
04
“Sigo siendo quién siempre he sido. El mismo yo de antes está aquí. Pero una mentira que se hace cada vez más grande amenaza con comerme vivo”
Salió del salón en cuanto la clase terminó, no quería seguir escuchando a SeokJin hablar sobre cuánto odiaba a Jimin. Estaba muy preocupada y no precisamente por Jimin sino por Jin quién no sabía realmente con quién se metía, aunque tal vez si lo sabía pero no estaba midiendo las consecuencias de ir en contra del pelirubio.
Bajó las escaleras rápido sin percatarse de las personas que caminaban a su lado y sin querer chocó con alguien que apareció frente a ella de repente. Su rostro se encontró con el pecho del chico y se separó rápido con un poco de dolor en su nariz por el golpe.
— Lo siento — dijo sin mirarlo aún. Estaba más metida en el ardor de su nariz.
— No te preocupes.
Reconoció esa voz en cuanto la escuchó y lo miró para estar segura de que sus sentidos de audición no le estaban jugando una broma. Y efectivamente no estaba equivocada, era él. Min YoonGi le sonreí con esa sonrisa pequeña y encantadora de siempre.
— YoonGi — sonrió también impresionada de verlo luego de varios años. Él no había cambiado casi nada, bueno sí. Ahora estaba mucho más bueno.
— SunJi — alzó una ceja — Pensé que no me ibas a recordar, en serio ya me iba tumbando a llorar.
— ¿Tu, llorar? — negó riendo — Perdón, ¿cómo has estado? ¿Vuelves a vivir en Seúl?
— He estado bien, gracias — dijo y SunJi le prestó toda la atención que el necesitaba y mucha más. La verdad era que antes de SeokJin, YoonGi fue su crush por mucho tiempo. — ... y sí. Vuelvo a vivir en Seúl.
— Vaya, genial.
Estaba muy feliz de verlo otra vez y emocionada. Su celular sonó indicándole que su próxima clase sería dentro de unos minutos y maldijo la hora en que inventaron esa clase.
— Tengo que irme, nos vemos luego — se despidió.
— Fue genial poder verte de nuevo — susurró él. Mas la pelirubia no llegó a oírlo porque ya estaba muy lejos de él.
YoonGi sonrió de nuevo y caminó hacia la salida de la Universidad hasta su nuevo trabajo, deseaba poder estar estudiando aun para pasar más tiempo con su vieja amiga. Salió y volvió a chocar con otra persona pero esta vez no fue amable.
— Mira por donde caminas, idiota.
Miró al pelirubio con el que había chocado, le parecía un chico tierno y tranquilo. ¿Sus palabras habían sido muy duras? No quería que se pusiera a llorar.
— Mira tú por donde caminas, imbécil — habló él y lo miró a los ojos.
Vaya, al parecer se había equivocado. Y bien que lo había hecho. Porque puede que Jimin tuviera un rostro tierno y de buena persona, pero por dentro no era nada de eso. Y sus ojos se lo habían mostrado a Min YoonGi.
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