Taehyung sintió el impacto del tronco que habían empleado para aquella trampa, pudo sentir como un par de sus costillas se rompió con un dolor tal que solo pudo asimilarlo para segundos después sentir su cabeza estrellarse, escuchó un pillido en su oído que se acompañó de un dolor punzante en la parte trasera de su cabeza, después de eso todo era olor a sangre, dolor y frío, quería moverse pero su cuerpo no respondía, lo único que lo tranquilizaba era ver el rostro de su ama reina, la recordaba tan bella con su corona pero odiaba ver lágrimas en sus ojos.

一 Por favor no llores, me duele más que todo lo que tengo fracturado... 一 dijo con una voz entrecortada, forzada y casi inaudible.

一 Por favor no hables, van a encontrarnos, pero se fuerte, quiero recompensar cada palabra dura que te dije, quiero que me perdones, Zafiro, te amo, te amo tanto que quisiera cambiar se lugar contigo, daría lo que fuera por ti, por favor perdóname... 一 insistía al mismo tiempo que enjugaba sus lágrimas, le repetía una y otra vez que lo amaba, se sentía tan atada que la impotencia era demasiado fuerte para ella.

Corrió a las cabañas para buscar con que abrigar a Taehyung, sabía que tenía mucho frío una parte por las lesiones y otra porque la nieve estaba muy gruesa, no había dejado de llorar sin importar que aquello le cegara la visión e hiciera más difícil la búsqueda.

Taehyung ahora estaba solo, sintiendo como el frío le nublaba hasta la cordura, recordó así como habían ocurrido las cosas en el pasado, su reina había sido asesinada frente a él en la misma plaza pública donde minutos después lo mataron a él, no quería recordar aquello pero era su desequilibrada mente que lo obligaba.

一 Mi señor Zeus... padre y creador, ella me ama, te gané esta vez, ahora puedes perdonar a Laponia sin importar que yo muera... 一 imploro el agonizante rey esperando que sus palabras llegasen a los oídos del señor Zeus.

Pero no hubo respuesta, el dolor solo aumentaba, se estaba volviendo cada vez más más insoportable, pero no quería morir, no aún porque había encontrado a su amada Kiana, su estrella más brillante, su reina Polaris y quería vivir con ella lo que antes no pudo, no quería resignarse a ser como el sol y la luna.

一 Amor, he vuelto, vas a estar calentito y se que Izak y Elyas nos van a encontrar pronto, ellos son buenos cuidando de ti... 一 hablaba mientras lo abrigaba, ponía algo suave bajo la cabeza del lesionado y lo acomodaba lo más que podía, quería que estuviera cómodo.

一 Te amo reina mía... quiero que gobiernes de ahora en adelante, no tengo un heredero, no voy a volver a reencarnar, este será nuestro adiós, amor mío, por favor no me olvides... 一 Taehyung ahora sentía que la vida se le estaba escapando, una tos con sangre empezó a atacarlo y al mismo tiempo a ahogarlo.

一 No, no digas eso, no te rindas, por favor, te lo suplico, te amo... 一 fueron las súplicas de Kiana pero fue demasiado tarde, pronto la sangre también comenzó a fluir por la nariz y boca, el rey no resistió más y su cuerpo dejó de tiritar por el frío, el rey Zafiro se había ido.

Los gritos de tristeza de Kiana fueron desgarradores, porque sabía que todo era su culpa, nunca lo escuchó cuando le pedía estar con él, nunca respondió a su te amo y a aquellas palabras dulces, en este vida solo hubieron dos besos y uno fue un desastre.

一 ¡Pero que tenemos aquí! 一 la voz desconocida de un hombre hizo que Kiana se incorporará, se pusiera en guardia.

一 ¡Aléjense! 一 la reina Kiana era una guerrera y sacerdotisa que empleaba las artes naturales de la magia, por eso no era temerosa y ahora lo sería menos.

Pero aquellos hombres no escucharon, eran vikingos que buscaban traspasar la muralla que protegía a Laponia, entonces decidieron enfrentar a la guerrera Sami, ella no dudó un segundo y más cuando uno de ellos identificó el rostro del rey en aquel cuerpo.

Kiana manipuló las raíces de los árboles para que estos los a trajeran hasta el interior de la tierra, fueron arrastrados hasta ahí, todo iba bien hasta que uno de ellos del que no se había percatado la golpeó en la cabeza haciéndola caer, entonces la aprisionaron, la controlaron.

一 Sabes, lamentamos no haber sido nosotros los que acabamos con el rey, pero ahora vamos a llevarle su  cabeza a nuestro señor Odin, de ese modo va a bendecir a nuestro pueblo y nos dará la gloria sobre los licantropos 一 habló el hombre que parecía el líder.

Por más que Kiana quiso luchar, no pudo, veía con rabia e impotencia como se acercaban a Taehyung, elevaron una espada dirigida a su cuello y estaban por cortar de un tajo cuando una fuerte ráfaga de viento los arrojó a todos, deteniendo todo acto. Kiana corrió junto al cuerpo y lo protegió entre sus brazos fuertemente como si estuviera vivo aún.

一 Vivo o muerto, nadie va a ponerle una mano encima a mi hijo 一 la gran espada de Zeus apareció en su mano, aquel imponente hombre era quién había protegido a Taehyung y Kiana y ahora se disponía acabar con los vikingos.

Sin medirse ni un solo momento se fue contra ellos, era Zeus, el dios más poderoso que con solo desearlo habría acabado con aquellos que pretendían profanar el cuerpo inerte de su hijos, pero quería verlos morir lentamente y sentir que les hacía daño.

Después de eso volvió con Kiana, acercó su mano al rostro de Taehyung y fue ahí que se dio cuenta que ahora no habría lealtad para él en Laponia, que su hijo no sólo le había servido sí no que también le había suplicado en sus últimas palabras, lo veneraba más que cualquier otro.

一 Perdóname pequeño Zafiro, siempre estuve equivocado... 一 exclamó con tristeza.