Día 14.

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La trampa, es un ardid que se usa para atrapar o burlar a algo o alguien, suele asociarse a la caza y debe estar bien preparada para que dé los resultados deseados; hay que conocer el terreno en la que se cierne, de lo contrario, todo puede terminar mal. La paciencia es una virtud de la que hay que echar mano en este tipo de situaciones y asegurar el éxito. Kanon, me lo explicó muchas veces y ahora, voy a ponerlo en práctica.

—Eo, ¿estás listo?

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No supe en qué momento comenzó todo, no me di cuenta en qué momento te metiste en mi piel. Lo pienso y supongo que comenzaste de manera sutil. Una mirada, una sonrisa, luego pequeños comentarios que de a poco se convirtieron en largas conversaciones, me fuiste acorralando hasta que tus labios conectaron con los míos cerrando la trampa que fuiste tejiendo a mi alrededor, me atrapaste y ataste a ti, pero ¿sabes? No quiero huir, no quiero apartarme de ti, pequeño León.

—Death —me llamas—, ¿en qué piensas?

—En el momento que me enamoré de ti —respondo. Sonríes.

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Dejó el labial en su tocador y observó su imagen en el espejo. Sonrió sintiéndose satisfecha con la imagen que le devolvía. Estaba lista. Iba a por todo con él, ¿qué importaba sí tenía que hacer uso de su encanto? Haría trampa de ser necesario, Shaina estaba dispuesta a todo con tal de ganarle la partida a Seiya y cobrarse todo de una vez.

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