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Capítulo 55

Capítulo 55
Jordan

Maldita sea. No puedo mover ningún miembro de mi cuerpo. Siento como si un camión de carga, lleno de acero estuviese sobre mí. No soy capaz de mover algo más que mis dedos. Abro los ojos despacio. La luz lastima mis pupilas. Desde esta posición puedo ver los tubos delgados pegados a mi brazo. Estoy en el hospital. No sé porqué demonios estoy aquí. No debo estar tan mal como para estar ingresado. Me duele hasta el ojete, pero no debe ser nada tan serio como para estar aquí metido.

Logro moverme un poco y darme vuelta para mirar hacia el otro lado. Muevo mis piernas y trato de bajarlas para caminar, pero me encuentro entre una enredadera de cables que están rodeándome. Nunca antes he estado ingresado, así que supongo que debo esperar a que alguna enfermera, trasero perezoso se levante para revisar estos aparatos. Seguro han de estar limando sus uñas. Seguro ya es más de media noche, tomando en cuenta que la pelea empezó a las siete, parece que llevo unas cuantas horas aquí acostado, porque tengo las coyunturas bastante en desuso. Después de quien sabe cuanto tiempo mirando al techo, alguien abre la puerta, es una sensual enfermera vestida de blanco, se caen unos papeles al suelo y me da un primer plano de sus nalgas mientras los recoge. Toso fuerte para que se entere que estoy despierto. Ella se asusta y voltea rápidamente.

—¡Oh por Dios! ¡Despertó! —sale del cuarto, como si acabase de ver un fantasma y regresa con un hombre junto ella, supongo que debe ser el doctor.

—¿Señor King? ¿Sabe usted dónde se encuentra? —pregunta el doctor con voz comedida y en un inglés casi perfecto con acento latino.

—¿Un hospital? Parece serlo.

—Efectivamente. Fue trasladado luego de un incidente que tuvo en el coliseo. Ha llevado dormido un buen tiempo.

—¿Cuántas horas? ¿seis? —él ríe por lo bajo.

—Es jueves. Estás aquí desde el sábado pasado. Estuviste descansando, pero parece que ya es suficiente —él comienza a poner aparatos sobre mí. Escucha mis latidos. Toma mi presión y demás. ¿En serio llevo aquí todo este tiempo? No puedo creerlo—. ¿Cómo se siente?

—Estoy perfecto, solo algo cansado. No tengo idea de porqué estoy aquí acostado. Me gustaría volver a casa ya —eso me recuerda todos los demás, Mich, Daniel, Jaden, April, Dios santo, ¿Cómo estará ella? seguro está molesta conmigo por como le hablé antes de salir a la pelea. Soy un imbécil.

—No es tan fácil. Estás en observación. Pasaste por algunos tratamientos rigurosos. Te trasnfundimos sangre, la donó uno de tus amigos, que por cierto, no se han movido de aquí desde ese día.

—Me gustaría verlos. Aunque no creo que dure mucho tiempo vivo luego de que entren aquí, merezco un par de golpes de parte de ellos —sonríe.

—Quizás te griten, pero esos te quieren mucho, no querrán verte muerto, créeme, se han mantenido firmes esperando por ti. María, por favor, llama a los señores. Avísales que ya el señor ha despertado —le dice a la bonita enfermera. Ella sale de inmediato y el doctor se pone a desconectar algunos aparatos. Un estruendo nos interrumpe.

—¡El bello durmiente ha despertado! Ya venía yo a darte el beso de amor que despertaría al amado, pero no fue necesario —Jaden entra con una gran sonrisa de oreja a oreja. Detrás de él, viene Mich, negando con la cabeza y April detrás, luce cansada, pero hay un hermoso brillo que ilumina sus ojos que contrasta con el color de su cabello. Está hermosa, extrañé verla—. Aquí está tu nuevo padre, sangre de tu sangre, así que prepárate, los jalones de oreja ahora serán legítimos.

—Gracias, Mich,  no tengo como pagarte.

—No te preocupes, yo sabré como sacarte todo ese líquido que te di. Cuando lo vi, me arrepentí, pensé que perdí la cabeza por hacer algo así.

—¿Cómo te sientes? —pregunta April al acercarse y sentarse junto a mí.

—Creo que un dinosaurio pasó sobre mí, pero me siento bien. Supongo que mejor de lo que merezco —la miro. Luce algo inquieta, como si quisiera preguntar algo específico.

—Y los demás, ¿cómo están? ¿Dónde están? —pregunto mientras sostengo su mano.

—Daniel ha venido aquí todos los días. Igor y los demás han estado aquí. Incluso Katherine vino a ver cómo estabas —responde April.

—Que dicho sea de paso, nos mostró el vídeo y la noticia que ha salido en todos los diarios del mundo, estás en la boca de todos con los tortazos que le diste al Patrick. Hermano, eres mi ídolo, no sabía que podías pegar tan duro, el tipo terminó en el hospital —dice Jaden.

—Tú deja de alabar las idioteces de este muchacho. No lo estimules. No le hace bien —lo reprende Mich—. Aunque debo decir que estoy orgulloso de ti, creo que fue un K.O. épico —confiesa—. Me felicito. Soy un gran maestro —no puedo evitar reírme y sentir que algo dentro de mí se rompe por el dolor que causa.

—Bueno, señores, ya vieron al paciente. Ahora toca hacerle un chequeo —dice el doctor.

—¿Puedo quedarme a ayudarles, doctor? —pregunta April.

—Sí, que alguien de confianza nos ayude. Sólo salgan un momento, solo 30 segundos y vuelve a entrar.

Todos salen y luego April entra sola. Recoge todo lo que está alrededor y un par de enfermeros me ayudan a subir a una silla de ruedas. Tuve que aceptar, por política del hospital, ya que dentro del recinto y hasta al salir de él, debo manejarme en sillas de ruedas. Estar aquí, saber el tiempo que llevo acostado en una cama, me hace cuestionar mis decisiones, que aunque no aparenten ser las mejores, no me arrepiento de haberlas tomado, son lo que siempre quise, así que sería parte de mi infelicidad no haberlo hecho, aunque tenga que pagar por ello, seguro por eso estoy aquí en este momento, aunque confieso que sí me equivoqué al ir a pelear al ring con un don nadie, quizás fue el momento de éxtasis, la misma impotencia de no poder hacer nada más lo que me llevó a hacer lo que hice, pero lo estoy pagando con cada minuto que estoy en este lugar, y no me arrepiento, porque aprendí.

Caí y me levanté, pero aprendí de mi mismo, de lo que pasé, de lo que soy capaz y eso es lo más importante de todo, aprender a conocernos, saber cómo reaccionamos ante distintos estímulos. No me arrepiento de nada de lo que hice. En cambio, estoy orgulloso de ello.

***

Ya es casi media noche. Aprovecho el tiempo que tendré a solas con April durante toda la noche.

—Quiero disculparme por comportarme como un patán el otro día antes de la pelea. Lo siento —pido disculpas mientras acaricio su mejilla.

—No te preocupes, estabas algo poseído por la ira. Entiendo tu actitud, seguro habría reaccionado igual —me dice en tono de voz conciliador—. Por cierto, alguien especial te ha enviado una carta —se levanta y saca un sobre blanco de su bolso. Es raro, todos los seres especiales que tengo, han estado hoy aquí conmigo. No tengo idea de parte de quién será la misiva. En el sobre está escrito mi nombre.

James Jordan King:

Quiero que sepas que aunque no te pueda ver, te amo con todo lo que estoy empezando a ser, quizás no sea todavía muy grande, tan grande como tú, como me gustaría llegar a serlo, pero es todo lo que tengo y es lo importante y saber que ha sido gracias a ti que estoy aquí, es la felicidad más grande.

Estaré orgulloso de tenerte, aprender de ti, porque tienes todo lo que necesito, amor incondicional y protección, porque sé que contigo estaré seguro y por eso nunca temeré.

Eres mi héroe, papi.

Te ama,

Tu bebé

No puedo contener el llanto. Solo me quiero encerrar por siempre en un abrazo con April. La sostengo con mis manos y la aprieto contra mí.

Mi cabeza está contra su vientre. Ahí está mi hijo, sangre de mi sangre. Mi familia en un solo abrazo. Nunca antes me había sentido tan completo, tan especial, tan feliz. Es como si la vida estuviese recobrando sentido.

Mi corazón se llena de alegría y no puedo evitar sentirme pleno, completo. Quiero gritar a los cuatro vientos que voy a ser papá. Que voy a tener alguien en este mundo que me ame sin condiciones, sin saber quién soy, sin juzgar, sin pensar. Solo amor en estado puro. Alguien por quien vivir al pie de la letra, porque te va a seguir donde quiera que vayas.

No soy digno de tener algo así, de tenerlos a ellos conmigo, no soy digno de sentir este amor por ellos, por más que quise alejar los sentimientos, caí.

Caí de la mejor manera. Con una mujer maravillosa que se ha encargado de sacar algo dentro de mí que creí muerto, y que ella esté tratando de sacar los suyos, es lo que acaba de hacer, aunque no lo diga con sus palabras, soy el hombre más feliz del mundo, aunque allá fuera se esté rompiendo todo, pero ahora tengo algo por lo que luchar y lo voy a hacer hasta el último día de mi vida. Por ellos y por mí.

—Sabes que no tengo que decirte que te amo para que lo sepas, ¿cierto? —confieso todavía con las lágrimas mojando mi rostro, mis ojos reflejados en los de ella que han estado llorando también. Lo hice. Alguien debe tomar la iniciativa.

—Y lo mejor de todo es, que es esto lo que necesito. No quiero nada más. Con esto es suficiente, soy la más feliz del mundo, mucho o poco, no lo sé. Solo sé que esto es todo para mí — vuelve a abrazarse fuerte contra mí. Estamos sobre la cama, fundidos en uno solo, los tres. Siento que esto es una liberación para los dos, como si por fin todo está fuera. Expuestos y desnudos uno delante del otro, nuestras almas se han quitado su vestimenta y empezarán a vivir lo que realmente son. Y estoy en lo correcto, el cielo luce despejado delante de mí.

Hay una nueva esperanza. Un nuevo norte, una nueva razón. Ya solo no soy venganza, ahora soy solo simplemente yo, algo que siempre quise ser, y que por mucho tiempo dejé de serlo.

El odio es sencillamente eso, un manto oscuro que recubre nuestra existencia, y mancha a todos los que están a nuestro alrededor, envenenando despacio las células de tus seres queridos, y tu propio ser.

No te permite ver siquiera tu alrededor, solo eres capaz de mirar tus pies, nunca el camino que hay delante, temeroso, timorato, terrible desconfiado que te lleva directo a la escarpadura de la vida, justo al despeñadero, donde todo se pierde y las esperanzas de vida, mueren. Pero ya puedo mirar hacia adelante, ya no solo conozco mis pies, ahora veo el futuro, la esperanza, las posibilidades. Este es otro ángulo, y la vista es impresionante desde aquí.

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