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004.

Era la primera vez desde que Jimin había comenzado a trabajar con Yoongi, que él no monitoreaba su presentacion completa.

Y es que después de limpiar lo que había sucedido en esa habitación todo el mundo mantuvo un gran e incómodo silencio, que empezó a cuestionarse si había hecho lo correcto.

¿Realmente lo había hecho sólo por ayudar o porque su lobo interior deseaba tanto ser tocado por el alfa? No lo sabía.

No sabía ni siquiera qué pasaría ahora al ver de nuevo a los ojos a Yoongi, ¿lo trataría de la misma manera? ¿lo despediría? ¿se burlaría de él?

No soportó la bruma de su mente y salió a tomar aire fresco, recibiendo el frío de la noche sintiendo calarle hasta los huesos. Se bebió todo el contenido de la lata de cerveza qué llevaba en la mano y la apretujó con fuerza para después aventarla al bote de basura a unos metros de él, confirmó la hora en su reloj, faltaba solo unos minutos para que el concierto terminara.

Decidió entrar de nuevo y optó por tomar un baño en las duchas del recinto. Necesitaba el agua fluir sobre su rostro ya que eso siempre lo calmaba y hacía sentir mejor, no quería esperar hasta llegar a casa.

Cuando salió de la pequeña cabina donde se tomaba la ducha, llevaba unos pantalones cortos ya puestos y encima una bata blanca, secándose su cabello con una mini toalla cuando alguien entró.

Era Yoongi.

- ¡Hola! -le saludó con cautela.

Jimin lo miró eclipsado por unos segundos, todo el sudor que empapaba el cuerpo de Yoongi hacía que sus cuadros pectorales se marcabaran por encima de su prenda proporcionando una bendecida vista para el omega. Jimin trago en seco y evadió la mirada.

-Hola...

- Con que aquí estabas, pregunté al personal y sólo uno me supo decir a dónde te habías metido - comentó, y pudo ver como la piel del omega brillaba por las traviesas gotas de agua que se deslizaba por su pecho y abdomen. Deseando poder hurgar con deseo aquellos rincones nuevamente. Igualmente tragó en seco, tensando su mandíbula ante la imagen mental, reprimiendose al instante. Se estaba volviendo loco, en todo el concierto ni siquiera pudo concentrarse.

- Lo siento, es que necesitaba pensar...

- ¿Y se puede saber en qué exactamente? - quizo saber, tal vez esperando algo que tuviera que ver con el asunto de la habitación.

El alfa observó que el omega estaba ruborizado y seguía evasivo con el contacto visual, sabía que estaba nervioso. Pero no lo culpaba, él también estaba así al iniciar el concierto pero toda su energía fue consumida y regenerada al mismo tiempo ayudándole a pensar con mejor claridad la situación con Jimin. Llegando a la conclusión de querer acercarse más al omega, su lobo quería estar cerca de él.

- En cosas... Min, por favor. No me hagas más preguntas, quiero estar sólo - puntualizó y quizo pasar de largo por su lado izquierdo pero Yoongi lo sostuvo del brazo, haciendo que el omega lo mirara fijamente.

- Ven a cenar conmigo a mi apartamento.

- Ya cenamos ayer, nunca lo hacemos dos veces seguidas en una semana. Además, no quiero...

- Por favor - pidió firme y de inmediato su semblante cambió a una mirada cálida, esa mirada de cachorro que hacía arder el pecho de Jimin en llamas. - Jimin, te lo estoy pidiendo como jefe. Quiero agradecer por tu ayuda el día de hoy.

No por favor. Yoongi no debería jugar con su cordura de esta manera.

Yoongi no estaba insinuando ninguna otra cosa más. Yoongi simplemente estaba siendo amable una vez más ¿verdad?.

Entonces, ¿por qué quería llorar? Sí, porque solo era una simple cena más.

Una simple y estúpida cena como todas las demás, como todas esas mismas cenas nocturnas que su lobo lo deseaba tanto besar y abrazar.

Como todas esas noches en que lo veía expresarse apasionadamente o estresarse por cantar.

Como todas esas veces en que su cuerpo anehala estar con él y sentir su calor sobre su piel, pero no podía decir nada porque al mismo tiempo el alfa le confesaba las veces que había rechazado a no se cuántos omegas porque para él el amor no era importante, y disfrutaba de su soledad y soltería.

Jimin sabía que era egoísta por sentirse así y querer echarle la culpa a Min por haberse enamoraro así. Pero tenía miedo de aceptar su error de mezclar sus sentimientos con su trabajo. Se sentía poco profesional.

- Está bien - aceptó pensando que era lo mejor. - A las doce nos vemos en el estacionamiento - aseguró y se marchó dejando a Yoongi abandonado.

No sabía qué sucedería ahora entre ellos estando encerrados bajo cuatro paredes, pero su lobo siempre lo hacía ceder a sus caprichos. El alfa tenía el poder de hacerlo cambiar de opinión incluso si no quería.

Park Jimin sabía que estaba perdido, pero anhelaba estarlo aún más entre los brazos y piernas de aquel alfa que no le era correspondido.

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Yoongi se sentía preocupado por la actitud que había tomado el omega respecto a él, y se preguntó si había hecho algo mal como para molestarlo de esta manera.

Jimin jamás se había comportando tan distante en el trabajo ay mucho menos lo había notado tan serio.

Pensó que quizá el omega se había arrepentido de ayudarlo y darle algo tan íntimo y suyo a él, así que se sintió triste y culpable por su peculiar condición que lo había orillado a hacer eso. Por lo que pensó que invitarlo a cenar para agradecerle era buena opción e incluso aprovecharía para disculparse si había algo de qué disculparse.

Y siendo honesto, su mente no dejaba de trabajar e imaginar en cómo podría mantener ocupadas sus manos en el cuerpo ajeno si se lo permitiese una vez más. Pero tenía miedo de avanzar, por primera vez Yoongi tenía miedo de seguir sus impulsos, no quería arruinar su bonita amistad con el omega.

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Dieron las doce, y tal como prometió Jimin, él se encontraba varado cerca del automovil en la espera del alfa.

- ¿Nos vamos? - habló el mayor abriendo el auto con sus llave automática, quitando el cerrojo.

Jimin sólo se limitó a asentir y subió en su asiento correspondiente. Yoongi puso en marcha el coche y se dirigió a su apartamento por esa avenida ya bastante conocida por los dos.

Mantuvieron si rutina de siempre guardar silencio, salvo qie Jimin ésta vez no lo observaba como de costumbre, de ka cual Yoongi ya se había dado cuenta. En cambio el omega se encontraba perdido en las luces la acerca de la carretera mientras recargaba todo su peso sobre su mejilla.

Fue la primera vez que el alfa contempló a omega. Sus cabellos seguían el movimiento del aire y su silueta en contraste con las luces de la noche era preciosa, tanto qie quiso quedarse ahí a admirarlo hasta el amanecer pero no podía, por ser el conductor a cargo.

Cuando Yoongi llegó a su edificio aparcaron el auto enbel estacionamiento y tomaron el ascensor. Igualmente una seriedad apoderándose incómodamente entre ellos.

- Has estado callado desde hace rato. ¿Qué tienes, sucede algo? - preguntó preocupado.

- No es nada, Min. Sólo estoy cansado es todo...

- ¿Cansado? El cansado debería ser yo aquí, ya dime qué es lo que te pasa - las puertas del elevador se abrieron y a la par salió Jimin dirigiéndose a su destino, seguido de Yoongi. Jimin había visitado tantas veces la casa del alfa que incluso se sabía la combinación exacta de su contraseña. La tecleó y entró.

- De verdad no es-..

Se quedó callado al ver la bonita decoración del comedor donde siempre cenaban, junto a la gran ventana de cristal.

Había chuleta de cerdo como aperitivo, el omega podía olerlo, ya que era su platillo favorito. Además, había botellas de vino rosado y un bonito pastel decorado de frutos rojos. Todo especialmente hecho para placer de Jimin.

Cuando llegaron al comedor Jimin lo miró sorprendido. - ¿Todo esto es para mí? - el alfa asintió. - Esta todo lo que me gusta...

- Lo sé, yo ordené personalmente por ello.

- No sé que decir... yo..

- No tienes qué, yo soy el que debería hablar aquí. Te agradezco mucho nuevamente que me hayas ayudado, quizá pudo haber sido duro para ti....

"No, no lo fue."

... Eres alguien sensible así que me disculpo si algo que hice te hizo sentir mal o incómodo, no fue mi intención, realmente me dejé llevar.

"De hecho, lo disfrute. Y quiero más".

Ojalá el omega pudiera decirle todo lo que pensaba. Pero no estaba bien hacerlo, ¿qué pasaba si le decía y Yoongi no sentía lo mismo? Su amistad y su trabajo se irían a la mierda. Al menos, por ahora lo tenía cerca y podía trabajar con él. No quería arriesgarse.

Suspiró hondo y sacudió la basura innecesaria producida en su mente. Le sonrió angelicalmente y eso pareció devolver la energía a su cuerpo. - Tus agradecimientos son bien recibidos, Min. ¿Te parece si comemos?

- ¡Es una perfecta idea! - sonrió en acuerdo.

Se dedicaron a comer como de costumbre, disfrutando de la carne y del buen sabor del vino. Pero no era un secreto que ninguno de los dos estaba siendo sinceros con sus sentimientos al cien por ciento.

Ambos estaban mintiendo para convivir. Su cuerpos y mentes se estaban engañando y estaban fingiendo que no había pasado nada. Pero en su interior sus lobos estaban necesitados y ansiosos de tacto.

Una botella de vino se convirtió en dos.

Y el alcohol, amigos míos, estaba logrando hacer su efecto.

Hubo un momento en que dejaron de hablar trivialidades y se mantuvieron mirando fijamente sin decir nada.

- Ya, Min. Deja de mirarme - sus mejillas ya semi rojas por el efecto placebo de la sustancia alcohólica sobre su sangre.

- No puedo - su codo recargado sobre la mesa, y su barbilla sobre la palma de su mano. - Te ves tan bonito que quisiera besarte.

- Podrías pero no está bien, Yoongi. Porque nosotros - señaló a ambos infantilmente - somos compañeros de trabajo. Y los compañeros de trabajo no se besan en la boca - puntualizó con su dedito.

- En ese caso, no quiero ser compañeros de trabajo entonces - puchereó inconforme. - No quiero, no me gusta, lo odio.

- ¿Por qué?

- Porque no puedo besarte - arrugo su semblante, malhumorado.

Si alguien estuviera ahí con ellos estuviera muriéndose de risa por lo ridículamente tontos y tiernos que estaban siendo ahora mismo.

- Ammm ¿y qué tal si jugamos a no serlo?

- ¿A qué te refieres?

- Ya sabes, hay que jugar a que no somos socios de trabajo. Entonces podríamos besarnos.

- Excelente idea, Park.

- Okey, Okey. Yo empiezo. Hola, mi nombre es Park Jimin, encantado de conocerte - le tendió su mano y Yoongi la sostuvo.

- Un placer Jimin-ah. Mi nombre es Min Yoongi.

- Mucho gusto, Yoongi-ah -saludó enérgico, pero al cabo de un segundo ambos reventaron en risas como niños pequeños haciendo travesuras.

- ¿Quieres ser mi novio? - llamó más serio. Y el omega quién había empezado a comer pastel lo miró con ojitos cansados.

- ¿Eh?

- Pregunté, que si quieres ser mi novio, Jimin-ah.

- No - dijo haciendo un mohín con sus labios.

- ¿No? ¿Porqué? - cuestionó triste.

- Por que me gusta otra persona.

- ¿Y quién?- dijo todo nojado.

- Agust D.

Yoongi sonrió enternecido. - Yo soy Agust D, ¿te gusto yo?

- ¿Tu eres Agust D? - dijo sorprendido.

- Sip.

- Entonces acepto - dijo sonriente, curveando sus ojitos en medias lunas hasta desaparecer.

- ¡¡Bravo!! - pataleo. - ¿Entonces ahora si te puedo besar?

- Sip, pero usa el pastel. Pon un poco de pastel en tu boca y dámelo.

- No, tengo una mejor idea. Cierra los ojos.

- Está bien -aceptó y cumplió el pedido. Una sonrisa travesurienta se asomó por los surcos de Yoongi, quién tomó un poco de merengue y los distribuyó generosamente por los labios abultados del omega.

- Oye eso no-.. - ni si quiera pudo terminar cuando el alfa atacó sus belfos. Decidió no reprochar y lo recibió con apego. Cerró sus ojitos y sintió como el alfa lamia y chupaba con afán sus labios. Y a los pocos segundos su lengua profanó lugares ajenos.

Jimin jadeó entre besos y envolvió sus manos en la nuca del alfa mientras este último lo apretó hacía él jalandolo de la cintura.

El sabor de su lengua, lo dulce del merengue y lo ácido de las frutas se mezclaron tan magníficamente bien en sus cavidades que podían aclamarlo como su nuevo postre favorito.

Las manos del omegas ardían desesperadas por sacarle la prenda a su contrario, y a lo segundos cumplió su objetivo. Revelando esos amplios hombros que siempre deseó admirar. Se retiró del beso y tomó algo de pastel para distrubuirlo sobre el cuello del alfa, para comerlo, morderlo y chuparlo también.

Yoongi gruñó en satisfacción, sintiendo una pulsada fuerte dentro de su pantalón. De pronto un exquisito olor a leche inundó sus fosas nasales. El omega estaba cargado hasta el tope otra vez, su leche mojando la prenda que llevaba puesta.

Aún entretenido en su cuello, Jimin subió hasta su oído.

- Vamos, hazlo - le susurró seductoramente rompiendo la poca cordura que quedaba en el alfa.

- No - gimoteó.

- Se que lo quieres, Yoongi-ah. Tómalo todo. No sirve de nada contenerse-. Fue entonces que Yoongi no pudo soportalo y tomó la prenda del omega para romperla con fuerza, haciendo caso a su pedido.

Mierda, que jamás había deseado tanto una jodida leche como la que había bebido del omega. Realmente ninguna otra se comparaba con ella, a tal grado de preocuparle si volvería a ser capaz de tomar otra que no fuera la de Jimin.

- ¡Ah~! - jadeó al sentir el calor de sus labios indagar sus botones sensibles. Lágrimas salieron por el grande placer que le era proporcionado, su lobo retorciéndose en sumisión.

Y es que no solamente era succionar y ya. No, para Yoongi era como si de un arte se tratase, con ritmo y delicadeza. Ensalivando y bebiendo. Placer para al alfa y placer para el omega, claro estaba, odiaba ser un maldito patán que sólo se preocupaba por sí mismo.

Jimin apresaba violentamente su labio inferior mientras veía con tanto bochorno la labor proporcionada en su pecho, que apenas el alfa se despegó lo buscó desesperadamente con otro beso.

- ¿Yoongi? - jadeó.

- Mmhg ~ ¿sí?

- Quiero...- beso-... jugar... - beso -.. a otro juego.

- ¿mmh? - beso - yo.. yo también - beso nuevamente - vamos a la cama - propuso el alfa y el omega aceptó asintiendo, rodeandolo por el cuello; y Yoongi cargadolo fuertemente por las piernas y espalda, dirigiéndose a su habitación.

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Hasta aquí la actu.
Nos vemos en 5 días.
Gracias por leer.
🙊🙈

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