18 🥀
I was filled with poison, but blessed with beauty and rage
—No puedo creerlo.
Fue lo único que Minho dijo durante unos eternos quince minutos. El silencio era una capa gruesa que asfixiaba a Seungmin con ideas de lo que Minho estaba pensando en esos momentos.
Era la tarde del día siguiente y Seungmin había tomado una decisión para ese punto: tenía que hacer lo que nunca nadie hacía con él. Ser sincero y enfrentar posibles consecuencias de sus propias acciones.
—Tú has visto cómo es... lo que sea que tengo con Christopher. Pensé que serías mejor que yo. Yo no quiero esto para tí.
Seungmin se removió incómodo, buscando la manera de hacer sonar menos agresivo lo que estaba por decir.
—Para ser honestos, Minho, esperar que encontrara a mi príncipe azul era algo demasiado idealista ¿No lo crees? Para ser justos, por una razón estoy aquí. Yo me sentía muy atraído hacia él desde el principio.
—Es lo que me molesta.—Declaró Minho.—Repudiaste toda la vida que tenías, pero no dudaste ni un segundo en caer ante alguien como Hyunjin. ¡Cometerás los mismos errores!
—¿¡Y qué si quiero cometerlos!?—Enfureció Seungmin.—Felix y tú pudieron enamorarse del hombre incorrecto, ¿pero yo no?
—Sí, y mira cómo terminamos.
—Es la vida que ambos eligieron.—Incriminó.—Y es la vida que yo estoy eligiendo. Si me va a romper el corazón, tan solo dime "Te lo dije" mientras esté hundido en mi miseria. Te doy el permiso si eso sucede, pero por ahora, las cosas ya están hechas.
Minho tragó duro y, con las manos en sus bolsillos, asintió. La expresión de sus ojos delataban un profundo dolor.
—Tienes razón en eso, Seung. Lo admito. Tan sólo siento que te fallé.—Admitió.—A tí y a tu hermano.
—No te sientas de esa manera.—Le dijo Seungmin.—Sé que, por una parte, te gusta repetir que viniste para cuidarme e intentar convencerte. Pero no tienes que hacerlo, hyung... Lamento que tu relación con Bang Chan se haya vuelto tan enredosa. Pero incluso si nunca quieres confesarlo, yo sé que una parte de tí vino aquí siguiéndolo a él más que a mí.
Minho tan sólo se rió ante el descaro negando con la cabeza. Seungmin tenía una inteligencia increíble para su edad, y ésta tan sólo se había convertido en madurez desde que estaba con Hyunjin.
–Cuando estás enamorado, Seungmin, las cosas que en verdad tienen importancia son dejadas de lado. Incluso si uno lucha contra ello, no podemos evitar tomar malas decisiones cuando estamos ciegos. La cosa es que, para algunos, esa mala decisión es irse a vivir juntos demasiados jóvenes y comenzar una familia sin estabilidad económica... para otros, esa mala decisión significa la vida de muchas personas.–Advirtió.–No tengo ninguna autoridad moral para prohibirte hacer lo que quieras hacer, ni tampoco pienso pelearme contigo porque te conozco y sé de qué lado te pondrías. Aún así, solo procura no olvidar que nosotros estamos en el segundo supuesto.
Seungmin lo observó con grandes ojos, la mirada que hacía cuando se sentía regañado. Sin embargo, ante la inminente pérdida de la que Minho ya sospechaba, lo único que le quedaba era no sucumbir ante esa tierna expresión para al menos tener tranquila la conciencia de habérselo advertido así como deseó que alguien le hubiese advertido a él.
–Cuando vuelva a ver a mi hermano...– Si es que alguna vez vuelvo a verlo, pensó fugazmente.–¿Cómo crees que tomará la noticia?
Minho largó una carcajada.
–Va a morirse.–Aseguró.–Pero antes va a matarme. Igualmente, si alguna vez ese tirano que tienes por novio y el cabeza dura de tu hermano logran ponerse de acuerdo, y vuelves a verlo, manejalo con cuidado. Imagina estar abrazando a Changbin y que en medio del reencuentro le digas que te cogiste a su enemigo.
–¡Hyung!–Reprochó Seungmin, harto de las bromas.–Primero que nada, ya sé que no va a recibir bien esto. Me refería a que, del 1 al 10, qué tan mal crees que reaccionaría. Y segundo, Hyunjin no es mi novio.
Minho ignoró completamente su primera objeción y se centró en aquello último.
–¿Entonces? Ah, Seungminnie... puedo permitir que la cagues y te enamores de ese bastardo, pero dibujaré mi línea en su relación abierta. Bajo nuestros estándares tiene que jurarte amor eterno, matar a alguien por tí y pedirte algo serio. De otra manera, serás solo un amante.
Seungmin reprobó la amargura de los consejos que estaba obteniendo de Minho aquella mañana, pese a saber que tenía razón en todo. Aún así, agradecía bastante el hecho de que su reacción no fue restrictiva ni tampoco fue impositiva, y aunque era de esperar que tampoco fuera un apoyo activo hacia su decisión, al menos la había respetado. Era algo que siempre le gustó de Minho, desde que tuvo la edad de comprender cosas de la organización, todo mundo lo trató como si quisieran encaminar sus voluntades y criterios. Pero Minho sólo lo charlaba, daba su opinión, y se marchaba; nunca intentó corregir su altanera o despreocupada personalidad que le ponían los pelos de punta a su tío y el resto de hombres Seo.
Minho, después de haber estado viviendo a su lado como un rehén, se había convertido más en un amigo que antes. Si bien antes eran muy cercanos por sus vínculos familiares, la relación actual era un resultado directo de haber perdido toda noción de apego familiar en los últimos meses. Dentro de una semana, se cumpliría medio año de haber estado viviendo en la mansión Hwang. Medio año de haber visto por última vez a su hermano y a Felix, que iban a comprometerse. Medio año en el que no tenía ni idea de lo que pasó con su organización, bien pudieron haberse disuelto hace tiempo y él no lo sabría. Aquello era otro tema que lo ponía bastante nervioso de vez en cuando.
–Hyunjin no es mi novio.–Retomó Seungmin.–Pero yo sé que mi relación con él puede asegurarnos todavía más protección de la que tú nos aseguraste con Christopher. Muchas gracias por eso, hyung. Es hora de devolver ese favor.
Minho asintió, aún con las manos en los bolsillos.
–Debes ir con cuidado.–Volvió a advertirle.–Pídele algo que te asegure por ahora que solo te tiene a tí, y que te protegerá. Y que por ende, protegerte a tí también es un compromiso de no traicionar a tu familia.
–Pero-
–Seungmin, no te estoy diciendo que lo manipules... aunque no sería mala idea.–Dijo a sí mismo y después sacudió su cabeza como despidiéndose de esas ideas.–Tienes que asegurarte de que no salgas en desventaja con todo esto, por más enamorado que estés. Toco madera, pero piénsalo de esta forma: si él te propone algún día ese tatuaje en tu cuello y tú aceptas, automáticamente tendrás su nombre. Serás un Hwang. Más allá de lo devastador que sería eso para Changbin, piensa en que si ambas organizaciones se han mantenido al margen es por una cuestión de principios, es porque eres una pieza importante para ambos.
–Estoy en medio.–Se recordó con pesar.
–Así es.–Asintió Minho.–Si no pones un límite desde ahora y al final aceptas el apellido Hwang, ese limbo que es un obstáculo directo ahora mismo para que ellos se traicionen va a desaparecer. Automáticamente volverán a estar enfrentados y Hyunjin tiene todas las de ganar.
Seungmin miró en los ojos de Minho y recolectó la imperdible sensación de esperanza puesta en la mirada seria que le dedicaba. El rostro estoico demostraba que hablaba muy en serio, y al mismo tiempo tenía una forma profunda de verlo con expectación, como si estuviera esperando que hiciera algo. La cara de una persona que ha perdido, pero cree en los milagros.
—Sé que esto es romántico para ti en este momento. Lo prohibido siempre lo hace más emocionante. Pero trata de pensar siempre un paso adelante de Hyunjin.—Recomendó el mayor listo para marcharse.—Eres demasiado listo como para echarlo a perder.—Le recordó.
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—¿Cómo lo tomó?—Preguntó Hyunjin acariciando el cabello de Seungmin.
Estaban recostados en su cama, el menor recargaba su cabeza en el pecho del mayor y dibujaba figuras incoherentes sobre su pecho. La intimidad del acto era mayor a cualquier atracción física que hubieran sentido entre ellos alguna vez.
Cada uno había decidido hablar por separado con los amantes que, convenientemente, eran al mismo tiempo sus mejores amigos y hombres de confianza. Bang Chan no se tomó la noticia con una pizca de templanza cómo lo había anticipado Seungmin, y acorde a las palabras de Hyunjin, se había vuelto loco.
—Bueno, obviamente no se alegró.—Suspiró Seungmin.—Él tiene miedo de que sufra lo mismo que él ha sufrido con Bang.
Hyunjin dejó de acariciarlo por un momento sin romper el contacto.
—Chris siempre ha sido un poco idiota para relacionarse.—Admitió Hyunjin antes de hacer una pausa que vendría en su defensa.—Pero incluso si ha sido el peor de los amantes, aún sería capaz de matar por Minho.
—Eso es lo que lo hizo tan posesivo con él.—Reprochó en desacuerdo.—Minho merece algo mejor que un hombre con problemas para expresar sus sentimientos sin violencia de por medio.
—Chris nunca lastimaría a Minho.—Aseguró. Ante el silencio y la mirada incrédula de Seungmin, tuvo que explayar.—Hablo en serio. Seungmin, ellos han estado juntos mucho antes de este problema. Incluso antes de que él mismo lo aceptara, yo sabía que Chris estaba enamorado. Podía verlo en sus ojos cuando me hablaba de él.
—Lastimar a alguien va mucho más allá de darle un ojo morado.—Replicó Seungmin.—Como alguien que creció a su lado, puedo decirte que Minho era un mejor hombre antes de conocer a Chris. Entiendo el miedo que tiene.
Hyunjin decidió dejar de intentar defender a Bang frente a Seungmin. Sabía que su redención tomaría mucho más que justificar sus acciones y hacerle creer que no era tan malo a un niño tan terco como lo era Seungmin.
—¿Y tú?—Le cuestionó con un hilo de voz.—¿Tu tienes ese miedo también?—Preguntó refiriéndose al temor de Minho.
Seungmin guardó silencio por unos largos minutos antes de responder, meditando muy bien pensamientos que ni siquiera había tenido tiempo de procesar.
—No creo que vayas a hacerme daño intencionalmente.—Admitió.—Pero creo que tampoco Minho creía que Bang lo haría, así que sé que eventualmente tú también lo harás. Algo no te gustará de mí y eso será un problema, algo no me gustará de ti y también será un problema.
—Las cosas que no nos gustan del otro pueden ser platicadas en vez de solo callárnoslas y dejar que nos alejen como les pasó a ellos. Así funcionan las relaciones, mocoso.—Dijo Hyunjin ignorando el agridulce sabor que le había dejado aquella respuesta. Quería mentirse a sí mismo para poder mentirle también y asegurar que nunca lo lastimaría. Sin embargo, Seungmin conocía la verdad.—No tienes que preocuparte por eso.—Intentó reponerlo.—Cuando tomes mi nombre, serás intocable. Más de lo que ya lo eres. Así que incluso si decides lastimarme en una discusión, no voy a hacer nada. Ni siquiera ahora mismo lo haría.
—Yo sé que cumplirías bien esa promesa si tomo tu apellido.—Dijo Seungmin por lo bajo.
—Mi punto es que ni con o sin mi nombre te lastimaría.—Le explicó Hyunjin.—Aunque no suenas muy convencido de hacerlo.—Musitó.
Seungmin mordió sus labios con un poco de duda intentando reunir el valor para decir lo que pensaba sin que ello sonara rudo.
—Es solo que las cosas que no me gustan de ti no se tratan de cosas negociables.—Explicó.—No es lo mismo pedirte que no olvides bajar la tapa del baño a pedirte que no mates a mi familia en un arranque de ira. Nuestros problemas "de pareja"—Acentuó entre comillas.—no son comunes. No podemos ir a terapia de pareja y pedirle a la psicóloga que te convenza de que destruir a mi hermano está mal.
Hyunjin se incorporó sobre sus codos y rompió con la posición en la que estaban. Su mirada era profundamente pensativa, lamió sus labios como solía hacerlo cuando estaba a punto de decir cosas que Seungmin no quería escuchar.
—Entonces todavía crees que te haría daño.—Lo acusó con un ápice de enojo e indignación. Seungmin frunció el ceño e imitó su posición.
—Hyunjin, no hagas esto...—Se lo pidió exhausto. No tenía ganas de lidiar con esa conversación en ese momento.
—No voy a hacerle nada a tu familia mientras no signifiquen un verdadero riesgo para la mía.—Dijo Hyunjin levantándose de la cama.—Pensé que a estas alturas ya confiabas un poco más en mí.
—¡Deja de hacer eso!—Espetó el menor.—Eres un buen manipulador Hyunjin, pero yo no soy el niño idiota que crees que soy. No dudo que lo que sea que sientas por mí sea real, pero ¡Dios! ni siquiera intentas comprenderme. Yo no soy ajeno a tu mundo.—Le recordó a modo de reclamo.—Sé cómo funcionan las cosas, sé cómo se solucionan los problemas. Tú mejor que nadie sabes que no es inteligente confiar en alguien al cien por ciento, y confiar ciegamente en ti me pondría en desventaja en caso de que algo realmente jodido suceda. No sé si todo esto siga siendo parte de tu elaborada venganza, pero incluso si es así, ya me tienes. No sé qué más quieres. Déjame desconfiar un poco de tí para que, si me lastimas, no duela tanto.
—¿Puedes olvidar esa mierda de la venganza? ¡Eso se acabó hace rato! Te lo dije ya.
—Pero existió en algún momento.—Declaró Seungmin con la cara colorada, cada uno parado a un costado de la cama.—Y aún así, Hyunjin, estoy a tu lado.—Le reiteró con un nudo en la garganta. Se subió a la cama y gateó hasta el hombre que lo veía con una expresión estoica.—Quiero quedarme a tu lado, pero necesito asegurarme que eso no va a perjudicar a mi hermano. Ni a mi familia. Ni a Minho.
Hyunjin sostuvo su mirada, aún sin una expresión latente que evidenciara lo que realmente sentía.
—Eso no depende de mí.—Le aseguró acariciando su rostro.—Pero tu hermano es un hombre inteligente, no creo que ocasione ningún problema de tal magnitud que implique tener que defendernos en contra de ellos.
Seungmin continuó suspirando, la implicación de que los Seo eran más débiles que ellos no le agradaba para nada, pero decidió no comentar en eso. Las peleas de este tipo podían durar horas entre ellos.
—Eso es lo que crees porque Changbin aún no sabe de esto.—Dijo Seungmin.
—No creo que quiera saberlo tampoco.
Seungmin rompió el contacto visual y volvió a recostarse en la cama, le dio la espalda a Hyunjin y optó por dar por terminada aquella conversación. Habían muchas cosas en las que nunca se pondrían de acuerdo. La luz se mantuvo prendida unos momentos más en los que él cerró los ojos intentando invocar el sueño, y cuando finalmente lo logró, sintió un peso hundiendo el colchón detrás suyo y adentrándose en las sábanas para sostenerlo en sus brazos.
Durmió para evadir sus problemas. Al día siguiente los rayos de sol se asomaron por las ventanas calentando el lugar e iluminando la habitación con una luz suave. Seungmin se removió lentamente en su cama, parpadeando mientras despertaba. A su lado, Hyunjin yacía despierto, observándolo con una pequeña sonrisa de ternura.
—Buenos días.
Seungmin se frotó los ojos, aún somnoliento, y miró a Hyunjin con una mezcla de sorpresa y confusión. No era un fanático de ser observado mientras dormía.
—¿Cuánto tiempo llevas despierto?
—Toda la noche.—Respondió Hyunjin.
Seungmin se sonrojó furiosamente ante la confesión, pero no pudo evitar sentirse intrigado.
—¿Pero por qué estuviste despierto toda la noche? No me digas que eres así de raro con todas las personas con las que duermes.
Hyunjin se rió negando simplemente con la cabeza y acarició suavemente su rostro de con el dorso de la mano, mirándolo con intensidad.
—No podía dejar de pensar sobre nosotros, sobre todo lo que discutimos anoche. Sé que cometí errores en el pasado y fui un idiota al no expresarte lo que significas para mí.—Dijo sincero.—Pero creo que mereces saber la seriedad con la que tomo lo nuestro. Estoy dispuesto a cambiar y demostrarte lo mucho que te quiero a tí, no a tu apellido, ni a ninguna venganza. Solo tú eres lo que me interesa.
Seungmin sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Hyunjin, realmente conmovido por la vulnerabilidad y la determinación de ese hombre con el aura tan fría.
—Haré todo lo posible para que estemos juntos y que, dentro de lo posible, seas feliz a mi lado. No quiero perderte y sentir que no hice lo suficiente para recompensarte el hecho de que nunca podré ser el tipo de hombre que presentes a tu familia en Navidad. Pero puedo ser el tipo de hombre que te mantendrá cerca hasta que tú me lo permitas.
Seungmin se sintió abrumado por las emociones, pero también lleno de sorpresa. La madurez de Hyunjin respecto a sus relaciones era algo que siempre había notado desde que lo frecuentaba a escondidas y lo escuchaba expresarse de Felix. Incluso en sus relatos de anteriores parejas que solo funcionaban para hacer sentir a Seungmin un poco más de celos e inseguridad, Hyunjin siempre tenía algo positivo que elogiarles. Nunca un mal amante, siempre un mal hombre.
—Te amo.—Dijo Seungmin sinceramente.—Solo necesito que me demuestres que puedo confiar en tí para que construyamos una buena relación a pesar de nuestras condiciones.
Hyunjin asintió con determinación.—Lo sé.—Besó sus nudillos.—Te prometo que intento hacer todo para tí.
Seungmin sonrió afectivo y se inclinó hacia adelante, rozando sus labios con los de Hyunjin en un dulce beso que depositó en su mejilla.
—Te amo, Hyunjin.—Repitió Seungmin.
Hyunjin revolvió el cabello del menor y besó su frente de vuelta.
Ambos se abrazaron con fuerza, sabiendo que tenían mucho trabajo por delante, sintiendo la firmeza de ese amor que los había juntado para su buena y mala suerte. Esperaban que la determinación de ambos para hacer funcionar las cosas los guiara en una nueva etapa de sus vida para así intentar aminorar el preludio de una época tormentosa que se avecinaba. Con el sol brillando en el horizonte, ambos sintieron una conexión especial, llena de promesas y esperanza para un futuro incierto.
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