Capítulo 42
Abigail

El profesor nos ha puesto a discutir en grupos de tres acerca de nuestros intereses, gustos, placeres, hobbies y demás, en alemán, no son muchos los términos que domino para decirles todo lo que me gusta, pero puedo hablarles casi a perfección acerca de lo que me gusta comer y el nuevo descubrimiento de mi paladar sobre la comida alemana. Quiero hablar lo más que pueda para pasar rápido de mi turno. Estoy solo esperando que sean las tres en punto de la tarde para pedirle permiso de salir al maestro.

Faltan exactamente dos minutos, así que voy preparando el terreno. El profesor está con su periódico, entretenido como de costumbre. Me levanto y camino hacia él dispuesta a pedir el permiso, se siente incorrecto, porque realmente no tengo una necesidad, pero no es nada raro pedir un permiso para pasar al baño.

—Profesor —lo interrumpo. Él levanta su mirada de ojos azules hacia mí y me sonríe—. Disculpe, pero tengo que ir al baño.

—Claro, no tienes que pedir permiso para eso. Somos adultos —me dice. Demonios tiene razón, todos simplemente se van.

—Solo quería avisarle, ya que usualmente no lo hago —le sonrío devuelta y simplemente me voy. Estoy segura que corrí nerviosa a la salida. Camino al menos cinco puertas lejos de mi aula y tomo asiento en uno de los bancos cercanos a los baños. Saco los auriculares de mi bolsillo y los conecto a mi celular. Entro a la página donde se transmite la programación en línea del canal donde oficialmente se presentarán los detalles de la rueda de prensa.

Luego de un par de segundos cargando la imagen de vídeo en vivo, conecto con la sintonía y dos hombres sentadas detrás de sus escritorios con toda la escenografía relativa a su programa de deportes en colores azul y plata inunda la pantalla. Un pequeño recuadro muestra las imágenes de lo que acontece en el lugar que se llevará a cabo el informe. Un reportero les está ofreciendo las informaciones de lo que percibe en el lugar, y según su criterio "hay un manto detensión en el área". Los conductores concuerdan y dice que así estarían ellos si fuese el caso que les ocupa. El chico que está en representación de la cadena de noticias, detiene la conversación entre los cronistas deportivos y les informa que ya se le dará inicio a la rueda de prensa. Que más que rueda de prensa, se trata de un comunicado, y no será un evento igual de atroz como aquel en el que tuve la oportunidad de asistir. Las cámaras enfocan a Daniel que está en todo su esplendor, tan guapo e impecable como decostumbre.

Un alejamiento de cámara muestran a quien esta a su lado y la sensación es extraña, como cuando andas caminando por un lugar en el cual no deberías estar y te acabas de encontrar con alguien que te reconoce, la única distinción está en que no me siento mal de sentirlo en este momento, porque son muchas las semanas en las que no he visto nada de él, y la verdad es que no lo puedo negar, me dan ganas de ir corriendo a Nueva York y regresar donde él, pero se necesita ser muy fuerte para hacerlo. Todos, excepto Mich, están en la mesa, y se me hace tan raro no verlo en esta ocasión, espero que no le haya pasado nada , creo que él debe ser el primero en estar allí. Daniel empieza a hablar. Saluda a los medios e indica que será poco el tiempo que ocuparán, solo estará ofreciendo su posición respecto a la situación en la que se encuentran. Les informa a los medios que luego de analizar detalladamente las posibilidades, el equipo ha decidido a unanimidad, aceptar la propuesta de la otra parte. Los detalles de cuándo y dónde se realizará será emitido mediante una nota de prensa que se les proporcionará a todos los medios de comunicación .

Un reportero se pone de pie y le pide a Daniel poder hacerle una única pregunta a Jordan en nombre de todos los medios presentes. Daniel le va a responder, pero la mano de alguien sobre mi hombro me separa del mundo paralelo que he creado. Levanto el rostro y me encuentro con el profesor delante de mí. Me quito los auriculares y le sonrío nerviosa, jamás imaginé que él mismo saldría a buscarme, los maestros suelen enviar a un alumno, nunca van ellos, pero él siempre está "más interesado". Él se sienta a mi lado y observa la pantalla de mi teléfono.

—Te escapaste a ver a tu novio —él sonríe por su pequeña broma-comentario.

—Sí —es más que evidente. No lo voy a negar. Ahora mismo estoy segura que el rubor abarca no solo mis mejillas, sino incluso mi frente, mi cuello. Él toma el celular en sus manos y observa un rato la imagen.

—El nombre de tu novio es J.J. King.

—Su nombre es Jordan —le digo. La verdad no entiendo que ha querido decir .

—Leí sobre él en el diario —se detiene—. Dile a tu novio que no sólo es trabajo, también tiene que visitar a su novia, porque pueden venir otros picaflores a picar su flor —él se pone de pie frente a mí—. Ven, ya tienes que entrar a la clase, si te encuentran aquí nos llamarán la atención a ambos y ya se terminó el ejercicio —me levanto resignada, después de todo ya me perdí la pregunta que le hicieron a Jordan y su respuesta.

—No creas que porque tú no lo ves, no esté pendiente de su "flor"como dices.

—Seguro es porque han salido mucho del campus. ¿Ya conocieron el muro de Berlín? —no respondo. Ya entramos al aula e interrumpimos el interrogatorio. El resto de la clase, él sigue con su mirada fija en mí, como si quedase un asunto pendiente entre nosotros, cuando al fin termina, sin siquiera un mínimo de disimulo delante de los demás me pide que me quede. Dominique abre la boca, sorprendida. Le contesto que luego hablamos y se va, no sin antes echarme miradas en advertencia.

—No, no he visto el muro de Berlin. Pasear no es precisamente lo que hacemos, son pocos los días en los que ha venido. Quizás luego podamos verlo, aunque lo dudo, tiene mucho quehacer como te pudiste enterar.

—Si quieres podemos ir hoy, y hacer un mini tour. Me lo debes porque me hayan regañado por tu culpa.

—¿En serio te regañaron? —tienes que ser mentira, sino me hubiesen regañado a mí también. Él no responde mi pregunta.

—¿Qué dices entonces? —no me parece mala idea. Quizás sirva para despejar un buen rato mi mente, incluso después que llegue a casa por la avalancha de preguntas.

—No hay nada mejor que hacer, así que sí. Podemos irnos ahora, ¿cierto?

—Si tú no tienes problema, sí.

Llegamos en auto hasta la Bernauer Straße, el muro destruido está allí, y solo queda el recuerdo de la separación de las familias alemanas, que finalmente terminó en ese noviembre de 1989, que más que un término es el inicio a una nueva liberación, porque al igual que nuestras vidas, llega un momento en que todo dentro de nosotros se alza y termina con todas las barreras de concreto que hemos formado para escapar de una realidad que queremos deshacer, pero todo es un proceso, derribar el muro no quiere decir que ya terminaste de deshacer la barrera moral y espiritual que ha quedado, construir una nueva forma de vivir es un arduo trabajo que con ganas y mucha perseverancia podremos lograr.

A pesar de que casi está totalmente demolido, se ha preservado un área del muro destinado al arte urbano, que conforman una galería de arte al aire llamada East Side Gallery, a orillas del rio Spree, el ambiente es tan relajante, a esta hora de la tarde, ya el sol está disminuyendo, la brisa golpea las pocas ramas de los árboles y un par de personas están sentadas conversando a la orilla.

Una pequeña embarcación hace un recorrido a través del río. Los colores de las pinturas impregnadas en el concreto del espacio, invaden nuestra vista de color, el reclamo social reflejado en arte, impresiona la vista incluso de aquellos que están aquí siempre, lo dicho por el mismo Hermann que no ha dejado de observar atento lo que vemos. Una de las pinturas capta especialmente mi atención. Se trata de dos hombres de distintas razas, de mediana edad, el más oscuro con unos espesos espejuelos, besándose apasionadamente.

Abajo dice:

"MEIN CON HILF MIR DIESE TÖDLICHE LIEBE ZUÜBERLEBEN"

No tengo idea de lo que significa, pero para eso tengo mi magnífico profesor de alemán a mi lado.

—¿Qué significa la frase debajo de la imagen?

—"Mi aire es el que ayuda a que sobreviva este amor mortal"

Justo al lado, otros dos hombres están en un auto que simula haber roto el muro, besándose , tratando de representar la rotura de las barreras de los estereotipos que hoy todavía tenemos.

Los caminos nos conducen hasta la famosa puerta de Brandeburgo o Brandenburger Tor, como se diría en alemán.

No sé si sea la hora, pero el lugar luce sencillamente celestial, el arco construido en arenisca y un relieve característico, contrasta con la oscuridad de la noche y el amarillo del suelo y las luces que lo iluminan a perfección, ver esto me hace pensar en quizás Berlín entre a la lista de los lugares más hermosos que alguna vez he visitado, es imposible no parecer impresionado. Es la combinación perfecta de arte e historia. Un juego distinto de luces ilumina la estructura. Las dos entradas a la izquierda están revestidas por una luz azul, al centro algo de amarillo y rojo tiñen la puerta más amplia de la construcción y las dos entradas a la izquierda esta cubiertas en rojo . Es de ensueño y pareciera que estoy en un cuento de hadas, nada existe, solo lo que estoy viviendo en este momento, como un libro , como una historia, no hay nada más que la belleza de lo que nos rodea.

—Creoquey ha sido bastante por hoy —me dice cuando ya nos estamos alejando al auto.

—Sí, no ha sido bastante, porque quisiera más, pero ya es tarde y mañana tengo clases con un profesor gruñón que podría regañarme.

—Eso sí que sí, por eso lo único que vamos a hacer hoy es ir a cenar y luego te devuelvo a tu casa para que hagas tus tareas. Está cerca,podremos volver temprano a casa.

—Pues andando , pero por favor que sea comida alemana, he probado pocas cosas, pero lo poco que he tenido la suerte de disfrutar ha sido más allá que sabroso.

—Está bien . Todo será cien por ciento alemán.

Unos pocos kilómetros andando, llegamos al parqueo del restaurante Hopfingerbraeu im Palais. En la entrada nos reciben con una canasta de Brezel, un pan horneado en forma de lazo, saborizado con orégano. Ordenamos la recomendación del chef y la verdad no me arrepiento, es Frikadellen que son fritos de carne picada, en este caso de ternero,cebolla, huevo y pan rallado, acompañado con salsa tártara. Viene con un servicio de Kartoffelbrei, que son papas en puré con algo de nuez moscada y verduras y unos coles picados que ellos llaman Sauerkraut. Todo esto lo acompañamos con unas jarras de cerveza, auténticas cervezas alemanas. Un rico postre de manzanas llamado Strüdel cierra nuestro ciclo y estoy segura que casi no podré moverme cuando nos paremos de aquí.

Llegamos frente a mi edificio, y él se estaciona.

—No tengo como agradecerte. Ha sido fantástico todo el paseo, no había tenido tiempo de ir a esos lugares tan emblemáticos, se puede decir que la he pasado en sitios no tan populares.

—Claro que tienes con qué agradecerme —Rayos, ¿en qué demonios estará pensando ?—. No pongas esa cara —se ríe y pone su mano en mi hombro —. Solo dime una cosa, solo una. ¿Realmente tienes un novio?

—Lo viste. No estoy loca, por Dios. Crees que soy una fanática que delira por un tipo que ni siquiera conoce —no puedo evitar reírme—.Claro, te mostrara fotos, pero no tengo es este nuevo celular y él no usa las redes sociales. No creas que lo dije para alejarte, me caes bien y por eso te lo dije desde el inicio así no te hacías ilusiones .

—Es bueno saber que te caigo bien.

—Eres muy agradable y un excelente amigo y como persona, qué decirte.Gracias por la noche. Ha sido invaluable, gracias a ti tengo nuevos lugares favoritos.

—De nada —simplemente dice. Él se queda observándome, y estoy segura que se está acercando lentamente hacia mí, quiero saber hasta donde va a llegar y probar a qué tanto se va a atrever. Mis sospechas son confirmadas cuando finalmente su rostro está a centímetros del mío,efectivamente sí va a besarme y cuando lo haga seguro va a terminar con torticulis por la cachetada que le voy a dar. Sus labios están finalmente sobre los míos e inmediatamente me separo, no le doy tiempo a hacerlo más fuerte, me alejo de él en un rápido movimiento y mi palma viaja a su mejilla derecha y aterriza de manera tal que el eco resuena en todo el auto, mi palma pica por el fuerte contacto , pero me da gusto, por haberse tomado el atrevimiento.

—Buenas noches y recuerda, si un día de estos llegas con el ojo morado a la clase , sabré perfectamente quien lo habrá hecho —salgo del auto y cierro de golpe la puerta. Camino al edificio sin mirar atrás, pero siento todavía su mirada seguir mi camino. Hace tiempo se lo estaba buscando.