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Intereses.

Ella rio sintiéndose un poco descubierta ante su identidad, pero solo se limitó a negar divertida añadiendo por lo bajo que era demasiado torpe para una responsabilidad así. Pero lo dejó a un lado cuando escuchó lo último, por lo que con un fingido semblante de tristeza y un puchero prosiguió con sus palabras.

—De seguro ya te aburrí, lo comprendo.—se colgó de su brazo.—Es normal, de seguro prefieres hacer otras cosas antes de hablar con alguien como yo, pero en fin; vamos.

Él le señaló al cielo que ya se tornaba rojizo.

—Mi padre debe estar preguntándose donde estamos. —caminó de su mano, que él decidió tomar en un momento. —Recuerda que hoy planearían la fiesta de compromiso con los tuyos...

Ella asintió sin agregar más solo dedicándose a observar cada rincón por donde pasaban.

Llegaron tomados de las manos y los encontraron a todos de camino, viéndolos con satisfacción, Adrien dirigió su vista a lo que aquellas personas disfrutaban,ambos se soltaron a la vez y él intervino.

—Disculpen, le mostraba a Marinette el resto de la mansión.

La chica se encontraba muy nerviosa ya que nadie despegaba la vista de ellos y no estaba acostumbrada a ser el centro de atención, eso más bien les iba a sus padres y sus cuestiones sociales.

—Sí, sólo eso...no es como si él y yo -Se señaló y también a Adrien, sus nervios usualmente hacía que dijera cualquier cosa.—Es decir, sólo charlabamos.—Buscaba la mirada de Adrien —Este chico es asombroso en cualquier aspecto. Por eso se me fue el tiempo. —Sonreía —Pero ya aquí estamos ¿Qué novedades hay?

El chico se sonrojó ante el comentario de la chica de coletas. Adrien se limitó a sonreír para despues posar su mirada en los presentes. El primero en hablar fue el padre del novio.

—Les daremos esos detalles durante la cena, nos veremos en el comedor.—hizo un ademán hacia su hijo para que se retirara junto a él al tomarlo de un hombro. Cuando se vio lejos de los invitados y de los ojos de Marinette, prosiguió con la charla.— Entonces... ya te llevas tan bien con la chica, ¡buen trabajo Adrien, así se hace! —palmeó el hombro de su hijo.

—No lo mal intérpretes padre, si nos la llevamos bien no es por los intereses que ustedes tengan.—aclaró al alejarse del contacto de su padre.

Adrien detestaba terriblemente la ambición de su progenitor, no podía entender por qué le interesaba tanto que esa unión se concretara. En tanto, Marinette se mantenía ajena a toda la charla que se desenvolvía entre los invitados aunque de pronto sintió como sus padres se acercaban a abrazarle.

—El chico se ve que muere por ti mi nena, estás haciendo una excelente actuación. Verás que pronto lo tendrás a tus pies.—La felicitó su madre con ahínco.—Sigue así, pronto todo esto se acabará, este pequeño sacrificio será a favor de todo, lo verás.

Ella sólo asintió incómoda, quería a Adrien, de verdad le agradaba. No como ellos esperaban pero el era una buena persona, no se merecía que ella fuera su esposa ni mucho menos que le hiciera daño. Marinette rodó los ojos

—Claro madre.

Sin el afán de querer prestarle más atención,  se encaminó al gran comedor en donde ya la esperaban. Su intención era sentarse cerca de su familia pero ellos decidieron hacerla sentarse junto a Adrien.

—¿Todo bien con tu padre Adrien? —susurró ella al dirigirse hacia él.

Adrien asintió con una leve sonrisa, la verdad era que estaba incómodo por toda la situación que su padre había creado, pero no por ello dejaba de disfrutar de la presencia de Marinette.  Quizá para Gabriel era solo un interés ambicioso, pero para él era algo más allá de un contrato, había un interés genuino por ella que no sabía a donde podía llehar pero lo único que tenía por seguro era que quería proteger a esa chica, y si era con su vida...No lo dudaría en hacerlo.

—¿Y tú? No te dijeron nada malo por desaparecer todo el día?

Negó con la cabeza manteniendo su sonrisa ante los presentes.

—No, para nada. Al contrario, ellos están encantados con que pasemos tiempo juntos, consideran que puedo aprender mucho de ti y que puedes convertirte en un apoyo —mintió solo para calmar las dudas del chico pero la verdad es que desconocía a sus padres, no entendía cuando el dinero se había vuelto más importante que la felicidad de quien era su hija.
—pero temo que, si pasamos tanto tiempo juntos puedas llegar a aburrite.

Adrien sonrió al escuchar sus palabras, sosteniendo su mano con firmeza.

—No creo que pueda aburrirme de ti jamás Marinette.

La cena continuó sin imprevistos, ambas familias  disfrutaban de la interacción de los chicos así como las clases que el joven le impartía a su futura esposa. Y eso le gustaba al chico pues se sentía con la libertad de pasar todo el tiempo posible con ella sin que nadie pusiera algún 'pero'.

De todas maneras ya se les había informado que en una semana sería el enlance. En cuanto la cena terminó,  Adrien condujo a la chica hasta su habitación antes de dirigirse a la suya, lejos de su amada.

Y aunque ya se había despedido de ella con un beso en su dorso, la verdad es que no quería dejarla ir. Así que se apresuró a su habitación para colocarse algo más cómodo.

—Plagg, debo pedirte algo — mencionó hacia su kwami que se escondía entre las pertenencias de la habitación.

—¿Me darás mi queso?—exigió saber.

Adrien rodó los ojos con cansancio.

—Claro, te daré tu apestoso queso. Aunque insisto, no sé como puedes comer algo así. —le dio el pequeño trozo, tapándose con horror la nariz.

Al poco tiempo se transformó para luego ir por algunas flores, no podía llegar con ella llevando las manoa vacías. No obstante, no entendía porque se tomaba ese tipo de atribuciones o porque escogió ese tipo de flores, solo sabía que con el traje de gato parecían aflorar sentimientos que jamás tuvo antes. Sea como sea, él se sentía bien al tener esos detalles con ella.

Una vez que tuvo el ramo listo, se posó en la ventana para tocar con ahínco la ventana a la espera de su chica.

—My lady le ofrezco una cordial disculpa —se arrodilló con una mano en pecho y le lancé una mirada provocativa al extenderle gladiolos rojos y naranjas.—¿Me deja pasar?

Marinette se acercó al balcón y se quedó sorprendida por aquel obsequio que estaba al frente de sus ojos.

—¿Qué intentas gato negro? —Alzó una ceja divertida, disfrutando de esa pequeña interacción que solían tener.—¿Es enserio? ¿flores?, para tu información unas flores no van a hacer que caiga fácilmente.

Pese a lo dicho, las tomó rápidamente para dejarlas en un jarrón que permanecía cerca de su ventana.

—No puedes venir así solamente y pedir disculpas cuando fuiste un ladrón de mis labios, pero como soy toda una dama y ante todo tengo educación...—jaló de él hacia adentro —No puedo dejarte parado ahí.—se alejó al irse a sentar frente a su gran espejo, dándole la espalda.—¿A que haz venido?

—Solo quería verte, y ofrecerte una disculpa —caminó hacia adentro de la habitación, parándose a una distancia prudente de ella.—Mmh... no sabes que tan delicioso suena ese título de ladrón de tus labios.

Se acercó por detrás y tomó el cepillo con el que se alisaba para seguir con la tarea delicadamente, esa no era la primera vez que lo hacia, ya que su madre fue la que tuvo que aguantarse los jalones del pequeño niño que ahora era todo un experto en el tema
.
—¿Qué tal estuvo tu día purrincesa? Extrañaste a tu caballero felino? — susurró a su oído. —¿Estuviste pensando en mis labios todo el día verdad? Porque yo sí.

Marinette lo estaba viéndolo a través del espejo y se veía cómodo haciéndolo,ya que su semblante reflejaba paz y además lo hacía con total sutileza que le pareció extremadamente tierno.

Ella disfrutaba de como él recorría con su nariz cada poro de su cuello, sabía que estaba mal pero él la tentaba demasiado, su cercanía le hacía temblar.

—Acepto tus disculpas.—susurró complacida.—solo no lo hagas más,  por favor.—tembló cuando la lengua aspera del gato se deslizó por su cuello.—Ahmm—no pudo evitar soltar un gemido sutil.—De hecho el estuvo conmigo, y eso hizo que...que mi día fuera excepcional.  No tuve tiempo para acordarme de ti.

Aquel comentario lo enojó, pese a ser él mismo quien lograba confundir a la chica, la verdad es que amaría conquistarla como él era en realidad. Dejó a un lado el cepillo y poso sus manos sobre los hombros de la chica para luego inclinarse más sobre su cuello.

—No mientas.—expresó lamiendo más osadamente su cuello e incluso atreviéndose a dejar besos por todo el area blanquecina.—Sabes que nadie te puede hacer sentir como yo, nadie te ha enloquecido como yo lo hago.

Ese gato si que la estaba poniendo al límite, la estaba llevando a un camino que no sabía si adentrarse pues solo entendía que disfrutaba del contacto de aquel minino, tanto que había llevado una mano hasta su cabeza para hacerlo profundizar en sus eróticos besos que la estaban haciendo perder el control.

—No creo...que a tus conquistas les guste que practiques con conmigo -—Hablaba entre tartamudeos por lo nerviosa de la situación.—Además...no te creas tan importante.—su estómago sentía mariposa por doquier pero pronto su mente se encargó de recordarle a ese adorable chico que pronto sería su esposo y que tan bien le había estado tratando. Definitivamente no podía faltarle el respeto, así que se levantó rápidamente de su sitio.—Con él es más que suficiente.

Cerró su bata al caminar ansiosa por el lugar, apenada por sus acciones. No quería verlo pues muy en el fondo sabía que sus palabras no eran del todo ciertas ya que una parte de ella correspondía al gato.

—Y bueno si lo quiero o no, no es de tu incumbencia. No creo que puedas hacer algo para que yo cambie el concepto que tengo de él ¿o si?—agregó intentando convencerle y queriendo sacar el calor que en su cuerpo se expandía.

Mientras que él se sentaba sobre la esponjosa cama, sintiendo la derrota.

—En serio ¿tan bueno es él purrincesa? ¿Que parte de él es precisamente buena? —le preguntó apesadumbrado y curioso.

Se puso a jugar con las bolas de telas que caían del velo de la cama, mientras la escuchaba.

Ella rió al verlo, lucía como todo un gatito tierno y ella no podía evitar sonrojarse, por lo que se cubrió el rostro y respiró un par de veces para recomponerse al sentarse a su lado.

—Él es una gran persona, es atento carismático, es tierno,adorable, a pesar de tenerlo todo a sus pies es tan sencillo y es agradable —Suspiró visualizándolo en el aire. —Además es un excelente amigo y me está enseñando muchas cosas. —Tocó su cabello, apartando unos mechones que caían.— No puedo hacerle daño ni mucho menos dejarme besar por un desconocido que seguramente tiene miles de conquistas en la mira.

El gatuno chico dejó de jugar y la vió también a los ojos

—Eres adorable princesa, y no sé de que hablas, la única dama que se roba toda mi atención eres tú.—Chat se acercó más a ella.—Y te puedo asegurar que tú y yo no somos desconocidos... Siento que te conozco de toda la vida, ¿Tú no? —tomó su mano y la puso sobre su pecho. —siente como se pone mi corazón contigo. Estoy seguro de que en una vida pasada fuimos un par de amantes que juraron amarse por la eternidad. a vió con tristeza —Y por lo que me dices... él es tu amigo, ¿Eso quiere decir que no sientes nada mas por él? Y entonces...¿Yo que te hago sentir?

—La verdad...—Marinette suspiró profundamente.—es algo ilógico que me digas eso, llevamos pocos días de conocernos, por más que para mi también seas adorable. —Sonreía —En cuanto a Adrien, no sé exactamente lo que siento. Bajó la mirada.—Para ser honesta apenas estoy descubriendo cosas que jamás había sentido y los dos en su forma hacen que... —Se detuvo abruptamente —Nada, olvídalo.

Se levantó y se dirigió a la ventana abriéndola de par en par.

—Sólo vete y no vuelvas por acá, yo ya tengo un destino marcado quiera o no. — indicó la salida con pesar—Lo lamento mucho. Pero seguramente encontrarás a alguien mejor.

Se maldecía en su interior ya que ese gato había voteado su mundo en tan pocos días con sus beso, que ¡dios mio! Eran los mejores e incluso le eran parecidos a los de Adrien con un toque más salvaje. Se estaba haciendo adicta a probarloa y queriendo quedarse así todo el tiempo.

—Princesa...

Ella lo detuvo antes de que dijera más. Pero él no se quedó con las ganas al acercarse a ella para tomarla de la cintura y catar sus besos.

—Mi...mi destino ya esta hecho Chat, en poco tiempo seré una mujer casada y prohibida para ti.— acariciaba su melena al sentir como él la aferraba a su cuerpo con mucho fervor, devorando fogosamente sus labios.—Vete por favor, no quiero que vuelvas a poner un pie en esta casa, no debemos volver a vernos.—Pronunció al  separarse de él, colocando sus manos en sus hombros.
—Entiéndelo,  no tengo destino ni contigo ni con nadie que no sea Adrien.—Tú...—tomó el valor para mentirle en la cara.—no eres buena opción.

La azabache aspiró profundamente tratando de convencerse de que el chico sólo jugaba con ella, como seguramente le había hecho a otras. Por eso, se apartó rápidamente de él y con decisión señaló a la ventana de nueva cuenta

—No vuelvas por favor.

¡Hola! Aquí nuevo capítulo de este fic ¿Qué les parece?

Dato: Los gladiolos naranjas representan pasión y sensualidad del amor, amor intenso, mientras que los rojos representan la parte erótica del amor ¿Qué piensan del gatito? ¿De Marinette? ¿De sus padres?

Nos vemos

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