VIII
—Amor despierta, ya estamos a punto de aterrizar...
—escuché tal susurro en mis oídos a lo que fui abriendo los ojos levemente mientras los frotaba con cuidado para ver el rostro de mi esposo, al igual que a mi hija en el asiento que estaba en medio de los dos aún dormida, a lo que simplemente sonreí.
—No habías dormido en la noche mi amor, ¿ya pudiste descansar bien?
—¿Cómo sabes eso? —dije suspirando para poder asentir con la cabeza, tomando su rostro para depositar un beso en sus labios— tranquilo amor ahora si recuperé el sueño perdido.
—Yo lo sé todo, te conozco demasiado bien, diría yo —suelta una pequeña risita para darle pequeños besos en sus labios abrazándola— te prometo que no permitiré que nos arruinen nuestra vida, viviremos felices hoy, mañana y siempre.
—Eso espero mi Harold, no quiero que nos separen de nuevo... —baje la mirada para esconderla en su cuello; por el altavoz se escuchó que el aterrizaje se iba a realizar, que por favor abrocháramos nuestros cinturones a lo que acomode el mío y el de nuestra pequeña.
—Te lo prometo... Las protegeré a como dé lugar —dice con aquella voz paternal que le caracterizaba siempre a lo que sonreí asintiendo.
—Te creo mi amor... —asentí para ver como aterrizábamos y nos daban el acceso a descender del avión, al bajar tomamos las maletas de mano que teníamos, mientras que Rich con mi padre fueron por las que estaban en bodega.
—Ya tenemos todas las maletas, Kevin me acaba de responder que se encuentra ya afuera con el auto, vamos para que nos reciban.
—Está bien Rich, andando entonces —sonreí más animada para empezar a caminar todos juntos a la salida del aeropuerto, donde nos encontraríamos con nuestros amigos, casi hermanos.
—¡Chicos! —el moreno levanta su mano tras la multitud para que todos se acercaran a su encuentro, inmediatamente se saludaron para ir caminando a la bans donde podrían ir cómodos.
—¿Están bien? ¿Cómo les fue en el vuelo?
—Todo el vuelo estuvo bien, y por ahora estamos bien todos... —suspira Harold antes de subirse al vehículo.
—En casa nos cuentan mejor, Jennie los espera, vamos acomódense para arrancar —dice al terminar de subir las maletas a la cajuela y que todos obedecieran a la orden de subir.
—Para cambiar un poco del tema, ¿cómo va ese bebé? Ya ahorita Jen da a luz por qué su pequeña nace primero que la mía.
—Ante ayer fuimos a una revisión, va grande y fuerte, se dice que posiblemente ya nacerá en perfectas condiciones el 28.
—¿El 28 de este mes o de septiembre? —dije con tal sorpresa.
—Se supone que de septiembre, pero debemos estar pendientes por qué también puede ser prematuro por los problemas que Jennie tuvo.
—Pero me imagino que Kris debe estar feliz por su nueva hermanita.
—La verdad que sí lo está, siempre le anda tocando la pancita a su madre y siempre la anda cuidando —suelta una risita mientras conducía.
—¿Cloe, a ti te gustaría tener un hermanito o hermanita para jugar?
—Sí, pero mami dice que pronto lo tendré.
—Ya saben, tienen que ponerse en la tarea, para darle un hermano o hermana a Cloe, ya tiene seis años —los mira antes de reír.
—solté una risita para asentir— eso se ha estado trabajando, pero aún no se ha metido bien el gol.
—Y que es tú, culpa hermano, dice —sueltan una pequeña risa ambos chicos mirando a Harold por el retrovisor.
—Todo es mi culpa ahora —se hace el ofendido antes de reír— cuándo sea el momento indicado Keyla quedara nuevamente embarazada, lo hemos intentado, solo hay que esperar el resultado.
—Apenas mi pequeña tenga un año, le buscaré su hermano o hermanita, ¿no es así amor?
—Óyelo, cómo tú no eres el que carga esta gran panza por nueve meses, quieres tenerlos seguido, me haces el favor y te quitas esa idea de la cabecita —le mira negando Lupe antes de reír.
—Lupe, tienes todo mi apoyo, ellos no saben lo que es un parto, aunque bueno, ya mi pequeña está grandecita, así que en mi caso si es momento de darle un hermano o hermana —deje escapar una pequeña risa con mi amiga hasta ver como llegábamos a la casa de Jennie.
—Bueno, no me les den duro a los chicos, más bien todos abajo ya hemos llegado —sonríe el moreno deteniendo el auto para sonar el claxon del mismo y ver como Jennie salía de manos de su pequeño a recibir a los recién llegados.
—al bajar deje a mi hija correr para que fuese a saludar primero y al acercarme a mi amiga la abrace brindándole caricias en su gran vientre— hola, hola.
—Mis chicas, ¿se encuentran bien? Tienen mucho que contar, es horrible lo que ha pasado.
—Ni te imaginas, gracias por recibirnos aquí, allá fuera sido un peligro —sonríe Lupe antes de abrazarla.
—Nada de gracias, ustedes son cómo mis hermanas menores y es mi deber cuidar de ustedes —sonríe dándole el paso para qué entrarán a la sala de estar mientras Kevin se encargaba de ubicar a los chicos.
—Jen, pequeña —la madre de Keyla abraza a la jovencita posando su mano en el vientre de la chica— ¿se están portando bien tus bebés?
—Bienvenida señora Margaret, y claro que sí, Kris está feliz con la llegada de su hermanita y esta chiquitina también lo está —deja escapar una pequeña risa mientras se encontraba acariciando su vientre— en verdad me preocuparon con la llamada, ¿ninguno está herido?
—Bueno, solo Harold sufrió una herida, pero por ahora todos estamos bien —sonrió mientras me sentaba— ayer fue un día tenaz.
—Me imagino que sí, yo no pensé que Jeison te encontraría así de rápido, apenas ayer me informaron que escapo, seguro tendría algún contacto para saber de tu paradero.
—Y lo peor del caso es que ahora no es solo Jeison, sino otro lunático que apareció y resulta que también está profundamente enamorado de Key.
—¿Qué? ¿Cómo que otro lunático? —pregunta la joven en sorpresa.
—Mi hija como que tiene puro pretendiente loco —niega dejando escapar una risita al ver a Jennie— abrieron el caso para atraparlos a ambos, a Jeison y al desconocido por qué no sabemos nada de ese; simplemente ese sujeto apareció de la nada.
—Amiga, debes hacerte un baño de hierba a ver si dejas de ser perseguida por locos, ya con Harold es suficiente.
—Hey, yo no estoy loco —comenta aquella voz masculina que iba llegando con los demás para tomar asiento junto a sus respectivas parejas.
—Un poco sí, pero espero aquí tengamos un poco más de paz y que la policía los llegue atrapar, todo iba bien sin psicópatas en nuestras vidas —afirme antes de abrazar a mi esposo levemente sin quitar mi vista de los dos niños los cuales jugaban con la nana de Kris.
—Verás que así será, dudo que esos puedan salir del país, la policía los está buscando por mar y tierra.
—Casos se han visto, pero espero que nosotros no seamos los afortunados que nos pase esas desgracias.
—Te apoyo totalmente Lupe, ojalá no seamos tan desafortunados para que nos encuentren aquí —suspire pesado antes de cambiar el tema y comenzar a olvidar un poco la situación; tenía que estar tranquila con mi familia y conmigo misma, aunque en esos mismos instantes, en Florida estuvieran planeando estrategias que afectarían nuestra tranquilidad de forma negativa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro