❀*ೃ༄Fandom: Naruto

❀*ೃ༄Ship: SasuNaru

❀*ೃ༄Advertencias: Yaoi, Intento de terror, Gore, Muerte de un personaje.

❀*ೃ༄ Sigue estando para mi siempre, a mi lado cada día, suena fuerte e implacable, como su corazón❀*ೃ༄

Estaba realmente arto de que se mudaran de nuevo, una nueva casa a la cual llamaría hogar, nueva escuela, trabajo para sus padres y soledad para sí mismo.

En un año; si se cambiaban 3 veces era poco, su padre siendo consultor de riesgos era llamado muy a menudo a lugares de construcción de grandes edificios, por lo que les era mejor como familia mudarse juntos al durar meses las construcciones.

No podía hacer amigos a los cuales llamar así realmente, pues siempre terminaba marchándose, ¿Para qué molestarse? Su madre siempre estaba de compras o engañando a su padre, no le importaba, quizá el lo sabia y por eso vivía mas en su trabajo que es su propia casa. Y así, cada vez que se cambiaban de casa le costaba conciliar el sueño.

La primera noche apenas durmió.

No era solo el sonido de la madera crujir por el viento fresco del pronto invierno, las sombras raras que creaban las cajas a medio abrir, así como los arboles que asomaban sus hojas por la ventana a un lado de su cama.

Se trataba del goteo.

A veces tenia dolores de cabeza por no dormir adecuadamente, pero gustaba mas de leer libros hasta altas horas de la madrugada que dormir.

Cuando lo hacia el sonido del goteo lo perturbaba, le provocaba pesadillas o instaba a levantarse y buscar el origen de su proveniencia.

Cubrió cada lavabo, desagüe y llave de la casa, sacando de quicio a sus padres por las molestias. Pero el ruido no se marchaba.

Entonces se decidió a ignorarlo y cuando lo hizo descubrió que dormía mejor y descansaba. La mudanza había ocurrido a mitad de verano, por lo que su regreso a clases fue después de un par de semanas de vacaciones en donde no hacia mas que dormir, escuchar el sonido, despertar, volver a escuchar el sonido y así en un bucle que amenazo con volverlo loco.

Afortunadamente el inicio del nuevo ciclo escolar lo salvo de esa locura. Conoció chicos de su edad y por primera vez desde hacia mucho tiempo, se decidió a comportarse como alguien de que no parecía un "viejo anticuado".

Sus compañeros eran algo ruidosos, pero eran mejor sus voces que ese sonido, pues el maldito había osado a seguirlo a donde fuera que iba. Estaba en todos lados, en el aula del profesor mas aburrido, en las duchas del equipo al que había entrado, en su camino de vuelta a la escuela. Así que paso mas tiempo con sus amigos.

-Se ven lindos juntos ¿No crees? - escucho a su lado, justo para ver como un bonito rubio de ojos azules se sentaba a su lado. Se le veía cansado, casi haciéndole pensar que de la misma forma no dormía tanto como él.

-¿Qué haces aquí? Te dije que no me siguieras - dijo con molestia

El rubio no le contesto, solo se quedo sentado a su lado con ambos codos apoyados en sus rodillas, viendo como una pelirroja corría detrás de un chico cabellos claros, pues este la había besado frente a todos.

-Es lógico que sienta algo de vergüenza - volvió a decir el rubio -¿Quién quiere ser besado en público? ¡Espera! ¿A dónde vas Sasuke? -

Sasuke lo ignoro olímpicamente, el sonido del goteo se reproducía con mas fuerza en sus oídos, intentaba recordar donde es que había iniciado el molesto sonido, cuando había comenzado a torturarle, porque no podía deshacerse de su presencia, casi tentado a tomar un desatornillador y clavarlo en sus tímpanos, todo para no oír más.

Para no recordar... ¿Qué debía recordar?

-¡¡Sasuke!!-

El pelinegro corrió cuando escucho el grito con su nombre al ser llamado, - Naruto-; pensó, pero no lo vio cerca. El goteo se hacía más potente en su cabeza, comenzando a marearlo, a hacerle ver cosas. Sangre pintada en medio de la acera, bajando de las paredes como una marea que amenazaba con asfixiarlo.

Entro a la antigua casa, maldiciendo en sus adentros al escuchar la madera crujir bajo sus pies con cada paso.

Ignoro la molestia del eco por la soledad de la casa, corriendo a su habitación, lanzándose al suelo como un hombre al que le dispara un francotirador.

Tembló ahí tirado en el suelo, respirando con dificultad, llenándose de polvo el uniforme, ansioso por poder recordar algo que sabía no debió haber olvidado.

-Sigues aquí... no te has ido - dijo en cuanto saco la caja bajo su cama, apretándola contra su cuerpo, con el sonido aun mas potente dentro de su cansada mente.

Fue cuando vio el contenido de la caja que recordó de donde provenía el sonido. No había forma que una llave o desagüe cubierto lo detuviera, de ahí la razón de que pudiera verlo.

Naruto, su Naruto estaba a su lado, siempre custodiado, castigado con el dolor de tenerle a su lado pero sin poder besarlo, sin poder sentir el calor de su cuerpo a su lado, tomar sus manos o ver sus preciosos ojos azules y sus facciones cambiar cuando sonreía al verle, pues al ser él quien le había asesinado, sufriría viendo como el brillo del color amarillo de su cabello se desvanecía con forme los días pasaban, el olor apenas cubierto por el aroma del sándalo y los perfumes deodorizantes. Levanto la cabeza como si esta fuera a desaparecer, abrazándola con el mas cuidadoso de los cariños, meciéndola como si intentara hacerle dormir de nuevo.

El goteo era el recuerdo de la sangre cayendo de sus manos, cuando después de discutir al negarse a su amor le corto su cabeza, por la zona de su cuello después de abusar de su cadáver, cuando con dificultad separo la carne, el musculo y el hueso del resto de su cuerpo.