Prólogo.
Necesito encontrarme, estoy perdida y muy cansada. ¿De qué? Pues de saber que decepciono a todo el mundo, a mis estrambóticos padres los primeros, y a cualquiera que me tenga algo de afecto. Ya no tengo amigos de verdad porque todos han seguido con sus vidas mientras yo sigo estancada en la nada. Fui a la universidad y fracasé, aquella fue mi perdición, me derrumbé y me aislé de la gente. Así yo no haría daño ni me harían daño a mi, dejaría de tener algo que perder. Aún recuerdo cuando era decidida y tenía claro lo que quería, además solía conseguirlo; ahora, sin embargo, sé lo que no quiero pero no sé lo que quiero. De hecho, no se nada.
Miento, en realdidad sí sé algo, quiero encontrarme, revivir, sentir, renovar mi vida, volver a nacer. Quiero descubrir lo que dicen los libros, las canciones, las películas... Sentir todo, experimentar pequeñas aventuras épicas, no tener miedo de sentir miedo. Tan sólo soy un ser humano más en este mundo y no pretendo dejar huella como otros, pero sí quiero que dejen huella en mi y que sea agradable.
Llevo hundida y sintiéndome sola años, demasiado tiempo. Pese a que hay gente que dice quererme, por lazos de sangre o por cariño, en el fondo intuyo con certeza que sus palabras son vacías en sentimiento, pues no valgo nada o, al menos, hasta ahora no he válido nada. Soy un desastre viviendo. Todo eso es lo que me dispongo a cambiar. Voy a ser, voy a sentir. Voy a vivir.
Por este motivo y aprovechando que es mi 27 cumpleaños, he comprado un billete de ida a la mítica Grecia, otro de tren que tomaré allí para recorrerla y otro de barco que compraré allí, que me llevará hasta Creta, donde me quedaré. ¿Para siempre? Todavía no lo he decidido, prefiero que sea la propia isla la que escoja si quedarme o decir adiós.
No me despido de nadie, poco importa. Conmigo llevo lo indispensable: el dinero ahorrado de toda una vida sin apenas gastos (estoy segura de que sabía que para este día iba a necesitar el dinero y por eso lo guardé); también tengo mi mochila equipada con lo básico en prendas de ropa, mi ordenador, una libreta donde escribir mis experiencias; puede que también dibuje, dos bolígrafos de tinta negra y mi libro favorito: Mil y un recetas. ¿Qué? Me gusta comer bien, de todas formas estoy ansiosa por degustar la comida típica griega.
Lo tengo todo listo, documentos, dinero, billetes y equipaje. No me olvido de mi móvil para hacer fotos y escuchar música así que también llevo los auriculares. Ya estoy preparada.
Grecia, allá voy.
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