Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

Capítulo 9
Jordan

Dejo el teléfono en sobre la cama. Estoy acostado sobre mi espalda y mis pensamientos van a la deriva, aunque a veces se ven ahogados, por el resentimiento en mi espalda. A mi mente llega Jaden y que mañana tenemos un trabajo pendiente, muy temprano. Lo mejor es dormir.

***

Jaden pasa en la camioneta a buscarme y como siempre, crea un escándalo con la bocina al llamar.

—Hermano —choca su mano con la mía—. Me contaron algo, incluso vi un vídeo. Estuvo estupendo —Jaden pone en marcha el vehículo.

—¿En serio? —me sorprende. Nunca me percaté de las cámaras, aunque la verdad, no me enteré casi ni de mi mismo.

—Sí, mi hermanito y yo hicimos un análisis. Antes de que empezara la pelea, pensé que el moreno iba a matarte, pero felicidades, estás aquí —sonríe y palmea mi cabeza. Lo ignoro.

—¿Tú que has hecho mientras he estado fuera?

—He trabajado en el bar, como todos los días. Solo que una señora de más de sesenta se me acercó y me propuso ser su compañero.

—A ver, ¿cómo así que su compañero?

—Ya sabes, salir a pasear con ella y demás. Incluso me dijo que podría dejar el bar con lo que me iba a pagar —me carcajeo un poco al imaginar tal escena.

—¿Ya renunciaste? —pregunto, mientras tomo del cajón un paquete de cigarros y tomo uno.

—Le dije que el club es mi vida, que era el club y ella o nada. ¿Sabes qué respondió? —niego con la cabeza—. Me dijo que sí. Que yo tenía razón, así que ya hemos salido un par de veces.

—Wow. Tienes novia. Felicidades.

—Gracias. Voy a salir a cenar con ella esta noche. Quizás quieras ir para conocer a tu cuñada.

—Claro, pero no quiero estar entre los dos, en una cena romántica, me voy a sentir algo metido.

—Trae a April. Así tenemos una cena de parejas —me golpea el hombro.

—April y yo no somos pareja, Jaden —mi voz sale con la seriedad justa que amerita tal afirmación.

—Vamos hermano, a mi no en vas a decir que no te has acostado con ella —no sé cómo responder de tal forma que no esté seguro de si sí o no. Si me quedo callado, estaría dándole la razón.

—¿Estás seguro de eso?

—Creo que sí —dice y algo de duda se ha instalado en su voz.

—Yo le digo. Veré si quiere ir.

Llegamos hasta la casa que hoy tenemos para reparar. Es un tejado enorme y no creo que corramos con la suerte de terminar todo el día de hoy. En el receso para el almuerzo le envío un mensaje a April.

Jordan: Hola. Oye, ¿te gustaría ir a cenar esta noche? Con Jaden.

April: Ehhhh... Hola. Qué simpático por cierto.

Jordan: Asumo que ha sido sarcasmo. Perdona. ¿Cómo estás?

April: Muy bien. Gracias por preguntar.

Jordan: Ahora te toca a ti.

April: ¿Qué me toca?

Jordan: Preguntar qué tal estoy.

April: No interesa. Mira, pues sí, no hay nada mejor que hacer. Claro que voy.

Jordan: Bien, entonces iré por ti a las 19:00 ,que tengas un buen día.

Ella no responde y eso me hace sonreír, me recuerda que el pesado soy yo, la verdad creo que la estoy influenciando un poco al respecto. El trabajo termina tan tarde como imaginé que lo haría. Jaden me deja en la entrada del vecindario y yo corro hasta llegar a mi puerta. La casa luce tan vacía como siempre, no sé porque me sorprende verla de esta manera. El olor a humedad penetra mis fosas y me dan ganas de estornudar. Busco un ambientador, que está guardado un el cajón más lejano de mi gavetero. Lo roceo en los alrededores y a pesar del tiempo que ha estado allí, cumple con su trabajo. Entro al baño, al salir selecciono una camisa de mi ahora amplio y algo sofisticado guardarropa, cortesía de mi promotor.

Salgo fuera para tomar el taxi que me dirige hasta casa de April. Al llegar frente a su edificio ella aún no está allí, tomo el teléfono y le llamo.

—April, ya estoy aquí —me anuncio, sin dejar que ella responda del otro lado.

—Estoy buscando algo. Si quieres puedes pedirle al taxi que se vaya y sube, luego tomamos otro.

—Bien —contesto y cierro el teléfono. Le pago al taxista por el viaje y salgo. El portero me pregunta hacia donde me dirijo y marca para aprobar mi llegada. Me indica el piso y el número del apartamento. Subo por las escaleras y su puerta está justo frente a la entrada. Toco despacio con mis nudillos para anunciar mi llegada.

Una chica, que no es April abre la puerta. Es alta, solo un poco más baja que yo, seguro con unos buenos tacones me alcanzaría. Su pelo es rubio y algo rizado, sus ojos verdes expresan algo de alegría y sorpresa.

—Hola. Puedes pasar, ven —me invita.

—Buenas tardes —saludo y le tiendo la mano.

—¿Tú eres Jordan? Wow —no entiendo porqué la sorpresa, al parecer April se ha encargado de hablar lo suficiente sobre mí.

—Así es, pero creo que me tienes en desventaja.

—Creo que sí —ríe nerviosa—. Soy Katherine, amiga casi hermana de Abby. ¿Sabes qué? No luces tan grande después de todo. Te hacia algo así parecido a Hulk —la comparación me produce gracia. Había escuchado muchas, pero nunca sobre Hulk.

—¿Te decepcioné?

—Para nada. Prefiero que seas el hermano menor de Hulk y no él mismo —April sale por una de las puertas detrás de nosotros.

—Hola. Veo que no necesitan presentación —April dice desde atrás. Viene descalza, lo que la hacer ver unos centímetros más baja.

—Sí. Ya conocí al hermano de Hulk —dice Katherine con una sonrisa y poniendo su mano sobre mi hombro. April niega con la cabeza.

—Jordan, ya me pongo los zapatos y nos vamos. Cuídate de esta loquilla, por favor —me guiña un ojo y desaparece.

—¿Sabes? —inicia Katherine con tono de pregunta.

—¿Qué? —pregunto.

—Abby está loca por ti.

—¿En serio?

—Eso creo —está susurrando, lo que me invita a hacerlo yo también—. Ella no me lo ha dicho, pero estoy casi segura. No la había escuchado hablar de un hombre desde que Mark murió hace dos años.

—¿Quién fue Mark? —curioseo. Me llama la atención que haya mencionado esto.

—Mark era su prometido. Murió de cáncer de páncreas. Lo siento, creo que no he debido hablar tanto.

—Ya lo creo —April irrumpe desde atrás y ya está lista para irse.

—Pues es hora de irnos —trato de mejorar un poco el momento y calmar las aguas. El rostro de April ha cambiado de sonriente, al de una seriedad casi temerosa. Presiento que quiere llorar, pero la fortaleza que muestra, puede más que eso y a toda costa evita verse vulnerable. Ella toma un bolso que está sobre el sofá y me invita a salir. Me despido de Katherine, que ahora está mostrando un rostro cabizbajo y triste. Bajamos en silencio por el elevador y un taxi está disponible en la entrada, así que entramos. Le indico al conductor el restaurante y éste toma el rumbo. Ella va en silencio. No sé cómo reaccionar ante situaciones como esta, llevo años aprendiendo a suprimir mis sentimientos, así que entiendo lo que está pasando con ella, solo que April no ha aprendido a suprimirlos por completo, supongo que tampoco lo he logrado, pero estamos en eso.

—April —su mirada está perdida hacia fuera, fijando su vista al vacío —siento haber escuchado eso. Si quieres podemos volver a tu casa y salir después, cuando te sientas mejor.

—¿Crees que voy a dejar que el pasado me pisotee —limpia una lágrima de su mejilla—. No voy a luchar con el destino. Es lo que decidí, está escrito que supieras eso este día, yo no soy quién para evitarlo.

—Lo siento mucho —solo me queda decir— sé qué se siente perder a alguien.

—No lo sabes. Jamás sabrás lo que es perder tan rápido a alguien que amas —no digo nada, pero nadie mejor que yo puede saber lo que significa tal cosa.

—No quiero verte así ¿Qué puedo hacer para ayudarte a sentir mejor?

—No puedes hacer nada, Jordan, pero podemos empezar por ir a la cena y no hacer preguntas —responde y sé que es hora de terminar esta conversación. Después de una media hora rodando a través de la ciudad, llegamos al establecimiento. Blue Hill Restaurant. Desde el lobby, todo luce tan sofisticado. Vemos a Jaden y su “novia” sentados en una mesa junto al bar. Jaden se pone de pie y va a nuestro encuentro.

—April —Jaden le da un gran y sonoro beso en la mejilla a April y luego me da un medio abrazo a mí.

—Vengan, estamos por aquí —caminamos hasta la mesa y tomamos asiento, April al lado de mí y ellos dos en frente, quedando dos sillas, una frente a la otra vacía.

—Mucho gusto, mi nombre es Maritza González —la novia de Jaden me da la mano y luego le da un beso en la mejilla a April. Es de apariencia sofisticada, sin embargo, luce simpática y nada respingada. Su acento latino es muy evidente, apostaría que está todavía aprendiendo el idioma. Su pelo el largo, lacio y muy negro. Creo que va llegando a unos cuarenta y tantos, quizás cincuenta. No es delgada, pero tampoco tiene sobrepeso. Luce muy conservada para su edad.

—Jordan. Ya te había hablado de él y April —dice Jaden. Nos reciben con un platillo de entrada, al parecer ellos seleccionaron en nombre de todos.

—Espero no se molesten, pero ordenamos la recomendación del chef —Maritza nos confirma. April sigue silenciosa, solo asintiendo y sonriendo. No me siento bien con ello, conociendo su alta capacidad de conversación. Toda la cena transcurre en tranquila y descubrí que Maritza no sabe hablar mucho Inglés, pero Jaden la ayuda traduciendo un par de cosas. Al final de la cena, que pareció de pajaritos, por la pequeña cantidad que sirven, propongo lo siguiente, claro, aprovechando que April está acompañando a Maritza al tocador.

—Tengo más hambre que cuando llegué. Tenemos que ir por unas hamburguesas —le propongo a Jaden.

—¿Cómo puedo llevar a Maritza por unas hamburguesas? Seguro ella no ha ido a algún lugar de esos jamás.

—Que esta sea su primera vez —me encojo de hombros y él está de acuerdo en proponerle. Las chicas llegan y toman asiento. Debajo de la mesa pongo mi mano sobre la rodilla de April, tomo su mano y la aprieto. Solo me mira y sonríe. Maritza recibe su recibo para firmarlo y nos levantamos, todos vamos en el auto rentado de la señora, conducido por Jaden. Llegamos hasta un puesto ambulante de hamburguesas. April me mira confundida.

—¿Qué significa esto?

—¿No me digas que los ricitos de verduras te llenaron? Porque a mí, ni a Jaden no —Jaden está estacionando junto al puesto y bajamos. Está vacío estamos los cuatro solos aquí como clientes. Jaden está explicándole a su “novia”qué hacemos aquí. Tomamos asiento en las sillas plásticas que rodean el carro de hamburguesas. Jaden, que conoce al dueño del lugar se para y pide una hamburguesa para cada uno. Cuando están listas, nos entrega a cada uno.

—¿Se supone que me comeré esto sin ninguna servilleta? —pregunta April.

—Billy, por favor, más servilletas para las señoras —le pido y de inmediato viene con un paquete en mano.

—¿Cómo se supone que voy a empezar? Esto es gigante —April está atareada con la hamburguesa.

—Pues así —tomo la primera mordida. Ella sigue mi ejemplo con un gran mordisco, pero un chorro de salsa corre por una de las comisuras de su boca, toma una servilleta y se limpia. Está riendo y eso tranquiliza un poco mi espíritu. Jaden nos trae una latas de cerveza que nos ayudan a bajar un poco la cena.

Luego de un par de latas y una hamburguesa, para April la mitad y para Maritza solo un pedazo, un estómago sofisticado no soporta mucho al parecer. Ya es hora de irnos, sin embargo, en ese preciso instante una ronda de salsa empieza en la radio. Jaden, se pone de pie y saca a bailar a Maritza, quien emocionada se para y le sigue el paso a los movimientos, a veces algo provocativos de Jaden, los cuales ella feliz recibe. No es que sea muy diestro con los ritmos latinos, pero invito a April a bailar lo que queda de la pieza.

—No sé bailar salsa, Jordan. Ellos dos están rompiendo la pista, no quiero hacer el ridículo —dice.

—Ven, yo tampoco sé mucho. Solo dejémonos llevar —duda unos segundos, pero me ofrece su mano, en muestra de aceptación. Un par de segundos luego de empezar, veo que sí ha sido un error, no servimos para esto, sin embargo, ella ríe sobre mi hombro, por lo que estamos haciendo y para nuestra suerte, la canción termina. Maritza aplaude y Jaden le hace una reverencia. Su novia se acerca a su oído y le dice algo, Jaden solo muestra una sonrisa y asiente.

—Ya creo que es hora de irnos.

—Sí. Al parecer —digo.

—Los llevamos. Vengan —indica Jaden mientras busca la llave del auto en su bolsillo.

—No te preocupes, vamos a tomar un taxi.

—Está bien. Nos vemos mañana, Jordan. April, siempre es un placer verte, gracias por acompañarnos —él le da la mano, pero omite el beso.

—No es para nada un esfuerzo pasarla contigo, Jaden, ya lo sabes —April le sonríe.

—Gracias por todo —se despide Maritza.

—Gracias a usted —se limita a decirle April, ya que sabemos que no entiende mucho. Ellos suben al auto y se van. Pasan varios minutos, antes de que un taxi se acerque a nosotros. Subimos al auto y como siempre, indico la dirección de April primero, que es la más cercana.

—Jordan, no quiero ir a casa —me susurra—. Es que creo que si veo a la muy tonta de Katherine, la mataré —su comentario me hace reír, pero ella no se ve contenta con ello.

—¿Tienes dónde quedarte? —pregunto, no quiero hacerle una propuesta que la moleste.

—No, bueno quizás un hotel. No tengo nadie en Nueva York.

—Me tienes a mí, April —sostengo su mano. Cambio la dirección de destino y el taxi nos dirige hasta los suburbios del Bronx. Todo está en silencio en los alrededores, excepto algunas esquinas. Las luces estás iluminando algunas escaleras y otros rayos que se escapan por las ventanas, iluminan la acera. El taxi nos deja frente a mi casa. El olor del ambientador, todavía está en el ambiente, Berry Burst, revisaré la marca, necesito un par más de esos. Jamás había notado cuanto desorden hay alrededor. Recojo un par de botellas de agua que están en el sofá.

—Toma asiento, siéntete como en casa —le invito.

—Jordan, necesitas ayuda. Si quieres un día puedo venir y arreglamos todo esto. Veo que no solo tu cabello era un desastre.

—Así es —sonrío. Entro al cuarto y quito de la cama la ropa que me quité al llegar del trabajo, la lanzo al cesto, busco algunas prendas en una gaveta y encuentro el abrigo de Kerry, lo saco para llevárselo. Salgo y ella está mirando el alrededor.

—Mira, puedes ponerte esto para dormir, si quieres —le entrego.

—Gracias —creo que la melancolía ha vuelto a sus ojos. Me siento junto a ella en el sofá. No sé qué decir, así que solo decido darle un abrazo, el cual ella corresponde. Su mirada se levanta para encontrarse con la mía y es como si pidiera algo a gritos. Ella mira hacia mis labios y entiendo la invitación. La beso, pero este es diferente a los anteriores, el beso de la primera y única vez que hemos estado juntos, un beso temeroso, pero lleno de deseo. Este contacto es un ósculo1, puro y sencillo, y con rasgos de dolor que logro descifrar. Quiero cambiar el rumbo y que se olvide un rato de aquello que le haga daño. La levanto del sofá, mientras ella rodea mis caderas con sus piernas aún continuando el mimo. La pongo en la cama y se sienta para levantarse el vestido y tirarlo al piso, me acerco a ella para atrapar de nuevo sus labios entre los míos. Sus manos viajan a través de los botones de la camisa, desabotónandolos uno por uno y luego deslizándola por mis brazos, dejando mi torso desnudo. Me doy la oportunidad y mis ojos se fijan en su escote que sobresale del sostén. Me apresuro en sacarlo, quiero ver más, mucho más que eso. Ella los desliza por sus brazos, luego que termino de aflojarlo detrás, liberándolos. Desciño los vaqueros y ella sobre mí, los desliza con sus pies a través de mis piernas, para al final, lanzarlos lejos, a algún lugar del dormitorio. Beso cada centímetro de su cuello y escucho como leves sonidos se escapan de sus labios, tampoco puedo contenerme. Trato, con todo el esfuerzo del mundo no depositar todo mi peso sobre ella, hasta ahora, lo poco que he puesto, no parece haberle molestado.

Sus uñas están rasgando mi espalda, mientras me entretengo un rato en su pecho, a la vez que siento los latidos de su corazón acelerado al máximo. Me detengo un momento a mirarla y tiene los ojos cerrados y está en silencio. La beso y ella corresponde, mientras acaricia mi nuca. Mis reservas ya se han agotado y es hora de accionar. Despacio siento como se va completando el espacio, mientras sostengo su rostro para tratar de mirarla, pero sus ojos están cerrados, los aprieta fuertemente y solo después que termino, abre los ojos. Está llorando, demonios, está llorando. ¿Por qué ahora? No quiero que llores April, deberías estar feliz, o por lo menos gozosa, pero no llorando.

—Lo siento tanto —lamento mientras acaricio su mejilla para limpiar algunas lágrimas que han rodado por ella—. Lo siento —repito.

1Ósculo: beso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro