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Capítulo 36

Capítulo 36
Abigail

Siquiera la tristeza impide que me sorprenda con la belleza de este lugar. Parece un sueño. Hay una perfecta sincronía entre los edificios y las luces que parecen colocadas para sacar lo más bello de la arquitectura alemana.

Las calles están descongestionadas y no toma mucho tiempo el viaje desde el aeropuerto hasta el hotel donde me quedaré esta noche. Según el reloj del auto, son las 23:25, pero mi cuerpo todavía está en sinfonía con la hora neoyorquina, 17:25, de todos modos, debo hacer mi mejor esfuerzo y dormir para poder llegar temprano a la universidad, firmar los últimos papeles y que me asignen mi habitación. Será extraño volver a la vida universitaria despuésde tanto tiempo y compartir recámara con un desconocido, pero conocer gente nueva, es buena terapia y ayuda a olvidar, por lo menos eso creo.

En mi cuarto de hotel, no hago nada más que dejar la maleta en un rincón y lanzarme sobre la cama, no tengo ganas de nada, el vuelo ha sido agotador, las nueve horas más largas de la vida, mis ojos están pesados, no del sueño, pero sí de la tanda de llanto que sufrí durante una buena parte del viaje. Después de todo, no es tan difícil quedarme dormida.

(...)

Se nota que el estudiantado está de vacaciones. El área está desierta y son pocas las personas que hay alrededor.

Creo que estoy perdida, pero siquiera me atrevo a preguntar, todos lucen como alemanes, pero no puedo adivinar cuál de ellos habla mi idioma y tampoco sé que tan buena fue su maestra de inglés.

Estoy segura que estoy perdida, pero eso me permite disfrutar del paisaje, el parque luce con un césped perfectamente arreglado y los jardines del centro, con flores de distintas clases y colores.

El aspecto antiguo del edificio es un hermoso añadido para el ambiente, todo en color beige y caoba. Llego hasta el edificio del instituto de idiomas y allí hago todo el procedimiento de lugar, un folleto con las reglas de convivencia y la llave de mi habitación. Un carro de golf me conduce hasta el edificio donde se alojan a las habitaciones para los estudiantes.

Cuando llego, encuentro todo perfectamente ordenado. De un vistazo ya veo todo, la pequeña cocina, una pequeña sala con un sofá, al fondo las camas tamaño queen y una puerta que presumo son el armario y el baño. Todo está decorado en color rojo y blanco, los colores de la universidad. Mi maleta está encargada en el hotel para ser enviada hasta aquí, puede llegar en cualquier momento.

Tomo el teléfono para preguntarle a la recepcionista del instituto para pedirle de favor que me informe donde podría comprar un teléfono móvil, ya que olvidé intencionalmente el mío en mi mesa en Nueva York. Solo traigo conmigo mi pequeña libreta, allí solo tengo anotados los teléfonos de mi familia, nadie más y no tengo idea delos teléfonos de nadie, mi memoria no es la mejor.

No puedo evitar sentirme sola, aquí no tengo a nadie, no tengo siquiera nada para sentirme cerca de los míos. Es como si de un momento a otro, la humanidad se ha extinguido y solo quedo yo como especie humana, no tengo nadie a quien contarle como me siento, tampoco puedo salir, porque no sé cómo andar y si de repente me pierdo, no podré preguntarle a alguien qué puedo hacer. Seguro no debí viajar un país tan diferente al mío, con una lengua tan distinta a la mía,de la que no sé mucho más allá que guten morgen. No me arrepiento de haberme ido, pero sí del lugar que escogí. Necesito un auto con el mejor sistema GPS del mundo. Si sigo aquí, vendrá la depresión y esa sí será difícil de sacar.

(...)

Me levanto bruscamente de la cama cuando escucho abrirse la puerta principal, mi presión arterial sube. ¿Quién demonios entró a mi cuarto? Me levanto y una chica alta, de pelo largo y negro como el azabache. Piel bronceada y con gafas ha irrumpido en mi habitación.

—¿Hola?—balbuceo. Olvidé que tendría una compañera de cuarto. Su expresión facial no me ayuda a descifrar un poco de su personalidad, es poco lo que puedo ver de su cara con eso lentes. Ella los sube y los acomoda sobre su cabeza.

—¡Hola!—saluda con una amplia sonrisa en su rostro—. Soy Dominique Bourgeois, tu compañera de habitación. Mucho gusto —todavía no he procesado el hecho de que alguien está frente a mí, así que sigo lo primero que me llega a la mente.

—Hermoso nombre. Francés. Siempre me ha gustado —le tiendo mi mano—. Mi nombre es April Turner —le sonrío.

—Oyemenost mal duermes vestida, porque un día una tía que suele dormir como Dios la trajo al mundo, llegaron unos maleantes a su casa y terminó en medio de la calle sin nada puesto, a ti te habría pasado casi lo mismo —ella ríe. No puedo evitar sonreír con su comentario.

—Qué pena que me hayas encontrado así.

—Ya entramos en confianza, nos esperan seis largos meses juntas, así que tenemos que llevarnos bien y conocernos. La verdad este espacio es muy pequeño —ella mira a su alrededor y tuerce la boca en señal de disgusto. Su acento francés es tan pronunciando, fino y clásico,como en las películas. Me encantaría poder hablarlo así. Estoy cien por ciento segura que nació en Francia.

—¿Eres de Francia cierto?

—Así es —estamos sentadas en el sofá una a cada extremo. Al fin tengo alguien con quien hablar, y que me entiende a la perfección, no sólo lo básico del saludo y pedir comida—. Y tú, ¿De dónde eres?

—Estados Unidos . Soy de Los Ángeles, California.

—¿Y qué te trajo a este lado del mundo? —la miro de reojo.

—Quizás aprender alemán te da una señal.

—Aparte de eso. No estás muy feliz de estar aquí. Tengo un sexto sentido para eso de percibir lo que sienten las personas, por eso estoy aquí,creo que mis padres se cansaron de mí y pretendo hacer una vida lejos, en Alemania, pero para eso tengo que empezar y estudiar esto.

—Felicidades, es una gran decisión. ¿En qué piensas trabajar?

—Arquitectura.Estudio eso en mi país, no he terminado aún, porque pienso en una transferencia, pero veremos que resulta luego de esto. Ytambiény soy modelo. Espera —ella me detiene sin siquiera darme tiempo a pensar nada, pero ya imagino lo que pensó—. Sé que te preguntas modelo de dónde, pero bueno, soy modelo plus size y soy Miss Plus Size France 2013 —realmente no me dio tiempo pensar en eso, ella se puso por delante.

—Yo estudié ciencias del lenguaje, en la universidad de Nueva York, y quiero ampliar los idiomas y estudiar alemán, más adelante estudiaré mandarín, pero prefiero éste, se me hace muy interesante y complicado.

—Ni tanto, solo un poco. Por ejemplo, ya yo sé como pedir una cerveza en alemán —rio.

—¿Y una botella de agua?

—Ni remota idea de cómo se dice, pero la cerveza te quita la sed, así que no es necesario —ríe—. Y qué, cuéntame ¿estás casada? ¿viuda? ¿divorciada? ¿tienes hijos? ¿eres lesbiana? ¿bisexual?—esas son muchas preguntas.

—Te faltó soltera. Soy cien por ciento heterosexual y no tengo a nadie en este momento, creo.

—¿Crees?¿Cómo así?

—Dejé a alguien más o menos como plantado allá en Nueva York.

—¿Qué te hizo?

—Nada.

—¿Porqué lo dejaste?

—Lo necesita, él es boxeador, quiero darle su espacio.

—Increíble ¿Tienes una foto?

—No,  olvidé mi teléfono en casa.

—¿Yese teléfono? —dice señalando el que está cargando en la mesa frente al sofá.

—Lo compré aquí.

—No tiene Instagram, Facebook, Pinterest, Twitter, MySpace, Snapchat...Que sé yo cualquier red social.

—Facebook, pero no lo usa mucho, además no quiero encontrarme con que esté conectado, pero voy a entrar al Instagram de su amigo, debe tener fotos de él —alcanzo el celular y entro a mi cuenta de Instagram. Busco el usuario de Jaden. Las primeras fotos son del público del bar y las mujeres alborotadas, bajo y encuentro unas fotos recientes, hace una semana, es decir que fueron tomadas en Alaska. Están en ella Jaden, Johan y Jordan. Abro la imagen. De fondo tienen el puente y debajo el lago. Están mojados, luego de una aparente carrera en moto acuática. Se la muestro a Dominique.

—Mira esta.

—¿Cuálde todos es?

—Es el rubio.

—¡Oh por Dios!, dejaste ese pastelito. No me hagas eso, es un daño a la humanidad. Dame su dirección, yo voy por él —tiene los ojos y la boca muy abiertos—. ¿Quiénes son los otros chicos?

—Son unos amigos.

—Mira, estás muy loca, April. Eso de dejarlo solo, son patrañas. Lo que quieres es que venga una gata y se lo robe y lo atienda como se debe. Yo ya me habría mudado con él si sé que lo dejaste. A menos que ya no lo quieras, eso ya es otro caso. ¿Lo quieres?

—Ese no es el caso. Volveré y puede pasar cualquier cosa cuando regrese, mira dejemos de hablar de Jordan y cambiemos el tema, tienes que arreglar todo, acabas de llegar y luego debes sacarme de aquí. Si no moriré por el encierro.

—Bien. Voy a arreglar todo esto y  luego te pediré todas las cervezas que alcance a nombrar. ¿Trato? Todas en nombre de tu lindo ex.

—Trato —terminaré emborrachándome por un hombre. ¡Qué maravilla!

(...)

Compramos nuestro billete con abono de siete días. La pasaremos haciendo algo de turismo antes de empezar las clases el miércoles, incluso después ya, que las tomaremos de tarde de dos a seis de la tarde. Tomamos la línea U1 del metro, que recorre la ciudad de este a oeste desde la Uhlandstraße hasta llegar a Warschaeur Straße,pero nos detenemos antes en la parada Schlesisches Tor para tomar algo cerca del lago. Es un lugar al aire libre, un pequeño puesto, pero con una gran variedad de comida chatarra y un self-service de cerveza.

Dominique ordena dos servicios de Currywurst. No me gusta mucho la idea de probar platillos con nombres extraños, porque no sé qué estoy comiendo, pero me explica que se trata de salchicha alemana con una salsa a base de tomate, cebolla caramelizada, curry y pimentón. Viene con un servicio de papas fritas francesas y  hashbrowns acompañada con un par de botellasde cerveza Eku 28.

—Mira con éstas no creo que te puedas levantar hasta mañana si bebes más de una —sin pensarlo tomo el primer trago y ella me sigue. Es de las mejores que he probado, también de las más fuertes. No pasamos de la segunda. Subimos nuevamente al metro luego de descansar luego de la comida y nos bajamos para ir a caminar un rato por Kreuzber.

Es un barrio tranquilo, de calles amplias y tiendas en las aceras, donde las personas pueden comprar cosas de segunda mano, todos lucen como hippies y bohemios por aquí, puedo sentirme identificada, pero hoy estoy más sport que nunca, tenis, una gorra rosa que dice New York y camiseta. Dominique sí que sigue con su glamour, blusa de mangas blanca, pantalón skinny negro y sus gafas.

Al llegar de nuevo al cuarto, estoy agotada, y estoy sinceramente pensando en rentar un auto para movernos, pero se disfruta más en metro. Reviso mi celular y tengo un mensaje directo de Jaden con una fotode él con puchero.

"No te despediste, eso no se hace, bonita".

Sí, debí despedirme, pero no sé si habrá trampa detrás de esto. No sé si contestar, al final podría estar hablando con Jordan. No quiero que sepa que solo lo ignoro a él. Apago el teléfono y me voy a dormir. Esta noche mis sueños me están atormentando. Sueños de él,que más que de él, son para mí, pero me lastiman.

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