Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17 🥀

And isn't it just so pretty to think? All along there was some invisible string tying you to me

Seungmin y Hyunjin continuaron con sus encuentros después de la reconciliación que tuvieron, la cercanía había regresado como la adicción de alguien que ha recaído y ha vuelto a consumir más que nunca aquello que lo mantiene envenenado. Mantuvieron un acuerdo de no mostrar la reconciliación hacia Minho ni Christopher, pues ninguno de ellos era partidario de que estuvieran particularmente juntos en el aspecto romántico.

Sin embargo, tanto Hyunjin como Seungmin estaban conscientes de que la pareja estaba terriblemente consumida por sus problemas internos como para siquiera darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

Desde hace tiempo Christopher salía gritando y azotando las puertas de la mansión, y a las pocas horas Minho iba detrás. Cuando regresaban, Christopher terminaba durmiendo afuera de la habitación mientras Minho permanecía bajo llave.

Seungmin y Hyunjin aprovecharon, mientras tanto, la turbulenta dinámica de aquello para escabullirse en las noches en el cuarto del otro.

Pensaron acerca de maneras en las que podrían pasar la noche en cama del otro sin ser descubiertos por rastros de una rutina que pudiera delatarles, así que decidieron intercalar cada dos días la habitación en la que dormirían.

Hyunjin, en repetidas ocasiones, estuvo a punto de convencer a Seungmin para que permanente se quedara con él. Pero Seungmin sabía mejor que eso, y batiendo sus pestañas y mordiendo su labio inferior le recordaba el incumplimiento de su promesa. Hyunjin tan solo suspiraba pesadamente y acariciaba el cabello azabache del mas chico.

🥀

Seungmin despertó un día en su cama, la falta de calor en su espalda le indicó que como siempre, Hyunjin se había marchado por la mañana una vez más. Después de dos semanas había dejado de resentir su ausencia vespertina, aunque la razón de su confusión inicial no estaba relacionada con nada de eso.

Por el contrario, los gritos estruendosos que ascendían hasta el piso de su habitación tomaron de lleno toda su atención. Pudo reconocer fácilmente una pelea verbal que estaba escalando a algo físico, seguido del reconocimiento de la voz de Bang que continuaba alegando cosas fuera de su comprensión.

Pensó que se trataba de otra de las peleas de Minho y Chan, por lo que estaba dispuesto a continuar durmiendo hasta que sus oídos captaron una muy singular y familiar voz. Wonho estaba en el primer piso, de dónde provenía la pelea, respondiendo con una voz alta sin embargo calmada y llena del temple que solo un hombre como él tenía.

Inmediatamente saltó fuera de su cama y se dirigió escaleras abajo en donde se encontró con la dramática escena de un enfrentamiento que potencialmente había sido iniciado por el iracundo de Bang, mientras que era sostenido por Inseong al mismo tiempo que Minho era sostenido por el mismísimo Wonho.

Hyunjin también estaba presente junto con tres hombres más a los que recordaba de aquella vez en el restaurante, el pelinegro tan solo observaba la escena con una expresión de cansancio hasta que sus ojos lo captaron a él. Seungmin estaba al borde de las escaleras, sostenido del barandal, sin poder creer que finalmente Hyunjin había cumplido su promesa.

–¡Wonho!–Lo llamó con una emoción pura recorriéndole, la última imagen que tenía de ese hombre había sido una muy mala en estado deplorable gracias a los golpes que había recibido. Ahora no había rastros de moretones en su cara y su cuello estaba libre de collares que podían volarlo en mil pedazos al instante.

Seungmin miró en dirección a Hyunjin, la conversación nocturna acerca de cómo quería que Hyunjin se deshiciera de esos horribles aparatos alrededor del cuello de Wonho y como esto era uno de sus requisitos más importantes inundó sus pensamientos. Hyunjin asintió, como diciéndole "Te lo dije" al hecho de que cumplió con todo lo que le pidió.

–No puedo creer que estás haciendo esto, Hyunjin.–Reprobó Christopher todavía contenido por Inseong.–Estás rodeado del enemigo oficialmente.

–¡Mira nuestros brazos, idiota! Sé que se te dificulta pensar, pero date cuenta que con este tatuaje ya no podemos hacer nada en contra de ti, maldito paranoico.–Lo criticó Minho con mucha indignación.–Ni siquiera estás realmente preocupado por lo que Wonho pueda "hacer", solo estás siendo un celoso de mierda. ¡Deja de meterte en esto!–Le ordenó con enojo.

Hyunjin negó con la cabeza cuando Chan suplicó ayuda de su parte, indicándole que no tenía nada que decir al respecto. La decisión ya estaba tomada.

–No digan que no les advertí.–Espetó antes de zafarse bruscamente del agarre que lo pretendía detener y se fue.

Minho tan solo lo imitó articulando exageradamente la boca de forma burlesca, antes de voltearse hacia Wonho a quien pretendía defender con su cuerpo. La sonrisa de alivio en el rostro de ambos fue instantánea, y pronto esa sonrisa fue dirigida también para Seungmin quién no dudó en correr hacia los brazos del guardaespaldas, del hombre que lo había cuidado con una fuerte dedicación desde que era un niño.

Minho se hizo a un lado para que Seungmin pudiera ser fuertemente apretujado entre los musculosos brazos de Wonho, la felicidad de saber que finalmente estaban los tres juntos era inmensa. El lazo que los unía a los tres como familia era irrompible, aún así llevaran el apellido de otra organización en su piel.

–¿Seguirá siendo el guardaespaldas de Seungmin?–Preguntó Minho a Hyunjin después de un rato.

–Sí.–Contestó firme, el tono de su voz un tanto más grave y severa de lo normal.–Pero lo hará conforme a nuestras reglas, Inseong le indicará. Por lo tanto, solo Inseong custodiará el piso de planta alta durante este primer periodo.

Seungmin no pudo evitar sonrojarse al saber la razón tras de esa indicación. Inseong era el único hombre dentro de toda la casa que estaba al tanto de su reconciliación espontánea y de sus encuentros diarios, pero como era de esperar, mantenía la boca cerrada frente a Hyunjin.

La felicidad no cabía dentro del cuerpo de Seungmin mientras se sujetaba a uno de los brazos de Wonho con mucha satisfacción. Omitió totalmente los puños fuertemente cerrados de Hyunjin y su lengua apretada en contra de su mejilla, por supuesto.

Esa misma noche, Seungmin se había alistado con un baño y su ropa más cómoda para dormir, le tocaba a él escabullirse hasta la habitación de Hyunjin para agradecerle genuinamente el haber cumplido la promesa de regresarle a Wonho.

Durmió unas horas, y cuando sintió el gélido frío de su gran habitación supo que era entrada la madrugada y que cierto hombre estaría ya esperándolo. Abrió la puerta y para su sorpresa, un hombre completamente distinto al que tenía en mente estaba en frente suyo.

Wonho custodiaba su puerta como un dragón del castillo, justo como solía hacerlo en tiempos de crisis cuando Changbin dudaba hasta de su propia sombra y rodeaba su casa de protección.

—¿Wonho?—Seungmin estaba terriblemente confundido.—¿Qué haces aquí?

—Soy tu guardaespaldas otra vez.—Respondió con obviedad.

Seungmin lo miró fijamente de regreso.

—Sabes a lo que me refiero. Pensé que tenías prohibido estar aquí–

—Lo tengo prohibido.—Confirmó el mayor.—Pero Minho insistió en que hiciera esto. Él... creo que sospecha algo sobre tí, pero no sé qué. Simplemente queremos asegurarnos de que no estás poniéndote en peligro.

Seungmin bajó la mirada, lo habían tomado desprevenido para poder establecer una buena mentira y una expresión estoica que desviase las sospechas.

—Entonces algo ocultas...—Seugmin se dio un golpe en la frente mentalmente. Claro que Wonho recordaría cada una de sus expresiones al pie de la letra.

—No puedo decirle a Minho todavía.—Fue la única respuesta de Seungmin. Se asomó por el pasillo, y con fin de evitar ser escuchados, jaloneo a Wonho dentro de su habitación.—Puede que... puede que intenté tomar las riendas por mi cuenta para asegurarme de que te permitieran regresar aquí a cuidarme.

Wonho entrecerró los ojos.

—¿Qué tanto "arriesgaste"?

Seungmin permaneció en un silencio prolongado hasta que el mismo Wonho pareció sospecharlo. Desde siempre había sido un hombre demasiado inteligente.

—No pretendía que esto terminara así... yo solo quería conseguirte devuelta. Minho, en una ocasión, mencionó la manera en la que había conseguido nuestra protección a través de Bang Chan. Pero él está celoso de tí, por lo que Minho nunca pudo conseguir que te trajeran aquí. Decidí que yo mismo lo haría...

—Pero eso no es lo que te atormenta ¿No es así?—Se precipitó el guardaespaldas, las facciones preocupadas en el rostro de Seungmin ya cambiado desde la última vez que lo había visto se mantenían igual de fáciles de leer, pese a la pérdida de grasa en las adorables mejillas que solía tener.

—Tengo muchos sentimientos por él... y me temo, Won, que ya ninguno de ellos implica odio. Creo que me atrae.—Dijo minimizando su verdadero sentir, arrepentido a último minuto de lo que iba a decir.

Mantuvo su mirada fija en sus propios pies, sin querer enfrentarse a la mirada de desconcierto que tendría el hombre frente suyo. Sin embargo, después de un considerable tiempo en donde pareció pensar meticulosamente qué decir, Wonho carraspeó y puso sus manos sobre las rodillas de Seungmin.

—No podría juzgarte nunca, y menos por algo que no es culpa tuya.—Empezó.—Creo que al final, nadie de los Seo tiene derecho a juzgarte por sentirte de esa forma por tu captor después del tiempo que te han dejado a su lado. Utilizarte como un as bajo la manga para asegurarles tiempo nunca fue una decisión correcta, pero tu hermano no tuvo otra opción que aceptar las órdenes del padre de Minho.  Aunque yo ya no formo parte de ellos, saber que haber renunciado a ese apellido significaba protegerte, así como Changbin lo hubiera querido, fue suficiente para convencerme de venir aquí.

Seungmin sintió un nudo en su garganta al escuchar aquellas palabras, la mirada que Wonho le dedicaba siempre era una de total comprensión.

Se levantó y empezó a caminar de un lado a otro en su habitación con el corazón acelerado y la mente llena de pensamientos confusos. Había mantenido en secreto durante mucho tiempo sus sentimientos hacia Hyunjin, pero la carga emocional se había vuelto cada vez más pesada. Decidió que era hora de abrir su corazón a alguien en quien confiaba, ante la falta de disponibilidad de Minho.

Wonho permaneció sentado en el mismo lugar. Al escuchar los suspiros acelerados de Seungmin, levantó la vista y frunció el ceño.

—Seungmin, ¿algo anda mal?—Preguntó Wonho preocupado por la expresión ansiosa en el rostro de su protegido.

Seungmin se detuvo frente a Wonho y suspiró profundamente, tratando de reunir el coraje para hablar. Finalmente, se sentó en el sofá y miró a Wonho directamente a los ojos.

—Wonho, necesito confesarte algo. Algo más me está atormentando desde hace mucho tiempo.—Comenzó Seungmin con su voz temblando ligeramente.

—Dime, Seungmin. Puedes confiar en mí. Siempre estaré aquí para ti.—Aseguró Wonho con voz suave.

Seungmin se mordió el labio inferior, luchando contra sus emociones. Respiró hondo y finalmente soltó las palabras que había estado guardando en lo más profundo de su corazón.

—Lo que siento hacia Hyunjin, en realidad no es una simple atracción. Creo que me he enamorado de él.—Confesó Seungmin sintiendo cómo su pecho se aliviaba de un peso que llevaba demasiado tiempo instalado allí.

Wonho se quedó en silencio por un momento, asimilando las palabras de Seungmin. Su mirada era intensa y podía sentir la seriedad en el aire.

—Entiendo que puedas sentirte atraído por Hyunjin, es un hombre que tiene labia y es poderoso. Pero debes tener cuidado... la situación es complicada, y al primer movimiento en falso tus sentimientos podrían poner en peligro tu propia seguridad, incluyendo la de todos los que amas.—Advirtió Wonho con sinceridad.

Seungmin asintió, agradeciendo la preocupación de Wonho, pero sus ojos reflejaban una determinación inquebrantable.

—Lo sé, Wonho. Comprendo los riesgos, pero no puedo negar lo que siento.—Respondió Seungmin con determinación.

Wonho suspiró, comprendiendo que Seungmin había tomado su decisión hace tiempo. Lo conocía lo suficiente como para saber que era una persona bastante meticulosa e inteligente, que detrás de toda esa superioridad moral que le gustaba portar, se encontraba un joven que era capaz de sacrificar sus propios sentimientos por el beneficio de su familia. Su deber era proteger a Seungmin, pero también sabía que no podía ignorar los sentimientos genuinos de alguien que muy pocas veces en la vida se había permitido ponerse en primer lugar.

—Entonces, Seungmin, te apoyaré. Haré todo lo posible para garantizar tu seguridad y ayudarte a enfrentar los problemas que vengan.—Declaró Wonho con una sonrisa suave.—Pero debes tener muy en cuenta los posibles desenlaces de esto.

—Créeme, no he dejado de pensarlo ni una sola noche.

Seungmin se sintió aliviado y agradecido por la comprensión de Wonho. Sabía que tendría un aliado en su amor por Hyunjin, alguien en quien confiar plenamente incluso cuando no fuera algo que el hombre aceptara naturalmente.

—Wonho, no sabes cuánto te extrañé.—Confesó con la voz quebrada, sintiéndose otra vez como el niño pequeño que le confesaba haber sido el responsable de romper el florero al chico nuevo que había empezado a trabajar junto a su hermano.

Cuando Wonho comenzó a trabajar con ellos, tenía apenas unos dieciocho años y estaba ganándose la confianza de su gente. Sin embargo, contrario a todos los demás hombres que su tío y hermano tenían, Wonho era el único que trataba a Seungmin con una especial paciencia y tolerancia, abrazándolo y echándose la culpa por cada objeto de porcelana fina roto.

Wonho, sin dudarlo, acudió a su lado para sostenerlo en un prolongado abrazo que retomaba todas las promesas de protegerlo que hizo desde el primer día en que fue asignado para cuidarlo.

Hyunjin había escuchado decir eso último a Seungmin desde la distancia del pasillo, mientras éste abría su corazón con alguien más en la habitación. La puerta había quedado entreabierta, y cuando llegó a buscarle, sintió la presencia del hombre del que Chan le había advertido tener cuidado. Había estado escuchando detrás de la puerta como si se tratara de un cotilleo, la confesión le había puesto los pelos de punta y la piel de gallina al imaginarse que aquel "Te extrañé" proseguía un reencuentro amoroso entre ellos.

No quiso parecer un hombre desesperado, pero la demora de Seungmin le pareció inusual y exasperante. Él era una persona a la que no le gustaba que le hicieran esperar, sin embargo, esperar por verlo como cada noche no le provocaba algún enojo sino una grande aflicción.

A pesar de que Wonho parecía inofensivo, y en todo el tiempo que estuvo a prueba nunca causó ni levantó ninguna sospecha de traición, Hyunjin no pudo evitar sentir un pequeño hilo de celos corriendo por su cuerpo y detonándose como pólvora cuando empujó la puerta un poco más para expandir su visión y se encontró con ambos sostenidos en un fuerte abrazo. Seungmin se rió entre lágrimas de algo que el hombre dijo a su oído en medio de aquel abrazo que ya tenía a sus puños fuertemente apretados. De repente Hyunjin sintió una oleada de enojo y frustración, preguntándose por qué Seungmin siempre tenía que ser tan encantador mientras lloraba.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que sus sentimientos hacia Seungmin eran más profundos de lo que había dimensionado. Los celos que sentía eran más que solo una pequeña emoción pasajera, eran una muestra de lo mucho que le importaba Seungmin y lo mucho que quería ser él el al que abrazaba y estaba a su lado cuando lloraba. Mientras seguía observando, se dio cuenta de que Seungmin no era consciente de su presencia, ni del efecto que tenía sobre los demás. Era simplemente su forma natural de ser, alguien vulnerable que estaba hecho para ser sostenido siempre, y eso hacía que Hyunjin lo quisiera aún más. Cuando finalmente salió de su trance, Hyunjin se acercó con paso firme a Seungmin e interrumpió el momento colocando su mano alrededor de su hombro para separarlo abruptamente.

—¿¡Qué estás haciendo!?—Preguntó Seungmin ofuscado.

—Nada.—Respondió Hyunjin apretando su agarre.—Recordándote que eres mío.—Dijo con clara molestia jalando al hombre hacia su lado. El rostro de Wonho era una explosión de sentimientos ante tal declaración.

—Creí que te había quedado claro que no puedes estar aquí.—Espetó Hyunjin hacia el guardaespaldas.

—Yo le dije que viniera.—Insistió Seungmin interrumpiendo.—Necesitaba hablar con él.

—Te doy lo que me pides, y aún así encuentras la forma de fastidiarme. ¿De qué necesitaban hablar? ¿De cómo van a traicionarme ahora que están ustedes tres juntos?—Los acusó refiriéndose también a Minho.

Seungmin entornó sus ojos y apretó sus labios.

—¿Todavía crees que sería capaz de traicionarte?—Preguntó ofendido.

—Ahora que te traje a tu amante, no lo dudaría ni por un segundo.

De repente, un fuerte sonido retumbó en la habitación, había sido una bofetada fuerte que Seungmin arremetió en contra de Hyunjin. La mano del más chico roja, igual que sus ojos que intentaban tragarse las lágrimas de enojo.

—Wonho, regresa a tu habitación. Yo hablaré con Minho mañana.—Ordenó Seungmin sin dirigirle la mirada, pues ésta le respondía a la mirada acusatoria de Hyunjin.

Wonho lo dudó un segundo, pero decidió confiar. Si Seungmin sintiera que Hyunjin enojado representaba una amenaza en contra de él, entonces no le pediría ir tan lejos. Tal vez solo esperar afuera. Pero si él le estaba pidiendo marcharse, entonces Seungmin podía manejarlo solo. Asintió y se marchó rápidamente.

—¿Escuchaste siquiera algo de lo que hablé con él?—Preguntó Seungmin con su mano en el pecho. Le ardía, pero no se comparaba con el ardor de la desconfianza del hombre al que amaba.

—No, así que no te preocupes. Todavía no sé cómo planeas joderme.

—¡Eres un imbécil!—Le gritó Seungmin sin poder contenerlo aún más.—Si supieras qué fue lo que le dije, no dirías lo mismo.

—¿Y qué fue lo que le dijiste, entonces?—Inquirió el pelinegro.—¿Hablaron de cuánto se habían extrañado mientras estuvieron lejos? ¿De cuánto querías abrirte de piernas para él ahora que está devuelta?

Seungmin pensó en volver a abofetearlo, sin embargo, la violencia física nunca le dolería de la misma forma en la que esas duras palabras le dolían a él ahora mismo. Necesitaba devolvérselas con más veneno.

—Sí.

—¿Sí qué?

—Sí lo hice. No sabes cuánto necesitaba tenerlo a él, encima de mí como el verdadero hombre que siempre ha sido para mí.

Hyunjin se congeló ante la cruda declaración, intentando discernir la burla en lo que acababa de escuchar. Sin embargo, la firmeza con la que Seungmin lo había dicho y con la que se mantuvo después de hacerlo le advirtió que no era una mentira.

—¿Eres su puta, entonces?

—Lo he sido siempre.—Respondió Seungmin.—¿De verdad te comiste esa mierda de que soy virgen, Hyunjin? ¿Querías ser tú el que me la quitaras?—Le preguntó burlándose.—Eres tan patético.

Hyunjin lo tomó por la camisa  y lo aventó con fuerza hacia la pared más cercana, sosteniendo ese delicado cuello con demasiada fuerza que incluso hizo a Seungmin abrir los ojos alerta e intentar luchar, pero él era más fuerte.

—¿Sabes lo fácil que sería para mí romperte el cuello en este instante?—Preguntó Hyunjin con voz sombría, sus ojos eran los de una bestia. Seungmin se preguntó si esto era lo último que veían aquellos que se atrevían a desafiarlo antes de morir.

—Hazlo.—Le dijo antes de toser cuando aflojó al fuerza en su cuello.—Hazlo y te quedarías sin la única persona que te ama.

Hyunjin lo miró, ninguna expresión en su rostro.

—Te amo.—Lo repitió.—Es eso lo que querías desde un principio ¿No? Enamorarme. Jugarle sucio a mi hermano y enamorarme, así como Felix se enamoró de Changbin. Pues bien, ya lo conseguiste. Te amo tanto que estoy volviéndome loco, y se lo dije a Wonho antes de que vinieras porque no podía cargar con esto yo solo.

—Si estás bromeando...

—No lo hago.—Respondió Seungmin al instante.—Si Wonho fuera mi amante, sería más inteligente como para confesártelo el primer día y hacer que nos mates a los dos. Si yo fuera una de tus putas que quieren traicionarte, como tanto insistes en tratarme, al menos me aseguraría de que no nos atrapasen a Wonho y a mí. Pero no lo soy, Hyunjin, yo no quiero traicionarte. Wonho ha estado a mi lado desde que soy un niño, tus hombres lo golpearon bestialmente la última vez que lo vi, renunció a mi familia para seguir cuidándome. Creo que tengo el derecho de llorar por él y extrañarle.

El silencio incómodo de la habitación junto con el gélido aire contrastaba con la pelea acalorada que acababan de tener. Las palabras hirientes y las miradas desafiantes habían llenado el espacio momentos antes, pero ahora solo quedaba un vacío pesado entre ellos. Hyunjin respiró profundamente, su pecho aún agitado por la confrontación. Miró a Seungmin cuyos ojos mostraban la tristeza y el arrepentimiento que también sentía.

—Lo siento, Seungmin.—Dijo Hyunjin en voz baja, su tono cargado de remordimiento.—No debí haberme dejado llevar de esa manera. No quise lastimarte.

Seungmin bajó la mirada, suspirando.

—No debí haber dicho esas cosas. Tan solo... sentí que necesitaba lastimarte de la forma en la que me estabas lastimando para que lo sintieras en carne propia y dejaras de hacerlo. Hablé en serio cuando dije que te amo.

Ambos estaban heridos, no solo físicamente sino también emocionalmente. Pero en medio de la tensión, todavía había un vínculo inquebrantable que los unía. Hyunjin dio un paso vacilante hacia Seungmin, extendiendo su mano temblorosa para tocar suavemente su mejilla. Seungmin levantó la vista encontrando los ojos llenos de tristeza pero también de amor de Hyunjin.

—Yo también te amo, Seungmin.—Susurró Hyunjin con voz quebrada.—A veces, siento que te amo tanto que prefiero perderte porque no sé qué hacer con esto que siento por tí. Es más fuerte que yo, hace que quiera poseerte y tenerte a mi lado por siempre. El amor, de la forma en la que yo la siento, es extrema. Es enfermiza. Pero contigo va más allá. Te amo tanto, que si supieras los lugares oscuros a los que estoy dispuesto a llegar por ti, estarías asustado. Eres mío.

Seungmin era su mundo y no iba a dejar que nada ni nadie lo alejara de él. Seungmin dejó escapar un nuevo sollozo, sintiendo un peso en su pecho levantarse lentamente. Se acercó a Hyunjin y envolvió sus brazos alrededor de él, buscando consuelo en su abrazo.

—Siempre fui tuyo.—Murmuró Seungmin, su voz llena de una mezcla de dolor y esperanza.—Si me amas, no me importan las peleas. Podemos superar cualquier obstáculo si lo intentamos.—Hyunjin apretó a Seungmin con fuerza, aferrándose a él como si fuera su salvación. Sus diferencias y conflictos habían sido expuestos, pero en ese momento entendieron que su amor era más fuerte que cualquier desacuerdo.

Lentamente, el ambiente tenso se transformó en una suave reconciliación. Hyunjin y Seungmin se volvieron a encontrar en un beso cargado de disculpas y promesas de redención. En medio de las cicatrices y las heridas, se recordaron mutuamente que su amor podía curar incluso las heridas más intensas.

Y así, abrazados y unidos por primera vez al confesarse su amor, Hyunjin y Seungmin sentían las grietas en su relación comenzar a sanar, uniéndose en una homogeneidad que nunca habían logrado hasta ahora.

—Quédate conmigo.—Pidió Seungmin.

—¿Esta noche?—Preguntó Hyunjin con una sonrisa.

—Siempre.—Dijo Seungmin tomando sus manos.

Hyunjin asintió y besó sus labios repetidamente antes de subir hasta sus mejillas, su frente, su nariz y sus ojos. Lo besó por toda la cara, feliz con las pequeñas risitas que soltaba Seungmin.

Ya estaba amaneciendo, por lo que Hyunjin decidió convencer a Seungmin de venir con él a un lugar. Ambos se abrigaron y bajaron por las escaleras a hurtadillas.

Cuando llegaron, el sol se asomaba lentamente sobre el extenso jardín de la mansión de Hyunjin, bañando el paisaje en tonos cálidos que enjuagaban el azul de la noche. Un suave viento acariciaba las hojas de los árboles, creando una melodía suave y susurrante. Hyunjin había preparado un lugar especial para ellos, un rincón apartado donde podían disfrutar de su intimidad. Planeaba llevarlo esa misma noche antes de tener que ir a buscarlo, pero las circunstancias actuales bajo las que visitaban ese lugar eran mejores de las que pudo imaginar.

Hyunjin tomó la mano de Seungmin y lo condujo a través de senderos bordeados de flores perfumadas. A medida que avanzaban, los rayos del sol danzaban a su alrededor creando un ambiente mágico. Finalmente, llegaron a un lado que solía ser un claro rodeado de rosales. Los primeros meses que Seungmin pasó en aquella mansión, visitó el jardín algunas veces, y recordaba aquel lugar lleno de colores delicados que se arremolinaban suavemente en el suelo, formando una alfombra natural.

Ahora, los rosales habían sido quitados de su lugar. Casi se sentía como un sacrilegio ver la tierra plana, palas y picos tirados en medio del lugar que habían formado ya un gran hoyo.

—Hyunjin, ¿Qué hiciste con este lugar?—Le reprochó con un puchero.

Hyunjin se detuvo frente al lugar y miró a Seungmin con una sonrisa llena de amor.

—Los rósales los había planteado por una petición de Felix.—Confesó acariciando la mejilla del menor.—Pero incluso antes de esta noche, yo ya sabía que mis sentimientos por tí no eran solo productos del deseo. Aquí es donde quiero estar contigo, Seungmin. Nadie más.

Seungmin mordió sus labios sin despegar su mirada de Hyunjin.

—Pero tú no mereces unas simples rosas que marchiten y renazcan cada temporada. Tú mereces algo que tenga vida siempre sin importar la estación del año, algo que no sea frágil con la lluvia ni el granizo. Un lago, lleno de agua y nenúfares.

Seungmin sintió ganas de llorar al escuchar aquellas palabras. Sus mejillas ardían en la penumbra de la mañana. Hyunjin siempre decía las cosas más bellas que sacudían su corazón. El simbolismo y el significado que solo ellos sabían lo hacía todavía más especial.

—Cuando esté listo, será hermoso aquí.—Aseguró Seungmin.—Te amo.

Hyunjin apartó un mechón de cabello del rostro de Seungmin con ternura, sus ojos brillando con admiración.

—Serás tú quien le dará vida a este lugar, Seungmin.

El corazón de Seungmin se aceleró ante las palabras sinceras de Hyunjin. Se volvió hacia él, buscando sus ojos oscuros y profundos. La conexión entre ellos era palpable, un lazo que trascendía las palabras. Hyunjin acercó su rostro al de Seungmin, sus labios rozándose en un suave y delicado beso. Era un beso lleno de promesas y anhelos, una mezcla de dulzura y pasión que se entrelazaban en perfecta armonía.

Seungmin se aferró a la camisa de Hyunjin, profundizando el beso con fervor. Sus cuerpos se acercaron más, compartiendo el calor y la intensidad de su amor. El tiempo pareció detenerse mientras se perdían en la intimidad de aquel jardín encantado. A su alrededor, las flores parecían responder a su conexión, extendiendo sus pétalos hacia la pareja enamorada. Las fragancias se entrelazaban, creando una sinfonía olfativa que complementaba la pasión que los envolvía.

Cuando finalmente se separaron, sus respiraciones entrelazadas y sus miradas cargadas de amor, Hyunjin dejó un último beso en la frente de Seungmin.

—Este lago siempre será nuestro lugar especial, donde podamos encontrar paz en medio del caos.—Susurró Hyunjin con voz suave y llena de sinceridad. Seungmin asintió, su corazón lleno de gratitud por tener a Hyunjin a su lado.

—No quiero ni pensar en todo lo que vendrá.

Se sentaron juntos en el suelo, disfrutando de la serenidad del entorno. Los rayos cada vez más fuertes del sol se filtraban entre las ramas de los árboles, creando un juego de luces y sombras sobre sus rostros. Hyunjin tomó la mano de Seungmin y la acercó a sus labios depositando un beso suave y cálido en sus nudillos.

—No importa que tan mala la situación se ponga, voy a protegerte y a luchar por nosotros.

Seungmin sonrió, sintiendo cómo la calidez llenaba su ser.

—Te creo.

Ambos se perdieron en una mirada intensa, compartiendo un entendimiento profundo que iba más allá de las palabras. En ese mismo momento, se estaban prometiendo mutuamente un amor inquebrantable y un futuro juntos, prometiéndose luchar para superar cualquier obstáculo que pudiera interponerse en su camino.

El sol rojo nació lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo. Hyunjin y Seungmin se abrazaron, sus cuerpos entrelazados en una unión perfecta. Contemplaron el amanecer sabiendo que mientras estuvieran juntos, cualquier adversidad podía ser enfrentada y cualquier pelea podría ser superada.

Sabían que, sin importar los desafíos que les deparaba el futuro, siempre tendrían aquel rincón especial donde podían encontrar consuelo y renovar su amor.

🌹

TENÍA TANTAS GANAS DE ESCRIBIR ESTE CAPÍTULO LES JURO 😭 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro