Capítulo II
Yoongi era una persona muy diferente en el pasado. Él era alguien que no estaba seguro de su sexualidad, decía ser heterosexual porque su papá le había enseñado que el hombre debía estar con la mujer y la mujer con el hombre. Pero aunque intentara negarlo, cada vez que el pelinegro iba a verlo, su corazón latía fuertemente, tanto que parecía que en cualquier momento se le saldría del pecho. Amaba como su dulce sonrisa de conejito iluminada su mundo y cambiaba su humor, que generalmente era muy malo.
Al principio, él sólo iba a aquella fuente de agua del parque para ver el cielo y olvidar sus problemas, ya luego comenzó a ir sólo para verlo.
Su vida no era perfecta, nunca lo fue, sus padres de por sí siempre peleaban, pero aquello empeoró desde que su hermano mayor Jin admitió ser gay.
Su papá estaba en desacuerdo y su mamá, a pesar de que le costó aceptar aquello al principio terminó haciéndolo y demostrándole a su hijo lo mucho que lo amaba al darle su apoyo. Por esa razón, ella peleaba con su esposo, para que este dejará de tirarle indirectas a su hijo, además de las muchas palabras hirientes y lo aceptará tal como es.
Terminaron pidiéndose el divorcio, su mamá se quedó con Jin en Corea y su papá logró llevárselo, fue por ello que se fue a Italia. Lugar en el que se dió cuenta de su verdadera sexualidad.
Nunca imaginó tener que regresar a Corea, aunque debe admitir que sí quería hacerlo. Su papá lo botó de su casa en Italia porque no quería saber más de él después de su confesión. Sí, confesión. Porque cuando se dió cuenta de lo mucho que extrañaba a Jungkook y de lo muy enamorado que estaba de él, le confesó a su padre que era gay igual que Jin.
Cada día después de su regreso iba hasta aquella fuente de agua del parque al que siempre solía ir antes de irse a Italia, con las esperanzas de encontrar a Jungkook de nuevo.
Tal vez fue obra del destino o quién sabe en realidad porqué sucedió, que justo cuando estaba a punto de darse por vencido su mirada se encontró con la del pelinegro, quién estaba comiendo en una heladería justo frente a aquella fuente de agua donde el pelirrojo estaba sentado. En el momento en que Jungkook lo vió, al principio creyó que era sólo su imaginación jugándole una mala pasada, pero cuando cayó en cuenta de que el susodicho se acercaba, la realidad lo golpeó de repente. Yoongi habia vuelto y estaba caminando hasta él con sus labios formando una bella sonrisa y el corazón desembocado.
Los recuerdos de aquel, podría decirse, trágico día le dolían a ambos. Sentían como si apretaran fuertemente sus corazones, Jungkook creía ser el único que sentía aquello, pero lo que no sabía era que a Yoongi también le dolían los recuerdos.
Incluso podría llegarse a decir que, yoongi se sentía peor que Jungkook puesto que cada día que pasaba, lamentaba el haberlo rechazado sabiendo lo mucho que lo quería aunque lo negara. El pelinegro no merecía tal forma de rechazo, alguien como él con un corazón tan puro no merecía que se lo destrozaran.
Flashback...
Sabía que era su último día en Corea, ya que su papá le había dicho que el día siguiente se lo llevaría a Italia porque según este no quería que su hermano Jin le contagiara su homosexualidad. Su mamá estaba muy triste por tener que alejarse de su hijo y a él también le entristeció aquel hecho, sin embargo, no tenían más que hacer que aceptar lo que se había acordado tras el divorcio. Él se llevaría a Yoongi y eso era definitivo.
Era el último día que iría a sentarse en aquella fuente de agua, era el último día que lo vería y disfrutaría de su presencia y su hermosa sonrisa, por mucho que lo quisiera negar, le gustaba mucho jungkook, pero creía que eso estaba mal, todo por culpa de las ideas que le había metido su papá en la cabeza.
Coincidentemente, ese mismo día Jungkook había decidido ir hasta allí y entregarle una carta donde plasmaba sus sentimientos por él, ya que decírselo cara a cara le era muy difícil.
Se había imaginado la situación y lo había estado practicando, pero cada vez que lo hacía terminaba quedándose sin habla o tartamudeando a causa de sus nervios y eso que sólo se lo imaginaba frente a él.
Creyó que lo mejor era darle la carta, ya que quizás sólo así, se vería menos ridículo.
Jungkook se acercaba lentamente, mientras que Yoongi lo buscaba con la mirada. Cuando el pelinegro tocó suavemente el hombro del pelirrojo, este volteó con una sonrisa porque sabía quién era sin necesidad de verlo.
—Yoongi— exclamó Jungkook alegre.
—Me alegra verte Jungkook— apretó suavemente su mejilla y este se sonrojó ante aquella acción tan tierna de su parte.
A Yoongi le dolía mucho el corazón, sabía que tenía que irse, sabía que mañana no lo volvería a ver. El rostro de Yoongi se ensombrecio y Jungkook al notarlo lo hizo sonreír al hacerle cosquillas. No se lo dijo, pero con la mirada se lo agradeció.
—Yoongi, tengo algo que darte— sacó su carta del bolsillo trasero de su pantalón y cabizbajo, se lo entrega, tratando de ocultar su leve sonrojo y los nervios a flor de piel.
—¿Qué es?— preguntó Yoongi curioso.
—Sólo léelo— le pidió y el pelirrojo obedeció.
«Desde el momento en que te vi.
Supe que pondrías mi mundo patas arriba, y créeme, no me importó y me acerqué más a ti, temeroso pero feliz de hablar contigo. Verte de cerca era diferente que verte a lo lejos con la esperanza de que voltearas y charlaramos.
Ver tu sonrisa hace latir fuertemente mi corazón y verte de cerca provoca que miles de mariposas revoloteen en mi interior.
Quizá parezca extraño lo que te estoy diciendo, a veces quisiera leer tus pensamientos para saber si sientes lo mismo que yo. Lamentablemente no puedo, pero tú si puedes responder mis preguntas ¿Qué es lo que sientes? ¿ Me ves sólo como un amigo?
Te diré que es lo que yo siento. Me gustas Yoongi. Me gustas mucho y ¿Yo te gusto?»
Una carta corta pero precisa, donde plasmaba perfectamente sus sentimientos, a Yoongi le gustaba lo que decía la carta y le gustaba él, pero cuando estuvo a punto de decirle que quería ser algo más que su amigo, los recuerdos de las muchas veces que su padre humilló a su hermano mayor por ser gay llegaron a su mente y cayó en la realidad de que entre ellos no podría haber nada, al menos, nada más que no fuera una bonita amistad. Y es que no quería que su padre lo odiara. Pero sin querer, terminó humillandolo tal y como hizo su padre con su hermano mayor.
—¿Cómo crees que yo podría estar con alguien como tú? Eres un hombre ¿Acaso crees que yo podría andar con un hombre? Me gustan las mujeres, y aún si fueras mujer no podría ser algo más que tú amigo, ¿No te has visto? Eres muy poca cosa para mí, simplemente no eres lo suficientemente bueno para mí. Alejate de mí, no quiero que me contagies tu homosexualidad— habló cruelmente e hirió los sentimientos de la persona que más quería.
No era verdad todo lo que estaba diciendo, no entendió que fue lo que le pasó en ese momento para reaccionar de esa forma. Fue como si se hubiese convertido en su padre por un momento. Y al ver esos preciosos ojos cristalizarse por las lágrimas, su corazón se rompió en dos. Ya no podía hacer nada, él se ha ido corriendo y estaba seguro de que no volvería y lamentablemente él tampoco lo haría.
Fin del flashback...
Y bueno, ya saben lo que pasó.
Era el primer día de clases, para Yoongi, en la Universidad en la que estudiaban Taehyung y Jungkook. Todo eso era una alegría inmensa para el pelirrojo, estar cerca del pelinegro significaba más oportunidades de intentar ser algo más que su amigo.
Caminaba por los pasillos de la Universidad, la cual era inmensa, en busca de su casillero, cuando al fin lo encontró metió todos sus libros y cuadernos excepto del curso que le tocaba a primera hora: Estadística, a pesar de que no odiaba los números, era pésimo con ellos, pero si le dijeran que haga una poesía o un libro de cien capítulos, lo haría y muy bien.
Él va a estudiar Ciencias de la comunicación, una carrera que le gusta mucho y en la que no pensó que se encontrarían Jungkook y menos Taehyung, su «Novio».
A veces la vida te lleva por caminos inesperados, pero correctos.
No conocía muy bien el lugar, por lo que se sintió un tanto perdido. Y cuando llegó la hora de inicio de clases, supo que tenía que ir de inmediato a la suya, pero no tenía ni la más remota idea de donde era, caminó sin una dirección específica, y de la nada chocó con un chico que ni siquiera había visto venir, un rubio simpático que acaba de caer de sopetón contra el suelo junto con sus libros que estaban ahora esparcidos por el piso.
—¡Ay no! — exclamó Yoongi agachándose a ayudarlo a recoger sus cosas y sin querer notó que uno de los libros era justo el que él también tiene, lo que quería decir que estaba en su misma clase— Lo siento no fue mi intención hacerte caer— se lamentó a lo que él sólo asintió cabizbajo tomando los libros que Yoongi le entregó.
—¿Cómo te llamas?— preguntó tratando de establecer una conversación con aquel chico que le daba un poco de curiosidad. Se nota que es demasiado tímido, si no hubiese sido porque le contestó a su pregunta hubiese creído que es mudo o algo similar, porque no había emitido sonido alguno antes de decir su nombre.
—Jimin, bonito nombre— lo alaga y este siente sus mejillas arder, por suerte sigue cabizbajo así que el pelirrojo no lo nota—. Yo soy Yoongi, un gusto— extiende su mano y el rubio sólo se queda observándola. Yoongi al ver que este no hace nada al respecto, carraspea y baja la mano lentamente—. Me he dado cuenta que estas en mi clase por el libro que tienes ¿Me podrías decir a donde es? — le pidió a lo que este sólo asintió y caminó en dirección al aula siendo seguido por Yoongi.
Al llegar a su clase, se dio cuenta de que Jungkook y Taehyung estaban sentados juntos al inicio de la clase y que el único asiento libre era el que estaba al costado de Jimin, así que no le quedó de otra que sentarse allí.
El lugar al lado de Jungkook estaba ocupado al igual que el corazón del pelinegro y ambos por la misma persona. La persona que es el impedimento de su felicidad, claro eso es su perspectiva al menos, ya que no sabe que entre ellos no sucede más que una linda amistad.
No entendía nada de lo que el profesor estaba explicando, sentía que le estaban hablando en otro idioma. Por mucho que tratara de concentrarse no podía, su mirada no dejaba de estar encima de la parejita del año, ¿Cómo se llamarían como pareja? ¿Kooktae? ¿Taekook? Cualquiera sonaría bien y eso es lo peor de todo.
No sólo se ven bien juntos también su nombre de pareja suena genial, lo único que faltaba era que al cantar juntos también suenen bien.
Para tratar de sacarlos a ambos de su cabeza intentó hacerle conversación a Jimin, pero éste parece que el gato le hubiese comido la lengua. Era muy cortante al hablar. Cuando Yoongi le preguntaba algo, solo se limita a asentir, negar o dar respuestas super cortas, evitando mirar al pelirrojo y concentrándose en lo que el profesor estaba explicando.
O este chico es muy estudioso o muy tímido, quizá ambos. Yoongi no tenía idea de nada de lo que estaba pasando por la mente de Jimin y era mejor dejarlo así.
Las horas transcurrieron normales, luego de estadística siguió lenguaje , Yoongi logró por fin prestar más atención a la clase, era un curso que le gustaba mucho, así que prestar atención no era tan difícil, incluso a pesar de tener que ver a Jungkook y Taehyung muy juntos de nuevo.
Al sonar el timbre que indicaba la hora de comer, todos se dirigen a la cafetería y Yoongi aprovecha aquel momento para acercarse a Jungkook, quién no se ha despegado de Taehyung en todo el día.
Los tres chicos se sentaron después de pedir lo que cada uno deseaba comer, y ninguno se animaba a romper el hielo.
¿Porqué todo tenía que ser tan incómodo?
Lo único que logró hacerlos hablar fue el hecho de que Jungkook se mancho con pudín, su postre favorito, la comisura de sus labios. Y ambos chicos querían ayudarlo limpiando con una servilleta la pequeña mancha. Al final Taehyung fue más rápido que Yoongi, y ayudó a su amigo con esa mancha.
Aquella escena fastidió a Yoongi, quién después de ello trataba de verse tranquilo pero no lo lograba, se notaba lo celoso que estaba.
A Taehyung le agradó que se molestará,ya que después de todo se lo merecía, no es nadie como para ser merecedor de una persona como Jungkook. Esta dispuesto a proteger su corazón, está dispuesto a impedir otro corazón roto sin pensar que quizá podría llegar a ser la causa de uno.
Las horas pasaron y cuando llegó la hora de salida, todos se fueron a sus respectivas casas, bueno casi todos.
Jungkook y Taehyung se quedaron en el aula un poco más de tiempo para conversar a solas, Yoongi se paró afuera del aula esperando a Jungkook y al ver que todos ya se habían ido y no lo veía por ningún lado decide regresar al aula a buscarlo, sin imaginar lo que podría estar a punto de escuchar.
La gente debería tener más cuidado cuando quiere hablar en secreto con alguien, otras personas pueden llegar a escuchar, y así es como se forman los chismes, que pueden ser ciertos o falsos, y se crean problemas enormes por malos entendidos...
Espero les haya gustado
Con amor...
SweetbabyTJ
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