Prologue
La habitación de la familia estaba lo más en silencio posible, a pesar de que dentro de este cuarto hubiera una mujer dando a luz.
Vera; una mecánica, estaba dando a luz a sus dos hijos en silencio a pesar del profundo dolor que sintiese, ella sabía que estaba quebrantando la ley al tener dos hijos. El arca por ley había decidido que solo se podría tener un hijo por pareja ende tener otro este sería encerrado o sacrificado.
Era el día de aniversario del arca donde honraban aquel día donde las doce estaciones se unieron, sin embargo, para la familia Parker Anderson se había vuelto el día en donde serían fugitivos de la ley al sus dos hijos nacer.
-Vera... qué vamos a hacer?-preguntó el padre de los bebés.
Vera se encontraba sentada el suelo de la habitación totalmente exhausta, ambos bebés habían nacido y por gracia divina ninguno había llorado pero estaban saludables.
El hombre de cabello castaño, estaba cargando a la pequeña niña que había nacido mientras que con el otro brazo cargaba a su pequeño príncipe.
-Alyssa y Oliver...-mencionó el padre de los niños, mirando a ambos los cuales estaban dormidos.
-como mi padre y tu madre...-murmuró ella tomando un poco de aire, se sentó en el suelo sobre una toalla blanca la cual a pesar de estar un poco ensangrentada era mejor que el frío suelo.
-Si...-sonrió para luego acostarlos a ambos en una cuna blanca que se encontraba dentro de un pequeño closet.
La madre, Vera; miró a sus pequeños con una sonrisa a pesar de todo el cansancio y dolor que sentía.
-Ustedes vivirán... a como de lugar-murmuró la madre acariciando la mejilla de su pequeño Oliver y la cabeza de la niña, Alyssa.
-Recuerdas... que tu padre había diseñado una nave para escapar cuando nació tu hermana?-mencionó el hombre levantándose.
-Hmm, por desgracia tomaron a mis padres y a mi hermana...-dijo agachando la cabeza recordando como su madre y padre habían sido flotados y como su hermana al cumplir la mayoría de edad había sufrido el mismo destino.
-Podríamos usarla... ir a la tierra-explicó él mirándola y mirando a sus pequeños.
-Moriremos... pero si nos quedamos... también...-dijo ella mirándolo.
-Vale la pena intentarlo Vera... fuimos diseñados genéticamente para soportar la radiación del espacio... quizá podríamos sobrevivir en la tierra-argumento el mirándola- o morir intentando salvarlos.
-Mis hijos vivirán... aquí o en la tierra... no moriremos sin luchar-asintió ella mirándolo con una sonrisa.
Así fue como la familia decidió que efectivamente viajarían a la tierra a como de lugar.
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