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un secreto

Besó su mano llenando de esperanza su existencia con solo aquel tacto y se inclinó para recibir en sus labios la salvación.

Estando de rodillas con el cura enfrente suyo en ese lugar vacío, su vista se iluminó de la gracia de aquellos ojos gentiles que lo miraban y se sintió caer al tener esa mirada encima suyo.

Que manos tan gentiles y delicadas.

Labios suaves e inquietantes toques que lo llenaban de esperanza y sabiduría que lo hacían tambalear mareado.

Quería saciarse de él.

Su eterna salvación.

                                  [...]

—¿Enserio no cree que sea raro?.

—Aunque sea raro o fuera de lo normal no puedo juzgarte, nadie tiene derecho a juzgarte, solo el cielo puede hacerlo.

—¿Si? Entonces, ¿Podría ayudarme a comprender lo que siento?. Me mandaron aquí para despejarme y sucedió esto que le conté pero, usted dice que no está mal.

—Soy alguien joven para poder enseñar pero puedo lo ayudar en mi tiempo libre.

—Es decir, entonces eso es. ¿Ahora?.

Asintió.

Yeonjun, un hombre de veinticuatro años, no era tan mayor pero cuando visitaba a su familia así lo sentía, porque lo repudiaban al no tener aún una esposa a su edad, no era algo raro pero en su familia eran algo conservadores y buscaban sentar cabeza pronto prácticamente cuando cumplían la mayoría de edad, era una tradición en su familia que se casarán con alguien apenas cumplido la mayoría y el caso de Yeonjun no fue así.

No es que no esté interesado en el matrimonio es decir, el matrimonio era entre un hombre y una mujer pero no era algo que quisiera el para su vida, la sola idea le disgustaba porque no sentía nada hacia las mujeres.

En sus torpes intentos de hacerlo se sintió sin esperanza entonces hizo un último esfuerzo a causa de la presión que sentía y fracasó, yendo a parar a la iglesia en un intento de despejar su mente, no esperando, no, ni siquiera lo había imaginado pero ahí había caído en descubrir y a aceptar esas dudas que en el fondo siempre sintió.

Porque la primera vez que vió al cura del pueblo cayó rendido por su espléndida belleza, la magnitud de eso lo hizo sentir que de pronto se volvió en un pecador.

Cabello largo y negro que cubría su delgado cuello acompañado de unas pestañas largas y un flequillo que caía delicadamente en su frente.

Su ropa no dejaba ver mucho pero era espléndido, simplemente encantador.

Desde esa vez comenzó a frecuentar más el lugar solo para presenciar sus sabías palabras, embobado por su rica pureza.

Y cada vez que lo tenía cerca no podía evitar imaginar unas cuantas cosas y de sentir sus pantalones apretados llevándolo a frotarse un poco al intentar acomodarse un poco para que no sea notorio.

Oh, su excelencia, ¿alguna vez podrá recibir su ayuda...?

Como resultado, cuando creyó no poder aguantar más la culpa fue a confesarse sintiéndose avergonzado pero con voz sería lo confesó todo sin importar que luego como resultado tuviese que abandonar el pueblo después de aquello. Lo haría sin dudar, tuvo la valentía de confesar todo, entonces también la tendrá para marcharse en cuanto las cosas se salgan de control.

Pero la respuesta que obtuvo fue todo lo contrario a lo que imaginó.

—¿Enserio no cree que sea raro?.

—Aunque sea raro o fuera de lo normal no puedo juzgarte, nadie tiene derecho a juzgarlo, solo el cielo puede hacerlo.

—¿Si? Entonces, ¿Podría ayudarme a comprender lo que siento?. Me mandaron aquí para despejarme cuando estaba mal y no conté con que sucediera esto por usted pero, usted me dice que no está mal.

—Soy algo joven para enseñar pero puedo ayudar en mi tiempo libre.

—¿Qué? Eso quiere decir que me va a ayudar? Es decir, entonces eso es, ahora?.

—Si, puede ser ahora si lo quiere.

—Ah... Yo quiero...

El chico que lo escuchó se levantó y le abrió la puerta de la cabina para recibirlo dentro, y Yeonjun quedó maravillado con su belleza que no cambiaba y suspiró maravillado tocando su rostro.

—¿Está bien que haga esto con usted?.

—Soy el culpable de su estado así que debería hacerme cargo.

Yeonjun tragó seco sintiendo otra vez sus pantalones apretados y buscó pronto una liberación dentro de ellos al abrir su cierre y sacarlo a la vista.

Su polla goteaba presemen bajo la vista ajena y se sintió nervioso cuando una mano lo apretó ahí.

—Esto... Es grande... Supongo que es difícil de manejar.

—Un poco...

—Puedes llamarme por mi nombre, dime Beomgyu, porfavor.

—Beomgyu... Es lindo y tu mano es suave. —se inclinó en el hombro ajeno y se frotó ahí llenandose de su olor.

—Huele bien... —Yeonjun lamió el cuello del chico y recibió un suspiro—. ¿No puede ayudarme con más devoción? Me duele donde toca.

—¿Como?.

Yeonjun se apartó del agarre y tomó las manos ajenas deslizandolas entre su latente erección y comenzó a frotarse con las suaves manos, su polla palpitaba lo podía sentir y era seguro que el otro también lo hacía. Se movió entre esas manos simulando una penetración entre ellas y tembló por la sensación que le daba.

Quien hubiera imaginado que algún día podría hacer esto con esas manos.

Se movió continuando con sus movimientos sintiendo la mano ahora pegajosa por el presemen que salía de su orificio y gimió deleitado buscando su ansiada liberación.

Apretó sus labios necesitando más estimulación lo que le hizo mirar el rostro del joven cura que se veía interesado por lo que estaba haciendo ahí abajo.

—¿Puedo besarlo?. —le preguntó.

Cuando recibió una afirmación exhaló y llevó su rostro muy cerca pudiendo sentir su respiración.

—Si...

Sus labios se tocaron delicadamente por momentos y Yeonjun se sintió con la necesidad de más tacto entre ellos, haciendolo profundizar el contacto, saboreó ligeramente y cuando quiso obtener más los lamió delicadamente llevandolo a introducirse dentro cuando sus bocas se entreabrieron juntos.

El beso lo comenzó él, fue suave al principio pero cuando fue correspondido se volvió más anhelador, ambos se envolvieron en un mismo sentimiento en ese beso, lo que le hizo frotarse entre esas manos buscando estimulación por lo exhitado que le hacía sentír, el beso continuó entre gemidos, se volvió intenso y placentero como si estuviera destinado a ser y a hacerlo.

Sus manos que tocaban el cuello ajeno fueron a parar más abajo dejándolo sentir más del hombre al que estaba besando.

Pronto se sintió a punto de terminar y gimió en el beso que estaba volviéndose desordenado dejando acorralado a Beomgyu en la pared, con solo su erección propia expuesta, las manos ajenas se apartaron y se frotó el mismo con sus manos mirando perdido el rostro de Beomgyu que detuvo movimiento y solo lo observó mientras hacía eso, frotó la punta un poco más y pronto recibió el líquido espeso que añoraba saliera de ahí dejando manchada la ropa del chico porque su mano no fue capaz de retener todo lo que salió por lo que hicieron.

—Uh... —Pegó su frente sudada al chico y lamió la piel de su mejilla jadeando por su reciente liberación.

—Beomgyu... Me gustó, ¿Que haré ahora?.

—Um, ¿Que puede hacer...? -respondió viéndolo confundido.

—Si... —pasó una mano en la entrepierna que no era suya—. Usted también está en problemas, aquí abajo.

—Ah no es así. Es algo normal no se preocupe.

—¿Puedo ayudarlo yo ahora?.

—No se... Yo no soy el que lo necesita...

—¿Porque usted no? Puedo sentir que lo necesita, como yo a usted. Quiero ayudarlo así como usted me ayudó.

Beomgyu apretó sus labios cuando sintió la pierna de Yeonjun rozar su erección y asintió cerrando sus ojos hacia esa acción.

—Solo un poco...

—Bien.

El más alto levantó su ropa hasta su cintura destapandolo todo hasta tener al alcance su dura erección y jadeó cuando sintió manos ahí. Nunca alguien lo había tocado, ni siquiera el se había tocado antes por placer, por algo así porque no lo necesitaba pero, desde hace un rato que el placer lo estaba invadiendo.

—Es lindo como usted. —dijo denotando asombro en su voz.

Tocó y frotó un poco pero no sentía suficiente con solo hacer eso entonces miró al chico que había cerrado sus ojos y se agachó hasta su altura.

Lamió la punta haciendo temblar a Beomgyu y se deleitó más con eso cuando siguió y una mano fue a parar en su cabello.

—Umm... Es-

Metió la erección en su boca y chupó bien como si fuera un dulce no dejando abandonado la punta que lamía de vez en cuanto con su lengua, sabía que le gustaba más ahí por los temblores que dejaba salir de esos muslos que apretaba entre sus manos.

Las manos que antes tocaron su erección ahora estaban en su cabello jalandolo para que fuera más profundo, lo estaba manejando casi a su antojo pero podía saber que el chico se estaba controlando, entonces el mismo profundizó el hacerlo sentir bien.

Dejó salir el pene a su vista un momento y luego volvió a ponerlo en su boca sintiéndolo temblar de nuevo, teniéndolo dentro sintió el presemen en su boca que dejaba salir por lo que estaba haciendo.

—Jun... Señor, Yeonjun... Debería parar ahora y-a está bien.

¿Parar? Ni siquiera se había venido aún.

Su mandíbula estaba doliendole un poco por el esfuerzo pero le gustaba lo que estaba haciendo por lo que no quería parar.

Apretó la retaguardia del chico y chupó la polla entre sus labios dejando salir sonidos sucios por lo húmedo que estaba. Llenando sus oídos de los gemidos que lo deleitaban, por supuesto que no iba a parar aún, quería servir a quien lo ayudó así que dejó escapar la polla de su boca y se concentró en la punta, en dónde sabía era el punto débil y lamió ahí mientras Beomgyu dejaba escapar gemidos y temblores por la estimulación.

—Creo que va a salir... Ya va a salir...

Yeonjun lamió una última vez y chupó finalmente recibiendo semen dentro suyo mientras el pelinegro temblaba jadeante sujetándolo cómo si su objetivo desde antes hubiera sido ese, el eyacular a borbotones en su boca.

Cuando se liberó del agarre ajeno se apartó y tragó todo lo que recibió como si fuera un regalo que obtuvo por lo que hizo.

Pero el verdadero regalo fue ver a ese chico tranquilo ahora deshecho en jadeos por lo que hizo.

—¿Estás bien?. —le preguntó.

—E-estoy bien solo necesito un poco de aire.

—No creo que sea buena idea salir así.

—Claro que no. Primero me arreglaré un poco tengo que poner en orden esto.

Yeonjun le pasó un pañuelo que cargaba y el chico le agradeció.

—¿Cuántos años tienes? Te ves joven.

—Tengo veintidós.

—Oh. —Yeonjun asintió y luego abrió sus ojos sorprendido—. ¿Qué? Creí que solo parecias alguien joven... Eres dos años menor que yo, es sorprendente que seas tan joven.

—Lo sé. Tienes veinticuatro lo dijiste antes.

—Así es.

—Um tengo que prepararme será mejor que te vayas o podría distraerme.

—¿Distraerte? Entonces te gustó lo que hice?.

—No... ¿De que hablas? Estuvo bien solo eso, bien.

—Bueno no es algo que importe realmente, solo quiero agradecerle por aceptarme y además de eso también por ayudarme, es asombroso lo generoso que puede ser.

—No es nada...

—Bien entonces me iré. Volveré pronto.

—Esta bien.

Yeonjun se marchó y cuando ya no estuvo a su vista Beomgyu susurró.

"Lo esperaré..."







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