03
“Dímelo, con esa dulce sonrisa tuya. Dímelo, en mi oído como un susurro. No seas como una presa, sé cautelosa como una serpiente”
Inhaló y exhaló. No podía creer que todo se estuviera repitiendo de nuevo.
SunJi se levantó de su cama y salió de su apartamento parándose frente a Jimin. El pelirubio la observó con una sonrisa de satisfacción mientras que ella lo miró con mucho enfado.
— ¿¡Qué es tan gracioso!? — gritó furiosa y lo empujó con todas sus fuerzas — Te dije que desaparecieras, Jimin, ¿acaso no entiendes el significado de mis palabras?
Sus ojos se llenaron de lágrimas y tapó su rostro con sus manos intentando calmar su llanto. Estaba tan molesta con él, pero más molesta estaba con ella misma por no poder ser más fuerte. Su boca decía que no lo quería ver más, pero su corazón anhelaba sus caricias.
— SunJi... — se acercó y la tomó por la cintura llevando una de sus manos a su mentón para hacer que lo mirara — Puedo verlo cariño, sé que me amas aún ¿Por qué no podemos comenzar de nuevo?
La chica lo miró a los ojos y sonrió dolida mientras lo separaba.
— ¿Comenzar de nuevo? — alzó una ceja — Te di una oportunidad y la jodiste. Así será siempre, Jimin, porque simplemente no puedes dejar atrás ninguna de tus máscaras. Siempre serás así.
Terminó de hablar y se dispuso a entrar, pensó que la conversación había llegado a su final. Que tal vez Jimin se quedaría callado y de una vez por todas se iría y la dejaría en paz para intentar seguir con su vida como si nada hubiera pasado. Pero nunca pensó que el fuera a decir algo.
— Lo sabías, y me aceptaste como era — frunció el ceño — Sabías que era un asesino, sabías que era un mentiroso y que nunca me arrepentí de nada de ello. SunJi, tú sabías quién era yo, ¿que cambió? ¿Lo que pasó? — rió cínico y luego volvió a hablar — Eres tan parecida a mí, ¿cuántas caras tienes?
Y con esa pregunta se fue de allí dejando a la chica destrozada una vez más. Porque el tenía ese don de hacerla sentir como nada con tan solo unas palabras y esa pregunta la había hecho pensar.
¿Qué era lo que había cambiado?
Era cierto lo que Jimin había dicho, ella siempre supo quién era él y aún así decidió darle una oportunidad. Quiso borrar de su mente una de las máscaras que poseía él y quedarse con la que le convenía pensando que de esa manera podrían vivir una vida juntos y felices pretendiendo que lo demás nunca existió. Eso había sido tan egoísta, y ahora estaba recibiendo el castigo por aquello. Porque Jimin le estaba demostrando que nunca dejaría de ser él.
(...)
Llegó hasta la Universidad y se sentó en uno de los lugares vacíos, sintió que alguien se sentó a su lado y al girar su rostro se encontró con SeokJin.
— Buenos días — el pelinegro saludó con una sonrisa. Pero al darse cuenta de la cara que tenía ella sus labios formaron una línea recta — Apareció, ¿verdad?
Alzó una ceja mientras la miraba y al no recibir nada más que un suspiro apretó sus puños con fuerza. No podía describir cuando odio sentía por Park Jimin.
— Muy bien, me alegro que haya vuelto. Así lo veré tras las rejas y yo mismo seré quién lo deje ahí.
— SeokJin — SunJi lo miró y negó con los ojos llenos de lágrimas — No te metas con Jimin, ni siquiera te cruces en su camino. No sabes en realidad quién es él, puede acabar con tu vida. Por favor solo olvídalo.
— ¿Por qué no lo olvidas tú?
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