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Capítulo 15

Capítulo 15
Jordan

Salimos del apartamento y decidimos que sería bueno caminar para despejar un rato la mente. El trayecto transcurre en silencio, por lo menos no estamos hablando uno con el otro, pero no dejo de pensar porqué ha pasado, no sé qué sentí para decidir soltar la parte más importante y dolorosa de mi vida, a pesar de estar confundido, me siento aliviado, como si ya estuviésemos a mano, será una manera de aprender a sobre llevar nuestras vidas, nuestros retos, nuestros propósitos. Vamos a cruzar la calle, así que tomo su mano y esperamos que un par de autos que están aproximándose, pasen por la vía antes de cruzar.

—Pues claro que sí, abuelito, puedo ayudarte a cruzar la calle —April refuerza el agarre y cruzamos. Rio y lo hago de verdad, no entiendo porqué, ni siquiera fue un muy buen chiste. Su sonrisa es amplia y contagiosa. El resto del camino sigue igual de silencioso, pero la tensión post-confesión se ha disipado. Llegamos al gimnasio. Un número considerable de chicos están entrenando, eso me recuerda que debería estar haciendo exactamente lo mismo. Los que están menos ocupados se dan vuelta para mirar a April, pero creo que ella está haciendo caso omiso de ello, pongo mi mano en su cintura y ella me mira con el ceño fruncido y una media sonrisa. John alza la voz por encima de todos los sonidos que se escuchan, para saludarme.

—Hey. J, te debo un buen puñetazo, así que prepárate —él golpea sus guantes entre sí y sonríe.

—Lo mismo te digo, John —advierto.

—Creo que te va a doler —me dice April—. John es más grande que tú.

—Tendrás que venir más a menudo. Ya verás —le guiño un ojo. Entramos a la oficina de Mitch. Él está hablando por el fijo, se da vuelta en el sillón y nos da la espalda.

—¿Crees que aún está molesto? —pregunta April.

—Estoy seguro que sí —me temo. Mitch cierra el teléfono de golpe. No dice nada solo nos mira.

—Abby, me gustaría hablar un rato a solas con J. —dice impasible. Su rostro es serio y está claramente molesto, su voz es fuerte y unos grados más grave que de costumbre.

—Claro. Estaré acá fuera —ella sale rápidamente y nos deja solos.

—Mitch, de verdad, siento mucho lo del hotel —tartamudeo un poco al soltar estas palabras, a veces resulta tan difícil pedir disculpas—. Pero entiende, es difícil tener la oportunidad delante de tus ojos y decir que no, solo porque otros piensan que no es correcto. Y tienes razón, no es correcto.

—No estoy seguro de cuáles sean tus propósitos, a pesar de que conozco tus razones, pero cualesquiera que sean, no terminarán bien, si no sigues mis consejos. Llevo años en esto, ya soy un viejo y he visto un montón de cosas que tú no. Cuando estamos jóvenes lo único que queremos es sentirnos superiores a los que nos rodean, sin embargo, las realidad nos golpea y todo se acaba. No quiero que madures por los golpes que pueda darte la vida, si puedo evitar esos tropezones con mis consejos. Eres como mi hijo y eso es lo que haría un buen padre, dar lo mejor de sí —sus palabras son serenas y siento un aire nostálgico en su voz. Él sacude la cabeza y vuelve a su actitud anterior—. En fin, no seas tan cabeza dura y escúchame en todo lo que te digo. ¿Está claro?

—Está clarísimo —asiento y sonrío.

—Levanta tu trasero. Es hora de entrenar, levántate de ahí, no se gana un campeonato sentado en una silla, se gana haciendo abdominales, lanzando puños —sonrío.

***

John le ha ido con todo en la práctica. El sudor corre por todo mi rostro y la salinidad pica en mis ojos. Mitch toca la campana.

—Es todo por hoy —de inmediato bajamos la guardia y John golpea sus guantes contra los míos.

—Bien hecho —logra decir, después de sacar su protector—. Si lo haces así, acabaras con tu siguiente rival. Todavía me la sigues debiendo.

—Encuentra otra manera de cobrártelo, esta no será la mejor. Te lo aseguro —advierto. Bajo del ring y Mitch me espera abajo con una toalla. \

—Muy bien —golpea mi hombro—. A la ducha, ¡rápido! —lo miro extrañado, pero le hago caso. April está sentada en uno de los bancos a la izquierda del cuadrilátero. Me acerco a ella.

—Ya oíste, a la ducha, Jordan —dice mientras se cubre la nariz. Está sonriendo.

Al terminar la ducha, que ha sido bastante rápida. Número uno, quiero salir de aquí y dos, un grupo de hombres sudorosos están afuera esperando que alguno de nosotros termine para ocupar la ducha. Voy al casillero y una luz parpadea en mi teléfono. Es Jaden que me ha dejado un mensaje.

Jaden: Hoy es el cumpleaños de mi novia. Haré una presentación especial en el bar para celebrarlo. Ojalá puedas pasar por allí. Puedes llevar a tu novia también.

¿Mi novia?

J.J.: Claro, allí estaré. De lo que no estoy seguro es de quién sea mi novia.

Está en línea.

Jaden: No es necesario pedirle a alguien que salga contigo, las cosas ahora solo se dan.

J.J.: Somos buenos amigos.

Jaden: Jajaja, los amigos no se cogen, querido.

J.J.: Nos vemos en la noche, Jaden.

Salgo del baño un poco aturdido con la conversación. Cuando April me ve, se pone de pie y camina hasta mí.

—Ahora sí. Estuvo genial —dice—. Vamos a romper un par de dientes en New Jersey.

—Esperemos. —respondo—. Jaden habló conmigo, tiene una especie de presentación en el bar, una especial porque Maritza está de cumpleaños y quiere que vayas con nosotros.

—Wow, qué romántico, me encantaría, pero quedé con Katherine de ir a cenar a la casa de sus padres y bueno, podría ir pero no quiero dejarla plantada en la noche, creo que todavía está tratando de disculparse conmigo —se encoge de hombros.

—Puedes traerla luego de la cena, después de todo el bar es libre y a Jaden no le molestaría.

—Tengo que preguntarle, aunque dudo que diga que no. ¿Te parece si te llamo a las ocho? Más o menos a esa hora podríamos escapar.

—Las ocho es temprano. El bar se enciende a eso de las diez.

—Pues a las nueve. Pasaré por ti.

—Bien.

—Ya tengo que irme.

—Te pido el taxi —saco el celular de mi bolsillo y marco al servicio. Ella sonríe y niega con la cabeza mientras mira a otro lado.

—Jaden cree que estamos saliendo —le suelto. Ella ríe por lo bajo.

—¿De verdad? —sigue riendo, algo nerviosa. No sé como descifrar su reacción.

—Está seguro —le confirmo.

—Una cosa es lo que Jaden piense y otra muy distinta lo que tú piensas, Jordan —de repente, el ruido molesta y quiero salir de allí. La tomo por el brazo y la guío hasta fuera. Su cara es de desconcierto.

—¿Qué piensas tú? —le pregunto cuando ya estamos afuera.

—Jordan, trato de no pensar —responde sinceramente. Su barbilla se eleva para encontrar mis ojos.

—¿Lo has logrado? —pregunto—. Porque yo lo intento y es imposible.

—Ha sido un intento completamente fallido —ríe—. Pero de todos modos, no te molestes por lo que diga Jaden, no pienses demasiado las cosas. Solo disfruta —me guiña un ojo. No puedo evitar acercarme, sobre todo sintiéndola tan próxima. La beso, llevándome de su consejo. Es un beso rápido y la he dejado sin respiración, se separa unos segundos y lo retoma. La bocina nos aleja, ella mantiene su mirada en mí unos segundos, mientras todavía nos estamos sosteniendo, como para dejarla grabada por siempre, sus ojos están más grandes y expresivos que de costumbre y creo que nunca me había fijado en lo hermosos que son. April se separa despacio y camina hasta el taxi, mientras el viento va agitando su cabello, entra al auto, sin siquiera decir adiós.

***

El bar está todavía tranquilo. Katherine se ha separado de nosotros, ya que hay un montón de gente que conoce aquí, sin embargo, April no tiene idea de quienes se tratan.

—Ella es imparable. No creo que esté mucho tiempo con nosotros —April dice con la voz alzada para poderla escuchar. Se ríe y niega con la cabeza.

Le mando un mensaje a Jaden para avisarle que ya estamos aquí. Tomamos asiento en el bar y April pide una margarita para ella. Yo solo tomo agua con gas. Visualizo a Jaden desde lejos, pero él ya nos ha visto. Corre entre los espacios vacíos para encontrarnos.

—¡April! Qué bueno verte por aquí —la abraza y ella le corresponde. Él tiene la cabeza cubierta con un pañuelo que tiene el diseño de una bandera, tiene cuadros azules y rojos divididos por una cruz blanca y un escudo en medio. Su torso está desnudo y reluciente.

—No se supone que debes guardar todo eso para el final. ¿Por qué no tienes ropa?

—No me preocupo. Maritza aún no ha llegado. ¿Qué tal ustedes? —pregunta—. Los veo bien —sonríe y mueve la cabeza de arriba a abajo.

—Estamos bien, Jaden —le digo.

—Estoy ansiosa por ver lo que tienes para tu novia, Jaden. Eres un chico muy romántico —April aprieta las mejillas de Jaden y estoy seguro que se está sintiendo sonrojado.

—Es solo un regalo. Ella me ha dado mucho —responde.

—Pues yo diría que todo —río—. De hecho, tú también le has dado mucho, creo que estás más flaco —rio más fuerte. Katherine se está acercando a nosotros y veo que viene con los zapatos en la mano.

—¡Qué desastre! —grita—. ¡Miren lo que me sucedió! —April se voltea hacia ella y mira su tacón roto.

—No hagas un teatro por eso. Es tú culpa, por andar de mesa en mesa —ella niega con la cabeza.

—Es que no soy una pesada como tú —le corta los ojos.

—Disculpa, la pesada ahora soy yo. Mi nombre es Katherine —sonríe a Jaden y tiende su mano hacia él. A Jaden le toma uno segundos saber cómo tiene que responder y a mí me toma unos segundos pensar porqué lo está pensando.

—Jaden, mucho gusto. Trabajo aquí. Soy bailarín de stripstease —Está, ¿nervioso?—. De hecho, ya debo ir a prepararme, estén atentos todos —Jaden le guiña un ojo a Katherine, que pasa algo desapercibido, pero yo lo noté.

—Jordan, tu amigo está para chuparse los dedos —me mira.

—Jaden tiene novia, Katherine, no lo mires mucho —April ríe.

Maritza no llegó a saludarnos, ya que hoy tiene un puesto especial. April y yo nos quedamos mirando desde el bar, mientras Katherine descalza y todo, se acercó más para disfrutar mejor del show. Luego de varios números, ya es hora del momento de Jaden. Luces de los mismos colores de su pañuelo iluminan el escenario. El telón se levanta y el espacio está decorado con varios instrumentos musicales, entre ellos un tambor, lo demás no estoy seguro de recordar sus nombres. Algo de merengue suena al fondo muy sutil, que va aumentando el volumen. Jaden está saliendo y las mujeres no pueden evitar hacer una ovación de aplausos y gritos. Maritza está tranquila en su puesto, disfrutando de la vista. Jaden está vestido solo con un pantalón beige y un sombrero de cana. En su mano lleva un instrumento de forma cilíndrica, tiene apariencia de rallador y en la otra otro que choca contra el sonido, produciendo una música bastante contagiosa. Comienza el baile, es merengue, pero no deja de ser provocativo para las mujeres. En cambio yo tendré que soportarlo sin siquiera una gota de alcohol en mi torrente. No me había dado cuenta que Jaden nunca había dado la vuelta en ningún momento, pero ya todo está claro, su pantalón es nada más y nada menos que un pantalón tanga que arrancó luego de darse vuelta. Un ritmo sensual de bachata inicia y allí es cuando se acerca a Maritza y la parte más erótica de la historia, la olvido y doy vuelta para pedir otro vaso de agua, ahora con un poco de limón. April solo está con la quijada pegada a la mesa. Sin nada que decir. Yo solo sonrío por lo que es capaz de hacer mi más querido y único amigo.

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