Lisa muchas veces ha sentido que Rosé es demasiado buena para ella. La ama, es cierto, pero no está segura de qué tipo de amor es.

¿Como amiga? ¿Hermana? ¿Como... amante?

Lisa ha tenido curiosidad sobre como se sentirían los labios de Rosé. Ha soñado con ellos, de hecho. Despues de todo lo que han vivido, Lisa no quiere amar a nadie más. No quiere a otra persona, solo a Rosé.

—Te amo, Lisa.

—¿Por qué llevas repitiendo eso un buen rato?—cuestiona mirandola, notando en Rosé ojos brillosos.

—Porque te amo y quiero que lo sepas este último día.

Lisa tiene las mejillas sonrojadas. —Yo te amo igual, Rosé.

Si tan solo Lisa pudiera leer mentes, habría escuchado el pensamiento de Rosé; no estoy segura de que sea el mismo tipo de amor.

Rosé lleva enamorada de Lisa toda su vida. Y lo seguirá haciendo despues de este último día, está segura de ello. Pero no quiere arruinarlo, no ahora, solo quiere que Lisa pase un buen último día.

Rosé quiere la felicidad de Lisa, por eso está dispuesta a aceptar cualquier amor que ella le dé.