Especial || Una última vez.
-¡Kardia!
Ya era bastante tarde en la noche, casi madrugada, en realidad y él llegaba de su tan ansiada cita con su francés, por lo que no se esperó que su nieta estuviera esperándolo tan ansiosa, sentada en el primer escalón de las escaleras principales de la casa, con una enorme sonrisa y sus ojitos, aunque algo idos de la realidad, estaban muy brillosos.
-Calverita, mi pequeña.- La tomó entre sus brazos y la sujeto contra su pecho, abrazandola tan fuerte como, inesperadamente, la niña lo hacía. -¿Qué haces despierta a esta hora?
-Te estaba esperando.- Apenas dejó salir, calma y suave, cosa que los dejó bastante sorprendidos a los dos, ya que, digna primera niña mimada de ambas familias, era muy ruidosa e hiperactiva, así que era bastante inquietante e increíble, verla en tan diferente actuar. -Tenía que darte esto rápido, por ser el día que es.
¿Era algún día en específico? Se sentía muy mal de olvidar algo que era importante para su pequeña, pero recordar cosas no era su fuerte y nunca pudo cambiar eso.
-¿Te sientes bien, pequeña?
-Mejor que nunca. ¿Por qué debería de sentirme mal?
Degel, aunque tan confundido como su pareja, se dió por enterado de algo muy importante en algo que el griego estaba pasando por alto.
-Kardia, ella, de nuevo, está hablando demasiado diferente a como lo hace usualmente, como cuando pasó con Milo y el piano. Tal vez este pasando por otro episodio de sonambulismo.
El rubio miró con bastante impresión a su pareja, para luego, incrédulo y demasiado conmovido, pasó sus ojos a su nieta.
No. A su esposa.
-¿Calvera?- Apenas pudo pronunciar, ya que su voz salía quebrada y llena de una mezcla de alegría y dolor.
La pequeña niña solo lo miró y lo abrazó con mucha fuerza, cerrando sus ojos y sonriendo mucho más que antes, al sentir como Kardia la abrazaba con más fuerza que antes.
-Gracias por cumplir tu palabra y dejarme ir. De verdad que tenía muchas ganas de regresar. Te extrañaba tanto.
-Yo igual te extrañaba, mi reina.- Solo dijo, con las lágrimas desbordando sus ojos. -Siempre te extraño.
-Ya no lo hagas más.
Eso fue lo último que ambos se dijeron, ya que la niña apoyó mejor su cabeza en el hombro de su abuelo y cerró sus ojos, cayendo dormida de manera profunda, apenas si hizo aquella acción.
-Kardia...- El griego parecía no querer oír a nadie, ya que, imaginando lo que le diría, aferró a la niña más a su cuerpo, negandose a dejarla ir, aunque sabía que Degel no se daría por vencido. -Kardia, ya, damela, la llevaré a la cama.
Y allí estaba de nuevo en lo cierto y como conocía bien a su francés, sabía que no se quedaría con una negativa de su parte, así que, con pesar, algo de dolor y mucha reticencia, le entregó a la pequeña y lo vio desaparecer escaleras arriba, con ella dormida entre sus brazos.
Trató de calmarse un poco y cuando se sintió en mejores condiciones, se sentó en el mismo lugar donde Calvera lo esperaba y, sacándose las lágrimas que aún bajaban, abrió el sobre, pero rápido se dio cuenta de que haber calmado sus lágrimas fue en vano, ya que se aparecían una vez más y con mucha más fuerza que antes.
Allí estaba la foto que le faltaba al álbum que lo ataba a su siempre amado pasado. La foto de su ceremonia de bodas, en la que él y su bella morena posaban, por primera vez, como esposos. Sonrió entre sus lágrimas al recordar tal día y se enamoró nuevamente de su esposa, al ver esa imagen y recordar lo bella que se veía en su blanco vestido.
Trató de salir de sus nervios y alteración cuando notó que algo había sido escrito atrás. No recordaba haber anotado algo allí, años atrás y tampoco recordaba que Calvera lo hubiera hecho tampoco, pero se dió por enterado de que su nieta fue la que lo escribió, al ver esa letra añiñada, pero muy prolija, dándose cuenta de que, posiblemente, también lo escribió en un estado de sueño.
"El Emperador de Han extrañaba a su amor, que murió joven, y envió a sus médicos por todo el mundo en busca de un elixir.
Encontraron el "Árbol De La Resurrección", en una cueva al oeste y agarraron su raíz para hacer incienso. Y en la quietud de la noche, ella regresó finalmente, a través del humo."
Recuerdos atacaron la agotada mente griega, de la noche en que su nieta decidió adelantar su llegada al mundo.
Milo y Camus plantando un cerezo en el jardín y luego, él mismo, junto a Degel, encendieron un sahumerio en ese lugar donde sus hijos habían trabajado antes y Kardia mismo, había arrojado al aire, un poco de ese perfume que su esposa le había pedido que hiciera, a traves de aquella tardía carta, haciendo, con esa acción, que el perfume volara en el aire y llegara a las fosas nasales de Shaina, quien sufrió las contracciones más dolorosas que antes, haciendo el resto de la noche, historia conocida.
Si algún día tuvo una mínima duda, ahora las descartaba del todo. Su esposa, definitivamente, se había convertido en su nieta y le había cumplido aquella promesa de volver a su lado.
Y, al ver nuevamente la imagen donde aquel mensaje había sido escrito, fue entonces que cayó en cuenta de que día era.
Ese día marcaba un aniversario más de su boda con su preciada morena y, al parecer, ella se hizo presente para darle un regalo bastante inolvidable.
Muchas y nuevas lágrimas entre alegría y dolor se mezclaban en su rostro, sobre todo con el pasar de los días, ya que la niña nunca más volvió a sus "actos nocturnos" y todo era tan normal como antes, cosa que entendió, ya que la pequeña ya había cumplido cinco años y era imposible que pudiera recordar algo más de lo que había sido antes, pero todo lo que les dejó en esos años, no iba a olvidarlo nunca.
Kardia, aunque fue confuso y corto, no iba a olvidar nunca que, finalmente, pudo despedirse de su amada, como siempre había deseado, abrazado a ella y sintiendola viva y feliz.
Fue la última vez que "ambas Calvera" se mostraron juntas, pero fue una última vez más que especial, para quien más la añoraba y amaba en la vida y ese simple acto, le dio la fuerza para seguir adelante con su presente y su futuro y dejar atrás todo el pasado.
*
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-Aparece desde abajo de una montaña de sabanas-
¡Holis! ¿Cómo les va?
Bueno, esto era por el cumpleaños de Kardia, pero el trabajo me sacó hasta las ganas de vivir los últimos cuatro días y bueno, hoy que descanse y estoy más relajada, me doy licencia para subirlo.
No tengo cara para hacer esto tan tarde, pero bueno... ¡Al menos lo intente, bicho! ¡No me juzgues! 😭
¡Besos! ¡Les quiero!
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