Capítulo 8
Capítulo 8
Abigail
Estoy segura que mi corazón no ha estado latiendo con la normalidad que debería, de momento tengo la presión alta y en otros instantes ha descendido, no entiendo porqué, no ha sido una pelea sangrienta. Un montón de personas están subiendo al cuadrilátero, pero soy un poco más inteligente y me adelanto hasta atrás a esperarlos.
Pido permiso entre las personas que están ocupando todos los alrededores y cuando logro al fin llegar al pasillo, un tipo vestido de negro, muy alto y de tez oscura me detiene al verme tratar de entrar.
—No está permitido el paso, señorita —él pone su mano para limitar mi paso.
—Soy del equipo. Puedo pasar —le informo.
—Los miembros están debidamente identificados, usted no lo está, señorita.
—Soy familia del promotor, Daniel. Puedes consultarlo con quien gustes —él toma su radio y se comunica con alguien en código. No entiendo nada.
—Adelante, señorita —asiente.
—Gracias —le ofrezco una sonrisa la cual él no responde, de todos modos, no importa, así que corro hasta la puerta y cierro. Miro alrededor y está todo desordenado, la ropa en el piso, supongo que es de Jordan. Se nota que solo han habido puros hombres aquí.
Levanto la ropa y el olor del perfume que desprenden me confirma que le pertenecen a él. La puerta se abre detrás de mí y entran como una persecución, todos hablando al mismo tiempo. El primero en entrar es Jordan. De cerca se nota más la gravedad de la herida en su ojo, por Dios hay que curarlo.
—¿Estás bien? —es lo primero que tengo para decirle.
—Mañana seguro estará peor. Ahora estoy bien —Mitch está gritándole a alguien allá fuera pidiéndoles que se retiren. ¿Dónde se metió el moreno grandulón ahora?
—¿Qué te pareció? —me pregunta.
—Quizás podamos hablar de eso más adelante, ¿te parece? —le contesto y guiño un ojo. Daniel ahora es que entra con un escandalo al lugar.
—Muy bien, muy bien. Lo hiciste bien Jordan, miles de chicas están allí fuera tratando de verte. Irlandesas calientas te quieren atrapar —él ríe—. Nos vamos de aquí. Abigail, ¿vienes con nosotros? —refiriéndose a él, el otro entrenador.
—No, está bien. Yo espero a Jordan, nos vamos en el taxi juntos.
—Perfecto. Nos vemos en el hotel. Jordan, tú y yo hablamos después. Así que no los veo hasta mañana.
Todos se van y solo quedamos Jordan, Mitch y yo. Jordan entra al baño y quedo sola con Mitch.
—¿Cómo consideras que estuvo la pelea? —le pregunto—. No sé mucho de esto, pero me gusta que queden en el suelo y el árbitro empiece a contar.
—Estuvo bien, porque después de todo, ganamos, pero creo que pudo estar mejor, J. hizo lo que tenía que hacer, pero yo más que nadie sé, que cuando hay tantas personas y es tú primera vez, te sientes abrumado y quizás no tomes las decisiones más adecuadas, pero estoy satisfecho, La Garra no podrá respirar bien por un buen rato —él ríe y la verdad es algo que suena un poco cruel.
—Entiendo —reflexiono un poco, y es cierto, quizás pudo haber sido más emocionante. Jordan sale listo del baño, así que solo nos queda irnos de aquí. Fuera todavía hay un gran número de personas, que nosotros hemos evitado, gracias a la amabilidad del taxi de ofrecerse para ir hasta la puerta trasera. Mitch y Jordan comentan un poco la pelea y éste le reprocha que debió darle una que lo dejara en el suelo. No entiendo nada de lo que están hablando, solo sé que están comentando los movimientos. Por mi parte estoy un poco distraída con la herida que Jordan tiene en su ceja izquierda, pareciera como si necesitase sutura.
—Jordan, ¿no necesitas ir a un doctor? —pregunto y sé que mi voz suena bastante preocupada, no es que lo esté mucho, pero la sangre me inquieta.
—Sanará pronto, April, no te preocupes, es normal. Tendrá unas semanas para recuperarse —llegamos al hotel. Mitch y Jordan se van al restaurante para hablar con Daniel. Yo subo a la habitación y saco el celular de mi bolso. Varios mensajes llegan desdeWhatsapp. Los ignoro y solo veo el de Katherine y Daniel.
Katherine: Deberías tener la delicadeza de por lo menos decir que estás viva. Te llamé el día que saliste de viaje, pero tu celular nada de sonar. Me declaro molesta contigo oficialmente. Adiós.
Le respondo.
Abigail: Lo siento, de verdad lo siento Kat, han pasado muchas cosas, luego te cuento con detalle, pero si estás molesta no podrás saberlo, así que tú decides.
Entra en línea al recibir el mensaje y me responde de inmediato.
Katherine: Bueno, podrías empezar a contar, te leo.
Abigail: No, tiene que ser en persona, pero te adelanto que la hemos pasado genial.
Katherine: Hemos pasado me suena a orquesta, ¿te estás llevando bien con el grandulón?
Abigail: Sí, jajaja, ya pasó la pelea y ganó. Estamos muy contentos con eso.
Katherine: ¿Cuándo regresan?
Abigail: No estoy segura, el boleto es regreso libre, pero no sé qué dirá mi jefecito.
Katherine: Tráeme un duende por favor, ojalá te puedas quedar más tiempo.
Abigail: Ojalá, Irlanda es hermoso. Me he enamorado. Los abuelos de Jordan son Irlandeses.
Katherine: Interesante. ¿Eso le suma puntos?
Abigail: ¿Puntos para qué?
Katherine: Para ser el que te corte la mala racha, jajaja. Perdón, perdón, pero tenía que decirlo.
Abigail: Adiós, hablamos cuando llegue.
Katherine: No te vayas molesta. Por favor.
Ignoro ese último mensaje y voy hasta el mensaje de Daniel.
Daniel: Me voy mañana. Mitch también. No sé de J.J. pero si quieres puedes quedarte unos días más, después de todo, no hay trabajo por hacer, por lo menos no ahora.
Abigail: Ten por seguro que me quedaré. Gracias primito.
Pongo el teléfono sobre la mesa junto a la cama y voy al baño para darme una ducha. Es como si de un momento a otro la tensión se ha alojado en mi espalda, después de un muy largo día, que ya ha llegado a su fin. Ya Daniel y los chicos deben haber terminado de hablar, pero no quiero ir a molestar. Me pongo la pijama y me acuesto. A pesar del dolor en mi dorso, enciendo mi tableta y busco una película, ninguna opción parece la mejor hasta que Guardianes de la galaxia gana la batalla. La película empieza. Justo en el minuto 23, el teléfono de la habitación suena.
—¿Hola?
—Estás despierta —quisiera ser sarcástica en este momento, pero la verdad no es válido, porque no está preguntando, solo está afirmando.
—Eso parece, quizás el insomnio me está pasando una mala jugada.
—Dijiste que hablaríamos luego.
—Ya sé, pero estoy medio dormida, medio vestida y medio dolorida, así que no sé si hoy sea el día adecuado.
—Ven. No me importa que seas una molestia en mi cuarto.
—Solo lo haré por tu ojo. Me tiene preocupada, luego me iré.
—Está bien —responde y luego cierra el teléfono. Llamo a la recepción para que envíen un maletín de primeros auxilios a mi habitación. Tarda unos cinco minutos en llegar. Salgo de mi habitación y toco la puerta de Jordan. Él abre y solo lleva sus pantalones, sin zapatos y despeinado. Como diría Katherine, salvajemente sensual. Yo no digo nada y solo entro.
—Siéntate. Necesito poner algo de alcohol en tu herida y cubrirla. Me pone algo nerviosa —digo y llevo el maletín hasta la cama.
—Estás exagerando con tu complejo de doctora —se ríe, pero toma asiento en la cama, justo en la orilla. Me pongo delante de él, busco al lado dentro del equipo, algodón, alcohol y una banda pequeña.
—Tienes que quedarte quieto, va a picar un poco. Prepárate —advierto. Cuando acerco el algodón a la herida, él echa hacia atrás para evitar el contacto—. No seas cobarde, por Dios. Mira, sube hasta arriba y apoya tu espalda contra la madera, ¿entendido? Así no tendrás hacia donde huir —él se arrastra, deshaciendo las sábanas y hace lo que le pedí. La posición en la que estoy no es la más cómoda, así que subo a la cama y me arrodillo frente a él. Me acerco un poco más y aproximo la mota de algodón a su ojo.
—Es cierto, no es tan profunda la herida, pero casi estaba a punto de necesitar sutura.
—¿Sutura? —pregunta.
—Sí, coser tu herida.
—¿Fuiste doctora en tu otra vida? —ríe.
—No, pero trabajé en la enfermería de la universidad hasta que salí.
—Así que fuiste a la Universidad. Vaya, esas son noticias. ¿Qué estudiaste?
—Inglés.
—¿Por qué no trabajas en ello?
—Me despidieron hace unos meses. Estoy buscando trabajo —le contesto.
—¿Cuánto tiempo estaremos así?
—¿Así cómo?
—En está posición. No sé que tan incómoda estés tú, pero yo podría durar horas de este modo, con tan impresionante vista —me molesta, porque la verdad es que no es la más correcta forma de estar aquí.
—Pues no más —saco la banda y se la coloco—. ¿Te duele?
—No me duele, no te preocupes por esto, es poco, he estado peor. Yo me siento bien, no te dejes impresionar por un par de puños.
—Está bien. Te prometo que no volveré a preguntar cómo te sientes.
—¿Trato? —él levanta su mano para chocarla contra la mía.
—Trato —sonrío.
—¿Te gustó la pelea? —cuestiona.
—Sí, pero me pregunta porqué no lo noqueaste.
—Ya sé, perp no lo hice, simplemente porque estoy guardando mis K.O. 1para cosas más importantes, no puedes dar lo mejor de ti desde el inicio, tienes que dejar algo para el final, algo con que sorprender y la verdad fue un buen comienzo, ¿no lo crees?
—Claro, ganaste —digo.
—Sí, me serviste de amuleto —sonríe.
—No lo creo —rio más fuerte.
—Claro, no le viste el tamaño a este tipo. Es gigante.
—Eso si que sí, pero tú no eres nada chiquito, Jordan.
—Sí tú lo dices, ya puedes dar fe de eso —entiendo el doble sentido que está usando.
—Realmente no recuerdo muy bien —miento.
—Tienes mala memoria, eso está muy mal —dice.
—El sueño me hace recordar muchas cosas así que es hora de dormir —lo evado, porque las cosas serán cuando sea yo quien las decida —me quito de encima y me acuesto a su lado—. Perdón, pero ¿me puedo quedar? —pregunto inocente.
—Será un placer —responde y está confundido y sonriente.
—Está bien. Buenas noches —levanto la sábana y me arropo hasta la cabeza, aislándolo de mi mundo. Estoy riendo divertida aquí debajo, porque estoy haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad para lanzármele encima, pero la idea de que sea distinto, navega en mi cabeza, ya que sería consentido desde el inicio, y no solo puro instinto. Tenemos unos días por delante así que luego podré probar.
***
Los rayos del sol están cubriendo mi cara, estos no pudieron encontrar mejor lugar para colocarse e interrumpir mi tan agradable sueño. Decido levantarme a cerrar la ventana, bajo despacio, pero de todos modos, Jordan se mueve un poco y creo que está resentido por el dolor, me detengo en su lado de la cama y me acerco.
—¿Estás bien? —pregunto y mantengo un poco la distancia.
—Estoy bien. Gracias por preguntar, pero quizás quieras ser una filántropa y traerme el desayuno a la cama. No pienso levantarme y tengo hambre de elefante esta mañana.
—No soy tu mucama para atenderte, pero como yo también estoy muriendo de hambre, pediré algo para que lo traigan a la habitación.
—¿A qué te levantaste tan temprano? —pregunta y ahora se ha envuelto otra vez en las sábanas.
—A cerrar las cortinas, por cierto —camino hasta la persiana y las cierro, no sin antes echar un vistazo a la calle, que ya está repleta de transeúntes. Regreso a la cama y me siento para hacer la llamada. Marco a la recepción y ordeno un desayuno americano para tres.
—¿Tienes invitados?
—No, pero acabas de decirme que tienes un hambre feroz, y no queremos que quedes con ganas, sobre todo porque vamos a salir por las calles de Dublín. Ya tengo un itinerario listo.
—¿Cuándo lo hiciste?
—Anoche, recuerda que sufro de insomnio de vez en cuando. Te dije que no podía dormir. Luego de que te pusiste a roncar como becerro, saque mi celular y organicé algo. Tenemos que salir a las 09:00 de aquí.
—Son las ocho —dice confundido.
—Así es. Por eso voy a entrar al baño, mientras tú recibes el desayuno. Voy a mi habitación, luego regreso —preciso y salgo de la habitación sin dejar que él diga algo si es que quiso hacerlo.
Entro al cuarto, lanzo la pijama en el piso y entro corriendo a la ducha. Termino rápido y me visto. Unos vaqueros, camiseta con mangas con escote en V color turquesa y tenis. Salgo fuera y entro a la habitación de Jordan. Él está todavía en la cama y el desayuno está sobre una mesa móvil.
—¡¿Por qué no te has bañado aún, Jordan por Dios!? —reclamo—. Se supone que debiste usar el tiempo que estuve fuera para ir a la ducha —me siento exasperada, estoy molesta, porque quiero poder aprovechar el tiempo al máximo y la verdad este hombre no me ayuda.
—No quedamos en que haría eso, de hecho, esperaba que desayunáramos los dos, aquí en pijama —dice. Su cara muestra algo dulce, que se encuentra algo opacada por la herida sobre su ojo, sin embargo, termina por convencerme.
—Si nos bañamos con la barriga llena, nos iba a repercutir cuando estuviésemos caminando. Turismo y enfermedad son cosas que realmente no combinan. ¿Acaso te fundieron las neuronas a golpes?
—No, tienes razón. No lo había visto de esa manera —se sienta sobre la cama, estira un poco sus brazos y se levanta. Hasta ahora me percato de que ha estado completamente desnudo, quién sabe desde cuándo.
—¡Jordan! —lo reprendo—. ¿Cuándo demonios te quitaste la ropa? —cubro los ojos, porque sé que él está frente a mí. Realmente esta no es hora de verlo así. Él balbucea.
—¿Anoche? —dice— Duermo así todos los días.
—Por Dios santo, no dormiste así cuando estábamos en Kerry —recuerdo y ahora solo estoy riendo. Él sigue desnudo frente a mí, sin embargo, mis ojos se están enfocando en su rostro, no en ninguna otra parte, pero es difícil no ver hacia allí, tomando en cuenta mi tamaño y el suyo.
—Ese primer día fue una excepción. Debía respetarte, April. Eras una señorita.
—¿Ahora no lo soy? —la verdad es que no entiendo su punto.
—Estoy seguro de que no. Estuvimos juntos, es distinto.
—No es distinto, igual tienes que respetarme, pero ya, eso no importa, vete a bañar —volteo para levantar algo del piso. Jordan entra al baño y deja la puerta abierta. Unos minutos después, él sale envuelto en una toalla y busca un par de cosas en la maleta para vestirse.
—Ven, déjame ayudarte—busco una camiseta blanca y jeans para él. Él toma unas botas que era las que llevaba ayer por la mañana. De inmediato empieza el desayuno, mientras estamos comiendo, contesta una llamada de Daniel y le informamos que es posible que regresemos en el fin de semana a Nueva York. Salimos del hotel y compramos un par de tickets Rambler para movernos en autobús. Nuestra primera parada es en la Cárcel de Kilmainham, morada de muchos personajes de la historia de independencia Irlandesa. El edificio es de aspecto antiguo, puesto que data de 1796, construido en ladrillos. Tiene la apariencia de fortaleza impenetrable y dentro luce justamente como me habría imaginado que luciría una cárcel; tiene tres hileras de celdas, todo compuesto en metal macizo, una larga escalera que une los tres niveles, con apariencia tenebrosa atraviesa el lugar, el techo está formado por un arco de metal y un amplio vidrio transparente que permite entrar los rayos del sol e iluminar un poco las oscuras paredes beige. El recorrido finaliza en el patio, e historias de ejecuciones son contadas por el guía.
A la salida, nos dirigimos hastaGuinness StoreHouse, con su tremendo primer piso en forma de barril de cerveza, nos acoge. La audio guía nos cuenta con detalles la historia, aunque a veces me distrae el acento neutro un poco robotizado de ésta. Es impresionante como solo agua, lúpulo, cebada y levadura combinados a la perfección crean tan maravilloso sabor. El final de la visita, se da en la azotea, donde se encuentra elGravity bar y tomamos una deliciosa pinta de cerveza, cortesía de la casa. Después de la refrescante jarra,caminamos hasta la CatedralChrist Church, que me envuelve con su apariencia de castillo, pero decidimos no entrar, ya que están oficiando una boda, y la verdad no queremos importunar.
Nuestro día finaliza en The Church. Este bar tiene un trasfondo algo morboso, ya que ésta solía ser una iglesia en el pasado, pero no, hoy es uno de los bares más emblemáticos de la zona. Tomamos todas las cervezas que nuestro cuerpo nos permite recibir, lo que nos lleva a terminar pidiendo un taxi al final de la noche. Mi cuerpo ya no me soporta a mi misma y termino rendida, con todo y ropa en la cama de Jordan, otra vez, solo que ninguno de los dos estamos en condiciones de pensar en nada más que descansar esta borrachera y mañana esperar un gran dolor de cabeza.
***
Después del largo viaje hasta el Bronx, subo al taxi que me dirige a casa. Al llegar, saludo a Ricky y me dice algo de que extrañó verme. Solo le sonrío, estoy algo cansada por el vuelo, ha sido muy largo. Al entrar, me hace sentir tranquila saber que Katherine no está para abarrotarme de preguntas, podré descansar un rato. Solo queda bañarme e ir a la cama. Antes de cerrar los ojos para dormir, tomo mi celular y reviso un mensaje enWhatsapp.
Jordan: Gracias por acompañarme. Ha sido una experiencia fascinante.
Abigail: No tienes que agradecerme, ha sido trabajo, Jordan.
Jordan: ¿Trabajo? Que yo recuerde no has movido siquiera una paja en el viaje, o ¿acaso tu trabajo consiste en eso? Porque si es así, llévame a tu agencia y les envío mi curriculum.
Abigail: No seas tan tonto, por Dios. Sí trabajé, hice lo que me mandó mi jefe. Vigilar que te portaras bien.
Jordan: ¿Cómo dices tú que me porté?
Abigail: Te portaste muy bien, felicidades.
Jordan: Desearía haberme portado un poco peor...
Abigail: Yo también lo deseé.
Jordan: Pero acá en NY podremos ser un poco más desobedientes.
Abigail: Soy una niña buena, no querrás corromperme, ¿verdad?
Jordan: Prometo que te convenceré.
Abigail: Creo en tus promesas. Confío en ti, Jordan.
Jordan: Buenas noches. Descansa.
Abigail: Descansa.
1K.O.: “Knock Out” - El término significa fuera de combate, y se produce cuando undeportista queda incapacitado para levantarse de la lona del cuadrilátero por un período específico de tiempo, ya sea por causa de la fatiga y o porque los daños que ha sufrido (como un corte en la ceja, o un golpe muy fuerte en la cabeza o elhígado) le inducen una pérdida delequilibrio y posteriormente la pérdida de la consciencia.
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