Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22

Capítulo 22
Abigail

Lo más difícil no es llegar a un lugar después de un largo viaje, lo que es realmente complicado es irte, sobre todo cuando tienes que volver a una realidad que quizás no sea la más feliz, pero es sencillamente la que te corresponde. Dejar atrás la cabaña, me deja una sensación de vacío  muy dentro de mí. Mi estómago se desacomoda, pero es distinta a la que sentí cuando dejamos Kerry, en ese momento tuve miedo y confusión, ahora es emoción y esperanza, todo ha cambiado mucho desde entonces, me gusta como se han tornado y sobre todo, me da alegría saber que puedo sentirme feliz con una persona sin dejarme herir por lo que me ha pasado.

Ahora vamos camino al aeropuerto, pero antes, nos detenemos a tomarnos un par de fotos en el letrero. Hay mucha gente allí, incluso algunos tratan de saltar la cerca e ir hasta las letras directamente. Nos tomamos un par de selfies, pero todas fallan en mostrar al fondo el letrero de Hollywood. Jordan llama a una pareja de asiáticos que se están tomando algunas también y les pide que nos tome un par. Les damos las gracias y ellos se retiran sin decir nada.

—Es una hermosa foto. Parece profesional —digo mientras amplio la imagen para ver mejor el fondo, incluso, podría llegar a decir que luce como un montaje.

—Claro, soy un excelente accesorio —él está sonriendo mientras observa la imagen.

—Sí, claro. Es bueno que tengas una alta autoestima.

Le marco a papá para avisarle que vamos a abordar el avión. Contesta: —Gracias, papá, ha sido el mejor fin de semana que he tenido en mucho tiempo —comento.

—No hay de qué, cariño. Lo que sea por verte sonreír aunque no suela verte así cuando sales de aquí, pero por lo menos puedo imaginarlo y disculpa a tu mamá, ya sabes como es.

—Sí, prometo que volveré pronto, muy pronto. Quizás el próximo mes.

—Lo prometiste, así que tendrás que hacerlo —siento que está sonriendo al otro lado y está nostálgico.

—Papá, te amo. Ojalá me visites pronto.

—Yo también te amo, Abby. Pórtate bien —responde—. Te voy a ir a ver muy pronto.

—¿Lo prometes? —ahora mi voz es la que suena acongojada.

—Lo prometo. Te voy a pasar a tu madre —siento cuando le pasa el celular.

—Hola —la voz de mi madre suena tan estilizada como de costumbre.

—Hola —respondo.

—Ten un buen viaje, Abigail y discúlpame, ya sabes lo que siempre sucede. Espero que vuelvas pronto y así poder conocer más a Jordan —no puedo creer lo que estoy escuchando. Estoy segura que es obra de papá, quizás si logró convencerla.

—Claro, mamá, Gracias —no puedo evitar sonreír.

—Adiós, cielo. Dile hola a Jordan —se despide mi padre desde lejos.

—Claro. Un abrazo —termino la llamada. Los altavoces anuncian el cierre de las puertas del avión.

—Esa pareció una buena conversación —murmura Jordan.

—Sí, mucho mejor de lo que esperé. Mamá quiere que volvamos juntos "conocerte". ¿Puedes creerlo? Mi papá es un mago.

—Sí, estoy seguro que es de las mejores personas que conozco.

—Le di las gracias por el fin de semana, si no fuera por él, quizás habría terminado muy distinto, algo agrio.

—¿Solo por él? —pregunta arqueando una ceja.

Suspiro. —Y por ti. Gracias, la pasé genial, después de todo no eres tan molesto que digamos, sabes como hacer que una chica lo pase bien. Podríamos repetirlo.

—Yo encantado de hacerlo. Tú también hiciste que este sea uno de los mejores de mi vida. El ambiente, la compañía. Todo fue perfecto —me acerco a sus labios y le ofrezco un breve beso de agradecimiento, él cual acepta sin reproche.

(...)

Me despierto justo cuando estamos a punto de aterrizar y Jordan duerme a mi lado, con su cabeza recostada de mi hombro y su mano sobre mi muslo. Al pisar tierra, tenemos que esperar un buen rato por nuestras maletas y luego tomamos el taxi.

—Quédate conmigo hoy. A partir de mañana ya quizás no tengamos mucho tiempo para disfrutarlo —acaricia mi rostro y sus ojos están concentrados en los míos, hay un brillo especial en ellos.

—Sí —solo respondo, me acerco a él y le doy un beso. Llegamos a su casa al abrir la puerta un fétido olor nos recibe.

—Vaya, creo que dejaste algo en la nevera —cubro mi nariz.

—No, no puede ser  —su voz es cautelosa. Hay una caja junto a los muebles, allí está concentrado todo el olor. Jordan se acerca y toma una nota que hay amarrada a ella y la desdobla. Desde atrás leo.

"Esto es justo lo que representas para mí, puro estiércol. No soy igual que tú, que tienes miedo a lo que te pueda pasar si caes en mis manos. Disfruta tu regalo. PW".

Jordan arruga el papel y camina rápido hasta fuera con la caja y la lanza en el contenedor de basura, vuelve sin mirar a nada en específico y cierra de un portazo la puerta. No sé cómo sentirme, ni siquiera si debo acercarme y decirle algo, pero ni siquiera sé que podría hacer. El mal nacido jugó una mala carta y entró aquí, ¿cómo? No lo sé. Estoy asustada y quiero llorar de impotencia, porque me imagino cómo se siente Jordan en este momento y como un cualquiera ha arruinado nuestro estado de ánimo. Mi corazón se estremece de solo pensar que está haciendo Jordan allí dentro, las lágrimas no tardan en salir, el sofá es mi paño de lágrimas. Tengo miedo, porque siento que Katherine pudo haber contribuido a esto, aunque no de manera intencional, quizás solo le dijo donde vive Jordan y estoy segura de que sí lo hizo, esto es mi culpa, porque si Jordan no me conociera, tampoco lo haría Katherine y esto no estuviera sucediendo.

No sé que tiempo ha pasado pero escucho la puerta y Jordan sale de la casa despavorido. Corro detrás de él, cierro la puerta y lo alcanzo.

—¿Adónde vas? —pregunto, tratando de seguir su paso trotando. Él no responde, solo camina muy rápido. Sigue en silencio. Doblamos por un callejón estrecho y allí hay un gran grupo de hombres, de mala apariencia, parecen drogadictos, alcohólicos, ladrones. Están en círculos rodeando a un par de hombres que se están devorando a golpes, sin piedad, sin ninguna regla. El otro grupo apuesta a alguno de ellos como si fuesen gallos de pelea. Jordan se acerca a un hombre con pelo muy largo y teñido de rojo, veo que el chico asiente y él espera. Un tipo se acerca a mí.

—Princesita, no creo que este sea lugar para ti, pero si buscas algo, yo te puedo ayudar —él me respira en el cuello. Yo solo me alejo y trato de alcanzar a Jordan, no puedo permitir que haga esto, no ahora. Él se percata del hombre detrás de mí y se acerca.

—Ella viene conmigo —sus ojos reflejan furia y su voz grave es muy cortante. Él chico respeta eso y se aleja, no sin antes despedirse.

—¿Qué demonios vas a hacer? —la sangre me hierve y no puedo evitar gritarle.

—Lo estás viendo —ea una respuesta despectiva, como si sintiera que me estoy haciendo la imbécil.

—¡No lo hagas! —le pido en tono imperativo.

—¿Me vas a detener? —no sé, pero suena como si estuviese burlando de mí.

—¿Estás mirando? Jordan por Dios, estás a punto de ganar el campeonato nacional de Boxeo y vas a arruinarlo todo por la maldita ira del momento que te provocó ese hijo de puta. ¡Contesta! —le grito. Él no responde —. ¡Eso es lo que él quiere, arruinarlo todo, amedrentar tu estado y que te jodan en la pelea y veo que está a punto de lograrlo, no actúes como un imbécil. Tienes que ser fuerte maldita sea!  —mi voz es fuerte, pero en el fondo tengo ganas de llorar—. Ve, corre hasta el gimnasio y entrena, hay puedes darle todos los golpes que quieras a un costal e imaginarte cómo vas a golpearlo cuando lo tengas frente, pero no aquí, no te hagas daño. Ya este lugar no te pertenece, tienes uno mejor reservado —al final respiro y me acerco a él para abrazarlo. Despacio, él rodea sus brazos en mí y hunde su cabeza en mi pelo, aspirando profundamente.

—Vayámonos —se separa y va hasta donde el tipo de pelo rojo, supongo que le ofrece una excusa, él asiente y Jordan camina hasta mí. La lágrimas otra vez se derraman por mis mejillas. Cuando al fin está cerca, toma mi mano y me percato que también hay lágrimas en sus ojos, con sus manos él limpia las que han caído y corren por mis mejillas.

—Por favor, no llores. Lo siento mucho —dice y me toma de la mano para ir de vuelta a casa. El crepúsculo de tonos naranja y rosa nos acompaña en el paseo. Hay silencio, pero sus manos sudan y sé que todavía la ansiedad corre en su cuerpo y hay adrenalina en él. Cuando llegamos a casa lo detengo en la puerta.

—Ve al gimnasio y entrena duro, tanto que sientas que pierdes el aire. Yo te estaré esperando aquí —seco la que creo es mi última lágrima de la jornada.

—Lo haré —afirma.

—Prométeme que no volverás allí.

—Te lo juro, no volveré allí, por lo menos no en estás circunstancias —es sincero en sus palabras.

—Eso te alejará de lo que realmente tienes que hacer, Jordan, tienes que sacrificarte para lograr tus objetivos y tener la cabeza fría, no puedes actuar con la ira irradiando en ti.

—Parece que tú eres la cabeza pensante aquí —una especie de sonrisa se asoma en sus labios.

—Siempre estaré aquí cuando lo necesites —le aseguro.

—Sino te habría pedido que te quedarás, ya tuviera un ojo morado. Así que, no siempre estarás aquí.

—Tuviste suerte. Quizás siempre sea así —levanto mis cejas.

—Solo si te quedas conmigo —sostiene mis manos y me mira fijamente a los ojos, los suyos lucen iluminados y llenos de esperanza.

—Estoy contigo. Mírame  —me encojo de hombros.

—¿Y qué tal si siempre? —por Dios, me está pidiendo que venga a vivir con él. Esto es muy rápido. No sé que hacer, no sé que decir, ni quiera estoy segura si es lo que quiere decir.

—Yo... —estoy balbuceando—, no sé Jordan. Tengo que pensarlo —nunca antes he vivido con nadie más que no sean mis padres, salvo Kat, es un paso importante y no sé qué hacer.

—Entra hace mucho frío. Yo regreso más tarde y claro, piénsalo bien —él se da la vuelta quizás algo triste de no responder de inmediato y sale corriendo en dirección al gimnasio de Mich. Se da la vuelta y me guiña un ojo. Siento que es necesario, y que él necesita mi ayuda y una voz fuerte que lo reprenda de vez en cuando. Esto es muy importante y necesito tomar una decisión. Pronto. No es necesario amar a alguien para sentir que lo necesitas, eso me pasa con Jordan y lo mejor de todo —o peor—, es que estoy segura que es un sentimiento mutuo.

Cuando te abres a una persona, ya no vuelves a ser el mismo con él, porque conoce tus debilidades y puede hacer lo que quiera contigo, pero cuando ambos son los que logran abrirse, la relación puede tornarse lo más sincera y saludable posible.

Me siento bendecida, sabiendo que puedo contar con alguien como él y que sepa que puede contar conmigo, porque así es, siempre estaré para él, aunque a veces eso implique algo de tristeza, el dolor es humano y transforma nuestro corazón de piedra y lo van formando en uno de carne que siente y padece el pesar de los  que queremos. Y a pesar de que los momentos dolorosos son tan viles y crueles con nosotros mismos, son ellos los que nos permiten vivir la grandeza de los días felices, porque si no, ¿cómo sabríamos diferenciar la felicidad de la tristeza si solo conociéramos un estado de ánimo? Creo que sería imposible. Por eso, le doy la bienvenida a los retos y estoy feliz de asumirlos, con todas las ganas y la frente en alto, porque de eso se trata la vida, de vivir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro