al pelinegro.
──Me llamo Ace.
Eren ladeó su cabeza──. ¿Que clase de nombre es ese? ¿Es falso, no?
──No es falso. Así me llamo. Portgas D. Ace.
Eren abrió levemente sus ojos. ¿Era un portador de la D igual que ella? Robin siempre le decía que eso era algo misterioso y raro, que nadie en el mundo sabía el significado de la "D" en el nombre de alguien. Nunca había conocido a alguien con la D en su nombre cómo ella.
──¿Y cuál es tu nombre?──. Ace preguntó tomándose todo el contenido de su botella comiendo un puñado de frituras del tazón en medio de la mesa.
Eren pensó unos segundos, no le daría su verdadero nombre a un extraño. Siendo una criminal con la recompensa que tenía por su cabeza había aprendido a la mala en no confiar a la ligera.
──Peacock.
Ace soltó una risotada, incluso el peliazul se río por lo bajo dándole un trago a su botella.
──¿Peacock? ¿Cómo el animal? Ese es claramente un nombre falso──. Ace dijo con la boca llena, una sonrisa burlona dibujada en su rostro──. Una chica tan linda no puede tener un nombre tan feo.
Eren se ruborizó ligeramente ante el comentario, ocultando sus mejillas rojizas con ayuda de su sombrero blanco. Ace delante de ella soltó una risita, abriendo su boca para hablar de nuevo hasta que la actitud de Eren cambió por completo. Un grupito de Marines se adentraron en el lugar sosteniendo el poster de alguien, buscando con sus miradas cada una de las mesas y esa fue su señal para irse del lugar.
Ace pareció notar la situación de inmediato, se levantó de su lugar con poco equilibrio tomando la muñeca de Eren forzándola a levantarse. Cerbero le gruñó ante el contacto pero Eren lo calmó con una mirada, observando curiosa al pelinegro. ¿La entregaría? Quería ver lo que sucedía después pero fue lo opuesto a lo que pensó. Ace le murmuró un "sígueme" tomándola de la mano para tomar la salida por la puerta trasera del restaurante.
──¡Oi! ¡Ace! ¿A dónde vas?──. su compañero enmascarado le reprochó quedándose en la mesa. Ace lo ignoró solamente haciéndole una señal de que regresaría.
Al salir del restaurante Ace mantuvo su mano sobre la de Eren en todo momento, moviéndose por el perímetro hasta esconderse entre los barriles de sake vacíos que el personal dejaba en la parte trasera del lugar. La rubia se quejó ante el pequeño lugar, sintiendo el cuerpo de Ace demasiado cerca del suyo pero el pelinegro mantenía toda su atención vigilando la puerta.
──¿Por qué me estás ayudando?──. Eren exigió en un tono de voz demandante haciendo que Cerbero se posicionará entre los dos y comenzará a gruñir.
No estaba acostumbrada a amabilidad. Mucho menos que alguien, fuera de Robin y Black, la ayudarán en algo sin pedirle nada a cambio.
──¿Eres una pirata?──. Ace preguntó en un murmuro, llevando sus ojos oscuros a la rubia frente a él. Su rostro estaba contraído en una evidente mueca de confusión.
──¡Claro que no! Prefiero anclarme al mar y ser devorada por los tiburones antes de ser una pirata.
──¿Entonces porque la Marina te está buscando?──. exigió en el mismo tono, pero sin sonar serio cómo Eren, solamente confundido──. ¿Porque tienen un póster tuyo?
Eren desvió la mirada, escuchando pasos acercándose a la puerta trasera del restaurante. Tenía que salir de ahí antes de que la atraparán y causarle más problemas a Robin y a Black.
──No lo entenderías──. murmuró, tratando de alejarse del pelinegro para huir pero la cálida mano del pelinegro cayó sobre su muñeca.
──Soy un pirata. Claramente lo entendería──. Eren abrió sus ojos con sorpresa, retirando bruscamente su mano ante la información──. Eres una cazarrecompensas, eso lo supe desde que te vi pero... ¿porque el Gobierno Mundial te pondría una recompensa a ti también?
Eren estaba apunto de responder cuando el sonido de la puerta a tan solo unos pasos de ellos se abrió, dejando ver a los cadetes de la Marina salir del lugar aún buscando por ella. Eren se quedó quieta en su lugar, maldiciendo en lo bajo. Estaban muy cerca. Podrían verla fácilmente. ¿Y si Ace al final la entregaba?
──¿Peacock?──. Ace murmuró mirando de reojo a los cadetes, pero no obtuvo ninguna respuesta. Al llevar sus ojos a la rubia, soltó un sonido de sorpresa. Se veía paralizada, cómo si realmente no estuviera ahí sino en el pasado. Se veía temerosa y en conflicto. Por alguna razón le dolió el corazón verla de esa manera, viéndose reflejado en ella por todas esas veces que escuchó lo que la gente opinaba del hijo del Rey de los Piratas.
Ace se posicionó delante de ella para taparla de la vista de los cadetes si es que los veían. El miedo seguía visible en los ojos ámbar de la rubia pero algo más brillaba en sus ojos. ¿Desconfianza? ¿Cuántas gente debio traicionarla en el pasado para que lo mirara así?
──Perdóname.
Eren juntó sus cejas en confusión, las palabras que apenas iban a dejar sus labios muriendo con la rápida acción de Ace al juntar sus labios con los de ella. Usando el shock de la rubia, Ace los giró para mantener su mirada en los cadetes. Eren soltó un sonido de sorpresa por el beso, por un momento quedándose quieta hasta que cedió. Ace no se podía permitir disfrutar del beso, estaba mal y solamente lo había hecho para ayudarla pero aun así se perdió por unos segundos en los suaves labios de Eren hasta que los cadetes se adentraron de nuevo.
Sin querer hacerlo realmente, Ace soltó el rostro de Eren de su suave agarre separándose del beso y esperando una bofetada por su acto pero nunca llegó. Eren únicamente lo miraba con sus ojos bien abiertos, sus mejillas sonrojadas y sus labios entrepartidos. Ace quería besarla de nuevo pero sabía que eso no era posible.
──G... gracias──. Eren se aclaró la garganta desviando su mirada del pelinegro. Ace le sonrió, sintiendo sus propias mejillas arder casi tan intenso cómo cuando usaba sus nuevos poderes de fuego──. Debo de irme... pero—
Eren se quedó callada, acercándose al pelinegro para depositar un beso de agradecimiento en la comisura de sus labios, alejándose con una sonrisa coqueta en el rostro.
──No eres tan malo para ser un pirata, Portgas D. Ace.
📍Hanohana, Alabasta.
Actualidad...
Eren había olvidado eso por completo. ¿Desde cuando es que Ace sabía que Peacock era ella? Probablemente desde su encuentro en Wano, quizá por eso es que la buscó desde un principio. La rubia se frustró ante el recuerdo. ¿Por qué siempre terminaba cruzándose en el camino de Ace? ¿El destino la odiaba tanto?
──¿Ya lo recordaste?──. Ace se burló ante el silencio de la rubia caminando detrás de él. Su voz la trajo al presente mirando sus alrededores, dándose cuenta que por fin habían llegado un lugar habitado del desierto. Justo a un restaurante──. ¿Te parece si comemos aquí? Tenemos mucho que hablar.
Eren rodó los ojos pero no se negó. La rubia se adentró en el pequeño restaurante siguiendo al pirata hasta la barra principal, tomando asiento a un costado suyo y ignorando las evidentes miradas en el par. Los murmullos de "¿ese es puño de fuego? ¿Que hace ese pirata aquí?" le estaban colmando los nervios hasta que sintió la mirada atenta de Ace sobre ella.
──¿Porque sigues en los Barrocos?
──¿Porque sigues siendo pirata?
Ambos se miraron a los ojos cómo un reto hasta que Ace soltó una risa negando con su cabeza, desviando su atención a la comida siendo servida frente a ellos. Eren se levantó de su lugar acomodando su falda, atrayendo de nuevo la mirada del pirata a su lado. Ace tragó con rapidez la comida en su boca para poder hablar.
──¿A dónde vas?
Eren se despojó de su abrigo de plumas, dejándolo en su asiento como señal de que regresaría.
──Iré a retocar mi maquillaje.
Ace frunció el ceño murmurando "¿Antes de comer?" pero Eren lo ignoró dándose la media vuelta para caminar al baño del restaurante. Al estar lo suficientemente lejos del perímetro de Ace, sacó su Den Den Mushi marcando el número de Cloack y esperando dentro del cubículo del baño a que su compañero respondiera.
──¿Llamando tan pronto? ¿Algo salió mal?──. la voz de Cloack sonó del otro lado de la línea. Eren bufó en desacuerdo.
──Me dijiste que estaba aquí buscando a Barbanegra pero esta buscando a su hermano.
El Den Den Mushi abostezó──. ¿Pero esta ahí contigo, no? Barbanegra está cerca de Alabasta, solamente tienes que guiarlo hasta allá.
──¿Y cómo demonios sabré donde está Barbanegra?
Cloack soltó una risa perezosa──. Te puse su vivre card en tu abrigo sin que te dieras cuenta. La próxima vez que me llames espero la tarea ya este hecha.
Y colgó. Eren soltó un sonido de frustración, guardando su den den mushi en las bolsas de su falda para salir del baño y volver con Ace. La gente a su alrededor estaba conmocionada por algo, todas las miradas sobre el somnoliento pirata despertándose de su repentina siesta.
──¡¿Estabas dormido?!──. Eren comentó regresando del baño, su mirada en el distraído pelinegro comiéndose un pedazo de carne──. No tienes remedio.
──Me aburrí esperándote. ¿Que tanto hacías en el baño?──. Ace balbuceó, tragándose lo que tenía en su boca para poder hablar. Eren hizo una mueca de desagrado, tomando asiento a su costado y bebiendo del jugo de naranja frente a ella.
──Es grosero preguntar eso──. farfulló, mirándolo de reojo. Ace se alzó de hombros restándole importancia, siguiendo con su comida hasta que terminó. Eren permaneció en silencio, observando cada pequeña cosa que su compañía hacía en busca de alguna señal de peligro.
Una parte de su cerebro le recordaba: Es Ace, no te hará daño. Tuvo muchas oportunidades en el pasado para hacerlo y jamás lo hizo ¿o si?
Pero todas las personas cambiaban.
Leyó su mente desde el primer segundo que lo vió zarpar, no había muchas cosas allí arriba más que comida, encontrar a su hermano y hallar a Barbanegra. Y cuándo se reencontraron, solamente podía escuchar los halagos que él le hacía en su mente, ninguno obsceno como a los que estaba acostumbrada cada que un hombre la veía.
¿Por qué tienes que ser así? pensaba conforme comían en silencio, me hace el trabajo de capturarlo más difícil.
──Estoy lleno. Gracias, señor chef──. Ace habló al reinar su quinceavo plato de comida, sacando un poster de Monkey D. Luffy llamando la atención de Eren junto a él──. ¿Ha visto a este hombre en la ciudad? Es un pirata con un sombrero de paja.
Eren llevó su mirada a él con interés. ¿Por qué Ace buscaba a Sombrero de Paja? ¿Estaba tras él igual que tras Barbanegra? La rubia se levantó de su lugar al sentir una presencia conocida adentrarse al lugar y justo como lo sospecho.
Smoker estaba ahí.
──Maldición──. murmuró en lo bajo, dándose la media vuelta para tapar su rostro del perímetro del Marine.
──Me sorprende que tengas el valor de comer en un restaurante a la vista de todos, comandante de la Segunda División de la tripulación de Barbablanca──. Smoker habló desde la entrada del lugar──. Portgas D. Ace.
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