Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2


Capítulo 2
Abigail

El sonido de tu canción favorita a todo volumen puede resultar ser el más martirizante que jamás hayas escuchado en la vida. Eso me pasa con "Turn Down for what de DJSnake & Lil Jon" que se ha encargado de despertarme a mitad de mañana, con el tremendo dolor de cabeza que trajo consigo el cumpleaños de Mindy, celebrado ayer por la noche. Nunca será una buena idea hacer una fiesta un lunes. La ventaja está en estar desempleada (más bien la desventaja, aunque igual habría asistido). Tomo el teléfono y veo la llamada perdida de Daniel, mi primo, pero decido no devolverle y esperar que vuelva a timbrar. Así resulta. Contesto.

—¿Qué quieres? es temprano —digo entre un gran bostezo con voz somnolienta.

—Son las 11:30. No es temprano. Que no tengas nada que hacer, es distinto, pero que bueno que estés libre. Tengo trabajo para ti.

—¿De qué se trata? —todavía no muestro interés en sus palabras.

—Necesito tus habilidades de etiqueta y que te acuerdes un poco de tus inicios en la universidad cuando decías ser la mejor asesora de todo Nueva York.

—Eso era antes. Ya no estoy en eso —tengo la duda, no quiero enfrentarme a esa tarea.

—Te enviaré una propuesta por mensaje y ya me dirás si la aceptas o no —él cierra el teléfono y de inmediato me llega un mensaje vía whatsapp. La propuesta es bastante jugosa y actualmente estoy viviendo de mis ahorros. Acepto. Después de todo quizás me divierta un poco.

Abigail: ¿Dónde firmo? Espera, quiero ver a quién tengo que asesorar.

Daniel: No tengo una imagen del chico, pero tienes que reunirte con él pronto. Lo necesito listo lo antes posible.

Abigail: ¿De qué se trata? ¿Qué necesitas para él?

Daniel: Solo que se vea más presentable y aprenda a vestir, comportarse en las reuniones y comunicarse, aunque creo que no está realmente mal en el lenguaje.

Abigail: Ok. Dejámelo todo a mí. ;) ¿Quién es la víctima?

Daniel: Su nombre es J.J. King. Es mi futura estrella del boxeo y lo necesito listo para una pelea de exhibición. Comunícate con él y coordinen, yo te hago el depósito en tu cuenta, tanto de tu primera cuota como el dinero que puedas necesitar para ir de compras con él.

Daniel me envía el número de teléfono y le envío un mensaje de texto al tal J.J. Tengo que averiguar qué significa eso y porqué demonios King. Es parte del montón de apodos de los callejones. En el mensaje le informo que Daniel me ha nombrado como su asesora personal y quedamos en reunirnos en una plaza comercial a eso de las 13:30 para almorzar.

El dolor de cabeza ha ido en picada, quizás es por el hecho de que voy a recibir algo de dinero. Voy a seguir el consejo de papá: nada como una cerveza en ayunas para acabar con la cruda.

Me levanto de la cama descalza, camiseta blanca y unas bragas rosas. Nada sensuales por cierto, cosa que no es necesaria para cuando no tendrás acción.

Voy a la cocina para tomar la lata de cerveza del refrigerador y beberla de dos tragos. Se siente muy bien y hace el paseo mejor a través de mi garganta. El teléfono desde recepción suena y voy sin con un pretzel 1en las manos a contestarlo.

—Hola, Ricky —saludo a nuestro portero.

—Abby, tienes la visita de siempre, pero quiero saber si la hago pasar —siento su amplia sonrisa atravesar el auricular. Él siempre molesta cuando Katherine llega fingiendo que no la dejará pasar.

—Dile que se largue, no la quiero cerca de nosotros —me uno a su juego un rato y una gran sonrisa está en mi rostro al decirlo.

—Jamás se desharán de mí —escucho decir a Katherine. Rio.

—Ya no la molestes más. Dile que suba —pongo de vuelta el auricular en su lugar y voy a quitar el segura de la puerta. No le toma siquiera un minuto llegar.

—¡Oh, vaya que luces mal! —dice y la boca nada reservada de Katherine hace lo que más sabe hacer. Ojalá algún día descubran la cura para aquellos que no tienen el filtro cerebro-boca. Trabajaría como burro para instalárselo.

—Buenos días para ti también, idiota antipática —la miro y creo que le he hecho un corte de ojos.

—Cariño, no soy como ustedes, una manada de vagos que no tienen que responderle a nadie por nada de lo que hacen, además tenía cosas que hacer temprano — me dice y toma asiento en el sofá frente al televisor.

—Era el cumpleaños de tu amiga, debiste ir.

—Le envié un mensaje a su teléfono con miles de emoticones, puse una foto de ella en mi perfil y un estado deseándole un millón de cosas y ¿soy una mala amiga? —justifica y pone sus manos en su pecho como disculpándose.

—No dije que fueras mala amiga. Solo que te necesitaba allí, pero eso no importa. Tengo que bañarme porque en la tarde tengo una cita.

—¿No me digas que ligaste anoche? —sus palabras suenan emocionadas.

—No. Nada interesante. Sigo en sequía —pongo mis pulgares en dirección al suelo.

—¿Y la cita? —pregunta mientras va poniéndose de pie para ir a la cocina.

—Trabajo —chasqueo.

—Por fin. ¿Dónde?

—No es trabajo, trabajo. Tengo que ayudar a mi primo en algo sobre imagen. Una asesoría.

—¿Tu primo? ¿el gay?

—No es gay, Katherine. Te lo he dicho miles de veces, pero eso no importa.

—¿A quién vas a ayudar?

—Es un boxeador. Su nuevo prospecto necesita algo de ayuda.

—Estupendo. Los boxeadores tienen un cuerpo para morirse. No pierdas tu oportunidad —me guiña un ojo. Yo solo los ruedo ojos y entro al cuarto para ir a darme un baño. Al salir busco en el clóset el mejor vestuario para lucir entre casual y algo ejecutiva. Tengo que venderme como tal. Me pongo unos jeans ajustados negros, zapatos altos, top y chaqueta. Salgo del cuarto y Katherine está viendo Grey's Anatomy2 en mi sofá.

—¿A qué hora te vas? —pregunta estando aún con palomitas en su boca.

—A las 13:30, es una comida, eso me dará la oportunidad de observarlo haciéndolo. Así vamos avanzando en ciertos detalles —le guiño un ojo.

—Esa es mi chica. Siempre pensando en todo. O sea ¿te vas en 10 minutos?

—Sí. Iré caminando hasta el parqueo. No hagas desastres en mi territorio y no traigas a nadie por favor. ¿Entendido?

—Está bien, dictadora —dice—. Ya lárgate que no me estás dejando escuchar.

Cierro la puerta de un trancazo para molestarla un poco más. El sonido de mis zapatos hace eco en el piso en el camino hacia el elevador, junto a un par de vecinos más.

—Buenos días —les saludo a todos.

—Abigail —me saluda el vecino del piso tres, mientras inclina su cabeza.

Ya en el primer nivel, hago un gesto de despedida desde lejos a Ricky, quien está en el mostrador y él me regresa una sonrisa. Voy a mi puesto y enciendo mi auto para ir hasta el centro comercial a encontrarme con J.J. Después de un par de minutos calentándolo, emprendo mi viaje hacia su encuentro. Según sus instrucciones, dijo que preguntara por él en la entrada el restaurante. Voy hasta donde me indicó y le digo al recepcionista que estoy buscando a J.J. King. ¿En serio se registró así?

El recepcionista me indica la mesa que me corresponde y al parecer el señor, prospecto del boxeo, no ha llegado. Me siento y se acerca a mí un mesero para solicitar mi pedido. Le pido una sangría mientras espero por él. Tecleo en mi celular mientras espero y le envío una imagen del lugar a Katherine para mostrarle lo acogedor que luce. Estoy segura que esto ha sido elección de Daniel, solo alguien como él escogería un lugar tan "adecuado". Sigo revisando mis redes cuando una tos me interrumpe. Levanto la vista de mi teléfono y me encuentro con un hombre gigante, tomando en cuenta mi 1,57. Su mano, grande y fuerte sujeta la mía y es como su estuviese siendo prisionera en un calabozo, siento la aspereza y asumo que está así por lo que práctica, aunque quizás no debería estar tan adusta3. Tiene largos rizos dorados que caen sobre sus hombros, y están algo despeinados. Unos profundos ojos azules, como larimar y unhorrible atuendo que opaca los grandes y trabajados músculos de sus brazos. Su camiseta deja ver la forma de sus pectorales. Este chico necesita mi ayuda y estoy dispuesta a ofrecerla.

—J.J. King, ¿cierto? —agito su mano en respuesta.

—Tu eres mi asesora —pregunta él. Su voz es grave, como si sus cuerdas hicieran un esfuerzo en hacerlo sonar más varonil, claramente en concordancia con el resto de su anatomía. E es irresistible. Ninguna mujer se puede resistir a una como esa.

—Soy Abigail Turner, y sí, seré tu asesora a partir de este momento —él suelta mi mano y tomamos asiento uno frente al otro.

—Soy James Jordan King, pero me puede llamar J.J. Gracias por venir y espero podamos trabajar bien juntos.

—¡Por supuesto! Por eso eres J.J., ahora todo tiene sentido. Y King es tu apellido. Claro. Tonta de mí —digo, la verdad que nunca pasó por la cabeza.

—Así es —su voz sigue siendo firme e impasible, no muestra ninguna emoción.

—Prefiero Jordan. De hecho me gusta Jordan. Para mí serás Jordan —muchos Jordan en una misma elocuencia.

—¿Tú tienes otro nombre? —me pregunta.

—¿Por qué me preguntas eso?

—No me gusta Abigail —me molesta un poco que lo haya dicho, pero está siendo sincero y tomando algo de confianza.

—¿Te has dado cuenta como estamos empezando? ¿Exceso de confianza te da una pista?

—¿No te gusta eso? Cualquiera quisiera que le vayan con la verdad a donde sea —sus palabras tienen tanta verdad que me han removido un poco.

—Hemos empezado bien. De esto se trata la asesoría de imagen, depositar toda tu confianza en esa persona que va a trabajar contigo. Veo que lo éstas haciendo —le digo.

—Creo que debe ser mutuo. ¿Te parece si hacemos esto de esta manera? Confianza mutua. Todo lo que tengas que decirme, dilo, sin filtro, sin vergüenza. Todo. Yo haré lo mismo, así hacemos esto mejor y mas rápido, lo que más quiero es llegar a mi objetivo y tú eres parte de eso. Debemos llevarnos bien —analizo sus palabras y confieso que me sorprenden un poco, pero tiene razón, de esta manera será mejor y quizás termino más rápido esta vuelta y Daniel me paga todo más temprano.

—Trato hecho —pongo mi mano sobre la suya y las agitamos otra vez—. April. Mi primer nombre es April.

—April —repite—. April —vuelve a decir probando mi nombre con sus labios carnosos que generan algo de distracción en este momento—. Prefiero April. Serás April para mí—una especie de media sonrisa está en sus labios y yo trato de responderla. Ordenamos nuestros platos, pero antes nos llevan la entrada: un caldo de mariscos. Hago lo debido para empezar el almuerzo y Jordan solo se molesta en tomar la cuchara y empezar a comer sin cuidado. Mientras arreglo la servilleta sobre mis piernas, escucho como está sorbiendo la sopa. Levanto la vista y mi dedo índice.

—Jordan. No hagas eso. Mira lo que hago e imítame. Este es un buen momento para empezar mi trabajo —hago lo que la etiqueta recomienda y él me sigue.

—¿Acaso no es más sencillo comerlo y ya? Solo hay que tener cuidado —dice.

—Sí, pero estas son las reglas —me encojo de hombros—. Sígueme —lo invito y empiezo a comer despacio. Le explico al terminar la sopa, la función que tienen cada uno de los cubiertos dispuestos sobre la mesa. Él asiente paciente comprendiendo todo lo que le digo. Es un buen alumno.

—¿Para qué sirve todo esto si lo que quiero es boxear? —dice ya cuando hemos terminado el postre y estamos bebiendo algo de vino.

—Te moverás en un mundo de distintas clases sociales, y deberás saber como comportarte.

—Si ustedes lo dicen, pero pienso que debo entrenar. Es lo más importante. Iré a entrenar más tarde. ¿Quieres acompañarme?

—Me parece estupendo. Nunca he ido a un entrenamiento y te podré observar. Si notas que los primeros días estoy siendo como tu sombra, es porque necesito estudiarte y saber los aspectos que debes mejorar —él lanza un par de nueces en su boca mientras tiene sus codos sobre la mesa y descansa sus brazos algo holgazán sobre ella. No le digo nada, todavía no lo quiero molestar mucho, pero me hace sonreír.

—Podré estudiarte a ti también —dice.

—No soy motivo de estudio.

—¿Por qué yo sí? —arquea una ceja y quiere sonar ofendido, pero no lo logra.

—Al parecer eres un espécimen que necesita ser dócil y educado, pero no te preocupes, haremos grandes cosas juntos —le aseguro.

Pasamos un rato más hablando, yo explicándole cómo vamos a trabajar y cómo le voy a acompañar en estos días para orientarlo. Él está de acuerdo y me molesta diciéndome que no soy tan antipática como lucía al inicio. Después de un par de horas vamos al gimnasio que queda en uno de los suburbios del Bronx. Luce bastante peligroso desde fuera, pero al entrar se ve como un gimnasio realmente profesional.

—Hey, Mitch —Jordan llama con un silbido a alguien que está de espalda a nosotros. Él señor voltea y viene a nuestro encuentro.

—Hola —me saluda primero a mí.

—Mitch. Esta es April y ella será mi sombra de ahora en adelante —dice y hay una sonrisa en su rostro.

—¿Cómo es eso? La verdad no entiendo nada. Lo sabía que tenías novia J.J.

—No, no para nada. Estamos trabajando juntos. Soy su asesora —me adelanto. Mitch tiene su mirada perdida, como si no entendiera lo que acabo de decir.

—Es parte de mi nueva rutina —le dice—. ¿Ya llegó el otro entrenador? —pregunta Jordan.

—No. El nariz respingada dijo que estaría aquí a eso de las 17:00. No ha de tardar en llegar —claramente no saben que Daniel es mi primo, pero me dan risa los comentarios sobre él.

Para pasar un poco el tiempo, Jordan me muestra los alrededores y me dice qué es cada cosa, explicando detalladamente, sus palabras muestran la pasión que siente por todo esto. En esos minutos llega el entrenador y él se va a poner su vestuario para iniciar su rutina. Yo tomo asiento en un banco, con las piernas cruzadas, viendo como los músculos de éstos hombres se van tornando brillantes con el sudor y triplican su atractivo como si esto fuese posible.

1Pretzel: Producto de panadería alemana y estadounidense.

2Grey's Anatomy: Serie de TV americana.

3Adusta: Áspera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro