Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25

Capítulo 25
Jordan

Siento que Jaden todavía se está vengando por lo que dije sobre su trabajo. Que sea un trabajo que parezca de niña, no quiere decir que solo lo hagan ellas. Después de todo, hay toda clase de personas en todas las carreras y oficios que hay en el mundo, lo más seguro es que muchos piensen que no puede existir un solo boxeador en la faz que sea homosexual, pero qué gran equivocación. Hay un horario específico en el gimnasio en el que cualquier hombre se sentiría incómodo de estar allí, por la miradas de algunos, de apariencia ruda.

—¿Qué te dijo? —le pregunto cuando finaliza la llamada. Él solo sonríe y me mira.

—J, no te preocupes, son cosas personales que no tienen nada que ver contigo —palmea mi espalda y se levanta para ponerse frente a mí—. Escucha esto, Maritza me hizo una propuesta —du tono de voz es serio, y es de la pocas veces que siento que tiene algo importante que decir—. Ella me ofreció instalar un negocio.

—Vaya, eso está muy bien.

—No, no. Espera déjame terminar, eso es solo una parte. El punto es que ella quiere que instalemos un bar, algo parecido a donde trabajo y al principio pensé en decir que sí sin siquiera pensarlo, porque quién no querría ser dueño o socio de un negocio que claramente va a dejar ganancias. El detalle está en que ella quiere venir y casarse conmigo —él se detiene antes de seguir la conversación permitiéndome procesar esta información.

—Felicidades , vas a ser un señor casado Jaden —rio. No me imagino a Jaden vestido de novio yendo al altar. Mucho menos con Maritza.

—No, J, no bromees conmigo, escucha esto, Maritza es una buena mujer y la paso muy bien cuando estoy con ella, y qué decirte de todas las cosas que me ha enseñado, han sido muchas, cosas que jamás imaginé, pero no sé si sabes pero algún día me gustaría tener hijos, mi vida no puede girar solo entorno a una mujer o un  trabajo. Debo ser responsable de alguien.

—Si te gusta estar con ella y crees que es la adecuada, puedes pensar en la adopción, miles de niños esperan por un hogar, quizás sea la oportunidad de que hagas algo bueno por alguien.

—No, no, no es lo mismo, sabes que no es igual. Quiero un niño que se parezca a mí.

Rio. —¿Quieres un niño que sea stripper? —rio más y más fuerte.

—No te rías —su cara luce seria y sombría—, sabes que no me refiero a eso, por Dios —niega con la cabeza—. En fin, creo que lo nuestro terminó. Esta noche voy a hablar con ella y decirle que no puedo darle lo que necesita. Me duele, pero no tengo de otra, ahora tengo otra misión. Encontrar una buena mujer que me pueda dar un hijo.

—¿Desde cuándo la prisa? No te estreses, las cosas llegan a su tiempo.

—Eso lo dices tú porque tienes tu boleto reservado, con destino al corazón.

—¿A qué te refieres con eso?

—No te hagas el cabrón, sabes que hablo de April, sé que puedes ser bastante cabeza hueca, pero escúchame, no te cierres sabes lo que sientes.

—Sí, estoy seguro de lo que siento, pero de lo que no estoy seguro es de lo que ella siente y la verdad no me parece una buena conversación a entablar, al final siempre terminaremos en lo mismo, y no estoy dispuesto a arruinar el momento con preguntas tontas. Después será mejor y nadie saldrá dañado.

—Sí, solo tú —el teléfono de Jaden nos interrumpe y revisa su bandeja de mensajes. Él frunce el ceño cuando termina de leer —este chico se ha tomado muy en serio eso de que soy un nuevo rico.

—¿Quién?

—Mi hermanito favorito. Me está vendiendo unos boletos para TomorrowLand en Bélgica, eran suyos y no podrá ir por la universidad.

—¿Tiene un buen precio? —estoy curioso, es el festival de música electrónica más importante y esa es la música favorita de April, quizás podamos ir, sobre todo conocer Bélgica.

—Mira —me muestra la oferta que le tiene a Jaden. Es bastante dinero, pero con lo de la próxima pelea estoy seguro que valdrá la pena gastar un par de dólares en un evento así.

—Vendido —digo.

—¿Qué? ¿Vas a ir tú? ¿Desde cuándo te gusta Tïesto y todas esas cosas?

—A April le gustan, estará encantada de ir, y por mi parte me gustaría conocer Bélgica. Deja de mirarme así, dile que quieres los boletos, pero que le pagas la otra semana, luego de la pelea.

—Con la paga de perdedor no podrás pagar eso, así que tienes que ganar.

—Sí, estoy consciente —me levanto y palmeo su espalda. Camino de vuelta a la casa para que regresemos del receso.

(...)

El trabajo de hoy ha sido agotador, pero muy productivo, terminamos todo en un sólo día y ha sido un éxito rotundo. A pesar del cansancio, tengo que sacar fuerzas e ir al gimnasio a entrenar. Corro hasta el edificio y fuera está Mich discutiendo con alguien. Me acerco a ellos y escucho que se trata de un entrenador que quiere le sean pagado un dinero, no estoy seguro el concepto de ese pago. Mich lo deja hablando solo y entra. Corro para acercarme a él y lo llamo.

—¡Mich! —le grito. Él no responde—. ¡Mich!

—Ahora no, muchacho, no es un buen momento trabaja con Russell y luego cuando termines ven —entra en su oficina y cierra la puerta.

Saludo a los muchachos que están sobre el ring que darán inicio a una sesión de sparring.

Russell y yo vamos a la parte trasera y me marca algunas pautas en cuanto al ritmo, mientras salto la cuerda. Los pasos retumban en mi cabeza y el uno, dos y tres son las únicas cosas que se reproducen en mi mente, el sudor corre por mi rostro, bajando en cascada hasta mis ojos y cayendo por mi barbilla. Mi mente reproduce una y otra vez las directrices que dicta el entrenador, las cosas que hay que corregir y las señales afirmativas cuando algo está bien. Golpeando la pera, sigo cada uno de sus movimientos y pienso en la habilidad que tiene de desviarse hacia todos lados tratando de hacer imposible que la alcance, pero no lo logra, es una combinación perfecta entre tiempo, espacio y ritmo, una perfecta sincronía que uno sin otro sería una pérdida de tiempo.

Al final de la jornada, Russell me felicita, y paso para ver qué sucede con Mich, pero éste ya se ha ido, supongo que no quiere hablar de eso, así que no tengo más remedio que esperar a mañana y ver cómo se siente y qué ha sucedido.

El camino a casa es tranquilo, algunas esquinas oscuras con grupos de chicos, algunos hablando, otros haciendo cosas que estoy seguro no valen la pena mencionar. La llegada de la primavera hace presencia en el ambiente neoyorquino, la brisa es la fusión perfecta entre cálida y fresca, choca contra mi rostro, las luces incandescentes iluminan los edificios construidos en ladrillo, un par de perros andan paseando con su amo y solo se han detenido para ladrarme un poco, supongo que solo están ejercitando su garganta, tomando en cuenta el tamaño que tienen, eso me hace sonreír.

Llego a casa y todo está tranquilo, los vecinos de al lado están saliendo y me saludan muy animados al verme entrar en casa, hoy la gente anda alegre, con excepción de Mich que parece ha tenido algunos problemas.

Me lanzo quito la camiseta y me lanzo en la cama. Tomo mi celular y veo un mensaje de Jaden diciéndome que ya tiene los boletos, eso me recuerda que tengo que darle la sorpresa a April de que iremos a Bélgica.

Marco su número y contesta al tercer timbre.

—Jordan —saluda desde el otro lado.

—April. No supe de ti luego de esta mañana.

—Estoy segura de que eso es falso. Hablé con Jaden, seguro sí supiste algo más de mí hoy —siento que está sonriendo, pero su voz parece tupida, como si hubiese estado llorando.

—No mucho la verdad, él es algo reservado.

—Eso es bueno en un amigo —su voz continúa en el mismo tono, así que me decido a preguntar

—¿Te sucede algo?

—No, ¿por qué lo preguntas? — suena algo sorprendida.

—Tu voz suena algo... No sé, extraña...

—¿Te refieres a que hablo feo? Nunca le digas eso a una mujer Jordan, jamás, no te atrevas —ríe—. Es broma. Es solo que al parecer me dará gripe, estoy congestionada.

—Esta mañana estabas bien, ¿no?

—Sí, me empecé a sentir así esta tarde, pero no te preocupes, ya estaré mejor para el fin de semana.

—Bien, esperemos que sí. De hecho te llamé porque tengo una sorpresa para ti, pero no nos podemos ver, porque tienes gripe y no puedes salir, así que tendrás que esperas hasta mañana en la noche para saberlo.

—Espera. Puedes decirme aquí. Te escucho.

—No, hay cosas que tenemos que hablarlas en persona. Cuídate. Buenas noches.

—No, espera no cierres —me trata de detener.

—Adios, April —cuelgo el teléfono, escucho como intenta decir algo al final. Creo que jamás había tenido una sonrisa tan ridícula en mi cara en años. Le mando un mensaje.

"Ven a mi casa mañana, después de las 7 quizás puedas enterarte de tu sorpresa. Espero que te mejores. Buenas noches".

Ella responde de inmediato.

"De acuerdo, pero ten en cuenta que no lo hago por ti, principalmente luego de que me hayas colgado de esa manera, lo hago por mí y porque me muero de curiosidad, odio las sorpresas. Buenas noches para ti también, maleducado".

La rutina continúa al día siguiente muy parecida a todos los días, solo que más intensa, cosa que va sucediendo a medida que pasan los días previos a la pelea. Mich al fin me comentó que sucedió con el chico que peleaba con él el día anterior, todo resulto ser problemas sobre el valor de sus prestaciones, al final, Mich solo le lanzó el dinero y le pidió que se largara.

Jaden vino con su hermano y quedamos que le haré un depósito para realizar el pago se los boletos la próxima semana, se fueron pasados 10 minutos de las 7:00 pm, si realmente April se decidió a venir, no debe tardar en llegar. Son justo las 20:10 cuando alguien toca la puerta.

—Creí que ya no vendrías —digo.

—Me trancas y también quieres que vengan corriendo donde ti. Ni lo sueñes —entra y me empuja para pasar y se sienta en el sofá.

—¿No tienes calor con todo eso? —viene vestida con un abrigo de cuello tortuga color gris.

—No, no tengo calor, recuerda que no me siento muy bien.

—De hecho, te veo mucho mejor. No suenas igual que ayer.

—Aún tengo algo de tos, pero ahí vamos —tose y estoy seguro que lo está fingiendo. Su mirada está apagada, sus ojos lucen cansados, a pesar de que finge estar bien, en cuanto a su actitud, siento que no lo está. Me acerco a ella y rodeo mi brazo a su alrededor y mi otra mano está en su muslo.

—¿Estás segura que estás bien?

—A veces puedes ser bastante molesto, ¿lo sabías? —suspira—.Está bien. Es que resulta que pelee con Katherine.

—Y... ¿qué tiene eso de nuevo? Siempre andan halándose de los cabellos —nl me parece una novedad, es difícil de creer que le afecte realmente, a tal grado que parezca que ha estado llorando.

—Esta vez fue diferente, pelee con ella porque pienso que fue quien le contó a White donde vives. Y de verdad esto ha sido el colmo, ella no sabe controlarse y por mi culpa eso te está haciendo daño. Me dijo un montón de cosas y ahora estoy vuelta un lío. Muchas cosas... —se detiene y respira.

—No te preocupes por eso, ellos pueden hacer lo que quieran, no dejes que te afecte, ¿sí?

—Es difícil, pero todavía tengo cosas que hablar con ella. Quisiera que las cosas fueran como cuando se es niño, simplemente le dices que no serán más amigos te vas y listo, dejan de serlo, pero ya no es tan sencillo como eso.

—Lo sé, es difícil alejarse. En fin, no hablemos de eso. Hablemos de otras cosas.

—Sí, suelta la sopa. ¿Cuál es la sorpresa?

—Dijiste que no te gustan las sorpresas, así que quizás tarde un poco más en decirlo —rueda los ojos y niega con la cabeza, pero parece que no va a insistir.

—Bien, pues nos vemos mañana.

—No, quédate conmigo esta noche —mis manos se desplazan por su muslo de arriba hacia abajo, despacio.

—No creo que sea buena idea, Jordan, la pelea es casi ya, la otra vez corriste con suerte, no vamos a jugar con fuego otra vez.

—¿Quién habló de sexo? —frunzo el ceño—. Eres una chica golosa —sonrío.

—Nadie, pero bueno... Una cama, tú, yo... ¿Qué puede pasar?

—Dormir, muy plácidamente. Al menos que tú quieras abusar de mí —sonríe.

—No lo sé —dice—. Creo que si es así, puedo quedarme —no está muy convencida, quisiera decirle que no tiene que hacerlo, pero siento que si lo hago pensará que me arrepentí de lo que dije.

Más tarde, ordenamos sushi para cenar mientras vemos algo de televisión. Llegada la hora de dormir, luego de mi turno en el baño, April entra, luego de unos minutos, sale vestida con una camisa y sube de inmediato a la cama.

—Hace algo de calor. Puesto buscarte algo más fresco si quieres —propongo.

—No te preocupes,estoy bien —recuesta su cabeza en su mano apoyando su codo en la cama. Noto que lleva puesto su reloj.

—¿No te molesta?

—¿Sabías que estás muy preguntón? Promete que esta será tu última pregunta del día.

—Bien, perdón, pero tengo que saber cómo te sientes —se quita el reloj y lo pone sobre la mesa junto a ella, apaga la lámpara de su lado y se da vuelta hacia mí otra vez. Veo una marca alrededor de su muñeca y acerco mi mano hacia ella ¿Cómo sucedió esto? Fijo mi vista en ella para observar mejor. Son marcas de dedos, y no es algo reciente, las marcas están oscurecidas.

—¿Qué es esto? ¿Cómo pasó?

—Quedamos en no más preguntas, recuérdalo.

—Necesito saber, eso no se hace con una caída, alguien lo hizo.

—No tiene importancia, no te preocupes —su voz es pequeña y ella pasa sus dedos por su muñeca.

—Lo puedo averiguar, aunque no me lo digas, voy a saberlo.

—¿Cómo? No otra hay forma, tengo que decírtelo yo.

—Tengo mis medios —me está molestando que quiera evitar decirme qué sucedió, tengo el presentimiento de que es algo que seguro me exasperará a sobremanera, de otra forma, no estaría ocultándolo. No quiero imaginar que pudo haber sido y no sé qué me está molestando más; que alguien le haya hecho ésto, o que ella no tenga la suficiente fortaleza de contarme qué pasó. Ya me está hirviendo la sangre y solo respiro y me contengo.

—Veremos que tan buenos son esos medios —ni mirada se queda fija en sus ojos y siento miedo, temor, inseguridad en ellos, no puedo creer que a este nivel, estemos pasando por eso, sobre todo con algo tan simple como esto.

—¿Y bien? —pregunto, estoy haciendo un uso increíble de mi autocontrol.

—¿Por dónde podría empezar? —respira profundo.

—Donde te parezca, no importa, si quieres solo ve al grano.

—Bien —sigue dando vueltas al asunto, no sabía que tenía tan poca paciencia—. Ayer Patrick estuvo en mi departamento —la frase se detiene en el tiempo—. Esto que ves aquí, lo hizo él —se quita un peso de encima, cuando finalmente dice qué pasó, solo está esperando que el golpe de la caída resuene en toda la habitación en cambio, contengo la furia que está irradiando en mi pecho y siento que quema todo a su paso. Respiro. Sé lo que está sintiendo, en cambio, más que rabia, siento impotencia, ¿qué puedo hacer para evitar estas cosas?

La presión se instala en mi pecho y mi sangre sube hasta mi piel, la sensación es ardiente y me siento a reventar. Cierro los ojos, trato de evitar hacerla saber qué tanto me afecta. Cambio la rabia por la paciencia, pero mi puño choca contra la pared, abro los ojos y me incorporo nueva vez.

—No es nada que tenga que ver contigo, solo me presionó para que no le oculte a Katherine, ella terminó con él y no lo acepta. Así que no te preocupes, todo está bien —pasa su mano por mi rostro y se acerca para darme un beso, que me toma por sorpresa—. No dejes que te haga daño, no es tu culpa. Además, me defendí. Lo golpeé —esboza una sonrisa de apariencia triunfal—. Por favor, no dejes que te afecte, todo está bien, te prometo que si algo se sale de su cauce serás el primero en saberlo.

—¿Lo golpeaste? —asiente—¿Sabes que fue algo peligroso?

—Sí, pero bueno, tenía que patear sus bolas. Se lo merece.

—¿Se resintió?

—Ni un poquito, pero bueno, le dí un buen golpe —sonríe.

—Necesitas unas clases de defensa personal, así tu ánimo de defenderte tiene una base sólida —digo ya más calmado. A veces la resignación es lo más adecuado, ella no quisiera ver ese lado malvado ahora, de todos modos, ¿de qué serviría? Aquí no está quien realmente merece las consecuencias de mi sentir.

—Solo si tú eres mi entrenador —una sonrisa pícara está en su rostro.

—Ya estoy contratado. Luego de la pelea empezamos

—Entendido —luce claramente más cómoda consigo misma y conmigo. Se sienta a horcajadas sobre mí—. Entonces, ¿ya me vas a decir de qué se trata la sorpresa? —parece una niña esperando una gran noticia.

—Ya es tarde, mañana tengo que levantarme temprano. Lo mejor es que vayamos a dormir, y quizás cuando venga de Alaska te cuento. No es nada tan emocionante después de todo.

—Tendré que torturarte para que lo cuentes. ¿No me dirás?

—No ahora.

—Tú decidiste —coloca sus manos a mis costados y empieza a hacerme cosquillas, creo que por primera vez en mucho tiempo, están surtiendo efecto y empiezo a reír, y no soporto. Entre risas, ella empieza a pedirme que le diga y después de una buena sesión de sonrisas, ya no aguanto más y le cuento.

—Iremos a TomorrowLand —no pasan dos segundos antes de que ella se detenga en seco y se quede mirándome.

—Mentira —creo que su quijada va a pegar a la cama.

—Si quieres devuelvo los boletos.

—No, no, no. Nunca. No lo puedo creer. ¿cómo? ¿cuándo? ¿por qué? — parece una niña en día de navidad—. ¡Vamos a Atlanta!

—No, iremos a Bélgica —le corrijo, su cara de sorpresa no tiene precio y de repente la gripe parece haber desaparecido.

—¡Vamos a DreamVille! No lo puedo creer. Es algo de ensueño. ¡Gracias, gracias! —repite muchas veces. Me llena el rostro de besos y siento como quiere saltar sobre la cama. Me alegra que algo tan sencillo, sea capaz de hacer olvidar un rato los malos momentos, a veces las pequeñas cosas, son suficientes para ser felices, y me hace preguntarme, si será mejor llenar de vida pequeñas cosas que te hagan feliz, o hacer algo tan grande que consuma parte de tu vida, que te lleve un rato a la gloria, pero que al final, se vaya igual de rápido como lo hacen las demás cosas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro