Capítulo 12
Capítulo 12
Abigail
El salón está atestado de reporteros y gracias al cielo que puedo verlos desde mi cómodo asiento en la mesa principal, cortesía de Daniel. Estoy junto al entrenador de Jordan, Igor. Jamás me había percatado lo guapo que es, a pesar de que lo años se han encargado de pasarle factura. Una sonrisa está siendo ofrecida de su parte para mí, así que le respondo con una igual.
—Increíble, no sabía que iban a haber tantas personas aquí, jamás me sucedió algo igual—dice Igor tratando de entablar conversación.
—Sí, ya lo sé. Es terrorífico, pero de todos modos le dije a Jordan que es pan comido, aunque la verdad no lo creo.
—Ya olvidé como era esto —suspira. Sé que quiere que le haga la pregunta.
—¿Hace cuánto fue tu época de gloria?
—Pues, hasta solo el año pasado. Gané el campeonato mundial —al fin suelta, quiere impresionarme, así que trataré de parecer lo más impresionada que pueda lograr.
—¡Estoy ante los ojos del campeón mundial del mundo! ¡Increíble! ¿Qué se siente? —él es un bastardo pretencioso. No es mala persona, pero se cree muy importante, aunque para muchos lo sea, quizás no sea la gran cosa.
—¿Mi retiro o el campeonato?
—Ambos, pero principalmente el campeonato.
—Pues, es la máxima expresión a la que puede llegar un boxeador en su carrera y me siento pleno, porque logré todo lo que tenía que tener, en lo profesional, claro. En lo personal, solo falta disfrutar lo que pospuse por mi carrera —¿Me está coqueteando, cierto?
—Bien —respondo, el ruido no me deja hablar mucho, están por salir Daniel y Jordan, pero me da tiempo averiguar algo más—. Eso quiere decir que estás buscando... No sé, ¿una casa? ¿viajar? —él ríe.
—Para nada, bueno, diría que no solamente eso, también necesito alguien con quien disfrutarlo —me guiña un ojo. Noto que ahora todo es un silencio sepulcral. Daniel viene caminando hasta la mesa y Jordan detrás. Está tan elegante en ese traje gris, con chaleco debajo y su cabello peinado hacia atrás, remueve cosas en mi estómago. Trago y vuelvo mi mirada hacia el mar de cámaras, ahora encendidas, que nos arropa delante. El sonido de los flashes centelleando hace eco en todo el lugar. Todos nos ponemos de pie y Daniel da una breve introducción, un poco pomposa para mi gusto y con su usual tono de voz, pacífico, pero seguro y quizás no tan masculina. Luego de su participación y la breve presentación de Jordan, le da la palabra.
—Buenas tardes —su voz suena segura, más de lo que pensé que podría estarlo, grave como siempre, pero no siento los nervios. Estoy casi segura que yo estoy más nerviosa que él—. Gracias a todos los representantes de los medios de comunicación aquí reunidos, la verdad es muy importante para mí que esto sea de su interés, ya que significa que estoy un poco más cerca de lo que deseo lograr, porque todos queremos ser conocidos, o al menos la mayoría —él salón rompe en risas simpáticas y eso es bueno, rompe un poco con el foco de nervios que nos puede estar focalizando a todos—. No quiero hablar de más, así que pueden hacer sus preguntas —sé amable, recuerda, sé cortés, así ellos serán decentes contigo—. Gracias —gracias, Jordan, así es. Amabilidad.
—Soy Samantha Howards deFox Sports. En primer lugar, quiero dar gracias en nombre de todos mis colegas por la oportunidad de cubrir este evento. J.J.King, tu carrera empezó hace años, sin embargo, el verdadero inicio de ésta fue hace solo unos meses. ¿Qué espera J.J.King lograr en su carrera, ahora llevada a nivel profesional?
—Pues, creo que lo mismo que todos, ganar. Y algún día, quizás no muy lejano llegar al campeonato mundial —él se encoge de hombros—. Pero, por ahora mis fuerzas están enfocadas a vencer en el regional. Es mi actual objetivo.
—John K. WBA, en virtud de que ahora vas en busca del campeonato regional, los contrincantes a vencer se conocen sobre todo por ser bastante “sanguinarios”por así decirlo, ¿King no teme no poder vencerlos, o en caso de vencerlos, tener que terminar enfrentándote en la final con uno más sanguinario que “O.P White”? —el reportero toma asiento. Jordan tiene sus puños apretados y está claramente irritado por la pregunta.
—Como ya dije, ahora estoy enfocado en un campeonato regional, White es campeón nacional, cuando las estadísticas me permitan poder enfrentarlo, lo haré, y claro, lo venceré —dice destilando seguridad y molestia.
—Eso suena como un reto —desde atrás un reportero irrumpe, el cual claramente no está asignado para preguntar.
—No, no es un reto, solo estoy hablando de lo que será inevitable —responde. El reportero, otra vez interviene.
—Si Patrick White estuviera en esta sala e hiciera un reto público, aceptarías. Eso significaría que no tendrías que pasar por los regionales, ahorrarías muchas peleas y más cerca estarás de ir por el campeonato del mundo.
—Sin embargo, White no me ha retado, si fuera el caso, pues claro que lo aceptaría —esto se está poniendo feo, todo gira entorno a ese tipo que se cree invencible y me hierve la sangre, porque se supone que estarán hablando de la pelea que sigue, no de un tipo que ni siquiera está aquí.
—Disculpen, pero creo que no estamos dispersando del verdadero objetivo de esta reunión, que es la pelea de la próxima semana que se llevará a cabo en la ciudad de New Jersey. Todas las preguntas que giren en torno a este tema, serán respondidas, sino hay más nada que preguntar dentro de eso, pues hasta aquí nuestra intervención —Mitch se ha levantado molesto, nunca lo había escuchado así. Es raro y muy bonito ver que lo está defendiendo. El salón se cubre en el silencio, sorprendidos por la intervención del entrenador. Un joven se pone de pie para preguntar.
—Mike Johnson de la IBF. La pelea de New Jersey, ¿qué espera de ella?
—Tres asaltos. Planeo noquearlo en el tercer asalto —afirma Jordan y algo de orgullo irradia en su voz. Todas las demás preguntas siguientes giran entorno a New Jersey, todo ha estado callado y hay una densa nube de incomodidad ondeando en el lugar, luego de que Mitch rompiera el ciclo de preguntas espinosas. Jordan se despide y luego Daniel cierra el ciclo y agradece a la prensa por la participación. Jordan sale casi despavorido cuando se da por terminado esto, y Mitch va detrás de él. La mesa queda vacía y yo soy la última en levantarme. Un silbido que proviene desde los asientos, me detiene. Es una chica, no la escuché hablar, tiene un gafete de Fox, al igual que el primero, ella se acerca y me pregunta al oído.
—Y tú, ¿eres la novia? —consulta.
—¿Qué? —estoy algo aturdida y confundida. Me sorprende la pregunta. Niego con la cabeza—. No, ¿qué te hace pensar eso?
—Eras la única chica allí, y realmente no entendí tu función —rio irónica y simplemente me voy. No sé que mierda hago hablando con ella, ya que ésta solo busca más noticia. Salgo del salón y voy hasta el vestíbulo donde están los demás. No veo a Jordan.
—¿Dónde está Jordan? —le pregunto a Igor.
—Está en el baño. Con Mitch —responde.
—Gracias —me siento en el sofá y los espero. Igor está buscando algo en el bar y veo que llega con unas bebidas.
—Espero que te gusten las margaritas —dice entregándome una copa. Él lleva un vaso corto con whisky.
—Gracias —la tomo y asiento en agradecimiento. El trago es más que bienvenido. Jordan sale del baño con cara de ogro y Mitch con una peor. Han estado hablando, debe ser por lo que pasó allí fuera. Dejo la copa sobre la mesa frente a mí y me pongo de pie para ir a su encuentro.
—Lo hiciste bien. Felicidades, estoy orgullosa —lo animo.
—Gracias —sigue moles y luce ansioso. Quiero ayudarlo a sentirse mejor.
—¿Quieres hablar un poco de eso? —pregunto y tomo su mano en la mía.
—No aquí —ahora es él quien lleva el rumbo de mis pasos y salimos del vestíbulo hasta la acera, él detiene un taxi y subimos. No nos despedimos de nadie, pero él está afectado y yo estoy urgida, porque su estado de ánimo se vaya y vuelva pronto el Jordan más relajado que conozco. Su mirada refleja odio e impotencia, una mezcla letal para la razón.
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