01
Kiana era la princesa de la tribu Sami, la que cuidaban y protegían como al más puro y bello tesoro, el chaman líder y gobernante sabía que su hija era la esperanza de la supervivencia de la tribu desde que la entregó al Rey de Laponia sin que la misma joven lo supiera, el día había llegado y Aleksi sin decirlo tuvo que despedirse de su hija, le dio a beber un té de los que a ella tanto le gustaban y este la hizo dormir, los siervos del rey llegaron como ladrones, se escurrieron por los pasillos del palacio.
Las horas pasaron, la noche transcurrió sin ruidos ni escándalos, nadie supo nada y todos durmieron en paz, la nieve caía lentamente pero sin detenerse haciendo más gruesa la capa blanca que ya cubría todo en aquel lugar, tres hombres cubiertos con gruesos abrigos se veían caminar con rumbo a Laponia mientras el pueblo Sami dormía, uno al frente, uno al centro que parecía cargar algo en sus brazos y otro atrás, así sin ser advertidos por nadie solo llegaron hasta la zona donde solo escuchaban huesos crujir como reacomodandose, pronto un lobo café saltó al frente e hizo vigilancia.
Luego salió un gran lobo de fondo gris pero patas, cola y rostro blancos en de grado, era fabuloso he imponente, sus ojos celestes analizaban la zona mientras cargaba a alguien en su espalda, pero estaba inconsciente, después de eso salió un tercer lobo, uno negro del mismo tamaño que el primero y siguieron así su camino, nadie nunca los vio, ellos llegaron a su destino dejando a la tribu Sami sin su princesa, lo que sería una sorpresa para todos, menos para Aleksi.
El amanecer en Laponia no existía como tal, pero habían adoptado un estilo de vida de modo que tenían una hora para dormir y otra para despertar, eran hábitos que se volvían una necesidad para todos, pero en una de las habitaciones, una muy grande y elegante, una joven estaba despertando, con la sensación de no saber mucho de ella, empezó a recorrer con la mirada la habitación y sintió una impresión de estar soñando, aquel lugar era hermoso, más grande que su propia alcoba, pero entonces reaccionó, su mente empezó a analizar y aquel aturdimiento se fue.
一 Bienvenida Lady Kiana, es un honor tenerte en mi palacio... 一 habló una voz profunda, grave pero a la vez sedosa al fondo del lugar, junto al ventanal.
Kiana se sobresaltó y rápidamente giró su mirada al lugar de donde provenía aquella masculina voz, se encontró con la espalda ancha de un hombre, que aunque no era musculoso en exceso estaba muy bien esculpido, solo podía ver su cabello negro con ondas pero muy bien peinado, alto y permanecía de espalda, traía un traje negro que por lo fino de la tela se podía dar cuenta que se trataba de un noble.
一¿Quién es usted? 一 preguntó con voz temblorosa, al mismo tiempo que se envolvió en el cobertor que la había mantenido caliente durante el tiempo que llevaba ahí.
一 Mi nombre es Kim Taehyung, Rey de Laponia y tu eres ahora mi prometida, Lady Kiana...一 respondió su majestad al mismo tiempo que se daba la vuelta, dejando que Kiana pudiera contemplar aquellos cuarzos que la veían imponentes, un rostro inmaculado pero masculino, había escuchado muchas historias del rey de Laponia pero jamás pensó que fuera verdad, siempre se decía que era un hombre de mucha belleza pero los relatos se habían quedado cortos.
Ella estaba atónita, tenía miedo, estaba sorprendida y sobraba decir que muy impresionada, pero lo único que anhelaba más que cualquier otra cosa era una explicación porque no entendía nada y menos lo de ser la prometida de un hombre desconocido y muy poderoso, que posiblemente ni siquiera fuera humano. No podía articular palabra alguna, tenía ahora su garganta cerrada porque todas aquellas emociones la estaban haciendo colapsar por dentro; Taehyung pareció entender lo que ella estaba pasando y se acercó a ella tratando de no asustarla más de lo que ya estaba .
一 Escúchame, se que en este momento no encuentras una respuesta a todo lo que está pasando, lamento decirte que yo tampoco puedo darte una explicación en este momento, pero te puedo asegurar que estás a salvo, no voy a hacerte daño y tienes a tu disposición a todo en el palacio, pero no puedes salir de aquí, solo eso puedo decirte ahora... no puedo decirte nada para calmar tus miedos... 一 habló piadoso sabiendo que le estaba cambiando la vida de golpe a a la joven, sabía que esto iba a suceder pero debía ser así, todo por su seguridad.
一 Mi familia, ¿mi padre?, ¿que le has hecho? 一 preguntó ya sin poder contener su llanto, Taehyung tenía razón, nada podía hacerla sentir mejor, saber que no podría volver a ver a su gente, a quienes la protegian y trataban con respeto, a su amado padre que había cuidado de ella desde que su madre había muerto a manos de los vikingos, su corazón dolía demasiado.
一 No les he hecho daño, pero tú pueblo está ahora en guerra, ellos enfrentan de nuevo a los vikingos y hasta lo que supe ya van muchas bajas, lamento tener que ser mensajero de malas noticias...一 el semblante de Taehyung para ese momento se veía triste, pues él amaba a la tribu Sami, sus hombres también habían apoyado a los hombres pero los vikingos tenían el apoyo de las brujas Celtas y también había bajas de los licántropos.
Esas eran las peores noticias que podía recibir, se puso en pie y corrió hasta los ventanales donde minutos antes estaba Taehyung observando, pudo entonces a los lejos ver columnas de humo, pequeñas explosiones y sabrá Dios qué otras cosas, pero segundos después de que ella llegará una gran explosión se hizo ver justo en la dirección de la tribu. El estruendo fue tal que hizo ondear las hojas de los árboles, Kiana vio aquello y no pudo más que gritar de impotencia, Taehyung también sintió aquel impacto pero nada había que pudieran hacer, la tribu había sido destruida.
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