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Fin de la tercera instrucción:
¿Cómo estuvo?
Treparon por tu garganta. Estaban vivos. Querían estar vivos.
E hiciste un nudo con tus palabras. Los mantuviste ahí. Los guardaste.
Duele.
Nunca dejó de doler.
Y nunca dejará de doler.
Es el fuego que, eternamente, permanece.
Triturados por tus dientes. Estaban muertos. Querían estar muertos.
Y escupiste todos sus huesos. Los apilaste ahí. Los admiraste.
¿Cómo estuvo?
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