14 🥀
"Si anidabas en paz ¿Por qué vuelves con tus alas heridas?"
Seungmin
¿Por qué me sentía tan atraído hacia alguien como Hyunjin? Era la pregunta que rondaba por mi cabeza a todas horas, algo que desplegaba escenarios imaginarios en mi mente y que era una fuerza contra la que no podía combatir por más que quisiera entrar en razón. Todas las noches había estado rezando por un consejo, alguna guía que me despabilara de este mal sueño, que me convenciera del peligro que se avecinaba como una tormenta que avisa de su llegada nublando e imponiendo su oscuridad sobre los rayos del sol.
Yo estaba muy al tanto de que parecía un estúpido la mayor parte del tiempo en que había estado encerrado sin luchar o seguir intentando escapar, pero con Minho aquí, comencé a sentir que las cosas no saldrían bien para ninguno de los dos si yo intentaba algo que nos pusiera en riesgo. Había estado al pendiente de la forma en la que Bang Chan y Min parecían tener sus propios problemas y como siempre estaban yendo y viniendo, únicamente en su burbuja.
Yo usualmente disfrutaba de la compañía de Minho porque era reconfortante, aunque me ponía de mal humor que se negara a decirme algo acerca de Changbin cada que le preguntaba por qué demonios parecía habernos abandonado. Mi cabeza divagó en muchas posibilidades, una más imposible que la otra. Desde que no estuviera al tanto de mi paradero y pensara que estaba a salvo en otro lado, hasta que estuviera muerto. La última me hizo llorar todas las noches por una semana entera hasta que Minho adivinó mis pensamientos y me aseguró que Changbin seguía vivo, y que pronto me rescatarían.
Él siempre hablaba de que me sacarían de ahí, pero nunca se incluía en el plan porque parecía resignado a su futuro y eso me ponía los pelos de punta. Yo sabía que para Minho era más fuerte el amor por la organización que su amor por Bang Chan, pero a medida que el tiempo pasaba, notaba la mirada cariñosa que se dedicaban entre ellos cuando pensaron que nadie estaba mirando. Los toques gentiles de Bang en las manos de Minho, la intimidad de sus caderas chocando y los brazos alrededor de sus hombros o su cintura. Hasta hace algún tiempo me parecía algo irracional traicionar a tu familia por amor, pero no me atrevería nunca a juzgar la forma en la que Minho caía una y otra vez con el enemigo porque después de todo, Changbin y yo habíamos hecho lo mismo.
Hyunjin había cambiado su actitud hostil hacia mí, y yo no podía parar de reprocharme cada que lo tenía en frente y me comportaba como una colegiala risueña. Me gustaba la manera en la que me veía, lo que me platicaba como si tuviera la información integrada en su memoria, como sus grandes manos acariciaban mi rostro y acunaban mis mejillas, y sobre todo, me gustaba cómo me besaba. Últimamente parecía un adicto a recibir su atención, y aunque me sentía un poco mal por aprovecharme de Minho y sus problemas, me escabullía de él siempre que podía para estar con Hyunjin.
Hyunjin, Hyunjin, Hyunjin. Era lo único en lo que pensaba, lo único que deseaba, lo único que me hacía olvidar mi situación. Una vez leí acerca de este fenómeno en un caso que mi profesor de la Universidad nos dio para la clase, en donde las víctimas de los secuestradores terminan enamorándose de ellos, y en su momento no pude dejar de cuestionarme el por qué lo hacían. Pensé que eran débiles, luego qué tal vez era un mecanismo de defensa para dejar de tener y vivir con miedo cada día de su encierro, pero fuera la razón que fuera, estaba viviéndolo en carne propia. Aún así me negaba a verme a mi mismo como una víctima. Yo no era cualquier persona común y corriente que había sido secuestrada, lo mío iba mucho más allá.
Sentía una gran culpa cada que recordaba a toda la gente involucrada en esto que la pasaría mal si yo terminaba rendido ante Hyunjin, pero cuando él me sostenía de la cintura y me guiaba a su regazo sentado sobre la silla de su escritorio, no podía pensar en nadie más. Era un instinto egoísta ocupar mi asiento en sus piernas y besarlo, provocarlo hasta que él mismo iniciara el contacto entre nosotros, pero había entrado en un estado de indiferencia que mataba y exterminaba cualquier sentimiento negativo como lo haría una anestesia. Yo sabía las consecuencias, pero no quería asumirlas todavía.
—Mocoso insolente.—Dijo entre mis labios y con sus manos en mi cintura. Yo estaba sentado a horcajadas sobre él mientras reposaba en su silla del escritorio.—Vas a volverme un completo loco.
Sonreí a pesar de sentir como la sangre estaba esparciéndose con violencia en mi rostro. Me gustaba que me dijera cosas así, que me demostrara el poder que tenía sobre él y saber que estaba tan perdido como yo también lo estaba.
—Eso sería bueno.—Susurré conservando la sonrisa en mis labios.—Me gustaría ver si eres capaz de manejarlo.
Hyunjin gruñó pegando su frente con la mía, sentía su respiración chocando contra mi boca y los escasos centímetros que nos separaban eran magnéticos entre nosotros. Pude ver como sus ojos se volvían negros como la tinta que ensucia un vaso de agua.
—Deja de actuar así conmigo, mocoso.—El mote se había vuelto cariñoso de alguna manera, y a este punto parecía haberlo adoptado como mi segundo nombre.—Tú no eres así, no tienes por qué fingirlo conmigo.—Aseguró acariciando mi mejilla con su índice.
—No lo estoy actuando.—Le afirmé pese a sentir que sus palabras tenían un efecto de retroceso en la confianza que había luchado por obtener para cuando teníamos momentos así. No entendía exactamente a qué se refería y pareció notarlo en mi rostro.
—Tú no eres una puta, no intentes seducirme comportándote como una. De todas formas ya me tienes a tus pies.
—¿Y cómo sé que eso es cierto?—Le pregunté todavía aferrado a sus hombros.—Tú solo intentas meterte en mis pantalones, después de eso me botarás...
Hyunjin se rió y negó su cabeza en incredulidad.
—Si yo quisiera deshacerme de ti, no iría por ahí metiéndome en problemas y matando idiotas.—Me dijo tomando mi mentón.—Pero en algo tienes mucha razón, corazón.
—¿Qué?
—Me muero por tenerte.—Dijo deshaciéndose de la cercanía en nuestros labios y estampándolos de nuevo. Sus manos regresaron a tomar posesión de mi cintura, y yo sentía que me derretía como un hielo en una tarde veraniega. El sabor de la boca de Hyunjin me encantaba, sobre todo cuando implicaba una lucha constante por tener el poder durante el beso.—No sabes las cosas que haría por tomarte, Seungmin, pero no creo que sean del todo legales. Estás jodiendo mi cabeza todo el tiempo.
No respondí, realmente no podía hacerlo con sus esponjosos labios sobre los míos codiciando mi atención. Sentí mi cuerpo calentarse cuando por una fracción de minuto nuestras entrepiernas se rozaron, y entonces gemí inesperadamente ante lo bien que se sentía tener el bulto de Hyunjin despertándose debajo de mi. Era una escena obscena sin lugar a dudas, algo a lo que difícilmente me habría atrevido antes con cualquier otro amante, pero este hombre lograba ponerme tan hormonal como un puberto con acceso a internet.
—Haz esto, de esta manera.—Me sugirió comenzando a crear una fricción entre nuestras entrepiernas y guiándome de atrás para adelante para simular que lo montaba. Mordí mis labios ante lo bien que se sentía, y las manos de Hyunjin se volvieron mas posesivas sobre mi.—¿Te gusta?—Preguntó con socarronería.
Yo asentí sin pudor todavía muy concentrado en el placer que esa pequeña fricción creaba. Él tomó sus pantalones y desabrochó el cierre bajándose los pantalones, y entonces mi cuerpo se tensó inevitablemente.
—No haremos nada malo, corazón.—Prometió con una caricia.
Su tono tranquilizador me envolvió y dejé que se despojara de mis pantalones también. Volvimos a retomar lo que estábamos haciendo y esta vez se sintió mejor por la capa de ropa eliminada. Gemí un poco ruidoso en su boca y él me besó la frente con delicadeza. El lindo gesto me estimuló tanto que empecé a sentir un cosquilleo familiar en mi estómago, y mientras más rápido lo montaba, menos era mi habilidad para soportar la llegada de un orgasmo.
Hyunjin pareció percatarse de esto, así que metió sus manos abajo de mi camisa y recorrió todo mi abdomen hasta llegar a mi pecho, en donde fijó su atención sobre mis pezones. Terminé vergonzosamente en mis calzoncillos y mi cara se sentía terriblemente caliente, no necesitaba un espejo para saber que estaba roja a explotar.
🥀
Hubiera sido un idiota total de no darse cuenta, pero Minho no era ningún idiota. Ni siquiera estaba seguro, pero cuando irrumpió en mi cuarto diciéndome que no podía seguir buscando a Hyunjin no me sorprendí. No valía la pena intentar fingir que no sabía de lo que me estaba hablando porque nunca había sido demasiado bueno para mentir, y mucho menos lo era frente a Minho. Él era como mi segundo hermano mayor.
—Yo sé que él te está seduciendo todo el tiempo, pero no puedes dejar que esto sea más fuerte que tú, Minnie.—Me dijo acercándose a mi y sentándose en mi cama.—Él va a destrozarte. Hablo en serio cuando te lo digo, por favor, si no me crees mírame a mi.
Sus ojos marrones carecían de brillo últimamente si no estaba cerca de Bang Chan, sus ojeras lucían como si pesaran y sus labios estaban magullados cada que lo veía. No lucía saludable en absoluto, y lo peor es que ni siquiera hablaba por su aspecto físico, lo decía por su salud mental.
—Si Chan está destruyéndote la vida deberías dejarlo.—Le aconseje, como si supiera de lo que hablaba. Era fácil decirlo, pero por el dolor que atravesó la mirada de Min, supe que no era ni remotamente fácil.
—Sabes que no puedo dejarlo.—Susurró.
—¿No puedes? ¿O no quieres?—Le pregunté consciente de lo grosero e irrespetuoso que me estaba poniendo. Tal vez no era la mejor jugada de mi parte sacar ese tema a colación para contraatacar.
—¡Estoy aquí porque cometí un error y te embarré en esto! ¡No necesito que me hagas sentir todavía más culpable por intentar ponernos a salvo!—Me gritó explotando como bomba lacrimógena. Nunca lo había hecho en su vida, ni siquiera puedo decir que lo había visto enojado conmigo antes.
Mi valentía para hacerlo sentir culpable desapareció enseguida, y el culpable terminé siendo yo.
—Min... y-yo lo sien–
—No. Yo soy el que lo siente ahora, en serio quisiera regresar el tiempo y nunca haberme metido con Christopher, pero lo hice y ahora estamos aquí. ¿Nunca te has preguntado por qué, si nos tienen aquí como secuestrados, vivimos con ellos en su gran mansión?—Me cuestionó limpiándose agresivamente las lágrimas que se habían apenas asomado. Negué con la cabeza.—Somos sus putas, Seungmin. No van a dejarnos ir si tu hermano negocia una suma de dinero por tu culo, ni mucho menos van a rendirse con una estúpida lucha de poder. Ellos no necesitan dinero ni mucho menos poder... ¿Tú en serio crees que Hyunjin va a tratarte mejor de lo que trató a Felix?
—Esto no tiene nada que ver con Felix y Hyunjin.—En realidad, tenía todo que ver.
—¿Y tú crees que Felix se largó de aquí porque simplemente se aburrió?
—Él se metió con Changbin–
—Dios, escúchate a ti mismo.—Podía discernir la decepción en su voz.—No trates a Felix como una cualquiera ahora mismo. Él sabía lo que hacía cuando decidió confiar en tu hermano y salir de este lugar, pero si tanto insistes en olvidar quién es el bueno, entonces no vale la pena seguir soportando esto por tí. Me largaré de aquí en cuanto pueda.
—¡No puedes irte! ¿¡Estás loco!? ¡Van a matarte!
—Entonces será un problema para Chris.
—No vas a morir mientras yo esté aquí, Lee Minho.
La voz de Christopher se escuchó por toda la habitación. Instintivamente me alejé ante la forma tan obstinada con la que trataba a Minho, la seguridad en su voz cuando le reiteró lo dicho como si fuese una promesa entre ellos que no estaba dispuesto a romper. Le tenía miedo por decir lo menos, pero nunca se lo admitiría a nadie.
—Sal de aquí.—Le ordenó dándome la espalda, el rizado no se movió.—Que salgas de aquí te digo ¿No ves que asustas a Seungmin?—Maldito Minho.
Bang Chan soltó un bufido y me vio por detrás del hombro de Min antes de acercarse a él y tomar su muñeca, hubo un forcejeo entre ambos que terminó ganando el musculoso y entonces salieron de mi cuarto, no sin antes escuchar algo que rompió mi corazón.
—Piensa en tu hermano.
En mi pecho se instaló un dolor pulsante que desconocía, pero era una mezcla entre la culpabilidad y la tristeza de saber que estaba decepcionando a alguien. ¿Qué tanto me odiaría Changbin cuando se enterara que me gustaba pasar el rato encerrado con Hyunjin? Sabía la triste expresión que adornaría su masculino rostro por default, los ojos se le volverían inexpresivos y un gran ceño fruncido surcaría en su entrecejo mientras sus labios se tensaban en una línea firme intentando no llorar.
Cuando éramos más pequeños, ponía esa expresión siempre que discutíamos lo suficientemente fuerte para hacernos llorar el uno al otro. Changbin era mi hermano mayor, la figura paterna que cubrió la ausencia de mi padre mientras crecía, el hombre al que más amaba en esta vida. Pero entonces ¿Era yo una mala persona por cambiarlo por alguien como Hyunjin? No quería conocer la respuesta.
Salí a caminar directo al jardín donde últimamente tomaba camino cada que tenía una guerra interna conmigo mismo. Me adentré y me dirigí hacia el estanque, aunque sabía que era un lugar íntimo para Hyunjin, me gustaba ir y pensar en lo bonito que se vería si tuviera vida otra vez. El tiempo debe haberme jugado alguna broma de mal gusto, porque ante mis ojos únicamente había parpadeado cuando el manto del cielo empezó a oscurecerse y opacar el reflejo azulino y verdoso del agua en el lugar.
El frío caló mis huesos, pero no pudo importarme menos cuando caí en cuenta de que había estado llorando todo ese tiempo. Apenas pude sentir mis ojos de lo hinchados que estaban, de esas veces en las que has llorado tanto que incluso te duele parpadear, mis labios estaban resecos y mordidos gravemente como mis uñas.
—Vas a enfermarte.—Escuché a Hyunjin acercándose de repente. Voltee a verlo, y en cuanto nuestras miradas se cruzaron, aceleró el paso hacia mí. Se quitó su saco y lo colocó sobre mis hombros.—Estás muy frío.—Mencionó tomando mis manos juntas en posición de rezo y frotándolas entre las suyas para crear calor. Estaba ahora a cuclillas enfrente mío.—¿Quién te hizo llorar?
—Nadie...
—Eso es bueno. Fue un día pesado en el trabajo y no tengo ánimos de golpearle la mierda a alguien ahora mismo.—Admitió besando mis nudillos.—¿Entonces qué sucede mocoso? ¿Quieres contármelo?
—Solo extraño mi hogar.—Le dije hundiendo mi cabeza, sus manos ahora estaban entrelazadas con las mías.—Y a mi hermano. Me gusta estar contigo, pero eso lo destrozaría...—Un silencio extraño se formó entre los dos. Genuinamente pensé que ninguno sabía qué decir.—Pero supongo que es lo que siempre quisiste ¿No?
—Sí.
Lo miré a los ojos sin poder creer la frialdad de su respuesta. Solté sus manos cuando lo escuché, porque incluso cuando sabía sus intenciones, me asustaba saber que era tan impasible como para admitirlo.
—Solo soy honesto contigo, Seungmin.—Me dijo, odiaba cuando usaba mi nombre.—Pensé que eso me haría sentir mejor, saber que le regresaría el golpe a tu hermano con lo que más quería en su vida... pero no me ha hecho sentir mejor. Nada de esto lo hace. Tu infelicidad me conmueve tanto como si fuera la mía propia.
—Eres un mentiroso.—Lo acusé sorbiendo por la nariz una vez más.
—No lo soy, te estoy diciendo la verdad.—Repitió.—Haría cualquier cosa por tí, corazón.
—¿Incluso dejarme ver a Changbin?
—Sabes que no puedo hacerlo.
—Entonces eres un mentiroso. No harías cualquier cosa.
Hyunjin suspiró pesadamente y se sentó a mi lado, tomó mis manos nuevamente y me jaló hacia él. No luché por detenerlo, no tenía caso y necesitaba el hombro de alguien para llorar. Era perfecto que me estuviera ofreciendo el suyo acompañado de caricias en mi espalda y nuca.
—¿Qué te parece entrar antes de que empiece a hacer más frío y tomas un baño caliente?—Me propuso.—Te dará gripa.
—No tengo ánimos para moverme, y no quiero ir a mi cuarto otra vez.—Murmuré rechazando su oferta. Podía incluso quedarme dormido ahí mismo con tal de no regresar a mi habitación.
Hyunjin resopló antes de ponerse de pie y cuando pensé que me obligaría, únicamente me alzó en sus brazos. Me tomó desprevenido pero lo dejé hacerlo, pasé mis manos por atrás de su cuello y enredé mis piernas en su cintura. Empezó a caminar de regreso cargándome como si no pesara nada para él, y aunque yo sentía que era una posición incómoda para caminar todo el tramo, me sostuvo con fuerza.
—¿Siempre te gusta ser tratado como un bebé?—Preguntó con diversión cuando finalmente enterré mi rostro en su cuello.—Solo no vomites en mi espalda.
Yo solté una carcajada y golpeé su espalda sin mucha fuerza. No es como si pudiera hacerle daño tampoco incluso si la usaba toda.
—Tú fuiste el que me cargó.
—No iba a insistirte más.
Al parecer nunca insistía más de dos veces, y creé la nota mental de hacerlo insistir en futuras ocasiones. Llegamos a la entrada de la mansión y me bajó con cuidado para subir las escaleras guiándome desde atrás con su mano en mi cadera hacia su habitación.
—Toma un baño aquí, volveré con algo para que comas.—Me ordenó ayudándome a quitar el saco. Señaló la puerta del baño y me tendió una toalla limpia que sacó de una comoda.
Era la primera vez que entraba a su habitación después de la vez en la que estuvimos a punto de hacerlo. Ahora me había traído aquí con fines distintos, pero de todas formas se sentía demasiado personal. Entré a su baño y aprecié su buen gusto por todo. Sus espacios siempre parecían personalizados, y de alguna u otra forma gritaban su nombre.
Tomé una ducha rápida con agua tam caliente que se sintió como agujas atravesando mi piel, la rojez que ésta adquirió también ardió un poco, pero me gustaba tomar baños de agua caliente de vez en cuando. Cerré la llave y tomé la toalla perfumada con el olor de Hyunjin impregnado en ella. Me di cuenta que no tenía ropa nueva la cual utilizar, así que volví a ponerme la camisa que había estado utilizando.
Salí cuando escuché a alguien entrar en la habitación, desde luego se trataba de Hyunjin que había regresado con una bandeja con comida, una taza y un vaso de jugo.
—Oh, te daré algo para dormir.—Señaló lo que traía puesto y abrió un cajón tendiéndome una sudadera gris.—Espero que te guste el sándwich de queso. No sé si prefieres café o té, así que traje ambos.
Sonreí sin poder creer que tenía frente a mi al mismo hombre que era conocido y temido por ser un villano sanguinario, acomodando la cena improvisada que me había preparado sobre la cama. Me subí a ella y tomé el sándwich con todo y plato.
—Prefiero el café.—Asentí.—Gracias.
Ya tenía otra nota mental lista que había creado en otro momento: Hyunjin no sabía decir de nada. Tal vez porque estaba acostumbrado a que todo lo que hacía lo cobraba después, así que un de nada no era la forma correcta de corresponder, pero me había dado cuenta de que nunca te respondía las gracias. Esta vez no fue la excepción, desde luego.
Me vio comer un rato y se instaló un silencio cómodo en el ambiente, cosa que realmente agradecía. Entonces, preguntó:
—¿Qué tengo que hacer para que te quedes conmigo?—Me tomó desprevenido.
—Si te lo digo, le quitaría lo divertido.—Dije, aunque en realidad no sabía la respuesta. ¿Qué podía pedirle yo a Hyunjin que fuera más grande que mi lealtad hacia mi hermano?—¿Hablas en serio?
Tenía una forma muy determinada de verme a los ojos.
—Haría casi cualquier cosa por tí, ya te lo dije. No pretendo tomarte como mi pareja a la fuerza, quiero que tú lo quieras tanto como yo lo quiero.
—¿Entonces me quieres?
—Quiero que te quedes conmigo.
—Eso no responde mi pregunta.
—Tú no has respondido la mía.—Touché.
—¿Sabes? Usualmente las personas hablan de sus sentimientos cuando quieren algo como lo que estás pidiéndome. No van por ahí y crean una lista de crímenes por la persona que quieren, simplemente se los dicen.
—¿Y eso será suficiente para convencerte de quedarte?
—No lo sé.—Fui honesto.—Tengo muchas cosas que perder y una sola que ganar ¿Cómo puedo confiar en ti si ni siquiera me dices lo que sientes por mí? Y si te elijo ¿Cómo sé que no vas a dejarme?
—Porque me bastó tenerte aquí apenas unos meses para decidir que te quería como una pareja a comparación de mis antiguos amantes. Nunca consideré realmente tomar a nadie hasta que te metiste debajo de mi piel.
—Yo no soy como los otros, Hyunjin. Pusiste tus ojos en mi porque sabías que le darías un golpe bajo a Changbin.
—Esto ya no tiene que ver con eso.
—¿Entonces por qué no me dejas verlo?
—Porque no puedo hacerlo. Hay más cosas de por medio, y lo sabes perfectamente.
—¿¡Pero qué cosas!? ¿Por qué nadie me dice nada? ¡NO SOY UN MALDITO NIÑO!
—No puedo decírtelo porque ya no estás de ningún lado.—Espetó.—Esa es la razón por la que Minho tampoco te ha dicho nada. ¿Lo entiendes? Lo único que quiero es protegerte.
Mi respiración se atoró y rebobinó lo que había dicho acerca de no pertenecer a ningún lado. En este mundo, pertenecer era la base para sobrevivir.
—¿C-cómo que ya no estoy de ningún lado?—Pregunté sintiendo como mi voz se quebraba.—Yo soy un Seo.
La mirada compasiva de Hyunjin me dijo todo lo que necesitaba saber.
—Escucha, lo único que puedo asegurarte es que tu hermano todavía lo cree de esa forma, pero los Lee no lo tomaron bien. ¿Ahora entiendes porque Minho utiliza nuestro tatuaje?
—Pensé que lo habían obligado a hacerlo.
—Mucha gente quiso aprovecharse de que estaba sin el respaldo de una organización, incluyendo los míos. Chris sabía que era solo cuestión de tiempo para que lo mataran y lo obligó a tomar el tatuaje.
—Por eso no se le separa nunca.—Susurré dándome cuenta de lo que le había dicho ese mismo día en la tarde. Si Minho estaba pensando en irse, realmente iría directo a su muerte.—¡Tú causaste esto! ¡Si nunca me hubieras separado de mi familia, su relación nunca habría salido a la luz!
—Eso hubiera pasado tarde o temprano, mocoso.—Me dijo.—Por lo único que asumo la culpa es por el hecho de que te quitaran el apellido a tí también.
—¡Já!—Me reí con mucha rabia.—Eres un maldito mentiroso, sabías perfectamente lo que hacías. ¡Y yo soy un idiota por creer en ti!
—Seungmin, en serio perdóname. No medí las consecuencias de todo esto, pero cuando tu hermano vino a mi contándome el por qué no había venido a intentar rescatarte, me di cuenta de que te había jodido de una forma muy grande.
—¡ARRUINASTE MI VIDA!
—Soy un egoísta, ya lo sé. Te hice esto y ahora me haré cargo, si por mi fuera, ya habrías visto a tu hermano desde hace tiempo.
—¿Has hablado con él?
—Sí, pero él está en un ultimátum y si le quitan el liderazgo, poco podrá hacer para protegerte.
—¿Protegerme de qué?
—No puedo decirte más, en serio quisiera que entendieras todo lo qué hay detrás de esto ahora, pero necesito confiar en ti para eso.
—Vete a la mierda.
Me levanté de la cama y me dirigí hacia afuera intentando huir. Ahora no era solo Minho el loco que planeaba escapar.
—Seungmin, espera.—No pude avanzar demasiado antes de que Hyunjin alcanzara mi muñeca.—Fue una mala elección de palabras. Yo ya confío en ti, simplemente necesito que tú confíes en mí para cuidarte. Es peligroso para ti estar en la nada, y yo no podré detener por mucho la inconformidad de mi gente con solo amenazas.
—Eso no cambiará incluso si acepto estar contigo.—Le dije.—Ellos no me aceptarán.
—Pero no te harán nada en tanto sepan que eres mi pareja. Seungmin, yo solo quiero cuidarte, quiero que estés bien.
—Hubieras pensado eso antes de secuestrarme, idiota.—Reclamé sintiendo como el llanto se apoderaba de mi nuevamente.
Finalmente me solté de su agarre y me alejé corriendo del lugar hasta llegar a mi habitación.
No quería saber nada de Hwang Hyunjin, ni de Minho, ni de Changbin, ni de absolutamente nadie.
🥀
oops, se empieza a poner más complicado para seung :(
está mal pero yo si quiero que termine eligiendo a hyunjin 😭✋🏻
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro