25 Final
"Mi chico actúa raro, era suficientemente sombrío. Pero ahora es solo una sombra"
— ¿Jimin?...
SunJi corrió fuera de la habitación y bajó lo más rápido que pudo hacia la salida. Abrió la puerta y el aire frío chocó contra su cuerpo dejándola helada, pero en ese momento no sintió nada más que su corazón palpitando con fuerza.
Mordió su labio cuando no vio a nadie allí, tal vez había sido simplemente una visión. Deseaba tanto que Jimin estuviera vivo que su mente estaba al punto de colapsar.
— Está muerto...
Se dijo así misma, quería poder seguir adelante sin pensar en que quizás Jimin seguía allí con ella. Pero no era fácil, nada estaba siendo fácil.
Volvió a entrar a la casa y se acostó con lágrimas en los ojos, no importaba cuanto tiempo pasara, siempre terminaba con el corazón oprimido en las noches y no podía evitar llorar.
Una vez huyó de él sin desearlo en realidad, y todo eso había terminado de esa manera. Tal vez si ella no se hubiera alejado de él la primera vez o quizás si desde un principio no lo hubiera aceptado.
Esas preguntas sin respuestas rondaban la cabeza de la chica cada noche, y a todas horas del día. El arrepentimiento y la culpa la estaban devorando viva, si no fuera por el bebé que llevaba en su vientre. SunJi estaba segura de que no hubiera aguantado mucho después de la muerte del pelirubio.
(...)
Corea del Sur; Seúl: 20-4-2022.
— ¡Feliz cumpleaños!
Gritaron todos sus amigos y brindaron por ella y el bebé en camino. SunJi acababa de cumplir veinticuatro años.
Había pasado bastante tiempo y estaba mejor tanto física como mentalmente. Ya no pensaba en Jimin con tristeza, había aprendido a recordarlo y sonreír. Se dijo a sí misma que quería mantener en su memoria los momentos lindos que pasó con él y perdonar todos los malos. Porque al final él nunca había sido una mala persona con ella, al contrario. Jimin la había amado tanto que decidió acabar consigo mismo antes de hacerle daño.
— ¿Ya tienes el nombre para la bebé? — preguntó YoonGi quién se encontraba a su lado, el chico no se había alejado de ella. Se mantuvo cuidándola todo el tiempo.
— No... — negó y sonrió al ver su barriga, había crecido bastante los últimos seis meses y SeokJin fue el ganador de la apuesta, venía una niña en camino. — Creo que se lo dejaré a Jin, le ha decorado la habitación completa. Tiene derecho.
Rió, sus amigos habían sido un gran apoyo para ella. Les estaría agradecida siempre.
— ¿Yo qué? — el pelinegro apareció de la nada y se sentó junto con ellos. — Aigoo, ¿como está mi pequeño bichito?
— Deja de decirle así a mi hija - le dio un manotazo.
-— Será un bichito feo y pequeño, ya quiero verla.
Dijo bromeando y se fue riendo, la risa de SeokJin era algo realmente gracioso.
— Bueno, creo que ya me voy a casa. Estoy bastante cansada — SunJi se levantó tomando su bolso. YoonGi también lo hizo.
— Yo te llevo.
— Está bien, gracias.
La chica se despidió de sus amigos y subió al auto de YoonGi para que este la llevara a casa. Llegaron rápidamente y se bajó.
— Gracias otra vez.
Le sonrió y este le devolvió la sonrisa.
— No tienes que agradecer, descansa y ten cuidado. ¿Sí? No salgas sola en la noche.
— Entendido, no saldré ni al patio. Lo prometo.
Se despidió y entró a casa, el chico se marchó cuando la vio a salvo.
SunJi se dio una ducha y se recostó en la cama. Había sido un lindo día con sus amigos, esperaba que las cosas siguieran así de esa manera.
Se durmió rápidamente y despertó por un toque en su rostro, abrió los ojos lentamente y sonrió con lágrimas en los ojos. Aquello debía ser un sueño, era la primera vez que soñaba con él después de todo lo que había pasado.
— Jimin...
Susurró y este le sonrió acariciando suevamente su mejilla.
— Estoy aquí, perdón por demorar tanto. — se acostó a su lado y acarició su vientre — Ahora podremos estar juntos, podremos ser una familia.
— No quiero despertar, quiero que seas real.
— Soy real. — pronunció — ¿Recuerdas lo que te dije? SunJi, nunca me iría de tu lado, nunca estuve lejos. Porque eres mía, para siempre...
(...)
— ¿Tienes idea de dónde puede estar? — gritó furioso y asustado — ¡Simplemente no pudo haber desaparecido así!
— YoonGi, ten calma, SunJi aparecerá. Tal vez salió de viaje sola, ya sabes como es — NamJoon intentó calmarlo aunque él también estaba preocupado.
SunJi había desparecido esa noche sin dejar rastro ni explicaciones. Nunca más volvió, y sus amigos no supieron nada de ella. Quisieron creer que se había ido sola para seguir con su vida lejos de aquel lugar donde había sufrido tantas pérdidas. Quisieron creer que estaba bien y a salvo.
Y lo estaba.
Estaba feliz mientras le escribía una carta a aquellos que dejó atrás, aquellos que necesitaban una explicación. Dejó el sobre en el buzón y suspiró aliviada, no había contado toda la verdad allí. Pero al menos les estaba diciendo que estaba bien y era feliz.
— Papiii.
Una pequeña de seis años corría con sus pies descalzos por la arena en busca de su papá. Jimin sonrió y la recibió en sus brazos cuando esta saltó a ellos.
— Mira — abrió su pequeña manito y le enseñó las caracolas que había encontrado.
— Son hermosas, ¿por qué no vas y se las enseñas a mamá? — besó su mejilla y la dejó en el suelo para que corriera hacía SunJi.
Las observó a las dos con una sonrisa, al fin todo estaba bien.
Jimin nunca había aceptado que SunJi se alejara de él así que le prendió fuego a su casa y arregló todo de tal manera que pareciera que había muerto, sí él no estaba, nadie podría ir tras él ni acusarlo por su pasado. Olvidó a todos aquellos a los que quería muertos y se escondió, esperando el día y la hora correcta para volver y llevarse lo que era suyo.
Fin.
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