22
“Tenía miedo de perder algo que nunca encontramos”
Nunca pensó que se quedaría callado, SunJi esperó por las palabras de Jimin, sin embargo el chico solo se mantuvo callado mirando a la nada. Quizás sus palabras lo habían tocado profundamente o tal vez él ni siquiera había escuchado.
Ella no supo por qué, ni intentaría saberlo. Simplemente se dio la vuelta y se alejó de él sin detenerse. No iba a mentir, estaba esperando mientras sus piernas seguían avanzando que el pelirubio la detuviera. Pero es no pasó y salió de allí.
Llegó a casa y se dejó caer en su cama exhausta. Iba a ser difícil, pero sabía que era lo mejor. Podía ser que solo ella pudiera ayudar a Jimin, y creía haber encontrado como. Quizás si tan solo se alejaba y lo dejaba, los problemas se alejarían de él. Jimin se iría y comenzaría una vida nueva lejos de todo su pasado. Alejado de ella quién lejos de poder ayudarlo quedándose juntos a él, solo lo hundió más al darle algo a lo que aferrarse. Algo a lo que amar y no querer soltar.
Por primera vez entendió por qué aquella vez el pequeño Jimin de seis años intentó ahogarla. Él sabía que si no podía ayudarlo, solo lo hundiría más e intentó salvarse a sí mismo.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, lo amaba y quería estar junto a él. Pero porque lo amaba lo dejaría ir, nunca se perdonaría si el final de su historia terminara mal. Jimin había comenzado mal, tenía el derecho de terminar bien.
(...)
La mañana había comenzado completamente en caos. Camiones de bomberos y varias patrullas de policía se encontraban frente a la mansión de Park Jimin la cuál ardía en llamas desde la madrugada. A esas alturas solo quedaban grandes escombros y los altos postes que una vez aguantaron el peso de aquella casa.
Nadie sabía qué lo había causado, y les preocupaba que el dueño pudiera haber quedado atrapado en el incendio sin poder salir. Jimin no había aparecido, no se sabía nada de él por lo cual todos lo dieron por desaparecido al no ser encontrado tampoco entre los escombros.
— Detective Min, no hemos encontrado restos ni indicios de que el Joven Park haya estado en la casa en el momento del incendio. Quizás está fuera de la Ciudad y es por eso que no a aparecido por aquí.
YoonGi asintió con el ceño fruncido.
— No encontraremos a Jimin aquí — susurró para sí mismo. — Él solo prendió fuego a su casa nuevamente y se largó antes de verla desaparecer.
Chasqueó la lengua molesto, Jimin era bastante inteligente. Sabía como esconder sus huellas y todo lo que hacía haciéndolo parecer un maldito fantasma. No sabía como, pero terminaría logrando tener las pruebas de cada cosa que hizo el chico y así les demostraría a todos la real historia de Park Jimin, el chico de las máscaras.
Suspiró y se dio la vuelta para irse de allí, pero unos pequeños escurridizos llamaron su atención. Dos personas, un chico y una chica estaban intentando entrar al perímetro marcado por la policía.
— ¡Oigan, ustedes! — les llamó la atención y ellos retrocedieron al ver que los habían atrapado en el acto.
El pelinegro se acercó y los miró bastante serio.
— ¿Qué hacen aquí? ¿Acaso no saben leer o nunca vieron la televisión donde ponen sintas como estas y claramente dicen “No pase”?
— Discúlpenos, solo queríamos saber qué fue lo que pasó — el castaño hizo una reverencia. — Soy Jeon JungKook, estoy en último año de Periodismo y esta casa era la base de información de nuestro trabajo parcial.
— ¿Qué? — alzó una ceja — ¿Por qué esta casa sería tan importante al punto de ser usada en un trabajo universitario?
Ambos menores se miraron con una sonrisa, amaban hablar de sus teorías acerca de la mansión de los Park, estaban algo así como encaprichados por la historia de Jimin.
— A parte de ser la única mansión en pié de los años mil novecientos noventa al dos mil ¿No sabe lo que pasó aquí hace unos diez años? — la chica preguntó con un tono de suspenso. — Hemos investigado bastante y aquí se dieron varios sucesos interesantes, gran parte de la familia murió el mismo día y meses después fue el incendio. Nos pareció bastante raro y macabro así que nos adentramos más a la investigación y el otro día el mismo dueño nos dijo la verdad. Él afirmó haber matado a su familia.
YoonGi se quedó noqueado por todo aquello, no por no haberlo sabido sino por cómo Jimin confesó todo delante de unos extraños y por más que él le había pedido que lo hiciera nunca dijo ni una palabra. Sí, sabía que el pelirubio no era estúpido. Nadie le creería a ellos algo así y no tenían el poder de acabarlo, en cambio él sí.
— De casualidad, ¿les dijo algo de su primo? — preguntó, aunque se esperaba que no supieran nada. Jimin había sepultado a TaeHyung en algún lugar en donde nadie nunca podría llegar a él. Y esa era exactamente la prueba que necesitaba, si encontraba donde estaba el chico. Podría atrapar a Jimin de una vez por todas.
— No sabemos nada de eso, y ahora si no nos va a arrestar por desacato a la ley nos marchamos.
No lo dejaron volver a hablar, salieron corriendo como dos fugitivos en cuanto tuvieron oportunidad.
— ¡Encontramos a alguien!
Gritaron desde la casa hecha añicos y el corazón del pelinegro se impulsó.
¿Podría ser él?
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