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25

Mientras en el palacio las alarmas se disparaban por el estado de salud de Kiana, en el campamento un enorme lobo de ojos celestes se paseaba por los alrededores sigiloso y alerta, analizando cada detalle de su entorno, sus patas blancas iban quedando marcadas en la impecable nieve hasta que alcanzó a ver a su objetivo : Andrei, quién volvía de alguna parte a esas horas como un ladrón en su propio campamento, entonces rodeó la zona para salir adelante de él y que se lo encontrara de frente pues no tenía intención de ocultarse o esconder las cosas que sabía.

Andrei por su lado traía sus pensamientos completamente perdidos en el reto, la batalla que si no se daba prisa en cumplir su cometido podría durar más de lo necesario y llegar a ser fatal, no quería hacerle daño al rey, no quería que lo recordarán como aquel que asesinó al rey de la bondad como recordaban a su antecesor quién acabó con la vida del rey Onni y casi con Taehyung siendo un muchacho apenas, pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando se encontró con un enorme lobo de ojos celestes, gris con matices blancos en sus extremidades, era imponente.

Taehyung lo observaba como esperando algo que el otro sabía perfectamente, Andrei jamás había conocido al lobo de su majestad pero algo lo llevó a creer que aquellos ojos celestes eran el resultado del hermoso color cuarzo que el rey humano tenía así que entendió el reto y también se transformó con la ayuda del don que le fue entregado, este se convirtió entonces en un fabuloso lobo blanco de igual tamaño que su majestad, entonces ambos se miraban esperando un movimiento, una señal o el momento justo para atacar al contrario, pues en el cruce de miradas nada era definido.

Y eso era, en un abrir y cerrar de ojos el lobo gris se fue sobre el blanco, los gruñidos guturales se escuchaba aterradores, comenzaron atacarse mutuamente con mordidas que había momentos en los que Andrei sentía que no era suficiente, Taehyung lo tenía dominado pero no se iba a dar por vencido y aunque no le había hecho daño de gravedad, la fuerza con la que lo aprisionaba y la mandíbula del contrario era descomunales, Andrei se estaba agotando pero en la trifulca de los lobos ninguno se percató que se dirigían a una pendientes donde rodaron.

Mientras rodaban siempre en la lucha, Andrei se resistía nada más a ser lastimado porque no podía atacar, no había una manera siquiera de tocar a aquel experto lobo, su cuerpo licántropo aún no sabía manejar una pelea pero hubo algo que cambió mientras estaban llegando a tierras planas, Taehyung tomó su forma humana y reía tan divertido sabiendo que el lobo junto a él estaba cansado, Andrei hizo lo mismo, se volvió humano pero estaba fúrico viendo la burla del gran señor, no se midió y quiso darle un puñetazo pero era algo con lo que Taehyung contaba y con su dos pie lo empujó a que cayera lejos.

─No te enojes, solo era un juego entre un alfa y un cachorro y adivina quién es el alfa.... ─dijo mientras veía a Andrei sentado en suelo intentando recomponerse, al levantar la mirada el derrotado de cabellos dorados vio como una hoja de cristal formando una espada ahora amenazaba su cuello.

Recorrió con la mirada aquella fantástica arma y definió cada detalle de la misma, la empuñadura era hermosa, en el centro, justo en la antesala a la hoja un precioso Zafiro azul, que hacía justicia al color de ojos de su dueño.

─Todos sabemos que es usted, señor... Andrei sintió que su final estaba cerca, no había testigos, nadie podría acusar a Taehyung de su muerte y no se había tentado el corazón para matar a un simple mensajero, ¿qué sería de un sacerdote y comandante general de las tropas vikingas?, nada, para el rey en estos momentos nadie valía nada absolutamente, estaba seguro que en cualquier momento aquella espada iba a dar una sola estocada y acabaría con su vida y dejaría a su pueblo a merced de un ser tan despiadado como alguna vez lo fueron ellos.

─Es bueno que lo sepas, ahora responde, ¿quién te mandó retarme?, ¿a quién, aparte de Odín sirves? ─cuestionó Taehyung firme y serio sin mover aquella arma.

─Se lo he dicho antes, majestad, quiero acabar nuestra guerra porque considero que ha sido muy cruel, quiero que mi pueblo por fin viva en paz, por eso lo hago... ¿Por qué duda, mi señor? ─respondió Andrei tratando de ser lo más convincente posible, se daba cuenta que Taehyung no tenía un pelo de estúpido. La vida de su gente dependía de lo que él respondiera.

─¿Cómo no quieres que dude?, sabes que si yo quisiera ahora mismo estarías muerto, pude haberte asesinado allá arriba siendo lobo porque ni siquiera sabes moverte, puedo hacerlo ahora mismo porque no representas amenaza alguna para mí, no creo que tu poder sea medianamente tan fuerte como el mío y tampoco creo que seas tan hábil en la batalla, nada tiene sentido alguno por eso mismo no creo que Odín te haya enviado, pero como dije antes he aceptado porque me divierte la idea ─agregó Taehyung ahora dejando claros su porqué para que Andrei supiera donde estaba parado.

Taehyung bajó su espada para segundos más tarde lanzarla al cielo, ahí en una fuerte corriente de aire está desapareció, dio una última mirada socarrona a Andrei que no se había movido y se lanzó cuesta arriba para volver a su forma de licántropo, de ese modo empezó a subir.

Andrei era un caso, estaba más que descubierto, de eso no había duda pero el rey le seguía el juego, su mente ahora buscaba la manera de afianzarse y estar un paso adelante de su alteza pero este le había cerrado cada opción, el arma que había empleado solo le confirmaba que era la reencarnación de Zafiro, pues la espada del rey solo la podía empuñar él, ya que estaba forjada con su sangre y el corazón del primer cuerpo que una vez ocupó el rey Zafiro luego de ser sacrificado.

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