m e c h e r o.
Una vez, me regalaste un mechero.
"¿Por qué?" te pregunté.
"Por si alguna vez amenazo con apagarme, puedas encenderme."
Enciendo una y otra vez ese mechero.
Pero es demasiado tarde.
Te has apagado.
Y no me di cuenta de que debía encenderte.
Lo siento,
Jenna,
siento haber estado tan ciego.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro