12
“Hice un juramento con la sangre de mi mano. No lo romperé”
Jimin suspiró, se levantó del lugar donde estaba sentado y caminó hacia la chica con el ceño fruncido.
— ¿Qué es lo que necesitas? — le preguntó allí mismo sin ganas de discutir con ella. Ahora lo único que quería era deshacerse del pelinegro sentado detrás de él.
— Hablar... — susurró y tomó su mano, observó a YoonGi por unos segundos y luego salió por la puerta llevando a Jimin con ella, se cercioró de estar lo suficientemente lejos de la puerta para que el pelinegro no escuchara su conversación — Por favor, vete.
— ¿Qué? — el pelirubio alzó una ceja y rió decepcionado — No quiero, ya te he dejado en paz. Ahora déjame tú a mi.
Se dio la vuelta para irse, pero de nuevo la mano de SunJi lo detuvo, su corazón se oprimió en su pecho al sentir sus manos temblorosas.
— No te lo estoy pidiendo por mi, Jimin — habló con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas las cuáles no demoraron en caer por sus mejillas — Te lo estoy pidiendo por ti, no quiero que vayas a la cárcel. No quiero que vuelvas a cometer otro error, por favor. Vete lejos de aquí y no vuelvas jamás, sabes que lo peor que hiciste fue regresar.
Jimin tragó sintiendo un nudo en su garganta. Por primera vez no sabía qué hacer, sus sentimientos lo estaban volviendo un caos y eso lo haría caer. Tomó aire y se giró para mirarla de frente.
— No voy a huir SunJi, a menos que vengas conmigo. No iré a ninguna parte, esta es mi casa y pasaré por encima de quién tenga que pasar para lograr mantenerla en pie. — alzó su mano y acarició el rostro de la chica suavemente — Ni siquiera me importaría pasar sobre ti.
Dichas esas palabras le dio la espalda y entró nuevamente a la mansión. SunJi se quedó allí mientras todo su cuerpo temblaba, y no era precisamente por miedo a que Jimin le hiciera algo sino porque si lo que decía era cierto. Él la estaba olvidando, algo que le pidió pero que creyó que nunca haría.
Se marchó de allí y volvió a los dormitorios de la Universidad, subió hasta el piso de los chicos y se paró frente a la puerta de SeokJin, dio algunos toques y esperó a que el pelinegro le abriera. Segundos después lo vio frente a ella y no dudó en entrar para enfrentarlo.
— ¿Hasta dónde piensas llegar? — preguntó algo molesta.
— ¿De qué hablas? — el chico cerró la puerta y la observó. SunJi parecía muy enojada.
— ¡Joder, Jin! — gritó sin poder contenerse más — ¡Te has puesto en peligro! Esa es tu decisión, pero ahora también has metido a YoonGi en esto. Dime, y quiero que me contestes con la verdad. Si le sucede algo por tu culpa, ¿qué es lo que harás?
Jin bajó la cabeza sin saber qué contestar, no estaba seguro de nada. Solo quería acabar con Jimin fuera como fuera, y no iba a parar hasta que eso no sucediera.
— ¡Que me contestes! — se acercó a él para observarlo más de cerca — ¿Por qué haces esto?
Estaba destruida, y SeokJin pudo notar en su mirada cuán cansada estaba de todo aquello y cuánto miedo había en sus ojos.
— Por ti... — dijo al fin y acunó el rostro de la pelirubia en sus manos — Él a acabado contigo, y yo quiero recuperarte, haré lo que sea para que todo vuelva a ser como antes.
SunJi lo observó sin saber como reaccionar ante aquello. Sabía que Jin la quería, conocía sus sentimientos muy bien. Pero nunca creyó que todo el odio que sentía por Jimin fuera por causa de ella. Apartó sus manos de su rostro y se alejó.
— Ya nada puede ser como antes Jin, ninguno de nosotros es el mismo — negó limpiando sus lágrimas — No quiero que sigas haciendo esto, no importa lo que hagas o lo que pase, mi corazón no va a cambiar. Al menos no va a volver a amarte a ti, así que si lo que haces es por mi, detente ahora.
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