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20

“Puedo fingir una sonrisa, puedo forzar una risa”

— Jimin, tengo que irme a la Universidad.

SunJi repitió por milésima vez mientras Jimin seguía negándole con la cabeza. El pelirubio se había encaprichado en ir a ver vestidos de boda, lo de casarse con ella lo había dicho muy en serio.

— Es mi último año, además tengo que ir a casa y ver que todo esté en orden. — intentó convencerlo, ella no quería volver a lo mismo, ya no quería discutir con él así que optó por pedírselo hasta que se hartara y dijera que sí.

El chico suspiró y asintió.

— Vale, pero en cuanto termines regresas a casa.

— Tendré que pasar a ver a Jin también, y si necesitan mi ayuda quedarme a cuidarlo.

Habló pensando en que tal vez eso molestaría a Jimin, pero él solo se quedó pensativo sin decir nada.

— Está bien. — sonrió. — Yo también iré a ver a SeokJin para preguntarle si está bien. Quiero saber si puedo hacer algo para que su recuperación sea rápida.

SunJi lo observó por unos minutos sin saber que decirle. O sí, sabía que no quería que Jimin fuera a ver a SeokJin, nada bueno saldría de eso. Pero ya no podía hablar con el pelirubio sin saber si éste iba a saltar con alguna de sus locuras.

— No creo que sea buena idea, ambos sabemos que tú y Jin no tienen una muy buena relación — dijo y se acercó a él. — Espérame aquí, en cuanto termine en la escuela pasaré a verlo y luego volveré, ¿sí?

Ella sonrió, Jimin llevó su mano a la mejilla de la chica y le sonrió también. Se inclinó hacia delante y depositó un pequeño beso en sus labios.

— Te amo...

— Yo más.

(...)

Jimin no le había hecho caso a SunJi, claramente iba a ir a ver a SeokJin y dejar bien en claro lo que estaba sucediendo. Estaba cansado de que el pelinegro siguiera detrás de él intentando hacerle daño.

Llegó a la habitación donde este se encontraba y tocó la puerta llamando la atención del menor. Jin lo miró con una expresión sería y llena de odia.

— Vaya, y todo eso porque SunJi está conmigo. — soltó de la nada y entró acercándose a la cama.

— Vete de aquí Jimin, o llamaré a las enfermeras y les diré que estás aquí intentando terminar lo que comenzaste. — dijo furioso y Jimin frunció el ceño.

— ¿Tú mismo te hiciste esto? — preguntó alzando sus cejas. — Debió doler, auch.

— Me lo hiciste tú Jimin, sabes que fuiste tú.

— ¡Deja de mentir!

Gritó y llevó sus manos al cuello del pelinegro apretándolo mientras lo miraba con roña, apretó más y más su agarre.

— Déjame en paz SeokJin, ya no puedo contar con los dedos de mis manos cuantas oportunidades te he dado — lo soltó y el otro tosió en busca de aire. — Te he dejado pasar todas tus putas amenazas solo por una cosa, SunJi. Pero créeme cuando te digo que me canso rápido cuando quiero.

Cuando terminó de hablar caminó hacia la puerta y salió por esta, SeokJin estaba colmando su paciencia. Si seguía así no le quedarían más opciones que la de deshacerse de él para siempre, y luego tendría que hacerlo con ese detective metiche, hasta Min YoonGi pagaría las consecuencias.

— ¿Jimin?

Sintió una voz gruesa llamarlo y cuando se giró para ver quién era se dio cuenta de que se trataba del mejor amigo de SunJi. Kim NamJoon caminaba hacia él.

— NamJoon, ¿cierto? — preguntó ya sentado en una de las mesas de la cafetería con el chico frente a él.

— Sí. — asintió este — Mira, SunJi me contó todo lo que pasó con tu familia, fui víctima de todo lo que trajo consigo tu pasado. Me alegra haber salido vivo de todo eso, y sé que tu no tuviste nada que ver con lo que me pasó a mi. Pero si tienes que ver con lo que le está pasando a SunJi, lo que pasó o lo que va a pasar.

— ¿Puedes ir al grano, NamJoon?

— Deja a SunJi en paz, si de verdad la quieres sabrás que tienes un problema grande y que se problema la destruirá a ella de muchas maneras. — suspiró. — Y luego te destruirás a ti mismo porque no quedará nada a lo que aferrarte.

Jimin apretó sus manos molesto y su sangre hirvió, ¿por qué todos intentaban decirle que hacer? Su vida era de él y sabía que era lo que tenía que hacer, nada destruiría a SunJi, a menos que fueran sus propias manos y por lo tanto él no se destruiría, a pesar de qué. Vivió mucho tiempo sin nada a lo que aferrarse, nada ni nadie destruiría a Park Jimin.

— ¿Sabes, NamJoon? Las personas como tú son las que terminan destruidas por otras por ser así. — se levantó — SunJi no se a ido de mi lado, ella es mía porque así lo decidió. Cuando ella quiera irse de verdad lo hará, y ni yo ni nadie podrá detenerla. Bueno tal vez sí, pero eso ya tendremos que verlo si ella decide irse. Te voy a dar un consejo, vive tu vida sin meterte en mi camino, así estarás mucho mejor.

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