IV
—Amor, ¿tú crees que ese señor venga con malas intenciones? Es decir, tomarse todo el trabajo en planificar dos mentiras es supremamente extraño, pero a veces cuándo recuerdo la situación que nos pasó siento que cualquiera puede estar amenazado —suspiré algo pesado mientras me deshacía de mi vestido mirando por el espejo a mi esposo que estaba muy cómodo ya con el pijama de dormir en la cama.
—La verdad amor no sé qué decirte, es decir, ¿quién lo ha de amenazar? Y mejor aún, ¿con qué? —respondió este mirándola por el espejo con una ceja levantada.
—Lo sé, por eso dudo esa idea, puesto que nadie últimamente nos ha querido separar y muchas personas que lo pueden hacer ya no están —me coloque mi pijama para irme a recostar a su lado poniendo mi cabeza en su pecho descubierto.
—En verdad es algo bastante raro amor, porque si bien él nos mintió cambiando en dos versiones diferentes para atraparnos, lástima que no le salió como lo esperaba, o quizás si porque estamos plantando nuestro interés en él —acaricia el brazo a su esposa para poderla tranquilizar, de igual forma le daba pequeños mimos.
—En eso si tienes razón, si vuelve a aparecer, tendremos que conversar él y yo, porque en verdad sigo sin entender cómo se enteró y mira, apareció el mismo día de la sorpresa de nuestra renovación de votos.
—Yo me sorprendí por qué no me lo esperaba tan pronto, pero venga amor, descansemos que mañana tenemos un largo día —el chico plasma un pequeño beso sobre los labios de su esposa antes de que ambos decidan acomodarse abrazados para dormir, aunque claramente a Keyla le costaría un poco más conciliar el sueño.
8:30 a.m. del día siguiente.
—me levante al escuchar la puerta sonar; frotando mis ojos, me acerque a abrir para ver a mi pequeña tocando con pucheros— buenos días mi princesita, ¿por qué esa carita?
—Mamá, tengo algo de hambre, me duele la pancita —responde la menor aún con un puchero antes de tomar la mano de su madre.
—Claro que sí, vamos a comer —sonrío en respuesta para bajar con ella agarrada de la mano hasta la cocina, al llegar empecé a preparar el desayuno. Hoy, mi esposo y yo trabajaríamos únicamente en las horas de la tarde, puesto que las calles estaban colapsadas por eventos culturales, por ello todos estábamos invitados a salir; lo bueno de esto, era que como Cloe tampoco iría a la escuela, pasaríamos la mañana los tres juntos.
—Pero que bien huele desde allá arriba ese desayuno —comenta Harold, mientras bajaba las escaleras y tomaba asiento junto a su hija.
—Buenos días, papá, pensamos que dormirías mucho más tiempo, mamá solo está haciendo desayuno para ella y para mí —comenta Cloe tratando de no reír al ver el rostro de su padre en sorpresa.
—No me digan eso, que me pongo triste, yo que estoy antojado de unos wafles deliciosos —dice mirando a su esposa, quien solo suelta una pequeña risa.
—Tranquilo, si te he hecho a ti, Cloe solo te hace bromas —negué un poco para empezar a servir en los platos y ponerlos frente a cada uno, para devolverme y tomar el mío sentándome así en medio de ambos.
—¡Ñami, ñami! Provecho, papá y mamá —sonríe al empezar a comer gustosa.
—Los mejores desayunos hechos por mamá —sonríe también el mayor para comer gustoso como su hija.
—reí un poco al mirarlos para empezar a comer mientras conversábamos de temas ocasionales. La puerta sonó después de varios minutos, lo cual me pareció raro, era temprano y no teníamos planeado tener visitas; al Harold abrir notamos que eran Lupe y Rich pálidos.
—¿Dónde está, Keyla?
—Chicos, ¿qué les paso? ¿Por qué están así?
—Necesitamos con urgencia a Keyla, Harold, ¿dónde está tú esposa? —mira detrás de él y ambos entran de golpe cerrando la puerta.
—me levante al escuchar las voces y salí a la sala principal viendo que Lupe me abraza a lo que le acaricie levemente el cabello— ¿qué ocurre chicos?
—Key, Harold, deben mudarse de esta casa, Jeison se escapó de la cárcel, y ¿recuerdas el vestido que me prestaste? El de color blanco para estar más cómoda con el vientre...
—¿Cómo qué se escapó?
—interrumpe mi esposo a lo que lo mire en señal que dejara hablar a Lupe—. Sí, ¿qué pasó con el vestido?
—Jeison confundió a Lupe contigo Key, a lo que nos atacó y por poco hace a Lupe abortar, lo logre golpear pensando que era un ladrón, pero al reconocernos este me golpeo en el abdomen desestabilizándome para huir. Yo simplemente cargue a Lupe para llevarla al hospital e hicimos la denuncia, pero igual será mejor que se marchen...
—Dios mío... Ese hombre está, es loco, pero dígame, ¿están bien? ¿Todo está bien con el bebé?
—Sí, estamos bien, ya le avisamos también a Jen y dijo que los recibiría en su casa; yo diría que debes decirle a tu mamá, también tiene que irse.
—Iré por mi celular para ver si Jen ha llamado... Lo que nos faltaba, este idiota escapa de prisión —Harold sube rápidamente en dirección a la habitación.
—abracé a Lupe acariciando su espalda levemente— yo pensé que ya tendríamos paz...
—Nosotros también... Ese hombre está muy mal de la cabeza, su obsesión contigo sobre pasa límites Key... —comenta Rich un poco más calmado.
—Lo sé... Da miedo... —suspire pesado para sentar a Lupe en el sillón y buscarle un vaso de agua, mientras Harold empezaba a hablar con Jen, esta se había ido con Kevin a Francia por unos negocios entre mi esposo y el de mi mejor amiga. Kevin fue a representar a la empresa, así que al ir con ellos estaríamos algo lejos del radar de Jeison.
—Bueno, están preparando la casa, Jen me dijo que nos fuéramos todos, porque puede que los ataque a ustedes nuevamente para que les digan donde está Keyla y no podemos permitirnos eso.
—Hermano, nosotros debemos hacer el proceso de pasaporte, ya se nos caducó.
—No te preocupes por ello, yo me encargaré de eso, más bien mañana mismo nos vamos, es momento de empacar.
—asentí levementecuando la puerta nuevamente sonó, pero la sorpresa no fue nada agradable almomento que abrí— tú...
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