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2. By my side







Los días para Alyssa se habían vuelto vacíos, no había nada que le formara una sonrisa o que siquiera la levantara de la camilla en la tienda del curandero. Sus sueños estaban llenos de recuerdos donde solo aparecía su hermano, por lo que prefería mantenerse despierta todo lo posible.

La pelirroja se había mantenido enferma por varios días, la enfermedad no la mataba pero Alyssa no cooperaba para mejorar; ya no vomitaba sangre ni la lloraba, pero su aspecto era cada vez más desgastado; ojeras remarcadas debajo de sus ojos; labios pálidos; piel pálida y tenía fiebre diariamente pero ya no se debía a la enfermedad, sino a su tristeza y depresión.

Su amigo Lincoln la ayudaba a comer diariamente, pero solo comía lo suficiente para mantenerse, no para curarse.

-Alyssa... tienes que comer-insistió el moreno llevando una cuchara a la boca de Alyssa.

-Ya comí...-contestó ella girando la cabeza hacia el lado contrario a donde él se encontraba.

-Más... casi no comes-refutó el mirándola y acercando más la cuchara.

Ésta apoyo la cabeza del respaldar de la cama mirándolo a la cara con tristeza en los ojos, rápidamente sus ojos se llenaron de lágrimas y cubrió su rostro con ambas manos.

-Cada vez... se hace más presente que el ya no está-murmuró mirándolo con la voz rota -y que nunca más lo estará- susurró.

Este se acercó a ella limpiando una de sus lágrimas con el dedo pulgar, la abrazó a lo que ella correspondió sintiéndose por primera vez en varios días, acompañada.

-Si necesitas a alguien... aquí estoy-murmuró él sonriendo levemente.

-También eres mi hermano...-sonrió ella por primera vez en varios días.

Lincoln sonrió poniendo su mano en la cabeza de la pelirroja despeinandola, ellos se conocían desde pequeños, sin embargo, el era un poco mayor que ella siendo algo así como su hermano mayor.

-Te voy a dejar descansar-mencionó levantándose y saliendo de la tienda.

-No, espera... quiero salir...-decidió Aly levantándose y caminando hacia el.

Este sonrió saliendo de la tienda siendo seguido por la chica de ojos color avellana quien tenía una leve sonrisa en los labios.

Lincoln camino seguido por la chica pelirroja quien disfrutaba del viento fresco que hacía mover levemente su cabello.

A lo lejos Heda caminaba hacia la torre, sin embargo, al ver a Alyssa disfrutando del sol y del viento que corría sonrió de una manera casi imperceptible para luego acercarse.

-Alyssa Kom Skaikru-llamó la comandante caminando hacia ella con las manos detrás de la espalda.

-Heda-mencionó ella haciendo reverencia al igual que Lincoln.

-Estás mejor?-preguntó ella notando la palidez de su rostro y el cansancio que relucía de sus ojos.

-Algo así...-murmuró ella sin mirarla a la cara y mantenido su mirada hacia el suelo.

-Te quería proponer algo...-informó Lexa hablando con voz tenue.

-Lo que usted diga Heda-mencionó esperando.

Lincoln hizo reverencia despidiéndose de ambas y dejándolas solas.

-Te gustaría vivir en la torre? Tus padres pueden hacer lo mismo-consulto la comandante sin muchas emociones en su rostro.

-Lo que Heda prefiera...-contestó pasando las manos por su cabello rojizo siendo movido por el viento.

-Es tu decisión... pero me gustaría que aceptaras... así protegería a tu familia-mencionó ella prestando atención a los ojos de la pelirroja.

La chica de ojos avellana la miro por unos segundos analizando la propuesta de su comandante; le tentaba mucho aceptar pero no le parecía buena idea y menos por cómo se había comportado anteriormente.

-Yo... no... no lo se... no lo merezco-tartamudeó mirando a Lexa de aspecto imponente.

-Claro que si... tengo el deber de protegerlos por lo mucho que apreciaba a tu hermano-comentó ella mirándola.

-Era su guerrero favorito... ya lo sé...-susurró Alyssa mirando a un lado de la comandante.

-Si... el era muy fuerte... así que aceptas?-insistió Lexa quien no le quitaba la mirada de encima.

-Si -sonrió mirándola por primera vez desde habían empezado la conversación -Por mi hermano- puntualizo.

Lexa asintió -Más tarde enviaré a Gustus y a Titus por todas sus cosas-comentó alejándose.

Alyssa camino hacia el bosque dirigiéndose a su casa, está se encontraba vacía ya que sus padres estaban seguramente trabajando en nuevas Armas para el ejército de la comandante.

La pelirroja con mucha rapidez empezó a empacar todas sus cosas, incluyendo aquellos objetos tecnológicos que en su casa se encontraban como tabletas con miles de conocimientos y algunos dispositivos médicos.

De pronto la puerta de la casa sonó, alguien estaba tocando.

-voy!-gritó la pelirroja saliendo de su habitación.

Al abrir la puerta vio a Gustus y a Titus, está señaló los dos cofres grandes que se encontraban en su sala.

-Mochof (Gracias)-exclamó ella viendo cómo ambos cargaban las maletas.

{•••}

Habían pasado varias horas desde que Alyssa había empezado a vivir en una habitación de la torre, en todo ese tiempo no había visto a la comandante así que no tenía muy claro que debía hacer ahí, alguien tocó su puerta y está giró la mirada hacia la misma.

-Entre!-gritó ella acercándose a la puerta.

A través de esta entró la comandante, quien vestía una camiseta negra con una chaqueta un poco larga que mantenía abierta.

-Te sientes bien?-preguntó Heda acercándose a ella.

Alyssa únicamente sonrió asintiendo en respuesta a su pregunta.

-Me siento bien... pero aún no sé qué tengo que hacer-murmuró ella mirando a Lexa con un poco de nervios.

-Serás mi ayudante... así podré cuidarte ahora que Oliver no puede-comentó ella sin muchas expresiones -Cuando salgas me tienes que avisar y siempre estarás a mi lado- ordeno ella.

-Claro Heda-respondió asiendo reverencia.

Lexa salió de la habitación así que Alyssa se acercó al balcón que se encontraba en su habitación, a través de este brillaba la fuerte luz del sol, cuando noto que una nave espacial caía en la tierra.

-Una nave...el arca...-susurró ella tomando una daga de defensa.

Esta corrió afuera de la torre olvidándose por completo de Lexa, antes de salir de Polis alguien tomo su brazo.

-A donde vas?-pregunto el padre de la chica.

-El arca... mandaron una nave-murmuró para luego soltarse y salir corriendo.

Al llegar al bosque pudo percatar cómo la nave aún no había sido abierta, hasta que de pronto la puerta cayó.

-Volvimos perra!-gritó una chica muy joven de cabello castaño.

-Pero... si...son niños...-susurró para ella escondiéndose.

Alyssa vio como todos los adolescentes salieron corriendo, un chico de cabello peinado hacia atrás le llamó la atención.

-B...Bell...Bellamy!...-murmuró ella mirándolo para luego irse de ahí antes de ser vista por los emocionados chicos.

La chica de cabello rojizo empezó a correr por el bosque intentando alejarse lo más posible hasta que llegó a un rio donde se detuvo a tomar aire.

-Bellamy Blake... por Dios!-mencionó para ella misma recordando.

Hacia unos dieciocho años atrás, entre las pocas veces que ella lograba escapar de la habitación donde vivía escondida con tan solo cuatro años había conocido a un niño de quizá un año más que ella con el cual jugaba.

"Te quiero Aly" recordó Alyssa; algo que le había dicho Bellamy cuando eran muy pequeños, ese había sido su primer amor pero solo era una pequeña.

Unos ruidos detrás de los árboles llamaron su atención, cuando giró noto a la comandante en su caballo con dos soldados.

-Alyssa!-llamo la comandante bajándose de su caballo mientras se acercaba a la pelirroja.

-Heda-mencionó la anteriormente nombrada haciendo reverencia para luego empezar a dar pasos hacia atrás.

La comandante lucia realmente molesta, algo que la chica de los ojos color avellana notó por lo tanto siguió retrocediendo olvidando el rio que estaba detrás de ella.

-Me desobedeciste!-exclamó Lexa con tono fuerte acercándose cada vez más.

La chica giró los ojos-Soy demasiado libre para decirle todo lo que hago todo el día-refutó ella con cierto enojo en su voz.

La comandante noto como la chica estaba molesta con ella por lo tanto hizo que sus dos soldados se acercaran para llevarla custodiada hasta Polis, pero la chica al notar la acción de la comandante retrocedió más cayendo al rio.

-Alyssa!-gritó la comandante mirando desde la superficie hacia el fondo en busca de la chica.

Al no ver a la rojiza salir a la superficie, Heda no dudo ni un segundo lanzándose al agua en su rescate. En el fondo del rio se encontraba Alyssa Parker intentando soltarse de una red que estaba bajo el agua la cual se había enredado en su pierna, la chica castaña tomo su daga cortando la red pero sin antes notar como a quien salvaba se estaba quedando sin aire. Tomando a Aly de la cintura subio a la superficie donde esta tosio escupiendo el agua que habia logrado entrar a sus pulmones.

-Mochof Heda(Gracias Heda)-murmuro ella mirando a la comandante directo a los ojo.

La comandante paso sus dedos por el rostro de la pelirroja quitando algunos cabellos que se habían pegado a su rostro por el agua. Alyssa empezó a sentir algo extraño en el estómago por lo tanto como pudo se arrastro hacia la orilla.

La pierna de la pelirroja estaba algo marcada por la red pero nada muy grave, la misma notó como Lexa salia del agua ayudandola a levantarse para luego dirigirla al caballo.

-Sube... iras conmigo-ordenó Heda observando como esta chorreaba agua por donde pasara.

-Un momento por favor-pidió la rojiza alejandose un poco. Al Lexa ver como esta empezaba a levantarse la camiseta ordeno a los soldados girarse.

Alyssa escurrió su camiseta sin darse cuenta que estaba siendo observada por la comandante de manera inconsciente, al volver a vestirse y voltearse notó como Lexa quitaba la mirada rápidamente.

-Nos vamos...-Ordenó Lexa subiendo al caballo extendiéndole la mano a la rojiza para que subiera.

Durante el camino Aly, de tanto evitar dormir empezaba a cabecear, apoyando la cabeza en la espalda de la castaña que manejaba el caballo blanco.

-Estas bien?-pregunto Lexa girando levemente la cabeza mirando de reojo a la chica casi dormida.

-Aja...-susurró ella con los ojos casi cerrados.

Lexa rio por lo bajo, pero de una manera nuevamente imperceptible.

Luego de un largo camino más que nada por evitar que Alyssa cayera del caballo, llagaron a la adorada capital Polis.

-Linkon...-llamó la comandante al moreno que iba pasando.

-Sha Heda?(Si Heda?)-preguntó él acercándose a ellos notando a Alyssa totalmente dormida.

-llévala a su habitación-ordenó la comandante.

Lincoln se acercó al caballo bajando a su amiga y cargándola en brazos para llevarla a dormir en su habitación en la torre.

Alyssa estaba totalmente dormida, había pasado largos días sin dormir por no querer soñar con su hermano por el grande dolor que esto le causaba pero no logro soportar más la ausencia del descanso.

El moreno con tatuajes llegó a la habitación de la chica acostándola en la cama, a lo que esta nisiquiera reaccionó.

-Alyssa? Estas bien?-susurró Lincoln asegurándose de que esta estuviera sana.

-Oliver...-balbuceó en sueños sin darse cuenta de quien la acompañaba en la habitación.

-Lincoln-puntualizó el riendo levemente al notar que esta se encontraba en el mundo de los sueños lejos de lo que pasara fuera de ahí.

El abandono la habitación dejándola descansar pacíficamente.

{•••}

El cielo estaba muy oscuro, la lluvia caí con fuerza y los truenos retumbaban en los oídos de una niña pequeña de cabello rojo como el fuego.

-Quédate aquí Aly...-susurró el niño pequeño abrazando a su hermana alejándose poco a poco.

-No vayas... te harán daño-respondió tomándolo del brazo.

-Estare bien...-sonrio el pequeño niño de unos sietes años saliendo por la puerta trasera de la casa.

Afuera de esta habían dos guerreros Azgeda quienes intentaban atacar a la madre de ambos, el pequeño tomo una daga quizá del tamaño de su propia mano; escabulléndose por todo el patio logro estar lo suficientemente cerca de aquellos hombres.

-Shod op joken skaikru(cállate maldita gente cielo)-ordenó el soldado tomando a la señora del cuello.

El niño al ver cómo la cara de su madre se volvía roja por la falta del aire, se acercó al hombre cual tomaba cosas del patio de la familia. Oliver saltó encima del hombre clavando la cuchilla en la vena yugular haciendo que el guerrero cayera, llenándose de sangre.

-ste we kom gon ai nomom(aléjate de mi madre)-amenazo el pequeño con las manos ensangrentadas.

El guerrero lo miro sin ninguna expresión soltando a la mujer para acercarse al niño sacando su espada, pero antes de poder atacar al pequeño esté tomo la daga tirándola hacia la cabeza del hombre.

-Yu gonplei ste odon(tu lucha a terminado)-mencionó el pequeño al ver aquel hombre desplomarse.

Oliver tomó la daga limpiándola para luego acercarse a su madre quien se encontraba recuperándose tras haber sido casi asfixiada.

-Mi pequeño niño...-susurró la madre abrazando a su hijo.

Este con miedo en el pecho, la abrazo sintiendo tranquilidad luego de haber quitado dos vidas en defensa de su madre.

-Oliver!-chilló una voz infantil al ver a uno de estos guerreros atacar a su hermano.

Pronto el recuerdo de Alyssa que había cambiado para terminar como una pesadilla la despertó haciéndola gritar del pánico.

-Bro! Nomom!(hermano! Mamá!)-gritó la rojiza mirando a su alrededor entrando en razón de que estaba a salvo.

La comandante entró a su habitación con su espada al haber escuchado los gritos de terror de su invitada.

-Alyssa... estás bien?-preguntó al no ver a nadie más que ellas dos en la habitación.

-Heda... si... lo siento-murmuró ella para luego cubrirse el rostro.

-Un mal sueño?-pregunto la castaña acercándose a la pelirroja enfundando su espada -estabas bien cuando estabas en el caballo-comentó.

-Si... no se porque no puedo dormir ahora...-murmuró ella pasando las manos por su rostro.

Lexa y ella habían sido amigas en la infancia, antes de que la castaña se convirtiera en Heda así que la conocía muy bien a pesar de la relación entre ellas había muerto hacia un tiempo.

-Recuerdas... cuando éramos unas niñas... y te asustaban las tormentas?-comentó Lexa riendo por lo bajo.

-Si... dormías conmigo hasta la tormenta acabara-mencionó la chica rojiza mirando a la comandante.

La chica de ojos verdes y cabello oscuro la miró recordando aquel día en donde su amistad había acabado por completo, jamás entendió porque.

-Porque no quisiste seguir siendo mi amiga?-pregunto la comandante sentándose en la cama de Alyssa.

Lexa podía recordar perfectamente todo lo que su amiga le hacía sentir a pesar de ser unas niñas; podía recordar el sentimiento en su estómago y el poder que tenía Alyssa sobre ella, y lo fácil que era que esta preocupara por la pelirroja dejando todo por ella.

-Eso ya no importa Heda-respondió atando su cabello en una coleta alta, notando como la castaña prestaba atención a los movimientos de esta.

-Te la pasabas detrás de mi Alyssa, todo el día incluso cuando Titus nos llevaba con el anterior comandante-explicó ella -Mataste eso en un segundo.

Los ojos de Alyssa se quitaron de su comandante mirando hacia la puerta, ella jamás había vuelto a pensar en aquel día donde había dejado ir algo tan importante para ella; un mal sabor apareció en su boca recordando las explícitas palabras de la amenaza que había sufrido.

-No importa... de todas formas no me lo creerías-replicó ella levantándose de la cama siendo seguida por ella.

-Fue por Costia?-curioseó Lexa mirándola caminar por toda la habitación, dándose cuenta de que está la evitaba.

-Costia? No-respondió sin observarla, acercándose al espejo de la habitación notando su ya no tan desgastado aspecto.

-Alyssa... mírame si te hablo-exclamó la comandante aún en la cama de la chica.

-Fue Titus-soltó la chica mirando a su Heda sin ninguna expresión en su rostro, sabiendo lo que implicaría que ella no le creyera.

-Qué?-interrogo Heda notando la seriedad con la que la chica al frente de ella le hablaba.

-La noche que fuiste al río... Titus había hablado antes conmigo, me dijo que me alejara de ti-exclamó ella.

-Que yo era una debilidad... una distracción y que era muy poco para ser tu amiga... nisiquiera era Trikru... o Skaikru que yo no era nada... y si seguía siendo tu amiga mandaría a matarme-reveló ella mirando a la comandante.

-Deténte... no me mientas en la cara-ordenó Lexa levantándose de la cama.

-No te miento... dijo que era indigna... me dijo que no pertenecía a nada! Me amenazo de muerte-repitió ella mirándola.

-Titus es mi consejero, el guarda llamas... no puedo creerte así por así-explico ella acercándose a la puerta.

-No te estoy pidiendo que lo hagas de todas maneras-alegó la chica mirando a su comandante.

La comandante únicamente salió de la habitación dejando a la pelirroja sola.

-Si tan solo supieras que te amé...-pensó al verla salir.

Al inicio le había costado la vida alejarse de ella, pensaba en ella en cada instante de sus días pero tenía que hacerse a la idea de que jamás iba a estar al nivel de los demás, jamás iba a ser parte de ellos por más que viviera con ellos o aprendiera el idioma.

{•••}

Nota de la autora

Me encanta totalmente escribir esta historia, amo demasiado esta serie y al personaje de Lexa así que es un sueño escribir un fanfic.

Espero le den apoyo a esto.

🫶🏻

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